José Orozco, La victoria

Instantáneas en temas de comunicación

RAZÓN Y PALABRA, Número 5, Año 1, diciembre-enero 1996-97


Los trasvestis iconoclastas del género

Por: Blanca Estey Valle Zapata, Luz Nobela Correa Ruíz y Fabián Eduardo Martínez Giraldo

Presentación

El trasvesti masculino es el homosexual que busca asemejarse a la mujer y para acceder a tal posición, debe superar dos etapas indispensables que son: la elección sexual y tomar la determinación de hacerlo, así mismo puede dejar de ejercer este acto en cualquier momento y ello sucede generalmente por cuestiones de edad o por persuasión de terceros, sin embargo seguirá siendo considerado como un trasvesti. Pese a que este grupo no posee ninguna estructura orgánica, presenta todas las características de un gremio; dispone de un lenguaje propio, de historia, de tradiciones y costumbres, constatadas a partir del contacto que establecimos con ellos, lo que no nos resultó difícil, pues a diferencia de la información peyorativa que comúnmente se ofrece de los trasvestis, ellos se nos han presentado como personas por las cuales resulta fácil sentir simpatía, ya que en su mayoría son buenos conversadores, tienen experiencia de la vida, poseen cierta autoridad natural para establecer amistades lo que les facilita la elección y lo más importante, nos han enseñado mucho sin ningún tipo de limitaciones (conocimiento que compartimos con ustedes), sin embargo consideramos que aún queda mucho por explorar. La presencia de los travestis se hace cada vez más notoria en toda la ciudad, los estados e incluso los continentes. No es posible constatar el origen de la homosexualidad, esta se ha hecho manifiesta a lo largo de la historia de la humanidad y es tan antigua como el hombre mismo: se tiene conocimiento de buena cantidad de situaciones en este sentido en todas las culturas antiguas. Así, podemos verla entre los sumerios, hititas, caldeos, babilonios, asirios, egipcios, fenicios y en culturas mucho más relevantes que llegaron a fundar verdaderos imperios como los persas, los griegos (pues de todos es bien conocido el papel protagónico y capital de este comportamiento en la Cuna de Occidente), los romanos y pueblos poderosos como el vándalo. Con lo anterior, se puede concluir la aceptación tácita o expresa de tal conducta en todas las culturas del Orbe. La singularidad del pueblo judío, quizá el único que la reprimió abiertamente a partir del Levítico' y que por los azares de la Historia por explicaciones muy claras, vino a imperar en Occidente en los últimos veinte siglos, hizo que esta conducta se castigara sanguinariamente y con vehemencia hasta nuestros días.

Los actores de esta investigación fueron abordados casi en su totalidad en el sector de Lovaina ubicado en la calle 71, a una cuadra del cementerio de San Pedro y a otra del Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe y subiendo desde la carrera 51 (Bolívar), hasta la carrera 49 (Venezuela), también hacen parte de este sector, los de la calle 72 (Gutiérrez de Lara), los de la carrera 50A (Pasto) y los de la carrera 50 (Palacé), hasta llegar a la calle 68 (Lima), este sector no es barrio, ni tiene adscripción en uno definido, "Sevilla", "Aranjuez" o "Prado", "Campo Valdés" (Medellín), a todos y a ninguno dice pertenecer.

Al adentrarnos en este sector comenzamos a descubrir el mosaico paisajístico ofrecido por la diversidad de las construcciones arquitectónicas, que, en una mezcla de colores y funcionalidades, le proporcionan al entorno el toque de la heterogeneidad, de la "diferencia". Es allí, entre tres calles y tres carreras, donde se da cita la pluralidad, pues se encuentran casas en cuyas fachadas todavía quedan vestigios del estilo colonial, hasta casas de estilo arquitectónico moderno, también se hallan las pequeñas tiendas de las esquinas, el taller de mecánica o cerrajería, la sastrería o los salones de belleza, como también aquel templo cristiano cuya misión es persuadir, reconvertir al descarriado y ofrecerle la salvación de su alma y, como no puede faltar en la gama de la variedad, la casa derruida en la cual continúan levantados uno que otro pedazo de tapia que parece luchar también contra el olvido eterno. A tal diversidad del escenario, tan variados son sus actores, allí convergen los mecánicos, los taxistas, los lavadores de carros (oficio que se realiza en las esquinas del vecindario), los pastores, las señoras y sus familias, las prostitutas, los ladrones, los mendigos, el tendero, testigo silencioso y conocedor de los secretos del barrio; los drogadictos y nuestros actores principales, los trasvestis, quienes en el día se mantienen generalmente en los salones de belleza o en sus casas donde transcurre el descanso mañanero, las labores domésticas acompañadas de una u otra novela; luego se reúnen para departir los chismecitos del barrio, para más tarde comenzar con la tarea del arreglo personal, la pintura de uñas, el lápiz labial, la base, el rubor, el depilador y el vestido que dé un toque encantador, para salir en la noche a agregarle color y sabor a la diversidad del paisaje.

En la cultura antioqueña se ha configurado la dualidad de dos instituciones: la familia y la prostitución. Para el ejercicio de la última ha destinado implícitamente barrios de tolerancia que están al servicio de la ciudadanía en general. Históricamente Lovaina ha contado con su propia zona de tolerancia, ya en 1950 había prostitutas, locas, maricas o "voltiados", como comúnmente se los ha denominado; algunos personajes populares, para ese entonces eran "Chinaco", "Florito", "La Pochocha" y "Albertina". Los primeros homosexuales que llegaron a Lovaina se dedicaron en su mayoría a trabajar como cantineros, mandaderos y organizadores de las casas de negocios. En el año de 1952, por decreto 537 de la Alcaldía Municipal, fue trasladada esta zona de tolerancia para el Barrio Antioquia, hecho que a ninguna de las personas que vivían por allí le gustó, cuenta Mamá Luz (Anciana residente de Lovaina), ya que esas mujeres no se metían con nadie ni hacían escándalos públicos. Dos o tres años después, estos actores regresaron y se establecieron definitivamente allí. Estas calles, con el pasar del tiempo, la expansión de la ciudad y el creciente desarrollo económico, dejaron de cumplir las funciones de centro de atracción para la diversión de las señoras casadas de la alta sociedad y para los señores secretarios, doctores y distinguidos personajes que se escondían en este sitio en las noches a tener sus horas placer, para dar paso a las calles de la pobreza y el vicio; las personas con mayores ingresos económicos abandonaron el barrio, dejando en este lugar a las prostitutas, los "maricones", como eran y continúan siendo llamados los trasvestis, y con ellos, los ladrones y drogadictos.

En Lovaina, aunque se sigue ofreciendo "placer", entre otros servicios, este ya no es exclusivamente para los demandantes de un sector de clase, en su mayoría se atienden demandas de personas de clase media y baja; tampoco los oferentes de "placer" (ahora trasvestis) esperan como antes a sus clientes encerrados en las casas, ellos en las noches se paran en las esquinas desafiando el destino con mucho color y valor. La transformación de las visiones frente al tabú sexual y por ende su relajación, permite a los oferentes de "placer" obtener, aunque la población en general no lo reconozca, una gran demanda de sus servicios. La sociedad, avalada por el comportamiento social de la doble moral que censura y disfruta, tiende a reprimir y castigar sólo al trasvesti, pero deja intocables a todos sus clientes descompensando la balanza del equilibrio en la relación de oferta y demanda.

Los trasvestis son considerados socialmente como actores cuyos comportamientos transgreden los esquemas culturales y normativos de la sociedad. Convirtiéndose en blanco perfecto de los mecanismos de represión social, entre, el estigma y la marginalidad .

Pretendiendo interrelacionar la teoría del estigma (2) con la cotidianidad de un grupo seleccionado, ubicamos su accionar contextual (sector de la Lovaina particularmente) y empezamos el proceso de acercamiento sin lograrnos desligar de los prejuicios culturales: Llegamos al sector con sensaciones de timidez y temor que de alguna manera hicieron difícil el contacto inicial: el primer trasvesti se negó a colaborar con nuestro estudio. La firme convicción de realizar el trabajo nos llevó a llamar, acto seguido, a una segunda puerta que nos fue abierta amablemente.

Iniciamos ahí el proceso. Después de las presentaciones iniciales de rigor se plantearon los términos de la investigación, de forma directa pero vaga e imprecisa por razones éticas y prácticas: los esquemas previos no nos podían condicionar.

Al ingresar al escenario quedó implícito un pacto: la seguridad de que no se deseaba violar la privacidad o confidencialidad de los informantes, ni exponerlos a perjuicios, ni mucho menos intervenir en sus actividades. De ahí que nos tuviéramos que acomodar a su rutina y modos de hacer las cosas; nos presentamos entonces como unas personas que no abren juicios, permitimos que la gente hablara libremente sin corregir creencias e imponer posiciones para evitar que se inhibieran en nuestra presencia; de esta manera se nos abrió la posibilidad de frecuentar ese espacio, de forma gradual y evitando agotarlo.

Las conversaciones iniciales fueron de carácter informal tocando en lo posible temas de su interés, adoptando una actitud relativamente pasiva, tratando de que la gente se sintiera cómoda, que disipara cualquier idea en cuanto a que el enfoque de investigación sería intrusivo, aprendiendo a actuar adecuadamente en el escenario, a hacer la pregunta apropiada en el momento apropiado, comprendiendo el significado de su lenguaje que nos facilitó la comunicación y permitiendo que nuestra subjetividad se pusiera a tono con la suya, nos permitimos un conocimiento de su modos de vida a otro nivel, además se nos fue facilitando la relación con nuevos actores. Todo ello nos permitió ampliar el conocimiento de este grupo. Llegando así a considerar que nuestra visión de la realidad es sólo una entre muchas posibles perspectivas del mundo.

En un período más avanzado de la investigación nos hicimos amigos de los vecinos, frecuentamos los negocios y los servicios locales, concurrimos a reuniones y a través de estas actividades logramos finalmente recibir invitaciones a sus viviendas y obtener acceso a los archivos de baúl (sobre todo fotografías), a las tertulias y reuniones informales en los sitios de reunión y encuentro, en el sector y en lugares públicos de concurrencia fuera de esté.

También tuvimos la oportunidad de recurrir al uso de otras herramientas de investigación como grabadoras, cámaras, fotográficas y libretas de apuntes. No se echó mano de una línea específica de indagación, se optó más bien por la posición de permitir que los temas emergieran en el escenario y en los momentos que formulamos preguntas no forzamos la respuesta y si era necesario éstas se confirmaban con los mismos actores. Al final del trabajo se realizó un tipo de entrevista mucho más estructurada de acuerdo con un requisito de temas por explorar y preguntas por hacer. Por ejemplo: Participación política, proyectos futuros y cómo se sienten percibidos por la sociedad, entre otras.

La integración con este grupo no significó un abandono de nuestra propia personalidad sino que se asumió más bien un rol aceptable, en ningún momento adoptamos sus actitudes, ni su lenguaje, como tampoco hicimos juicios de valor que pudieran incidir en la libertad de su actuar. Sin embargo se establecieron relaciones estrechas, de ahí que Viviana nos mantuviera al tanto de sus nuevos sitios de trabajo y vivienda y que conociéramos algunos proyectos individuales de informantes claves.

La retirada del sector se hizo paulatinamente. De buena manera fuimos reduciendo nuestra presencia en el sector e hicimos saber a nuestros colaboradores que nuestra investigación estaba llegando a su fin, sin embargo no cortamos los contactos de una manera brusca. En la actualidad mantenemos relación cercana con Viviana y de vez en cuando frecuentamos el sector de Lovaina donde dejamos muy buenas relaciones.

Introducción

Esta investigación trata fundamentalmente la cotidianidad de los trasvestis de sexo masculino tomados en consideración desde su forma más corriente. No hemos considerado para efectos de la misma otros tipos de manifestaciones homosexuales que comúnmente están acuñadas a la categoría del trasvestismo como lo son el transformismo y el transexualismo, pues nuestro punto de vista era voluntariamente restrictivo. De esta manera hemos centrado nuestra atención en describir desde una perspectiva diacrónica y sincrónica cómo desarrollan su vida y el tipo de relaciones que establecen a nivel endogrupal y exogrupal.

El protagonista principal y los coprotagonistas son trasvestis radicados en el sector de Lovaina de la ciudad de Medellín y otros informantes claves (gays, transformistas, transexuales y heterosexuales) que brindaron valiosos aportes para el desarrollo de la investigación.

Se tomó este grupo poblacional como objeto de estudio dada la necesidad que veíamos de ampliar una información sesgada acerca del proceso de estigmatización social que sobre el trasvesti recae, ya que consideramos que es nuestro deber como científicos sociales, a partir de un conocimiento científico, ofrecer niveles de claridad y por ende contribuir con la reivindicación de grupos sociales que como éste han sufrido el castigo de la marginación social. No se trata de exponer las causas del trasvestismo, sino más bien, a partir de un acercamiento a la cotidianidad del trasvesti, presentar su condición de actor que siente, actúa y piensa como cualquier individuo de la sociedad.

Para tal fin requerimos hacer un acercamiento previo a la zona de concurrencia de los trasvestis, allí tuvimos la oportunidad de contactar a nuestro protagonista, a quien se le sustentó el motivo de nuestra presencia en el lugar, los objetivos y expectativas de la investigación, así mismo se le solicitó su colaboración para la realización de ésta, a la cual obtuvimos una respuesta positiva. Este acercamiento nos permitió explorar y abrir caminos para enriquecer nuestro propio marco cognitivo acerca de la vida de estos actores. Por tal razón, esta investigación no está sujeta exclusivamente a nuestra autoría, pues han sido los trasvestis, en el caso particular de Viviana, quienes han redactado gran parte del texto respondiendo a las cuestiones que nosotros planteábamos en las discusiones que sostuvimos alrededor de diferentes temas respecto a su situación con el contexto, dándole vía al proceso de construcción del mismo mediante reuniones alrededor de dos a tres veces por semana durante diez y ocho meses. Inmediatamente después de cada entrevista (cuando no se hizo uso de la grabadora) tratamos de redactar por escrito y con la mayor fidelidad posible todo lo que había surgido en el curso de nuestra conversación; dichos documentos fueron clasificados y relacionados entre sí a través de un hilo conductor tratando de eliminar en lo posible las repeticiones e intentando conservar las ideas, los estilos cognitivos y el lenguaje propio de los trasvestis. Las entrevistas en profundidad se vieron acompañadas de un proceso de observación directa que nos permitió constatar sitios de reunión y encuentro, actores y lugares (trabajo, residencia, etc.), así como también la observación de eventos. Algunos nombres de las personas y los de los lugares en donde transcurren los hechos han sido modificados u omitidos cuando se ha optado por mantener el anonimato. De este modo hemos recogido informaciones de viva voz así como comentarios escritos extraídos de toda la literatura útil que se refiere a los trasvestis. Se encontrarán conceptos teóricos, tanto sociológicos, antropológicos y psicoanalíticos en las notas del desarrollo del tema; estas notas han sido elaboradas por nosotros y no por los trasvestis, en general todas estas informaciones suplementarias que provienen de muy diversas fuentes corroboran las ideas fundamentales expuestas en el texto.

Con este trabajo pretendemos aportar a la línea de investigación sociológica de corte cualitativo porque más, que sociología, se requirió hacer uso de una sociología del interior ya que la forma de abordar la temática nos exigía una metodología más imaginativa basada en el respeto y la sensibilidad para poder entrar en la lógica de estos actores.

El trasvesti que nos narra su historia es conocido con el nombre de Viviana Masscaroz, nació en Barrancabermeja (Santander) en 1961, pertenece a una familia de estrato social medio, asistió al colegio hasta completar sus estudios secundarios donde tuvo su primera experiencia homosexual, en los años siguientes abandona su ciudad de origen y se convierte en trasvesti. Desde entonces, ya casi catorce años ha vivido en el mundo de los trasvestis desenvolviéndose en las áreas profesionales de la estética y el baile. Viviana ha residido en varias ciudades del país entre ellas Barrancabermeja (Santander), Bucaramanga, Santafé de Bogotá y Medellín, esta última donde se ha radicado hace ya siete años.

No hay que pensar que ser trasvesti consiste solamente en vestirse y maquillarse como mujer, para acceder al objeto de deseo. Ser trasvesti implica una vida de grupo determinada por el mecanismo de represión (estigma social), en la cual se establecen códigos, estatutos, tradiciones, lenguaje, etc. Su existencia es tan real y notoria como la de los indigentes, por ejemplo, y al igual que ellos puede ser estudiada con un mínimo de atención por cualquier científico social. Se puede analizar esta opción de vida por la descripción de sus funciones y por los modos de relación que implica.Sólo así se podrá comprender la conducta de cualquier trasvesti.

Durante el desarrollo del texto se analizan y sintetizan las hipótesis, las características y procedimientos descritos en el primer capítulo. A pesar de que este estudio no es lo suficientemente exhaustivo, podrá proporcionar elementos base para tratar aspectos concretos de la vida de los trasvestis. A nuestro juicio, esta investigación proporciona una orientación para el examen de los principales problemas aquí acotados que podrán ser complementados por investigaciones más profundas.

Los autores

Capítulo I

La Categoría

El término homosexualidad hace referencia a aquellas personas que gustan y/o tienen relaciones sexuales con los de su mismo sexo, sin embargo dentro de este grupo existen actores que para llevar a efecto tal práctica se valen de diferentes procedimientos. Encontramos homosexuales que sin abandonar su identidad genérica realizan tal práctica. Paralelamente hay actores que para ello, hacen una transformación de su identidad genérica, son aquellos que para acceder a su objeto de deseo se valen de conductas y artículos comúnmente tipificados para el sexo opuesto.

Estos últimos, clasificados socialmente como trasvestis, hacen una apropiación de las características genéricas femeninas sobre su cuerpo masculino. Tal representación busca ser lo más cercana e idénticamente posible al estereotipo femenino: llevan el cabello largo cuidadosamente arreglado y casi siempre tinturado; un maquillaje fuerte que al mismo tiempo que matiza sus rasgos masculinos les otorga un toque femenino; sus cuerpos casi siempre estilizados van acompañados de senos obtenidos a través de un proceso de hormonización; la firmeza y volumen de sus caderas es casi siempre natural, sin embargo algunos pocos que cuentan con recursos económicos tratan de perfeccionarlas con implantes de silicona. Así mismo queriendo borrar de sí otros rasgos masculinos retiran el vello de sus cuerpos mediante la depilación o electrólisis y sus uñas de pies y manos permanecen pulcramente arregladas y pintadas en colores vivos.

Esta transformación va acompañada del uso de accesorios como: aretes, collares, pulseras, anillos, tacones, etc. Además, con su vestimenta intentan resaltar la figura, por lo general con trajes cortos e insinuantes, estrapless o muy ceñidos al cuerpo, resaltando siempre la forma de sus senos, caderas y cintura.

El trasvesti por lo regular adopta modales delicados que expresa mediante la lúdica de su cuerpo y la manipulación de objetos; su voz es un híbrido compuesto de la resonancia fuerte y el esfuerzo por conseguir una tonalidad delicada, lo cual representa casi siempre el signo más delatador ante un observador. Lo más normal de los trasvestis es que sean exageradamente amables y buenos conversadores, lo cual facilita el acercamiento a éstos. Consagran su energía y su tiempo en la búsqueda de una relación afectiva estable.

Para algunos trasvestis la fiesta y el baile son parte importante de su cotidianidad, estas fiestas están acompañadas generalmente de estimulantes como el cigarrillo, el alcohol, los psicotrópicos, etc. Esta parte de su vida la realizan en sitios de reunión y encuentro que les son comunes a todos. No son de lugares donde haya mucha concurrencia ya que no gustan de las multitudes y no son de lugares públicos, debido a que perciben el efecto que causan entre las personas" normales" cuando llegan a dichos espacios, pues algunos no pueden ocultar la sorpresa, o el disgusto y no falta quien deleita su morbo ante la presencia de los trasvestis, este tipo de reacción los hace sentir supremamente incómodos y los lleva a evadir este tipo de escenarios. Viviana comenta al respecto: "Nosotras cuando vamos a estos sitios es por que vamos en gallada, estamos borrachas o vamos en compañía de nuestro amigo y estamos dispuestas a quedarnos juiciocitas para no irnos a delatar".

El trasvesti es generalmente un ave de paso que visita varias ciudades y es común que no se ubique en su ciudad de origen y si lo hace casi siempre es por fuera del núcleo familiar. Es normal que conformen conglomerados en zonas específicas lo que les permite establecer relaciones con sus pares, relaciones éstas que en la mayoría de las veces están sostenidas en la desconfianza, las relaciones fraternales son más bien escasas. Sin embargo en situaciones que les son comunes a todos la solidaridad opera desde otra perspectiva: La Constitución Política del 86 permitía y favorecía continuas redadas contra estos grupos poblacionales en una clara violación de la dignidad humana y de los derechos del hombre, argumentando siempre cuestiones de Salud Pública, como el control de enfermedades de transmisión sexual y los atentados contra la moral pública; así, se les exigía para desempeñar su rol de oferentes de "placer" al común de la población que demandara sus servicios, un carnet de sanidad que "garantizaba" y legitimaba su libre actuar. La Constitución Política del 91 prohibe claramente las anteriores acciones y de esta manera se les suaviza por lo menos un poco esta angustiosa situación aunque de hecho, al margen de la ley, siempre se suceden vejámenes contra su integridad personal, considerándolos ciudadanos de segunda categoría. Ante las anteriores situaciones los trasvestis establecían unas redes de solidaridad, utilizando formas de advertencia sobre el peligro, y si se presentaba una detención por uno o más días este hecho congregaba al grupo en solidaridad con sus pares. Respecto a esto Viviana nos comentaba: "Cuando alguna de nosotras veía algún movimiento raro, o el carro de la policía, nos avisábamos y eso sí a correr y a salir del barrio, porque hasta las casas se entraban, y si por ejemplo detenían a alguna compañera, al otro día hacíamos un almuerzo común entre todas para llevárselo a la que estaba detenida, porque a veces las detenían sólo por una noche como otras veces por todo el fin de semana para dañarles el trabajito, y como casi todas somos de otras ciudades nos ayudábamos mucho, porque las que tenían familia aquí, vaya y venga, pero las que estaban solas había que ayudarles". Como otra clara muestra de solidaridad de este grupo se plantea la siguiente situación con respecto a la muerte y todo el engranaje social que ella acarrea; La Chama, un trasvesti relevante en el grupo se hace cargo de dar cristiana sepultura a las compañeras de otras ciudades que viviendo acá mueren en desgracia y no es posible avisar a sus familias debido al hermetismo que muchos manejan con respecto a ellas; el mecanismo utilizado es la adecuación de una urna común en donde todas depositan una contribución monetaria de acuerdo con sus posibilidades económicas y a su propia motivación con el fin de poder cumplir el funeral; si estas contribuciones no fueran suficientes ella asume la totalidad de los gastos con la firme convicción de que esto le traerá buena suerte. Julisa, caída en desgracia años atrás, después de sufrir una herida penetrante por arma corto punzante (blanca) en su medula espinal, perdió la capacidad de realizar sus actividades anteriores, la Sily, en un gesto de buena fe y en una clara muestra de solidaridad humana le ofreció en fideicomiso una casa de negocios a su administración.

Así mismo la actitud de los integrantes de estos conglomerados hacia los nuevos actores que se inscriben en este ámbito es generalmente cordial y amable, y ésta se hace evidente y efectiva en el momento de sugerirles o ubicarlos laboralmente de acuerdo con sus aptitudes, esta colaboración a su vez va acompañada de consejos prácticos. A los que se desempeñan como estilistas se les sugiere un trato amable con la clientela; los que se desenvuelven en el mundo del espectáculo les colaboran corrigiéndoles los movimientos de su cuerpo, la vocalización, etc.; y por último los que realizan el oficio de oferentes de "placer" se les habla de las diferentes patrañas a las que pueden recurrir para engañar a los clientes. Cuando los nuevos integrantes llegan a estos conglomerados sin iniciar el proceso de cambio en su cuerpo, pero con el anhelo y la convicción de hacerlo, los demás integrantes ante esta circunstancia expresan su solidaridad por medio de consejos e indicándoles los pasos a seguir para obtener el fin deseado; de esta manera les aconsejan que comiencen primero con el proceso de hormonización de su cuerpo para que de esta forma corrijan un poco la tonalidad de su voz, además de eliminar el vello y provocar la aparición de senos; en cuanto al vestido y al maquillaje se les sugiere que lo hagan de forma paulatina y paralela con el proceso de hormonización. En estos conglomerados no se presenta una distinción jerárquica entre sus miembros, la jerarquía únicamente se hace manifiesta en las casas de negocios (expendio de drogas, alquiler de habitaciones para vivienda o para trabajo), es allí donde se ejerce cierta autoridad y se expresa cierto grado de superioridad de quien es titular de la vivienda con el resto de los cohabitantes. El propietario imparte las órdenes y los demás deben obedecerlas; en calidad de dueño y señor de la casa tiene la autoridad para delimitar espacios y exigir cierto orden tanto en las habitaciones como en el resto de la casa.

Es normal que en estos conglomerados los lazos afectivos estrechos sean más bien escasos, aunque esto no significa que sea inexistente cualquier vínculo afectivo. Para los trasvestis, siempre está por encima de la amistad, salvaguardar su compañero afectivo del acecho de los otros trasvestis, estos son seres que constantemente se lo juegan todo por el amor, casi los trescientos sesenta y cinco días del año los dedican a trabajar y a vivir por su amante. Son seres que aman intensamente y por lo general sus sentimientos van acompañados de manifestaciones de celos y la ansiedad de absorber a su compañero. Un trasvesti que tuvo una decepción amorosa nos comentaba que fue tal la persecución que le hizo a su ex-amante hasta el extremo que lo hizo cambiar de ciudad.

Aunque a nivel laboral son pocos los espacios asignados para los trasvestis no se presentan rencillas en este aspecto, pudiéndose decir que la concurrencia no afecta la relación, sino que más bien existe una tolerancia entre ellos a pesar de la competencia. Topacio, un trasvesti dedicado a la prostitución contactado en el sector de Lovaina nos decía: "Aquí, competencia es competencia, aquí que gane la mejor, todo es cuestión de suerte".

Entre estos actores existen numerosas reglas y máximas. En una de nuestras entrevistas con Viviana nos comentaba que respetaba mucho a los demás homosexuales serios, pero que jamás se acostaría con uno de ellos; así pues, los trasvestis casi siempre buscan establecer sus relaciones afectivas con hombres "heterosexuales" pues eso los hace sentir más cercanos al rol femenino. Estos compañeros afectivos son por lo regular hombres que componen su vida hetero de una esposa e hijos o que en su defecto son muy mujeriegos. Viviana dice: "Yo jamás arepiaria con otra marica, habiendo tanto hombre". Otro de estos actores nos dio la siguiente versión: "Para yo establecer una relación de pareja, siempre busco hombres que no hayan tenido relaciones con otros trasvestis, casi siempre busco hombres que tengan su mujer, pues me parece que a partir de la comparación que ellos hacen de la relación que tienen con su mujer y conmigo, siempre llevo las de ganar, ya que si tengo un hombre que haya tenido relaciones con otros trasvestis no podrían comparar". Otro tipo de reglas que existen entre los trasvestis dedicados a la prostitución son: "Jamás te subas a un auto en el cual vayan más de dos hombres" esto por seguridad; "Una se vale de todas las mañas posibles para evitar la penetración". Los trasvestis buscan ante todo el dinero y el éxito a partir de las oportunidades que se les presentan en la vida, en general estas dos ideas son inseparables. Son enormemente respetuosos con quienes tienen éxito, ya sea como estilistas, oferentes de "placer" o en el mundo del "espectáculo", porque admiten que el éxito o el fracaso son producto de la suerte y el esfuerzo. Así, casi todos los trasvestis del sector de Lovaina hablan de La Sily, que goza de una reputación basada en su status económico obtenido por medio de la prostitución en Europa.

Fracaso y pobreza son temidos por los trasvestis como si se tratara de la peor desgracia. El fracaso no está visto únicamente a nivel económico, si no también a nivel sentimental; la pobreza significa para ellos un futuro incierto, pues al ser personas rechazadas en una primera instancia por su familia saben de antemano que en la vejez y en la enfermedad no pueden contar con ella y que deben ser ellos mismos los que han de posibilitarse su bienestar personal.

Además de estos males temibles también existen otros menores que son objeto de chanzas por parte de los trasvestis. Se divierten fácilmente con las desgracias, accidentes y escándalos que suceden a sus congéneres en su vida privada o profesional. En suma no hay diferencia con lo que ocurre con el resto de la sociedad. Así por ejemplo, un trasvesti que mediante una intervención quirúrgica cambia su estructura genital es considerado por el resto del grupo como "La misma marica" (4). Estos comentarios no son malintencionados, ni significan que hayan perdido la confianza del grupo, sino que más bien son conscientes de la discriminación social que recae sobre ellos.

Los trasvestis viven en el medio estableciendo relaciones de amistad o de simpatía con sus iguales. Viven separados de la sociedad "normal" excepto cuando entran en contacto con ella para ofertarle sus servicios. La sociedad legítima, por su parte, está separada del mundo de los trasvestis que permanece al margen dado el estigma que se abre camino en la vida de estos actores. El lenguaje empleado por estos sujetos, es a la vez una prueba de su aislamiento y un modo de identificación entre ellos. Este argot de los trasvestis, permanece casi siempre idéntico al cabo de los años y la sociedad lo ignora prácticamente; se transmite de una generación a otra por tradición oral. Expresiones del léxico del trasvesti como: "Macabra" da cuenta del actor que no es muy querido por el resto del grupo, otra expresión utilizada más en el mundo de la prostitución como lo es "pavera" hace referencia a aquellos que además de servir a su cliente sexualmente se sirven de sus pertenencias despojándolo de todo cuanto pueden, la expresión "Pirobo" la remiten para los homosexuales serios, cuando utilizan la palabra "Regia" hacen alusión a las cualidades y calificativos de un actor; frases como "Yo quiero un hombre que viva bien lejos" hace referencia al tamaño del miembro del hombre.

En este medio en el que no existen los periódicos, ni las revistas especializadas, una buena o mala reputación se transmite tan rápido como las acciones y hazañas de cada uno; se dice todo de tal modo que todos conocen lo concerniente a aquellos con los que viven.

Los trasvestis provienen del contexto hetero, desde su núcleo familiar hasta los primeros espacios de socialización como la escuela y el grupo de amigos. La procedencia social de estos actores es generalmente de estratos sociales medios y bajos. La ruptura con el mundo legítimo va seguida de un proceso de aceptación, identificación y por último la conversión de sus patrones masculinos en femeninos, acompañada de un período de estigmatización social prolongado por el resto de su existencia, durante el cual rondan los lugares frecuentados por homosexuales y trasvestis. es muy frecuente que inicien su entrada en este mundo en las áreas profesionales estéticas, espacios en su mayoría reservados para los homosexuales más notorios ante la sociedad. Y es en este medio, donde valiéndose de las herramientas estéticas inician su conversión; otros hacen su iniciación a muy temprana edad en la prostitución (5); y hay quienes combinan uno de estos o ambos oficios con los de divertimento.

Existen trasvestis de todas las edades y de todas las clases sociales. Los que son demasiado viejos son excluidos de todos los medios de trabajo y por lo regular terminan sus días viviendo de la caridad del resto de la sociedad; otros, desempeñando oficios domésticos en casas donde algún día laboraron en la prostitución; hay quienes terminan como indigentes y drogadictos, otros como venteros ambulantes; unos pocos hacen su reconvención otra vez como hombres y se internan en asilos de caridad institucionales o no institucionales y tampoco faltan los que se dedican a regentar locales de juego, prostitución o de droga. Quienes han conseguido triunfar por alguno de los medios de que disponen, comúnmente aspiran, en primer lugar a asegurar la vivienda de su madre y en segundo lugar la propia, pero aunque la adquisición de la vivienda sea en sectores de clase media o alta, continúan girando alrededor de los sectores donde están ubicados sus iguales. La religiosidad es común denominador entre ellos, generalmente combinado con la superstición, el trasvesti es conocedor de temas esotéricos y astrales, se valen de perfumes, riegos y talismanes para atraer a la clientela y otros para la buena suerte. Además cuando se trata de elegir su pareja afectiva tienen muy presente el signo zodiacal. Viviana por ejemplo, es conocedora y ejecutora de este tipo de suertes adivinatorias; así mismo Topacio utiliza la loción del nido del pájaro macúa preparado en su tierra natal, la Guajira, especialmente para ella con su loción personal y Brigitte recurre a riegos, plantas y oraciones para atraer la clientela al negocio. Otros tienen en su casa varios cuadros de Marilyn Monroe, argumentando que "Casa de negocios que se respete debe tener siempre un cuadro o afiche de ésta" Marilyn Monroe representa entre los trasvestis el símbolo de la sensualidad, como ellos mismos afirman "Ella representa la sensualidad y nosotros somos sensuales".

Los trasvestis están organizados en el sentido de que viven y se agremian como grupo con sus códigos morales como si se tratase de una sociedad alterna a la sociedad "normal" legitimada, que queda reservada para el mundo heterosexual donde el matrimonio y la familia la sustentan.

Capítulo II

El trasvesti y los mecanismos de reproducción social

Todas las sociedades garantizan y prolongan su funcionamiento apoyándose en un orden ajustado a normas y reglas. Las reglas son éticamente neutras y las normas llevan implícito un esquema de valores sociales y culturales, cumpliendo así la función de impedir la manifestación abierta de motivaciones que son o se consideran socialmente perniciosas o perturbadoras; estas reglas y normas se difunden mediante diferentes formas entre todos los miembros de la sociedad, produciendo en los individuos los efectos de un comportamiento estandarizado y uniforme. Pero esto no sería posible si para tal efecto la sociedad no se valiera de los mecanismos de reproducción social, es decir, las instituciones sociales, encargadas de reproducir la estructura social al interior de ellas e impartirla y hacerla cumplir a cada uno de sus miembros.

En otras palabras ese orden normativo y la existencia de ciertas instituciones sociales, operan como garante del sistema social vigente. Así pues, todo sujeto adscrito a un sistema social complejo está inmerso en estos procesos de socialización. Los trasvestis como piezas de este engranaje social, transcurren en su vida por los mismos mecanismos de socialización, estos actores provienen de familias heterosexuales, conformadas éstas como todas las familias de la sociedad colombiana, mediante el matrimonio eclesiástico, civil o de hecho. La estructura familiar al interior de éstas se constituye por la representación del padre, madre e hijos. Los trasvestis comienzan su proceso de socialización en el núcleo familiar que es igual o semejante al de cualquier otro actor social.

Por tradición cultural, una vez se ha decidido el sexo del bebé, el camino de la crianza es por lo general coherente con el género asignado, éste ofrece una serie de pautas y comportamientos a seguir según sea hombre o mujer. Los trasvestis no son ajenos a este proceso, ellos también deberán responder por ciertos roles asignados al interior de la familia, entre ellos el de hijo y el de hermano. Así por ejemplo, Viviana proviene de una familia convencional constituida por padre, madre y seis hermanos (tres hombres y tres mujeres), en la cual se destaca una estrecha relación con los miembros femeninos de la familia. En esta asignación de roles juega un papel de vital importancia, la parte lúdica, los juguetes y los juegos de los niños se organizan siguiendo líneas de diferenciación genérica. Los trasvestis no son marginados de este proceso, la mayoría de ellos en su niñez realizan sus actividades lúdicas de acuerdo con los rótulos culturalmente establecidos, de esta forma, Viviana nos comentaba que en su niñez jugaba con los muchachos fútbol, pepas y maras (agregando que era un niño normal).

Algunos trasvestis en el desempeño del rol de hijo, establecen una relación afectiva más cercana con su madre y empiezan a interiorizar una imagen paterna representada en una autoridad sujeta al miedo y al respeto. En una entrevista Viviana nos describía así la relación con su padre: "Cuando yo era niño la relación era normal de padre a hijo y común y corriente, se conversaban las cosas que se sentían; pero ya después empecé a crecer y siempre me tiraba más para el lado de mi mamá, siempre, toda la vida; yo a mi papá lo tenía como a ese señor de respeto y como con un poquito de miedo". El rol de hermano lo desempeñan de forma normal, creando mayor afinidad con el sexo femenino, sin apartarse de forma radical de sus otros hermanos; en esta búsqueda de afinidad, se establecen con algunos hermanos lazos afectivos más estrechos. Así, Viviana destacaba como mejor la relación que tuvo con la hermana que le antecedía, constante hasta que ella murió; para ese entonces Viviana tenía trece años, luego el lugar de ésta fue ocupado por otra hermana que seguía ascendentemente en años.

Las familias de los trasvestis no se apartan de las formas convencionales de la familia tradicional colombiana, las que en su interior establecen un orden jerárquico funcional; de esta manera en la figura del padre recae la función del sostén económico de la familia, lo cual le acredita una mayor autoridad dentro del hogar; mientras que la función de la madre se limita a atender las labores domésticas y a la formación y educación de los hijos (7). Sin embargo, este orden jerárquico se ve alterado cuando el papel del padre es reducido solamente al sostén económico familiar, recayendo sobre la madre el poder decisorio sobre hechos y acontecimientos que marquen el devenir de la vida familiar. Viviana explica así la funcionalidad de su familia: "Ahí la que manda es mi mamá, porque la que manda es mi mamá; ya las situaciones difíciles como complicadas y todo, pues sí las resuelven entre los dos; pero la que da la última palabra siempre es mi mamá. Es un show y siempre es la que daba los permisos, todo" Agrega que su padre y su madre siempre se la llevaron muy bien. Esta distribución de funciones también, se extiende a los hijos; casi siempre a las mujeres se les asigna las funciones propias del rol femenino y a los hombres, las desempeñadas por el rol masculino. Entre los trasvestis, con los cuales hemos tenido la oportunidad de conversar, esta especificación de funciones no ha sido tan marcada. Viviana por su parte contaba al respecto: "Al principio nos repartíamos los oficios de la casa con mis hermanos, pero ya después ellos salían a trabajar y a estudiar, y otros se fueron casando, terminé por colaborarle en todo a mi mamá, le lavaba, le planchaba y le hacía de comer; además por que era yo quien permanecía más tiempo en la casa y por que fuera de esto a mí me gustaba, yo a los nueve años ya sabía cocinar"

Es en este proceso de socialización primaria donde el niño introyecta los valores, las tradiciones, las costumbres y las creencias que influirán en su comportamiento social. Así mismo, en el transcurso de su vida el individuo tendrá que pasar por una serie de instituciones sociales (proceso de socialización secundaría), en las cuales desempeñará diferentes roles sociales de acuerdo con los distintos contextos de sus actividades, y es a partir del desempeño de dichos roles que el individuo logra un status que le permite desarrollarse como actor social. Los trasvestis al igual que los demás actores sociales están inmersos en estos procesos, la mayoría asisten a la escuela y allí empiezan a interiorizar nuevas pautas de comportamiento y a reformar algunas de las ofrecidas en el seno familiar. Con relación a este aspecto, Viviana nos comentaba que había hecho su primaria en una escuela mixta de Ecopetrol, asignada para los hijos de los trabajadores de dicha empresa, en Barrancabermeja (Santander), manifestando que no tenía un amigo en especial "No recuerdo a nadie, era como todo mundo, o sea, como fue una infancia tan normal, eso era con todo mundo, tanto niñas como muchachos". Su educación secundaria la realizó en un colegio privado de Bucaramanga, donde dirigió todo su potencial intelectual a sobresalir como buen estudiante, ya que sus padres eran muy exigentes en este aspecto "Un tercer lugar para ellos era malo" En esta otra parte de su vida, la interacción con los demás miembros del grupo la realizaba a través de actividades deportivas como el baloncesto y el béisbol, igualmente lo hacía por medio de otro tipo de actividades que no involucraban tanto el movimiento corporal, tal es el caso de las actividades de tipo académico.

En el mundo de los trasvestis existen algunos que han tenido la oportunidad de acceso a una educación superior, pero que no culminaron sus estudios debido a que en estos momentos de su vida tuvieron que elegir entre darle vía libre a su elección de vida o la terminación de sus estudios, ya que les resultaba imposible y/o contraproducente combinar ambas, así por ejemplo, Topacio adelantó estudios en el área de la salud (auxiliar de enfermería) en una academia de la ciudad de Barranquilla, los cuales abandonó, pues en su interior persistía el anhelo de asemejarse a una mujer y optó por su deseo, dejando de lado un año de estudios; ejerció un tiempo como auxiliar de enfermería en el hospital de Maicao (Guajira ), luego se retiró y se trasladó a la ciudad de Medellín en donde reside actualmente y realizó su cambio; Topacio hizo valer su derecho de ciudadano, de poder elegir libremente su conducta sexual, pero los derechos que le corresponden al ciudadano son muchos más, entre ellos el de la educación, el que tuvo que sacrificar.

Pero también hay otros más audaces que pese a todas las adversidades han terminado exitosamente sus estudios, llegando hasta la consecución de su título universitario, es el caso de Diana, que siendo trasvesti adelantó sus estudios en contaduría pública en la Universidad Javeriana de la ciudad de Santafé de Bogotá (8). Así nos relató Diana su ingreso a la Universidad: "Cuando decidí comenzar mis estudios universitarios en la Javeriana, los primeros semestres asistía a la Universidad de jeans estrechos, chaquetas anchas para esconder mis senos y sin maquillaje; después de dos semestres ya sí comencé a ser más YO, me maquillaba y me vestía más femenina. La pelea que tuve que dar para poder estar allí fue dura, pero siempre por encima de todo yo he tratado de que antes que vean al trasvesti vean a la persona".

Los grupos estigmatizados por la sociedad, en la medida que se excluyen ellos mismos de las oportunidades a las que como ciudadanos tienen derecho, le están haciendo el juego a esta sociedad que los segrega y los margina por pertenecer a una categoría específica. Muchos trasvestis no adelantan estudios superiores por el miedo a tener que enfrentar todas las adversidades que se les vendrán, de esta forma Lina nos comentaba: "Yo sí quisiera hacer una carrera como comunicación social, pero no me imagino cuando el profesor llame a lista un hombre y yo levante la mano, o quien se aguantaría a todo el mundo mirando, comentando y haciendo chistes pendejos sobre mi." Diana por su parte, tuvo que encubrir por dos semestres su verdadera personalidad y Topacio tuvo que suspender sus estudios. Un país como Colombia que se precia de ser democrático, pluralista y por ende defensor y respetuoso del derecho que tiene todo ciudadano al libre desarrollo de la personalidad, no promueve de una forma auténtica entre sus miembros una actitud menos prejuiciada, para que éstos puedan aceptar y compartir las mismas oportunidades que les brinda la sociedad, con aquellos cuyo comportamiento sexual es culturalmente diferente, como los trasvestis. Los rituales llevan implícitos todo un acervo cultural y la correcta ejecución y cumplimiento de estos, es lo que determina la aceptación o no aceptación de ciertos actores sociales. Los trasvestis en su mayoría, al igual que cualquier ciudadano común colombiano, se inscriben en la cultura cristiana al seno de la familia y comienzan haciéndolo a través del Sagrado Sacramento del Bautismo y a partir de éste reciben todo un acervo de información religiosa que de alguna manera comienza a influir y va moldeando su pensar y su comportamiento al interior de una sociedad, se van impregnando entonces como cualquier sujeto (9) de la cultura imperante y va surgiendo en ellos el eterno concepto de la culpa tan difícil de vencer y que llevarán prácticamente por el resto de su existencia, aunque esta no se haga manifiesta de manera directa o explícita (10). Sin embargo aunque muchos de los trasvestis hayan recibido los tres primeros sacramentos, para nuestro contexto los ofrecidos por la religión católica (bautismo, comunión y confirmación), no todos siguen los lineamientos que ésta les ofrece; la participación en la ceremonia de la Sagrada Eucaristía no es muy común entre ellos, aunque su creencia en la existencia de un Dios supremo, redentor y salvador siga constante.

Culturalmente se percibe como normal que todo miembro de la sociedad en edad productiva se desempeñe en una labor "apta" para él entrando de esta manera en el mercado capitalista de vender su fuerza de trabajo. La actividad laboral de algunos trasvestis se inicia a muy temprana edad, pues ésta les representa un medio de subsistencia, dado que el rechazo familiar, surgido a raíz de su elección sexual, es bastante marcado; en última instancia termina por obligarlos a abandonar su hogar y en muchos casos hasta su ciudad natal. Así pues, son empujados a inscribirse en las actividades que socialmente están asignadas para ellos; que a su vez les garantiza una relación en igualdad de condiciones con sus pares, libertad para el ejercicio de su identidad sexual y la pertenencia y aceptación dentro de un grupo que comparte su misma condición de estigmatizado. Así por ejemplo, Viviana se inició laboralmente en el mundo de la estética, su incursión la hace en Bucaramanga (Santander), como practicante de peluquería en el salón de belleza de un amigo. Allí puso en práctica y perfeccionó sus conocimientos como estilista y así se ha mantenido en el mundo de la estética. Para esta profesión no sólo se necesita un conocimiento previo, sino además se requiere de un disfrute de lo que se realiza, manteniendo siempre una actitud sociable con el cliente, pues de esta actitud también depende el número de demandantes y su salario, ya que en las peluquerías por lo regular no se asigna un salario fijo, sino una cuota porcentual; asumir estas actitudes en su ambiente laboral es cosa fácil para los trasvestis, pues su inclinación y amor por lo estético se los permite, así, embellecer a las personas les produce una gran satisfacción a nivel personal, la búsqueda de la armonía de un corte de pelo con un ángulo facial y la combinación perfecta de colores, se convierte en el objetivo primordial, cuando alguien se sienta en su tocador. Estos actores comparten su cotidianidad laboral con manicuristas u otros estilistas que por lo regular son homosexuales y con otros actores sociales que al mismo tiempo que demandan sus servicios asumen una actitud burlona, disfrutando picarescamente de la escenificación que el trasvesti hace de su rol. Generalmente los "normales" se basan en una particularidad del ser para satisfacer su morbosidad, dejando de lado la esencia (11) de la persona y desconociendo en la misma su igualdad de condiciones en términos de deberes y derechos que como miembros de una misma sociedad tienen. Una clienta de Viviana nos hizo el siguiente comentario: " A mí ellos me parecen muy queridos y qué más que se le dedican mucho a uno cuando lo van a arreglar, son muy charros y yo me relajo mucho cuando vengo a un salón donde hay trasvestis" Paradójicamente algunos de ellos han interiorizado su papel de bufón que los "normales" les asignan, excediéndose en la teatralización de su rol, con lo cual sólo buscan el agrado y la tolerancia.

Paralelamente a esta situación, los trasvestis tratan de perfeccionarse en su oficio de estilistas, ya que para ellos este les representa más que una fuente de ingresos económicos una satisfacción personal. Viviana se expresa así de su oficio de estilista: "Es una profesión bonita por que se expresan muchas cosas, sí, el hecho de querer ver uno siempre a la gente bien, con su cabello en buen estado, bien peinado o unos ojos bien maquillados o una boca bien delineada, eso sí me gusta, me gusta poder arreglar la gente, poder que la gente salga bien, que salga perfecta, eso; y además que es una profesión que estresa cuando se atiende mucha gente, pero que de todos modos relaja, es una profesión que es relajante, mientras que tú vas trabajando el cabello vas conversando con la gente, o sea, hay un contacto, son profesiones de contacto con el público, sí y eso es bueno para mí, porque he conocido gente, entonces por eso es que yo soy sociable, además, porque en esta profesión sí se necesita gente sociable, porque un estilista amargado no hace nada, no hace nada".

También hay quienes se desempeñan en la presentación de shows nocturnos que comprenden el canto y la danza; estas presentaciones se realizan generalmente en bares y discotecas, allí hacen doblajes de artistas o montan coreografías de baile, lo que les exige una ardua preparación; la perfección es el ideal y además un gran compromiso. Estas actividades comienzan a altas horas de la noche para terminarlas en la madrugada, allí se deben a su público, de la aceptación que estos hagan del espectáculo dependerá no sólo su satisfacción personal, sino también la garantía de poder seguir desempeñándose en el oficio. La contratación se hace por show al igual que el pago y esta a su vez depende de la acogida que tenga entre el público.

José Los que trabajan como oferentes de "placer" tienen cierta independencia, pues este oficio sólo lo ejercen cuando lo estiman conveniente, no están sujetos a desempeñarlo en un espacio determinado; generalmente el cliente se consigue en la calle y la satisfacción de su demanda puede realizarse bien sea en su propia residencia o en otros lugares acordados por él mismo. (12)

La cultura destina al sujeto el desempeño de diferentes roles, entre ellos el de padre, hijo, estudiante y actor político. Esta última escena se hace bien complicada en cualquier sociedad, pues múltiples factores intervienen en ella y son las normas y principios que la rigen los que van a propiciar o a impedir dicha participación. La Constitución Política Colombiana de 1991 permitió la apertura de canales y de espacios de participación ciudadana y comenzó a hablarse entonces, de la denominada Sociedad Civil. De esta manera la Sociedad Civil ya no solamente participará en sus procesos políticos a través del sufragio universal, fuese este directo o indirecto, sino a través de una cantidad de figuras e instituciones nuevas donde definitivamente pueden ejercerse funciones bien establecidas de ésta como participar, vigilar y dirigir sus propios destinos como sociedad organizada.

El problema comienza cuando traducimos estas oportunidades bien definidas constitucionalmente a la realidad de un entorno social y económico que tradicionalmente ha sido pobre y continúa siéndolo. Es bien claro que mientras no exista una organización y un florecimiento económico que se traduzca en un bienestar social será difícil que amplias capas poblacionales secularmente marginadas, se apropien de estos espacios y se produzca entonces una verdadera participación ciudadana, es decir, un amplio porcentaje de la población colombiana nunca ha tenido verdaderas oportunidades que le permitan un desarrollo integral tanto como persona y como miembro de una sociedad. En este sentido no puede hablarse de una verdadera democracia en Colombia aunque la nueva Constitución así lo pregone.

A pesar de lo anterior es evidente que existen grupos sociales más marginados que otros, determinado esto por las relaciones de poder manejadas dentro de toda estructura social. En este sentido los trasvestis estarían ubicados quizá al final de toda la escala social, pues como hemos visto en ideas anteriormente desarrolladas, su limitación de espacios ocurre en cualquiera de sus acciones cotidianas como seres humanos, siendo así, ¿qué no podremos decir del escenario político en el cual se mueven las mayores ansias de poder, que como ya sabemos es la más flagrante de todas las pasiones? La participación política de estos actores se hace tímida, esto tal vez reflejo de la marginación a que han sido sometidos por el resto de la Sociedad Civil, pues como lo enunciaba Viviana "Quede quien quede poco se va interesar por nosotras". Claro está que la decisión de participar de los comicios electorales se ve sujeta a diferentes situaciones; ya sea por compromiso político de alguno de sus familiares o conocidos que se hayan comprometido con cierta cuota electoral; y de otro lado lo hacen más por sensación que por convicción. Diana comentaba: "Cuando se trata de votar muy pocas escogen el candidato por sus ideas y si más bien por su apariencia personal". Este modelo de participación se aparta muy poco del esquema democrático del país, que tiende más a la elección por la imagen (que se encargan de difundir los medios de comunicación, en su mayoría propiedad de los monopolios políticos) y el boom político de los candidatos, que por sus mismos proyectos políticos, sin embargo no debemos desconocer actitudes como la asumida por Diana que dice: "quien no participa pierde el derecho a criticar y yo a pesar de no hacer proselitismo político, sí ejerzo mi derecho al voto, después de analizar bien los programas de cada uno de los candidatos (presidenciales) y hacerles un seguimiento de su campaña electoral".

Los procesos de socialización son interiorizados por los miembros de la sociedad y se hacen manifiestos en las diferentes actividades que el sujeto desempeña, ningún actor social se escapa a estos esquemas culturales, ni siquiera los trasvestis que a pesar de permanecer al margen de la sociedad "normal", al igual que el resto lo reproduce en el interior de los conglomerados que conforman .

De los roles sociales que emergen de este proceso de socialización, para el caso de los trasvestis, se hizo una descripción desde una perspectiva diacrónica, es decir, a través del tiempo y también desde una sincrónica, o sea en el ahora, para poder explicar los roles que estos actores desempeñan concurrentemente. Este enfoque nos permitió comparar y contrastar las típicas transiciones de roles que experimentan los trasvestis en sus respectivas carreras sociales no se apartan del esquema de la sociedad "normal"

CAPÍTULO III

Identidad genérica y elección sexual

Al momento mismo de su nacimiento, el ser humano adquiere una identidad genérica, ésta como producto de la adscripción social de la cual es objeto por parte de los patrones culturales establecidos, es decir, el hecho mismo de rotular genéricamente al recién nacido como niña o como niño, lleva implícito una serie de símbolos que se encargarán de determinarle las pautas de su comportamiento futuro. A su vez estos símbolos van acompañados del reforzamiento que hace el núcleo familiar, encargado de ofrecer pautas para la diferenciación del rol. La corroboración de la familia es hacer hincapié en el dimorfismo del rol genérico, proporcionando como modelos primarios el rol de una pareja formada por miembros del sexo opuesto, con diferentes tareas asignadas para los diferentes géneros.

De esta manera los niños entre la edad de tres a cuatro años hacen una fijeza verbal de la sentencia autorotulante genérica "soy una niña" o "soy un niño", y así mismo, el rol genérico determinará los comportamientos públicos que expresan el género de lo masculino o lo femenino, comportamientos que se extienden a la sexualidad. La manifestación de la conducta sexual en la adolescencia se considera como dependiente de (pero no exclusivamente como determinada por) la preexistencia del dimorfismo del rol genérico, ya que es en la adolescencia donde la mayoría de los jóvenes se hacen actores sexuales, es decir, en la adolescencia comienza lo que podría llamarse una segunda etapa del dimorfismo hombre/mujer en esta cultura. Este período parece particularmente caótico para los adolescentes que se interesan por el mismo sexo, puesto que no hay indicios públicos que los conforme en lo que piensen o sienten.

Las normas de identidad sexual engendran tanto divergencias como ajustes, ocasionando en algunos actores conflictos de identidad ya que deben responder a estereotipos conductuales mientras que en su interior emergen otros impulsos que se le contraponen. En el encuentro de lo que es y lo que debe ser, el actor utiliza una serie de mecanismos que lo ayudarán a insertarse en el mundo social y que le servirán al mismo tiempo para mimetizar tal inclinación que está contrapuesta con la norma; existen otros actores que deciden en un momento dado de su vida ser consecuentes con su sentir y hacer, se presentan ante su entorno como seres que en algún momento de su vida rompen con los códigos artificiales ligados al género reivindicando para este caso su orientación sexual que es la que se encuentra en cuestión, para ello no sólo se logra que su identidad sea reconocida en su acción, sino que también es reforzada por la simbología, que se transmite a través de cambios y modificaciones al que se somete el esquema corporal. Tal es el caso de los trasvestis que para asumir su inclinación sexual, al igual que cualquier otra persona que se considere como "diferente" por el sólo hecho de traspasar los umbrales de la normatividad, deben hacer dentro de su devenir un reconocimiento a su personalidad "diferente" y las implicaciones que esto les traerá en el desarrollo de su cotidianidad.

En oposición con el "normal" los clasificados como "diferentes", desde que comienzan a descubrirse como "distintos", entran en un proceso diario de confrontación, hasta llegar a aceptarse a sí mismos según su condición; para ello se inscriben en un proceso que se ha definido como Carrera Moral (Goffman 1993).

Al ubicar al trasvesti dentro del marco de los "diferentes", nos proponemos entonces, a partir del caso de Viviana, establecer una analogía del encuentro con su identidad y el proceso de la Carrera Moral, proceso necesario para transformarse de desacreditable (13) a desacreditado (14) para convertirse así en un ser aislado e inaceptado por el resto de la sociedad.

En una primera instancia el actor comienza por interiorizar la clasificación nominal que se le asigna a su comportamiento a partir del lenguaje y desde allí empieza a construir una imagen representativa de lo que implica pertenecer a una determinada categoría. Al sumergirse en este proceso simbólico del lenguaje empieza a comprenderse y a conocerse dentro del marco determinado de una categoría que es estigmatizada por la sociedad mayor; en este momento incorpora el punto de vista de los "normales" y adquiere las creencias relativas a la identidad genérica propias de la sociedad. En el caso particular de Viviana se ilustra así este proceso: "A los diez años me di cuenta de mi inclinación, porque escuché cierto comentario de un homosexual, entonces estando yo estudiando primaria todavía, le pregunté yo a mí profesora y ella me lo explicó en los términos que yo pudiera entender, y ahí me di cuenta de que yo era, que yo también estaba en ese grupo". De esta manera cuando el actor se da cuenta de que su comportamiento o su sentir no es el aceptado por el resto de la sociedad, se adentra en un proceso de crisis, puesto que el actuar que emerge de su ser es recriminado y rechazado, lo que termina por generar en estos actores conflictos psíquicos en la búsqueda y constitución de su identidad hasta llegar a reconocerse como "diferentes". Este es un proceso que lleva su tiempo. En Viviana, este conflicto surge cuando de manera indirecta se inscribe en una categoría estigmatizada y el cual explica así: "Uno vive con esa intranquilidad, ¡me descubrieron! ¡no me descubrieron!, a esa edad donde la vida de uno es tan tranquila, a pesar de que yo llevaba mi niñez normal, pero a esa edad vivía yo con esa intranquilidad, como con ese afán de tapar algo que en algún momento me delatara".

En este encuentro con la identidad real (Goffman 1993), es decir, aquella que le es propia al actor y que a pesar de los cánones en que éste se forma, no es impuesta, conduce también a la búsqueda del porqué su comportamiento o su sentir difiere de la norma. "Muchas veces ese comportamiento afeminado, lo disimulaba en que yo era el menor, entonces era consentido .¡Pero no, mi comportamiento era afeminado!".

Al ir evolucionando en este proceso de la adquisición del nuevo "Yo", que ofrece la aceptación y el reconocimiento de esta identidad real enmarcada dentro de una categoría social, que además de ser diferente es estigmatizada, "el actor social aprende que posee un estigma particular y esta vez en detalle las consecuencias de poseerlo".(Goffman 1993). Pero este proceso de aprendizaje no sólo lo hacen a través de la introyección del lenguaje simbólico, sino también, mediante la interrelación con los demás; optando entonces, por tomar posición frente a la exigencia que hace la sociedad de la identidad sexual, en ese momento abandona la identidad virtual (Goffman 1993), es decir, aquella que le es atribuida y que le sirve para desenvolverse dentro de los cánones sociales y abre el espacio donde pueda darle vía libre a su sentir, sin dejar de utilizar el encubrimiento, que ya no es asumido, dentro del proceso de reconocimiento como la negación de la identidad emergente, sino de una manera más consciente como mecanismo de del trasvesti masculino es el homosexual que busca asemejarse a la mujer y para acceder a tal posición, debe superar dos etapas indispensables que son: la elección sexual y tomar la determinación de hacerlo, así mismo puede dejar de ejercer este acto en cualquier momento y ello sucede generalmente por cuestiones de edad o por persuasión de terceros, sin embargo seguirá siendo considerado como un trasvesti. Pese a que este grupo no posee ninguna estructura orgánica, presenta todas las características de un gremio; dispone de un lenguaje propio, de historia, de tradiciones y costumbres, constatadas a partir del contacto que establecimos con ellos, lo que no nos resultó difícil, pues a diferencia de la información peyorativa que comúnmente se ofrece de los trasvestis, ellos se nos han presentado como pe

La reafirmación de la identidad homosexual a través del encuentro con el otro y la adquisición de un nuevo "Yo" estigmatizado, dificultan al actor las relaciones con los cercanos y con la sociedad en general. Al hablar de cercanos traemos a colación el grupo familiar al cual se le debe dar respuesta al tipo de formación ofrecida para el desempeño del rol genérico; unido a esto existe la relación de dependencia de tipo sentimental y económico que exigen del actor comportarse de acuerdo con los parámetros establecidos y es allí donde el mecanismo del encubrimiento se torna más dificultoso produciendo mayores ansiedades, pues el temor a la pérdida y el miedo al rechazo del grupo familiar hacen que en el interior de él se generen conflictos ambiguos e inmanejables ante el temor de ser descubierto. La doble vida a la que son empujados estos actores, tanto por los esquemas culturales como por su identidad real, hacen que no logre superar los conflictos psíquicos de ansiedad sino hasta el momento en que se identifique y se reconozca como un desacreditado social.

Algunos homosexuales logran convertirse en desacreditables ante los ojos de la familia la cual está impregnada de los estereotipos que tiene la sociedad para clasificar a las personas dentro de categorías valorativas; no siempre es un proceso voluntario, muchas veces en algún momento de su vida son descubiertos. Viviana ilustra al respecto: "Mi mamá esculcándome mis cosas, me encontró una vez una carta de mi amigo, a partir de esa carta se dieron cuenta en mi casa y me llamaron al orden, me preguntaron que si era cierto. ¿ Y yo qué podíá decir? Que sí , que así era. Mi papá me rechazó decentemente, él me dijo que no podía aceptar esa situación y que él había procreado era a un hijo; mi mamá me echó de la casa, ella me dijo que yo con mi comportamiento no podía seguir viviendo allí. Desde ese momento en que mi familia me rechazó me fui a vivir con mi compañero". (15)

Sin embargo, dentro de los homosexuales existen algunos actores que traspasan los límites de esta categoría, atravesando así los rituales públicos de la heterosexualidad y de la heterosociabilidad. Son los trasvestis, quienes para acceder al objeto de deseo que es de su mismo sexo se someten no sólo a una confrontación en el orden de lo psíquico, sino que además trasforman su esquema corporal, tienen que teatralizar ante la sociedad.

Estos actores se ven abocados a realizar un doble proceso para la construcción de su identidad real; el primero es reconocerse como homosexuales y el segundo basado en su elección de apropiarse de los roles genéricos femeninos, para lo cual realizan una transformación de su corporalidad de hombre a mujer, que les permitirá la construcción de un nuevo "Yo integral", identificando a su vez las condiciones estigmatizantes que fluctúan en la sociedad para ambas categorías.

Los trasvestis logran a través de símbolos visuales mostrar su condición y hacerla parte de su personalidad, aquí podemos decir que a pesar de la carga social que les toca llevar, están por encima del encubrimiento, ya que con la "aceptación y respeto de sí mismos", no tienen la necesidad de ocultarse y es en este plano donde podemos hablar de una revelación voluntaria, sin embargo, para que ésta se pueda lograr deben superar algunos obstáculos, que a su vez les facilitarán este proceso. De esta manera la manifestación voluntaria o involuntaria de la condición homosexual ante el núcleo familiar provoca entre sus miembros diferentes reacciones; lo más común es el rechazo que muchas veces está presente por el resto de la vida de estos actores, en algunos casos tal rechazo se transforma en una especie de tolerancia con ellos pero sin una aceptación auténtica y casi siempre conservando la esperanza de que algún día corregirán su conducta.

Así pues, la reacción de los padres de Viviana fue expulsarla del seno familiar, lo que la condujo a compartir su vida con su compañero afectivo desde la edad de quince años. En esta relación de convivencia Viviana adoptó los roles femeninos desempeñando así los oficios del hogar, "Ahí sí me tocaba era a mí, de esas señoras abnegadas, entonces juiciositas, ¡qué horror!". Sin embargo en su interior sentía la necesidad de capacitarse para poder desempeñarse laboralmente, lo que a su vez le permitiría una independencia económica y fue así como durante esos cuatro años de relación Viviana comenzó a estudiar lo que tiene que ver con la construcción y reconstrucción de lo corporal y al mismo tiempo ingresó a una academia de baile lo que le permitiría más adelante desempeñarse en las funciones de divertimiento en "espectáculos" públicos. De esta manera obtuvo el título de estilista profesional y se adiestró durante el mismo tiempo en ballet clásico. Así lo narra: "Comencé a estudiar algo de arte, entonces comencé a estudiar en una academia de baile y belleza, ahí entonces conocía un estilista, entonces yo iba, practicaba y cosas así, mi compañero me apoyó hasta que murió. De allí terminé y me vinculé así en una peluquería de un amigo y cumpliendo los veinte años viajé para Bogotá, en ese momento me desvinculé totalmente de mi tierra, ya a hacer mi vida, que es precisamente lo que tengo ahora".

El cambio de ciudad tiene como única motivación poder dar rienda suelta a la constitución de su identidad real, que se consolidará con la transformación de su apariencia personal (de masculino a femenino). El cambio le facilita al actor este proceso en la medida que le brinda un anonimato considerado como necesario, puesto que la carga del estigma será más severa si la transformación de su imagen exterior, se realiza ante aquellos que lo conocen, mientras que en otro lugar puede aparecer como un desconocido que aunque sea víctima del estigma no se hará manifiesto por cuenta de las personas con las que antes tuvo algún tipo de relación. No obstante se puede pensar que el cambio de residencia y de escenarios es una forma de proteger a la familia ya que ésta es indirectamente objeto de la censura social que recae sobre ella si en el núcleo familiar existe un desacreditado. Viviana por su parte tomó esta determinación por sugerencia de varias personas "Por ese entonces me decían aquí no puedes, tú no puedes, en tu ciudad no puedes, está tu familia, mucha gente que te conoce. Entonces ¿para qué? mejor hazlo afuera y regresa, ya cuando regreses, ya la gente ha tratado de dejar esa apariencia que tú tenías y van a aceptarte" Es común entre los trasvestis tomar la determinación de cambio de ciudad natal. Para ilustrar se pueden mencionar varios ejemplos: Diana viaja de Barranquilla a Santafé de Bogotá; Topacio de la Guajira se traslada a Medellín, y así, este mismo proceso es constante en otros actores con los cuales hemos tenido la oportunidad de hablar; sin embargo es necesario aclarar que existen trasvestis que no optan por mudarse de ciudad sino por un cambio de residencia como es el caso de Brigitte "la reina del fuego".

Para Viviana la estadía en Santafé de Bogotá no sólo le posibilitó desarrollar sus dotes de estilista profesional y de bailarín, al mismo tiempo que continuar sus estudios de ballet; sino que, paralelamente a estas funciones, asumió la tarea de transformar su apariencia personal. La elección del lugar la hace a partir de un esquema referencial proporcionado por amigos que conocían parcial o directamente espacios donde se podría facilitar este proceso de cambio "Porque siempre, o sea, pues, la influencia de amigos que uno conoció, esa misma influencia de que en Bogotá pues hay más posibilidades, entonces ya también los amigos míos ya me habían visto, ya pues maquillándome en alguna fiesta, en alguna cosa así". Una vez ubicado en esta ciudad comienza, primero a conseguir una fuente económica que le garantice su subsistencia, esto es posible gracias a la ayuda de amigos; por lo regular ingresa en círculos donde encuentra otros actores que comparten algunas de sus características como lo son los homosexuales o bien las comparten totalmente como los trasvestis, estos sitios son peluquerías y sitios de reunión y encuentro, Viviana lo relata así: "Llega uno a una parte desconocida, sí, pero de todos modos con la gente que conocía, ya después empecé a conocer gente y me vinculé a peluquerías, eso es un proceso hasta que uno llega a una parte donde allí se queda". El cambio sobre el esquema corporal se realiza en forma gradual. En una primera instancia se presenta en la apariencia personal una ambigüedad, que comúnmente está acuñada con el término andrógino, que significa una mezcla entre los patrones masculinos y femeninos para lo cual utilizan generalmente prendas unisexo y un maquillaje discreto "No, la ropa sigue siendo, no tan masculina pero, sí, o sea, masculina y femenina, mezclado ¿No?, que no vaya a ser pues así como del totazo" En una segunda instancia se busca dar sobre la apariencia corporal una especificidad, optando por darle un cambio total, para el cual se valen de sustancias farmacológicas, para que se presente el crecimiento de senos; además la práctica de ejercicios corporales para estilizar el cuerpo y el uso de maquillaje, esta vez más llamativo que les permite una armonía estética a sus rasgos faciales. En esta fase juega un papel fundamental el cambio de vestido, ya de corte totalmente femenino, y el uso de accesorios para acompañarlo. Finalmente proceden a cambiar su nombre para confirmar su nueva identidad, estos por lo regular son muy llamativos y femeninos, buscando a su vez cierta armonía rítmica. Casi siempre sus alias son extractados de personajes y seriados televisivos que han contado con una gran aceptación por el público en general; V. gr: Viviana: telenovela Mexicana, transmitida en 1986, bajo es mismo nombre; Topacio: telenovela Venezolona, transmitida en 1986, bajo el mismo nombre; Brigitte Bardot: actriz de cine de origen francés famosa en la década del 60 y 70; Chama término venezolano utilizado por la clase media-baja para designar a la persona joven, de uso frecuente en los seriados televisivos.

Generalmente en el cambio de identidad personal estos actores no se desprenden de su nombre original, pues siguen llevando el primero o segundo apellido de sus progenitores. Viviana ilustra así su cambio de apariencia para consolidar la construcción de su nuevo "Yo" real: "Luego de estar trabajando en la peluquería en Bogotá empecé el tratamiento de hormonas, yo fui al médico y le expuse mi caso, yo quería que me saliera busto, cuerpo no, porque lo tengo de familia; el médico me estudió y me dijo el nombre de las hormonas que me tenía que aplicar, cada cuánto y en qué cantidad, mi tratamiento lo comencé con progynon y de ahí avancé a perlutal, y de allí él me explicó que cada ocho días me aplicara un progynon y un perlutal, que comiera bien; que durmiera bien, que el día que me las aplicara no tomara trago, ni tuviera relaciones sexuales, por que tal vez no respondería bien, porque la hormona estaba marcando un cambio en el cuerpo, un cambio evolutivo; me advirtió de los malestares que se podrían presentar, como dolores de cabeza, sueño o agriera; y en el momento que me empezaran a estallar las tetillas se me iba a presentar dolor y algo duro, pero todas estas cosas yo ya las sabía y también sabía las consecuencias que podría traerme la aplicación de estas hormonas, de pronto taquicardia, paro cardíaco, una trombosis; pero a sabiendas de todo eso uno se arriesga, ¡porque uno quiere ser mujer! Ya entonces al tiempo me vi el busto, la piel también me cambió mucho, porque las facciones me cambiaron ya no son esas facciones bruscas de hombre, sino que las ablanda, las afina; el vello también lo disminuye. Este cambio en mi cuerpo vino acompañado del vestuario y de asumir actitudes más femeninas y el maquillaje más fuerte, así como la ropa era más acorde con la que estaba viendo la gente, y así paulatinamente fue pasando el tiempo hasta que ya me cambié del todo y ya comencé a llevar mi vida de mujer, ¡comencé a ser Viviana! por que mi nombre me gustó siempre, y además de que acompañado del apellido de mi mamá mucho mejor, imagínate, Viviana Masscaroz ¡suena muy bien!".

Paralelamente a este proceso de construcción de la identidad del "Yo" real, estos actores se van ubicando en el interior de grupos que comparten la misma característica de desacreditables y el mismo estigma social que recae sobre ellos. Este agrupamiento por condición se convierte para estos actores en la única forma de interrelación social que no está viciada por la censura oficial (16). El acercamiento es facilitado por su condición de iguales y les permite adquirir los códigos conductuales que se manejan dentro del grupo como: jerga, temas de conversación, lugares que pueden frecuentar, normas de trabajo y también las fórmulas para el manejo de situaciones difíciles. Una vez realizados los primeros contactos con sus iguales, al nuevo miembro se le facilitan otros contactos dentro del medio, tales como inducción laboral o de reunión y encuentro; y con éstas el conocimiento del grupo en términos más amplios, garantizando así su interrelación social dentro del grupo. Viviana lo relataba así: "Con la gente que conocía ya empecé a comunicarme, empezaron a presentarme y esto y lo otro, ta ta y pum; me sostuve un poco con los ahorros que llevaba, ya después empecé a conocer gente y me vinculé a peluquerías, ya de ahí, ya conoce uno discotecas, conoce uno más gente, ya le ven a uno la tendencia, como el baile, como la cosa, entonces ya lo vinculan a una como en cuestiones de shows, entonces me metí de lleno".

La consolidación de la identidad de estos actores les requiere a su vez una reafirmación dentro de su núcleo familiar y con los grupos de contacto anteriores al cambio, con los que por lo regular se produce un choque frontal, pues estos no aceptan fácilmente la nueva identidad que han elaborado estos actores desde sí. Así relata Viviana su regreso a Bucaramanga y la presentación ante su familia: "Cuando llegué a Bucaramanga lo hice directamente a un hotel, yo no avisé en mi casa, así que me organicé y me fui a visitarlos, ¡común y corriente! Toqué la puerta y precisamente quien me abrió fue mi papá y él me decía, señorita ¿a quién necesita ? Y cuando me vio bien y me reparó bien quedó mudo, el shock fue tan grande que estuvo hospitalizado; mi mamá me miraba y me miraba y se puso a llorar, mis hermanas también, pero bueno; estando mi papá hospitalizado hubo paz, pude conversar mejor con el resto de mi familia, después de esos quince días de estar en Bucaramanga parte una nueva etapa, una nueva vida, que precisamente ellos ya no me tratan como al que vieron nacer, sino como a la que yo hice de mí". Así mismo Diana nos contó que cuando regresó a Barranquilla una vez transformada, sus hermanos trataron de ridiculizarle, su padre dio una vuelta y exclamó: "Se ve mejor que cualquiera de ustedes", dirigiéndose a sus hermanas. Topacio por su parte nos comenta el encuentro con sus compañeros de trabajo: "Una vez que realicé el cambio, regresé a la Guajira y me dirigí al hospital donde antes había trabajado, me presenté ante mis compañeros y éstos casi que no me reconocen, tuve que explicarles que yo era el que había trabajado allí. Entonces empezaron las caras de asombro y por ende las preguntas, la relación con ellos siguió normal y cada vez que voy a la Guajira paso por el hospital".

Convertirse en un desacreditado exige del individuo una respuesta ante la sociedad, comenzando por sus nuevos grupos de interacción, así pues, se inscriben en grupos en donde pueden ser, sentir y demostrar sin miedo a lo que son, ¿y qué otro grupo sino sus iguales? Estos grupos sociales alternos casi siempre buscan ubicar su radio de acción en sectores particulares, donde son por lo regular actores anónimos y también hay unos pocos que individualmente se ubican en espacios heterosociales.

En Medellín por ejemplo, el sector de Lovaina se ha constituido como un espacio delimitado para los trasvestis, el cual ha sido asumido por éstos como espacio laboral en las funciones de oferentes de "placer" y de construcción y reconstrucción de lo corporal; además como sitio de residencia, de reunión y encuentro. Allí encontramos a quienes viven y trabajan o los que viviendo y trabajando en otros sectores van de visita a Lovaina para reunirse con sus iguales. Viviana comenta esta situación así: "Está bien que la Zarca haya conseguido mucha plata y que haya conseguido una casa en Laureles, pero ¿qué? mírala ahí, la ves casi todos los días por aquí, porque ¿a dónde más puede ir una marica ? ¡Donde sus amigas! Para dárselas de gran dama, porque a otros lugares no se atreven a ir." La aglomeración en este sector puede considerarse como una conformación de "ghettos", en la medida en que es un grupo social que se aisla o que es aislado y marginado por el resto de la sociedad. Aunque la heterosexualidad y la reproducción siguen siendo los objetivos del desarrollo sexual genérico, así como también una de las bases para juzgar la normalidad social y psicológica de los actores, los trasvestis se atreven a subvertir estas reglas llegando incluso a ganarse el calificativo de seres patológicos por parte del resto de la sociedad, que además les atribuye otros calificativos peyorativos como perversos, psicópatas, etc. No hacen más que contribuir a denigrar su condición; estos mismos calificativos son emitidos por el núcleo familiar. Viviana por su parte argumentaba: "A pesar de que mi madre y mis hermanos me aceptaron, nunca obtuve una respuesta similar por parte de mi padre, pues éste siempre me rechazó y murió haciéndolo".

Los trasvestis, desafiando los esquemas culturales y acomodando su comportamiento sexual a los lineamientos de su "Yo" real, pasan por alto las diferentes recetas que desarrollan las sociedades en cuanto a pertenencia a uno o a otro sexo, lo que nos lleva a pensar que las orientaciones sexuales están menos encerradas en las proscripciones rígidas de un rol genérico y sugiere que en nuestro comportamiento más "instintivo" existe una gran posibilidad de romper con los patrones artificiales ligados al género.

Capítulo IV
El trasvesti, vida personal y vida social

El sexo considerado como un hecho biológico asigna a las personas la connotación de macho o hembra lo que a su vez presenta una dicotomia puramente excluyente, que no solamente clasifica al individuo sino también le indica la manera como debe comportarse y como espera que se comporte en un contexto cultural dado. Normas de conducta manifiestas implícitamente a través de los roles sexuales sociales, valorados en función de los siguientes elementos: porte y conducta, prueba de prácticas eróticas, intereses recreativos, temas casuales de conversación en reuniones espontáneas, etc. Haciendo del rol genérico una expresión pública de la identidad genérica. Lo que da pie a que dentro de nuestra cultura las personas sean categorizadas por una particularidad, dejando de lado su esencia. Dicha categorización va aparejada de un proceso de estigmatización y segregación social. De esta manera grupos que presentan características específicas no legitimadas y censuradas culturalmente buscan ubicarse en sectores donde puedan desarrollar su vida de una manera más integral; así convergen en sitios homogéneos donde se instalan con sus iguales dándole a estos espacios una dinámica propia en cuanto a sus actividades, es decir, personas con características específicas se van apropiando de un espacio por medio del uso que hacen de él. Cuando sus actividades no perjudican al colectivo poblacional; no atentan en forma directa contra la integridad de las personas, se hace un reconocimiento implícito del uso del espacio tanto por parte de los organismos estatales como por el resto de la población, y les otorgan a estos lugares una nominación de acuerdo con la actividad que allí se realiza.

El sector de Lovaina en la ciudad de Medellín tiene una trayectoria histórica en cuanto a su funcionalidad como espacio para la satisfacción de las demandas de diversión y de placer, congregando sobre este espacio prostitutas y bares nocturnos. Sin embargo en la medida que fue dándose un crecimiento urbano se fueron creando nuevos espacios para satisfacer tales demandas. Paralelamente a la movilidad de la población hacía otros sectores de la ciudad, en Lovaina se hacía inminente la presencia de homosexuales, quienes a su vez le otorgaban otra característica a la dinámica funcional del sector.

En la actualidad el sector de Lovaina presenta una diversidad respecto al uso del espacio. Continúa siendo zona de diversión y de placer, pero con otro tipo de actores sociales como los trasvestis y unas pocas prostitutas, los cuales a la vez comparten este espacio con unas cuantas familias de composición hetero y algunos lugares destinados para el comercio y la oferta de servicios varios. También sirve de lugar de residencia, reunión y encuentro de los trasvestis; pero no todos viven allí, otros se ubican en hoteles de segunda categoría en el centro de la ciudad y unos pocos viven con sus parientes o grupos de familias ajenos a ellos.

La asignación del espacio para los trasvestis siempre está determinada por aspectos de tipo funcional, pues en la medida que el actor se desenvuelva en una función que entra en el contexto del juego económico, puede desenvolverse libremente sólo en relación con su actividad. Viviana Mazcaross vivió durante aproximadamente un año en el barrio La Floresta (Santa Lucía), allí se desempeñaba como estilista, cuenta que sus relaciones con los habitantes del barrio siempre fueron buenas y que incluso allí dejó grandes amistades que de vez en cuando frecuenta: "A mí en la Floresta me querían mucho, por allá trabajaba en una peluquería y vivía en un apartamento chiquito pero muy bueno, nunca tuve problema con los vecinos, porque como yo no meto con nadie, inclusive como yo soy tan seria y no soy de escándalos hasta los mismos milicianos me cuidaban".

Al igual que Viviana hay otros trasvestis que residen en barrios no asignados socialmente para ellos, allí muchas veces se convierten en objeto de burlas y chanzas del resto de los vecinos del sector; pero muchos terminan por imponer su presencia en estos espacios asumiendo posturas y actitudes que no confronten la "normatividad", consiguiendo así del contexto la tolerancia en lo que tiene que ver con su presencia.

Generalmente los trasvestis tienden a reunirse con sus iguales mediante la conformación de conglomerados donde desarrollan su vida tanto pública como privada, es decir, sus actividades laborales, lúdicas y sus relaciones personales convergen alrededor de los espacios socialmente asignados para ellos; lo que implica que estos actores se vean privados de la diversidad paisajística que ofrece la ciudad y a la cual como ciudadanos tienen derecho. Así se ven obligados a desarrollar su cotidianidad en espacios que si bien no están delimitados explícitamente sí lo están de forma implícita por la censura moral que se ve reflejada en las actitudes y comportamientos que el resto de la sociedad asume y emite con respecto a estos seres. Viviana se expresaba así al llegar al salón de belleza donde trabaja, luego de haber salido a comprar un cigarrillo "Me la voló, y hoy sí lo tuve que parar, el vendedor de frutas de acá abajo siempre me está diciendo cosas hasta que hoy no me lo aguanté más." Como antes lo expresábamos, esta limitación de escenarios a causa del estigma que recae sobre los trasvestis hace parte de su cotidianidad. La segregación social se extiende hasta los sitios de diversión los cuales están ubicados en el sector de Lovaina y en el centro de la ciudad especialmente en los barrios La Candelaria y Villa Nueva, de la cual se destaca la calle Barbacoas por la presencia colectiva de estos actores. Así estos escenarios se convierten en los lugares donde los trasvestis desarrollan sus actividades de esparcimiento, para lo cual se ofrece una infraestructura física (tabernas, discotecas, residencias, etc.) que les proporciona un espacio para trabajar y hacer vida social, en ellos pueden compartir tranquilamente con el ser querido; dialogar con el amigo; conocer al recién llegado; tomarse unos tragos; bailar o escuchar un poco de música. Por lo regular estos sitios no son exclusivamente para trasvestis a éstos también asisten algunos homosexuales, aquellas personas que van a satisfacer su curiosidad frente a un comportamiento divergente como si se tratase de una exposición de un fenómeno raro que no se debe pasar por alto y quienes deciden ir a rematar su farra pues estos lugares ofrecen sus servicios hasta la madrugada. Estos espacios son frecuentados por personas de escasos recursos económicos, provenientes en su mayoría de las comunas nororiental y noroccidental de la ciudad, percibiéndose entonces una de las formas de reproducción del modelo de estratificación social, ya que paralelamente a estos escenarios, en la ciudad también se encuentran otros que son frecuentados por homosexuales pertenecientes a las clases sociales media y media-alta; allí se percibe el esfuerzo de los actores por mantener una armonía en sus cuerpos y en sus vestimentas, aquí la estética juega un papel muy importante, por que ella puede servir para lograr no sólo el agrado visual del otro sino también para representar su pertenencia a una clase social. A pesar de que estos sitios son designados para personas que comparten una misma característica estigmatizante, el acceso a los mismos está restringido para los trasvestis.

No obstante, el trasvesti tiene que enfrentarse al obstáculo que le representa el no ser bienvenido allí, pues dentro del grupo de homosexuales y las categorizaciones que hay dentro del mismo, los trasvestis no son aceptados debido a la negación que hacen de su condición masculina y la posesión que hacen de la femenina en todas sus dimensiones (vestidos, poses, maquillaje, nombres, etc.). Sin embargo algunos homosexuales reunidos en fiestas privadas terminan por hacer una imitación de lo femenino mediante la representación de actos cotidianos de las mujeres (conversaciones, poses, etc.) y otros no tan cotidianos como los reinados; actividades realizadas a partir del encubrimiento que ofrece la cofradía. En los sitios de reunión y encuentro para homosexuales ubicados en el centro de la ciudad, el acceso de los trasvestis es mínimamente controlado, mientras que en los lugares ubicados en el occidente de la ciudad particularmente en los barrios de San Joaquín, La Castellana, Florida Nueva, Carlos E y sector Bolivariana que son especialmente para homosexuales de clase media y media alta, la presencia continua o permanente de trasvestis representa un desprestigio para el lugar. Así, el acceso a estos sitios se hace doblemente traumático para los trasvestis por la concepción que se tiene de éstos clasificándoseles como escandalosos y peleadores (concepción que no difiere en gran medida de la que maneja la población en general), además los homosexuales que no abandonan su identidad genérica rechazan de raíz individuos con los que en algún momento se les pueda comparar; un homosexual contactado en un sitio de clase media alta decía: "A mí los trasvestis me desagradan porque el común de la gente no establece diferencias entre ellos y nosotros." Actitudes que conllevan a una doble segregación del espacio; sin embargo, esta regla no es absoluta pues hay trasvestis que como Lina, de clase media alta, gozan de buena aceptación en estos sitios.

Los lugares de divertimiento para los trasvestis, no solamente se convierten en espacios para realizar dicha función, sino que también, para algunos de ellos, son a la vez sitios de trabajo, es así como las discotecas y tabernas se convierten en el sitio donde se puede contactar una cita con aquella persona que demande sus servicios y para quienes trabajan en la calle como oferentes de "placer", éstas son el lugar propicio para escabullirse de aquel que en un momento dado ha decidido propasarse. También hay quienes encuentran en estos lugares la posibilidad de desarrollar sus dotes artísticos, ofreciendo espectáculos de canto, danza o doblajes de artistas quienes en su mayoría son mujeres que sobresalen en el mundo del espectáculo, entre sus favoritas se destacan Paloma San Basilio, Alejandra Guzmán, Rocío Durcal, Azúcar Moreno, Ana Gabriel y otras.

La situación que se da para los trasvestis en los sitios de reunión y encuentro se asemeja en cierta medida a la que se vive en los sitios ubicados en Lovaina; a diferencia de que estos lugares aparte de servir de escenarios para la diversión otorgan la funcionalidad para el trabajo y residencia; bien sea porque se viva en una casa que ofrezca los servicios del "placer" o porque en las calles de este sector se encuentren al demandante de turno que por lo regular es llevado al sitio de residencia para satisfacer su demanda, fundiéndose así lugar de trabajo con lugar de vivienda, impidiendo a estos actores hacer una división de los escenarios y sus funciones y la apropiación del espacio privado que le permita hacer de éste un lugar sólo para el regocijo y el descanso. Las sociedades ofrecen además otro tipo de entretenimiento que a diferencia de los de divertimiento nocturno no cuentan con lugares específicos asignados para un grupo determinado de población y es allí donde el agrupamiento no es la barrera protectora; ahí se necesita del encubrimiento o de pasar lo más desapercibido posible para evitar poner en evidencia su identidad real, que dentro del común de la sociedad es por lo regular precaria y morbosamente interpretada. El cine, aquel que se presencia en los teatros es sin lugar a dudas una de las principales actividades culturales de la cual participa la mayoría de la población, paradójicamente a este hecho, los trasvestis encuentran en esta característica un impedimento más para su desarrollo lúdico; no es que la actividad en sí no guste, es el número de personas que congregan estas salas lo que origina el desencanto, ya que esta situación representa para ellos la confrontación de su identidad real con la de aquellos que dícense "normales" y que ven en los trasvestis ese ser divergente que atenta contra la moral pública y el orden social; así cuando un trasvesti decide participar de dicha actividad prefiere hacerlo a la sombra de la noche asistiendo a la última función. En la sala de teatro cuando el velo de la oscuridad se convierte en su cómplice, estos actores pueden transportarse a través de la pantalla gigante en el mundo del cine, donde alguna película pueda representar su historia o hacerse protagonista del film proyectado que de algún modo puede ser tanto para ellos como para los "normales" la realización de la ilusión de un estilo de vida no alcanzado que puede verse representada en los diferentes géneros del cine.

La emoción que desata un partido de fútbol también puede convertirse en cómplice de estos actores para poder pasar desapercibidos, pues la atención de los espectadores está puesta en los movimientos de los veinticinco hombres de la cancha y el marcador del partido. Lina, comentaba: "Yo a veces voy a fútbol con mi novio, porque a él le encanta y no he tenido problemas de ningún tipo en el estadio".

Otro tipo de entretenimiento del cual participan algunos trasvestis es asistir a aquellos espectáculos que hacen visitas temporales por la ciudad, como la ciudad de hierro o un circo cualquiera. Estos eventos que congregan la población para que participe de la alegría y el esparcimiento con su variedad de aparatos mecánicos y espectáculos, no dan lugar al prejuicio social y sí a la recreación y el disfrute. Sus días de descanso y ocio los dedican a ver la televisión, actividad de esparcimiento que sin lugar a dudas es la más común para los trasvestis; y así como fieles consumidores de la caja mágica al igual que la gran mayoría de la población, se deleitan con los enlatados, seriados, novelas, noticieros, etc. que ofrece este medio de comunicación, pues éste, al igual que otros como la radio, no les implica un desplazamiento y por ende tener que someterse a la exhibición pública.

En las actividades de esparcimiento de corte artístico podemos hablar de un límite implícito que no recae solamente en la demarcación de lugares, sino más bien en lo públicas que pueden resultar. Ante actividades como conciertos, exposiciones, obras de teatro, se presenta dentro de los trasvestis, no una apatía sobre la actividad misma, (muestra de ello lo constituye que dentro de su mismo grupo se realicen actividades de tipo artístico similares a las que se ofrecen públicamente); sino más bien que, reconociendo su situación de estigmatizado, el trasvesti recurre al aislamiento, como mecanismo de defensa frente a una sociedad que le procura un alto grado de inseguridad e incertidumbre cuando se trata de compartir el mismo escenario.

Aquellos actos rutinarios para los "normales", tales como subirse a un autobús, salir de compras, hacer diligencias, practicar algún deporte o simplemente caminar por una calle de la ciudad, se convierten para los trasvestis en problemas de manejo, ya que se sienten en exhibición o estudio ante las miradas constantes de las personas, percibiendo además el rechazo que se hace sobre lo que ellos representan, lo que genera en estos actores estados psíquicos de ansiedad, inseguridad y depresión, situación que los obliga a recurrir a mecanismos de defensa como el encubrimiento, para lo cual hacen uso de elementos desidentificadores, que les permiten pasar desapercibidos entre el resto de la sociedad: pelucas para tapar su cabellera, ocultan sus manos o simplemente no hablan, entre otros.

Vemos pues casos como el de Brigitte que hace uso de elementos desidentificadores cuando se trata de entrar en contacto con la sociedad más amplia; para salir al centro de la ciudad en ocasiones decide vestirse de hombre y se transporta en un auto de alquiler para poder pasar desapercibido y no concentrar las miradas del resto de las personas con quien entra en el juego de relaciones de intercambio.

Viviana por su parte cuando se trata de diligencias bancarias o de otro tipo que le impliquen hacer presente su documento de identidad, trata al máximo de evitarlas, encargando a un tercero de realizar estas funciones.

Estos mismos problemas de manejo se extienden a sus compañeros afectivos, de esta manera el mecanismo de encubrimiento también se hace manifiesto en estos. Así, el acceso de los trasvestis a espacios públicos en compañía de su amante se hace bajo los condicionamientos que este imponga para presentarse en público en su compañía, pues todos ellos manejan este tipo de relaciones desde el ámbito del encubrimiento, ya que comúnmente se desenvuelven dentro de un contexto hetero y además sostienen otra relación afectiva culturalmente aceptada, es decir, componen su vida de esposa, e hijos o simplemente una o más novias. El tiempo disponible para estas relaciones "extras" está determinado por el tiempo que demanden sus relaciones hetero. Aunque existen otro tipo de relaciones en las cuales el compañero afectivo dedica todo su tiempo a dicha relación, siendo así, como muchos de ellos llegan a compartir el mismo lugar de vivienda, estas relaciones tienden a ser lo más idénticamente posibles a una relación heterosexual con la variante de que es el trasvesti quien asume el rol de cabeza de familia.

Una de las características de estas relaciones afectivas, es que están determinadas regularmente por el factor dinero, estableciéndose así una relación de intercambio, donde el trasvesti brinda regalos, comida, alojamiento, etc.; por manifestaciones de afecto y compañía. No todos estos individuos asumen una vida totalmente pasiva frente a la satisfacción de sus necesidades pues generalmente se ocupan en oficios asignados tradicionalmente para el prototipo de macho como son: choferes, mecánicos, policías, etc., los cuales les permiten cubrir en parte sus necesidades básicas, pero no las impuestas por la sociedad de consumo y delegan en el trasvesti la responsabilidad de satisfacer dichas necesidades lo que representa para el trasvesti más que una obligación una inversión.

El amante del trasvesti mantiene esta relación en el más absoluto hermetismo frente a su familia y a su grupo de amigos quienes se han creado otro tipo de expectativas frente a estos. Así, Lina comentaba: "El es muy querido conmigo, salimos mucho pero los dos solos o de pronto con otra parejita que sabe el rollo. Él cuando me llama no tiene ningún problema, pues como pregunta por Lina no hay problema de ningún tipo. Yo a veces he ido con él hasta la casa de la mamá, claro que no entro, yo lo espero en el taxi, por que yo de primera impresión no parezco un trasvesti, pero uno sabe que si lo detallan y de pronto lo escuchan hablar van a saber de quién se trata." Este mismo hermetismo se desplaza a sus relaciones laborales, ya que si son descubiertos pueden ser objeto de chanzas pesadas y muchas veces ser víctimas del despido de sus trabajos. Así, el compañero de Viviana fue despedido cuando descubrieron que sostenía una relación afectiva con un trasvesti; de esta forma el no revelar su identidad se convierte en un acto de protección de su integridad. Las relaciones afectivas de los trasvestis se sostienen en el clandestinaje, lo que les obliga a crear un lenguaje simbólico que les facilita la continuidad.

Además de las relaciones afectivas los trasvestis establecen otro tipo de relaciones como las endogrupales, aquellas que se establecen con sus iguales, éstos sostienen al interior del grupo relaciones que no se caracterizan propiamente por la fraternidad, por el contrario podríamos decir, que la relación de amistad entre éstos se ve condicionada por las garantías que a cada actor le ofrece el unirse a su grupo de iguales, garantías en términos de protección de la sociedad mayor, acceso a vivienda y posibilidad de adquisición de un trabajo. Estas relaciones de amistad también gozan de un alto grado de desinformación a nivel personal de lo que podríamos denominar la vida íntima, familiar y pasada de cada uno de los integrantes de este grupo, dicha información en los casos en que se logra determinar es producto de las especulaciones y las vagas concepciones que pueda hacer cada actor en particular. La constante movilidad del trasvesti le facilita el manejo de la información acerca de su identidad personal, pues el no permanecer mucho tiempo en un sitio determinado es un limitante para poder realizar por parte de sus compañeros de grupo una reconstrucción de la identidad personal del actor en cuestión, lo que a su vez favorece el anonimato, que le sirve como barrera protectora tanto ante los normales como ante los estigmatizados. Es por ello que cuando se trata de hablar de sí mismo, por lo regular sólo lo hacen de los hechos inmediatamente conocidos por sus iguales (relaciones afectivas, sucesos en el lugar de trabajo, etc.) y algunos hechos del pasado que sucedidos en otras latitudes sólo pueden ser confrontados a partir del comentario intrigante. Sin embargo la identidad personal de algunos personajes relevantes y con gran trayectoria en el sector de Lovaina es de dominio público. V.gr, Sily, La Chama y Brigitte.

Cuando las conversaciones trascienden a otros aspectos no muy íntimos, por lo regular giran en torno a temas como la moda, la apariencia personal del otro, el demandante de turno o simplemente el chismecito de actualidad .

Sus relaciones exogrupales, es decir aquellas que se establecen por fuera del grupo, ya sea con otros estigmatizados (prostitutas, lesbianas, homosexuales, etc.) y con el grupo de la sociedad mayor ("normales") no difieren en gran medida a las que establecen con sus iguales, pues por lo general son relaciones ocasionales ya que al tratarse de seres nómadas sus amistades son de turno y más que de turno, circunstanciales (compañeros de trabajo, clientela, vecinos, jefes, etc.) ya que están influenciadas por el juego de intereses que las atraviesan.

La característica de la movilidad del trasvesti se hace manifiesta no sólo a partir de los cambios de ciudad, sino también dentro de su mismo grupo, pues dado que son las circunstancias personales las que condicionan la pertenencia al mismo, estas pueden verse afectadas cuando se les presentan otras posibilidades para que ocasionalmente puedan aislarse de su grupo. El aislamiento les permite a los trasvestis, dada su relación con los "normales", encontrar mayores defectos en sus iguales pues cuando las relaciones exogrupales ofrecen un poco de estabilidad emocional al trasvesti, éste puede llegar a considerar que está por encima de los mismos hasta considerarse tan normal como el "normal" en la medida en que recibe una mayor aceptación por parte de este ultimo grupo. Viviana ha tenido la oportunidad de poder vivir y trabajar en lugares diferentes al sector de Lovaina, como lo han sido La Floresta y Guayabal (vivienda); el sector del Estadio y el centro de la ciudad (trabajo). Sin embargo ubíquese donde se ubicaren no van a estar libres de la categorización de actor estigmatizado, pues así se dé el aislamiento del grupo, la característica que lo hace desacreditado siempre va a estar presente. Y una vez que las oportunidades se agotan y las circunstancias obligan al trasvesti a que cambie de escenarios (terminación del arriendo o del contrato laboral) estos actores siempre encuentran en el grupo de iguales, el espacio que les ofrece la posibilidad de subsistencia. Viviana después de agotar las posibilidades por fuera de su grupo termina por volver a Lovaina, pues sabe que, sea como fuere, allí no solamente puede vivir sino también trabajar dentro de la camaradería que le ofrece su grupo de iguales. Aquí cabe mencionar la frase de Goffman (1993): "No pueden aceptar su grupo ni abandonarlo".

Una de las consecuencias que trae consigo la movilidad de los trasvestis es su inestabilidad económica, ya que su conciencia de previsión del futuro es escasa, pues el dinero que consiguen casi siempre es utilizado para lo que a cada uno le significa sus necesidades inmediatas, la mayoría son seres que viven el momento presente sin preocuparse por el devenir; de ahí que muy pocos tengan una conciencia de ahorro; Mónica, un trasvesti que reside en el sector de Lovaina y se dedica al oficio de oferente de "placer" relataba lo siguiente con respecto al uso que hace de su dinero: "Cuando llegué de Europa traje mucha plata, eso sí, todo me lo gasté en rumbas y también hice muchas fiestas, pero también le regalé plata a mi mamá, para mí no dejé nada, yo soy de las que dicen volador hecho, volador quemado." Además, la adquisición del dinero no tiene una línea regular por las mismas características de sus ocupaciones que no ofrecen un ingreso fijo. Cuando sus posibilidades económicas les favorecen, tienden a gastar su dinero haciendo una inversión sobre su cuerpo ya sea en cirugías, implantes, ropa, accesorios, etc. Otros con más solvencia económica tienen unos gastos más suntuosos como perfumes finos, joyas en oro y piedras preciosas, autos y tecnología (teléfonos celulares, beepper, equipos de sonido, etc.) y hacen inversiones que les representarán ganancias futuras como propiedad raíz, negocios como bares, discotecas, burdeles y peluquerías que a largo plazo les asegurarán su estabilidad económica.

A menudo los actos sociales, desde el fútbol o las diversiones, el amor o el consumo, resultan ser actos que cumplen la función de reproducir el sistema social y cultural validado públicamente, a través de las ritualizaciones y los significados simbólicos de los mismos interiorizados por medio de las representaciones colectivas. Son evidentes las diferentes manifestaciones en lo artístico, religioso y político, entre otras. Sin embargo, la sexualidad sigue reducida a una concepción standar universal de valor, en donde las expresiones diferentes de las establecidas no cuentan con la aprobación consensual cultural. En el plano de lo sexual se evidencia un status-quo, donde los atributos sexualmente tipificados del género masculino, pero no los tipificados del género femenino, son considerados como cualidades personales ampliamente deseadas cuando no está en juego ninguna referencia explícita al sexo. Existe una exagerada demarcación en la virilidad, en la medida en que sus características constituyen también la categoría más general de la humanidad. Así, el estereotipo masculino, se convierte en una apropiada caracterización de un estilo psicosocial que es legitimado con variantes en los cuadros sociales de la cultura occidental.

Los hombres que violan esta ley (no escrita, pero totalmente efectiva y vigente) no reciben sólo una sanción moral, que sería la culpa, sino que son penados a través del propio aparato represivo de la sociedad. Por ejemplo: El que un hombre denigre de su condición de macho, como es el caso del trasvesti, quien abandonando sus estereotipos genéricos hace una apropiación de los del sexo opuesto (femenino) es sancionado por la sociedad en general que utiliza como mecanismo de censura el estigma que conlleva a la segregación de sus espacios, a la delimitación de sus funciones y a ocupar el último lugar en la escala del status sexual atribuido en relación al ejercicio de su sexualidad.

Capítulo V
El trasvesti frente a la sociedad

La economía actual en el mundo es de carácter globalizante; ha sido superada la antigua división del trabajo de países productores de bienes industriales y otros de bienes de consumo. Los mercados están cada vez más internacionalizados.

Cuando la tendencia consumista se fortaleció en las décadas del 60 y 70, muchos intelectuales de izquierda previnieron frente al dominio del mundo económico por el valor de cambio que haría del hombre un ser unidimensional; y crearía una especie de mentalidad uniforme a la sociedad de consumo (17). Lo real es que muy pronto se presentaron fuertes contratendencias que cuestionaron y cuestionan el consumismo, pero ante todo frente a la presunta muerte del actor social. Lo que observamos es su revitalización, su lucha por identidad social y cultural que se expresa en la presencia de múltiples movimientos sociales como adecuadamente lo analiza A. Touraine.

Los movimientos sociales hacen que buena parte de la teoría social que estaba presente se reformule: ya no será la lucha de clases el único motor de la historia; aquella visión del estado como el modelador por excelencia del comportamiento y del pensar a través sus diferentes aparatos ideológicos se diluye; hoy se acepta que los aparatos son también privados y no sólo de clase, que lo social es cada vez más complejo y tiene diferentes niveles de composición y movimiento desde la vida cotidiana hasta la economía mundial y que este movimiento tiene múltiples direcciones que se entrecruzan e igualmente diversidad creciente de actores. Una muestra de ello es este tipo de actores que fueron sujetos de nuestra pesquisa interpretativa: Los trasvestis, a quienes hemos llamado Iconoclastas del Género por su lucha en este campo contra una visión bipolar y como reconocimiento de la importancia que tiene la diversidad cultural y social, y su respeto y tolerancia.

El trasvestismo se presenta como una forma más o menos consciente de revelación contra la estereotipación sexual impuesta por nuestra sociedad. Sin embargo el acto mismo de querer asemejar una identidad genérica que no es la propia no se realiza bajo los condicionamientos de un odio hacia la sociedad y sus esquemas culturales, sino más bien este acto se realiza a partir de una inquietud latente que se hace manifiesta desde muy temprana edad y que con el correr del tiempo cobra más fuerza. La apropiación que hacen los trasvestis de los estereotipos sexuales femeninos conlleva a que sean una minoría hostilizada, perseguida y que a menudo vean sesgadas tanto sus posibilidades de vida como su derecho a convivir en comunidad por el sólo hecho de no pensar ni actuar como el resto de la sociedad. Pese a todo lo anterior, sus actos cotidianos no están cargados de resentimiento y, como todo individuo perteneciente a un espacio social, el trasvesti participa de las relaciones que se tejen en él, ya que el entorno social obliga y compromete. Así, las relaciones sociales que el trasvesti establece no difieren de las del resto de la sociedad y de esta manera establece una red de conexiones familiares, vecinales, amistosas, laborales, comerciales y de intercambio de servicios basadas en una relación de mercado y de conveniencia, estos actores sólo entran a participar de la interrelación social en la medida en que se establece una correspondencia de servicio mutuo; este tipo de vínculo se traslada inclusive hasta el ámbito de las relaciones familiares.

La familia se presenta como la primera instancia que rechaza al trasvesti, pero una vez que él adquiere cierto poder adquisitivo, es "tolerado" en la medida que haga un aporte económico bastante notorio.

De esta manera nos relataba Poliana (18), un extrasvesti contactado en el sector de Lovaina: "Mira, es que todo es conveniencia, uno tiene que comprar la familia, pues cuando se dan cuenta que uno es marica lo echan de la casa, pero cuando regresa con plata ahí sí lo reciben y lo atienden; es como el sicario que mientras entre plata a la familia es: mijito pa'cá y mijito pa'llá, antes la pena y la vergüenza, ¡pero no! la plata tapa todo" Así, la mayoría de ellos destinan parte de sus ingresos para atender las necesidades de su familia y de esta manera mantener callada la censura familiar e indirectamente recobrar de su afecto. En cuanto a las relaciones vecinales, éstas se sostienen mientras que el comportamiento de los trasvestis no atente contra la "moral pública" y las "buenas costumbres". Natalia, un transexual con quien tuvimos la oportunidad de conversar, nos contaba al respecto: "Hace varios años, cuando yo vivía en el barrio el Tricentenario, tuve un mal entendido con los vecinos, pues en ese entonces yo trabajaba en la calle y los vecinos me veían salir vestida con trajes muy llamativos y me sentían de regreso en la madrugada. Entonces en una ocasión que salimos y dejamos la casa sola, cuando regresamos encontramos todos los vidrios de la casa rotos, pues los habían cogido a piedra y dejaron una nota que decía: no queremos trasvestis en el barrio Tricentenario, entonces tuve que salir del barrio." Esta es la razón por la cual algunos de estos actores buscan reunirse en una sub-comunidad o medio con sus iguales, ya que el agrupamiento les "garantiza" de cierta forma un poco de seguridad, pero este espacio nunca es exclusivamente para ellos, es a su vez compartido con otros actores sociales "normales" (19) donde las relaciones que el trasvesti sostiene con éstos están sujetas a las características de la estigmatización; es así como reciben por parte de algunos vecinos, que aún no se acostumbran a compartir dicho espacio con los trasvestis, comentarios malintencionados. Diana decía: "Ese borracho como es de cansón, se emborracha y empieza a molestar, claro que cuando está en sano juicio es igual, eso es de diario." Viviana por su parte se expresaba así del señor de la tienda de la esquina: "Como le caigo de mal a ese H. P., no me quiere, siempre me vende de mala gana, yo no sé qué le he hecho para que sea así conmigo." Esta estigmatización se ve suavizada por el dinero que posea cada actor; los trasvestis con mayor solvencia económica V.gr, Chama y Sily, cuentan con un mayor respeto por parte de los pobladores del sector de Lovaina, pues de estos obtienen por reflejo un beneficio económico, no es raro ver que a Sily se le acerquen los limosneros por su ración de cada ocho días, los vendedores de artículos de dudosa procedencia o la vendedora de chance que sabe que allí tiene asegurada una buena venta. El poder adquisitivo les abre las puertas para obtener lo que se desee cambiándose el sentido del compartir en comunidad propuesto para las relaciones vecinales, por una relación de corte autoritario, en la medida de que quien tiene el dinero es el que recibe toda la atención; así lo expresaba Sily: "A mí me gusta que me atiendan, yo tengo la plata, y pago para que me hagan todo lo que quiero".

La dinámica de mercado no refleja distinción alguna frente a los trasvestis ya que a nivel comercial la diferencia sólo la establece el poder adquisitivo que posea la gente. Mientras que a nivel general se denigra de la presencia del trasvesti, cuando participa de actividades de intercambio comercial tales como la compra de vestidos, zapatos, accesorios y otros artículos; y a pesar de ser reconocidos como desacreditados, en tanto estos demuestren que tienen suficiente dinero para pagar, serán atendidos como cualquier cliente dejando de lado el prejuicio moral y social que sobre ellos pueda recaer. Pero tampoco puede decirse que escapan del todo a las miradas intrigantes, del murmullo de los demás vendedores y clientes a sus espaldas o de la cara de sorpresa del vendedor cuando descubre que a quien atiende es un trasvesti. Sin embargo este tipo de actitudes tiene que asumirse bajo el carácter de la indiferencia o pasarlas desapercibidas por ambas partes, si se quiere comprar o se quiere vender. Así, Natalia comentaba sobre sus salidas de compras: "Yo voy a Monterrey o a Unicentro, entro, miro lo que quiero comprar, siempre hay un vendedor atendiéndome, yo sigo mirando la mercancía común y corriente, la actitud del vendedor es normal, pero una vez hablo para decirle que me quiero medir esto, donde lo hago, éste no puede evitar la sorpresa, se queda callado por unos segundos y luego continúa atendiéndome común y corriente". Así, también en una ocasión tuvimos la oportunidad de estar en un almacén donde entró un trasvesti a comprar ropa, de hecho ya era conocido en el lugar y se tenía conocimiento de su poder adquisitivo; la atención para éste fue en los mejores términos, pero al momento del trasvesti abandonar el local se escucharon palabras despectivas tales como "¡Qué horror esa loca!" "¡Ay!, ¡qué tristeza!".

La represión social impide que muchas veces los trasvestis sean contratados para trabajar en actividades de la producción, precisamente por ser rechazados tanto como hombres y no ser aceptados como mujeres, convirtiéndose en un grupo marginado socialmente, al cual se le asignan tanto sus espacios de residencia como los de divertimiento y los de funciones laborales. Nuestra sociedad critica que el trasvesti se dedique a la prostitución o que sea, como burlonamente se lo llama: "Las mariquitas del salón de belleza" pero en esta crítica no se tiene en cuenta la coerción a la libre movilidad que recae sobre el trasvesti como consecuencia de su orientación sexual considerada como ilegítima dentro de los parámetros culturales de la sociedad, que a pesar de reconocer la existencia de sexualidades diferentes no las acepta, de esta manera inscribe a los trasvestis no en los circuitos de la producción sino en los de la ganancia, la peluquería, el burdel y las calles, donde se ejerce la prostitución, se convierten en los lugares de tolerancia. La sociedad a través del proceso de segregación laboral desconoce el potencial de ellos para desarrollarse como cualquier otro individuo en los esquemas motivacionales existentes y aprobados por la sociedad, aduciendo que los trasvestis pueden atentar contra la moral y el buen desempeño de la dinámica empresarial. Ello es tanto producto de la doble moral, como de los fenómenos de la hibridación cultural.

A pesar de que la presencia de los trasvestis es harto elocuente en el complejo social, se les niega socialmente toda oportunidad para el libre desarrollo de la personalidad y muchas veces hasta su propia existencia. No obstante no se marginan de la dinámica social, más bien participan activamente; se encuentran empapados al igual que cualquiera, de los ideales que proclama y fomenta el sistema social vigente. Los propósitos del triunfo y el éxito se hallan en la vida de los trasvestis sin importar los medios a los que tenga que recurrir para alcanzar tal fin; de esta forma la sociedad fomenta la competencia y el individualismo entre sus miembros. Para lograr un reconocimiento y alcanzar una fuente económica que les permita ascender en la escala de valores, echan mano de los recursos y posibilidades que les sean más accesibles. Los trasvestis tienen estas mismas aspiraciones en la sociedad (así sea para ascender en el grupo) y para lograr su objetivo se valen de las pocas posibilidades que tienen, la más rentable de ellas es la prostitución sobre todo la que se aprende en Europa- en los parques, plazas y calles -La prostitución no sólo le garantiza al trasvesti su sobrevivencia, sino que le permite la adquisición de mayores ingresos ya que existen ciertos actores de la población que demandan este servicio, que no son precisamente trasvestis, sino aquellos que se presentan ante la sociedad como cualquier actor corriente en pos de mantener su status social, mientras esperan ocultamente satisfacer sus necesidades sexuales que en determinado momento se convierten en fantasías eróticas que pueden ser tan o mayormente censuradas que la misma condición de trasvesti. La funcionalidad de la prostitución es fiel reflejo de la doble moral del engranaje social; Karen (20) expresaba así al respecto: "Los hombres se burlan de nosotros de día y de noche van y nos buscan. Nunca vamos a dejar de existir, si nosotros estamos ahí en la calle es porque somos parte de esa cintura y somos hasta cierto punto una necesidad".

Europa se ha constituido en una excelente plaza de trabajo para los trasvestis, de esta manera uno de sus anhelos más palpables es viajar allí para poder llegar algún día a ver realizados sus proyectos, sin importar los riesgos: deportación, acecho de grupos neofascistas, enfrentamiento con los organismos de seguridad estatal, enfermedades producto de la inclemencia climatológica o infectocontagiosas, sin sumar las dificultades que representa el ser extranjero. Su objetivo principal es acumular la mayor cantidad de dinero posible y para ello trabajan día y noche sin importar en qué tipo de condiciones, sea invierno, verano, otoño y primavera. El atuendo será el mismo, el cliente manda y hay que colmarle sus expectativas. Las drogas y bebidas alcohólicas se convierten en los alicientes que les ayudan a mitigar y soportar estas condiciones laborales.

Un testimonio claro de lo anterior es el caso de Brigitte, quien en su primer viaje acumuló un capital suficiente que le permitió hacerse a una vivienda para su madre y a unos ahorros; en la actualidad prepara su segundo viaje, éste con el ánimo de recoger suficiente dinero para comprar su casa propia y continuar con su negocio, ofrecer "placer".

Natalia por su parte, ha dedicado los últimos años de su vida a trabajar en Europa, acumulando suficiente dinero para asegurar la vivienda de su madre, reconstruir su cuerpo y actualmente tiene como meta hacerse a un apartamento en España y a algunos ahorros para retirarse de la prostitución. Actualmente, Topacio ha trabajado constantemente durante el último año, para conseguir los medios que le proporcionen viajar a Alemania donde se dedicará a trabajar para adquirir el dinero que le facilitará la realización de sus planes, el cual es tener su propia clínica de belleza.

Para otros trasvestis, no es tan apremiante la necesidad de viajar a Europa para poder realizar sus proyectos futuros, pues consideran que haciendo uso de las oportunidades de progreso existentes y aprobadas por la sociedad los pueden llevar a cabo; es el caso de Diana quien aspira a tener su propia fábrica de cosméticos y para ello se presentó y fue admitida en la Universidad de Antioquía en el programa de química farmacéutica (21). No obstante, Diana es consciente de lo que le deviene y de la lucha que tendrá que dar, que comenzó desde el momento que inició las diligencias de admisión. "En estos días me llamó una niña de la oficina de admisiones de la Universidad para verificar mi identidad ya que estaba confundida, pues la fotografía del formulario no correspondía con mi nombre masculino, yo le contesté: no te preocupes, todo está en orden, yo soy un trasvesti." Así mismo, cuando se presentó en la institución, fueron otras las situaciones dadas ante su presencia. "Cuando hacía la fila en el bloque de Admisiones y Registros había una niña delante mío que me miraba como molesta de arriba a abajo, le pregunté algo y no me quiso contestar, pero cuando necesitó un lapicero ahí sí me habló; también había un celador que me miraba y me decía cosas como para hacerme achantar, pero al rato le dije delante de todos los que allí estaban: Mira mi amor, cuando estemos solos, me dices lo mismo O.K. y el que quedó achantado fue él".

El desacreditado social que reconoce que es poseedor de un estigma aprende que debe convivir con las consecuencias de poseerlo y a partir de allí elabora las pautas que orientarán su vida cotidiana en adelante. En la medida en que acepta la discriminación social impuesta, hace funcionales los mecanismos de represión utilizada por las instituciones y el colectivo social. No es gratuito, por ejemplo, que los trasvestis encuentren en la peluquería, los shows y en la prostitución los únicos espacios para realizarse laboralmente, así como tampoco es gratuito que se hubiesen tenido que separar de las instituciones educativas que se jactan de ser pluralistas y reconocedoras del derecho a la diferencia; allí el hostigamiento se da por parte de todos los miembros de dichas instituciones. Poliana decía: "Yo me moría de miedo cuando tenía que salir al frente a decir una lección, todos se reían de mí, hasta el profesor y me molestaban, eran malos, ellos eran muy malos". Rafael, un transformista, relataba su historia en la Universidad: "Cuando en la Universidad se supo que yo era homosexual, me iban a expulsar aduciendo cuestiones éticas, ya que un futuro docente homosexual podría ser perjudicial en el proceso de enseñanza; eso no lo pudieron lograr y yo me quedé con la rabia y en el momento de graduación, cuando me entregaron el diploma lo rompí y me retiré de la ceremonia." La familia por su parte, obliga a estos actores a verse privados del espacio familiar; otras veces, son tolerados pero no admitidos en él; ya vimos cómo Viviana, a pesar de sostener una buena relación con el resto de su familia, cuando viaja a su ciudad natal, se hospeda en hoteles. De igual forma, a pesar de que los trasvestis creen en la existencia de un Dios supremo, han tenido que abandonar el ejercicio de la doctrina religiosa a la cual estaban inscritos desde su infancia y se han visto abocados a refundar sus creencias religiosas inventando un nuevo Dios que no castigará su comportamiento y que les permite tener la esperanza de la salvación y la vida eterna. Reelaboración no exclusiva de este grupo y presente en otros individuos que de igual manera se ven en la necesidad de justificar su accionar. Ejemplo: El sicario, el contrabandista, el ladrón, etc.

Pese a las libertades aparentes con que nuestra sociedad intenta encubrir su índole básicamente represiva, el trasvestismo ha sido y continúa siendo una conducta sobre la cual recae una abierta represión social, y aunque la Constitución Política de 1991 pretende elevar a la condición de derecho fundamental la libertad en materia de opciones de vida y creencias individuales (22), los artículos constitucionales que reivindican toda opción de vida son tímidamente mirados tanto por parte del Estado como por parte del ciudadano común, quienes optan por actitudes discriminatorias que tienen como blanco a la homosexualidad (23). Los homosexuales son privados de ciertos derechos civiles como, en caso de muerte de uno de los miembros de la pareja el que queda vivo no puede heredar los bnsa frente a una sociedad que puede castigarlo si descubre en él la característica que lo hace diferente, en este caso la homosexualidad. Estos actores comienzan a vivir dos vidas, la permitida y aquella que a pesar de ser censurada por sus semejantes fluye de ellos como necesidad vital. Viviana narró así el momento en que por primera vez dio rienda suelta a esa otra parte de su ser que quería salir a la luz encontrándose con el otro: "A los quince años conocí a mi primer compañero, él era un vecino que pasaba todos los días por mi casa y me miraba, la conquista porque él me conquistó fue algo muy bonito, porque era esa intranquilidad del cómo va a hacer y las miradas constantes entre nosotros, así transcurrió un mes más o menos, coqueteándonos pero no conversábamos hasta que se presentó la oportunidad, porque se averiguó donde estudiaba yo y se fue por mí, para mí eso fue una gran sorpresa, aunque de todos modos te juro que me dio miedo".La reafirmación de la identidad homosexual a través del encuentro con el otro y la adquisición de un nuevo "Yo" estigmatizado, dificultan al actor las relaciones con los cercanos y con la sociedad en general. Al hablar de cercanos traemos a colación el grupo familiar al cual se le debe dar respuesta al tipo de formación ofrecida para el desempeño del rol genérico; unido a esto existe la relación de dependencia de tipo sentimental y económico que exigen del actor comportarse de acuerdo con los parámetros establecidos y es allí donde el mecanismo del encubrimiento se torna más dificultoso produciendo mayores ansiedades, pues el temor a la pérdida y el miedo al rechazo del grupo familiar hacen que en el interior de él se generen conflictos ambiguos e inmanejables ante el temor de ser descubierto. La doble vida a la que son empujados estos actores, tanto por los esquemas culturales c

Otra actitud discriminatoria e igualmente o más efectiva, es la difusión que hace la ética oficial con el aval de los medios de comunicación que promulgan un conocimiento falso y deformado por una serie de falacias y equívocos acerca de la homosexualidad. De esta manera la cultura machista clasifica a los homosexuales de degenerados, enfermos, anormales, delincuentes y peligrosos asóciales. También "la moral y la cultura oficial" contribuyen a reforzar la condena legal - ético - religiosa de la homosexualidad, fomentando una imagen estereotipada y peyorativa de la misma ante un público sexual y socialmente subdesarrollado, generalizando de esta forma la repulsión frente a este comportamiento. Si esta actitud excluyente se hace efectiva para los homosexuales, los cuales no utilizan ningún tipo de identificadores externos, ¿qué grado de exclusión podríamos pensar que recae sobre el trasvesti quien asume una actitud definida y sólida en el seno de la sociedad?

Fomentar una imagen deformada de un comportamiento divergente o señalarlo como un atentado contra la "moral pública y las buenas costumbres" en un país históricamente tan beligerante como Colombia, en donde las ideas no se discuten sino que se suprimen, puede tomarse como un llamado a actuar de los denominados grupos de "limpieza social", quienes no han escatimado su accionar (25). Así, casos como el de la Coca Cola, quien recibió siete impactos de bala y que se encuentra recuperándose, son múltiples sobre este grupo de población y en igual proporción es la impunidad. Estos escuadrones de la muerte creen que matando van a acabar con el trasvestismo, pero matando jamás se ha erradicado nada en el mundo. Colombia se ha caracterizado por ser un país violador de los derechos humanos, no en vano Amnistía Internacional en lo referente a nuestro país declaró: "Los escuadrones de la muerte matan a diario gays - homosexuales y a transvestidos, pues las autoridades fomentan la grotescamente denominada limpieza social" (26).

Sumándose al llamado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que declaró a 1995 como el Año Internacional de la Tolerancia, Colombia viene adelantando una serie de campañas encaminadas a promoverla (27), que han contado con el apoyo incondicional de los medios de comunicación. Se ven artículos, se escuchan programas e incluso se publican mensajes donde se fomentan las diferentes expresiones colectivas que van desde las opiniones hasta opciones de vida. El enfoque dado a esta campaña, en el que se ignoran, se desconocen o se censura asuntos como los móviles sociales del narcotráfico, la guerrilla, el SIDA, la prostitución, donde no ha mencionado ni por error el tema de la homosexualidad; cuando los homosexuales hacen parte de los sectores mas vulnerables de la sociedad (específicamente los trasvestis). Pero si la censura oficial prohibe un comercial de televisión que tenia como propósito ayudar a la campana de prevención del SIDA y que mostraba en la plaza de Bolívar de Santafé de Bogotá a dos hombres dándose un beso en la boca, mucho menos va a permitir que se fomente la tolerancia hacia esta opción de vida.

Esta es la tolerancia que se está promoviendo y que se administra a individuos controlados, adoctrinados y esclavizados por instituciones que menoscaban la autodeterminación desde un principio, es decir, las personas expuestas a esta campaña publicitaria no son ajenas al proceso de socialización, sino que están empapadas por las condiciones bajo las cuales viven, piensan y de las cuales no trascienden. La previa dominación de la mente por conceptos prefijados, no da cabida a aquello que transgreda la norma pese a que su presencia sea bastante elocuente y este mundo social ideal es el que permite hablar en términos de "igualdad". Lo que no deja de ser una expresión ya que la igualdad se convierte en un mundo cultural en el cual el espacio para las diferencias no lo determina el pensamiento individual sino la interacción simbólica. De esta manera el proceso de reflexión con frecuencia termina donde comenzó, en los condicionamientos y relaciones dadas.

La lógica de la tolerancia implica un desarrollo racional, tecnológico, ideológico y simbólico de lo que significan las ideas y excluye la fijación de la significación, entonces, ¿puede darse una auténtica tolerancia bajo estas condiciones? Máxime cuando el conglomerado social no está en condiciones de deliberar y escoger sobre la base del conocimiento, puesto que no tiene acceso a una información auténtica para poder hacer, sobre ésta una evaluación que debe ser el fruto de un pensamiento autónomo. Resulta aquí verdadero el juicio de que el progreso en la libertad exige progreso en la conciencia de libertad.

Quienes adoptan una posición en contravía de los esquemas establecidos (los trasvestis para nuestro caso), se encuentran a priori en desventaja que no se remueve con la admisión de su presencia, aislada en pequeños grupos, donde son "tolerados" dentro de los estrechos límites establecidos por la estructura jerárquica de la sociedad, la tolerancia expresada con tal imparcialidad hacia las diferencias, sirve para minimizar e incluso absolver a la tolerancia y opresión que se da en la realidad, dicha tolerancia sin verdadera aceptación, aún siendo evidentemente menos grave que la cruenta persecución o la abierta discriminación, se traduce en una nueva medida que fomenta la auto-represión.

Karen se expresa así de la tolerancia social para con el trasvesti: "Los medios de comunicación se han encargado de tergiversar, de desdibujar la imagen, porque todo el mundo dice que somos ignorantes, elementales, que somos seres que no estamos aportando nada a la sociedad; no contamos sino para difamarnos y desdibujar la imagen que de verdad tenemos, que pensamos, que sentimos y que también somos seres que podemos aportarle a la sociedad de una u otra manera...la soledad es constante, hace parte de la rutina, la falta de oportunidades también hace parte de la sociedad. Se habla de toda clase de violencia, pero violencia a la que nos tenemos que enfrentar nosotros, somos agredidos todos los días, nos tiran cosas, nosotros estamos allí parados y la gente pasa y nos quiere golpear simplemente por que van tomados o le tiran el carro encima, nos lanzan botellas o en el peor de los casos nos pueden hacer un tiro. Diariamente nos estamos enfrentando a esa violencia y eso hace que muchos de nosotros terminemos tirados en el suelo y nadie reclame. La justicia, la policía siempre llega tarde y lo único que encuentran cadáver, ahí termina la historia del trasvesti por que todo queda en la más profunda impunidad".

Pese a todos los impedimentos y situaciones que los trasvestis enfrentan para el libre desarrollo de la personalidad, no llegan a contemplar de manera remota una reinscripción de su vida ajustada a los códigos establecidos por la "moral oficial ", salvo algunas excepciones como el caso de Ana, un trasvesti de la alta sociedad santafereña, quien seducido por invitaciones de su familia decidió asistir a las reuniones de una secta religiosa, donde mediante el poder de los sermones se le convocó a una reconversión de su personalidad. Adoptó temporalmente su rol masculino, sin embargo pese a estos sermones pudo más su identidad real y volvió nuevamente a convertirse en trasvesti. Son varias las sectas religiosas que valiéndose de su ideología pretenden encausar a los trasvestis por los parámetros culturalmente establecidos. Topacio nos contaba al respecto: "Una vez un evangélico se me acercó y se quedó mirándome y me dijo: Cristo te ama, y yo le respondí yo también lo amo y salí y lo deje ahí parado." Para quienes se apropian del derecho de querer cambiar conductas y formas de vida de demás, por el solo hecho de no coincidir con su propia escala de valores; es necesario que se aprendan la enseñanza de los movimientos sociales contemporáneos que no sólo luchan por la biodiversidad en la naturaleza, sino que han aprendido que en la cultura y en lo social ello es igualmente importante, so pena de crear desiertos sociales y culturales pero las mentes totalitarias y la intolerancia siempre son un peligro que amenaza y esta al acecho. Capítulo Vl
Las especialidades

El proceso de socialización inscribe el código moral en el comportamiento de los individuos, marcando significados e imágenes como deseables. A otros busca excluir y marginar. Es tal la fuerza de este proceso y su significación que el estigma en el mundo actual tiene tanta importancia como la explotación económica adquiriendo tal vez mas fuerza por su entrelazamiento directo con el orden simbólico.

El proceso doble de estigmatización-exclusión, marca a los trasvestis y por ello ejerce influencia decisiva en la ruta laboral y en los caminos sociales que ellos recorrerán, en un proceso que tiene analogía con otras marcas como pueden ser generalidades en donde prevalecen ciertos caminos vedados y obstruidos.

Hace tres milenios, aquellos sujetos que poseían los genitales de un sexo y la conducta psico-socio-sexual del otro sexo, no eran considerados genéricamente por el sexo de sus genitales, como tampoco eran aceptados por el sexo al que se aproximaban psicológicamente (28). Hoy la situación para el trasvesti sigue siendo similar, pues existe el rechazo por parte de los congéneres de su sexo, así como la no aceptación por parte del otro sexo.

Es cierto que los derechos al desarrollo de la libre personalidad y la libertad de conciencia son legales, pero la ley es lo bastante imprecisa para recordar insensatamente a los trasvestis su estatuto potencial de estigmatizados; de esta forma los que quieran salirse de las posibilidades y medios de subsistencia que la sociedad les asigna se les dará, pues, toda clase de motivos para regresar. Esta tolerancia represiva, obliga a estos actores a sufrir los vejámenes y oprobios de una sociedad que no los acepta, además sólo les ofrece tres opciones para la subsistencia que se asemejan mucho a un doble callejón sin salida. A continuación se definirá y se detallará cada una de ellas.

LO ESTÉTICO

El hombre homosexual incursionó en la peluquería a partir de los anos veinte y fue en el cine donde comenzaron a abrirse espacio, pues al tratarse de seres distinguidos por su creatividad, of recían la posibilidad de crear, innovar, sobre todo en lo que se refería al maquillaje. En esta área (la estética), primero se abrió paso el homosexual y luego el travesti. Un oficio que implica crear belleza necesitaba de individuos que dominasen esta función.

Hoy es más común que el oficio de la peluquería haya sido tomado con mayor auge por estilistas gays y travestis y se haya desplazado de esta función al hombre hetero que se dedicaba a este oficio, ésto quizás debido a que durante los últimos tiempos la peluquería se haya tomado por los hombres como oficio para los homosexuales y quizá, individuos heterosexuales renunciaron a ésta para no compartir el estigma que ha recaído sobre la profesión .

La incursión en áreas estéticas, le ha permitido al travesti poder especializar su función a partir de la necesidad de aprender a transformarse primero a sí mismo. Al tratarse de hombres que han sido capaces de darle un matiz lo suficientemente estético y bello a un rostro y a un cabello masculino sacando del cuarto de San Alejo sus facciones femeninas, se encuentran lo suficientemente calificados para trabajar en función de la armonía y la belleza.

Para el travesti, trabajar en áreas estéticas es vivir constantemente una fantasía de crear, formar y construir, donde a partir de elementos como sus tijeras, peines, los pinceles y la caja de maquillaje, construye formas estéticas y bellas.

La peluquería, más que una forma de subsistencia, se convierte en una actividad artística, para ellos cada persona que se sienta en su tocador, es un nuevo reto en el cual hay que generar un cambio a partir de la imagen corporal. No en vano en una reunión en la cual pudimos participar; un travesti que se estaba maquillando, o como ellos lo llaman "fabricándose," comentaba: "¿quiénes son los que arreglan las reinas?, ¡pues nosotras las maricas!, porque nosotras las maricas somos muy tramoyeras, pues nos toca aprender todos los truquitos, que para corregir el pómulo, que la ojera, que el labio grande, ¿sí ven?".

Esta actividad, además de permitirles desenvolverse con soltura mostrándose abiertamente como son en un trabajo que les resulta rentable y que además no les exige una rigurosidad de horarios, les permite conocer a muchas personas, pues como Viviana decía en algún momento: "esta es una profesión de relaciones públicas, porque aquí se conocen muchas personas que en un momento dado te pueden ayudar en un inconveniente o es uno quien en algún momento les pueda prestar un servicio" se da el caso de clientes que satisfechos con el servicio siguen a su estilista doquiera que estos vayan V.gr. el caso de una clienta de Viviana con quien tuvimos la oportunidad de encontrarnos en las diferentes peluquerías donde ésta laboró sin importar el lugar donde se hallase.

Las relaciones con sus compañeros de trabajo se sostienen estrictamente desde el ámbito laboral, sin que se permita la consolidación de una amistad, pues los travestis son muy móviles en los espacios de trabajo, es común denominador. Se trasladan de una peluquería a otra, por las mismas características que involucran su actividad laboral que no se ve sujeta a una contratación estricta.

Las relaciones patronales se sostienen meramente desde el ámbito mercantil de acuerdo con característica de la relación; así, muchos travestis rentan un tocador en una peluquería y se comprometen a responder por una cifra fijada por ambas partes y de allí en adelante todo es ganancia; la relación más común es cuando se trabaja por un porcentaje según las ganancias del día, por lo regular se hace del 50% para ambas partes cuando la contratación es con otro travesti generalmente la relación se hace más flexible. Así Brigitte, propietaria de una peluquería, sólo exige un 30% de las ganancias del día aduciendo que "Ellas son las que están aquí todo el día pendientes y de eso yo sí soy muy consciente" Esta relación laboral tiene término diariamente con el pago del porcentaje, siendo los travestis quienes de allí en adelante se harán cargo de sus otras necesidades pues, como es obvio, no se cobija dentro de las mismas, prestaciones, primas, vacaciones y otros beneficios que tienen otras contrataciones de tipo formal.

2 EL ESPECTACULO

Se tiene referencia que en la Grecia Clásica, en la comedia, estos seres afeminados ostentaban nombres de mujeres. Así, Aristófanes habla de una Sastratas; es decir, en lugar del masculino Satratos utiliza el femenino Sastrata, en vez de Cleóniumo, Cleónima (Lincht 1976).

En la actualidad son varios los travestis que se desempeñan laboralmente en el mundo artístico, no obstante para ellos esta actividad no les representa la certeza de un ingreso económico para poder subsistir de ella, puesto que el contrato laboral se reduce a la presentación por show y sólo aquellos que cuenten con un poco más de suerte logran contratos por algunos meses. La presentación de estos shows que por lo general son doblajes de artistas, preferiblemente de mujeres que sobresalen o han sobresalido en el mundo del espectáculo; o montajes de coreografías con una o más personas en el escenario; tales coreografías están impregnadas de un toque de danza erótica - sensual, algunas son de corte sexual mientras que también se presentan otras de corte sadomasoquista. Viviana ilustraba así la presentación de un show de esta índole: "El show se llama la fiera, yo soy una fiera, él es el domador, a mí me sacan en una jaula, yo como carne cruda, de todo ahí, pero se canta y se baila y la música es lo más de chevere".

Para la realización de estas presentaciones artísticas "no sólo bastan las ganas" como lo diría Diana alguna vez, para ello también se necesita del talento y de una ardua preparación. Viviana quien desde siempre ha gustado del canto y la danza, estudió durante cinco años en una academia ballet clásico en Bucaramanga y cuando estuvo viviendo en Santafé de Bogotá se vinculó a otra donde, como ella lo dice "Enseñaban de todo" La presentación de su show nocturno le exigía además una preparación física, fue por ello que se inscribió en un gimnasio y llevaba una dieta alimenticia (para ese entonces Viviana era reconocida como la Black Box Colombiana). Su actuación se centra más en la parte de danza y en el doblaje de artistas, pues aunque gusta del canto, opta por hacer la mímica. Diana por su parte prefiere hacer las presentaciones en vivo, es decir, interpretar las canciones con su propia voz, para lo que recurre al uso de pistas musicales; generalmente y gracias al dominio que tiene del inglés, prefiere cantar en este idioma representando las artistas más sobresalientes de la farándula, siendo su favorita Whetny Houston. De otro lado, estas presentaciones demandan que el travesti tenga una apariencia acorde con el tipo de show que se vaya a realizar, por ejemplo, para realizar los doblajes de artistas se prefieren generalmente vestidos largos y con adornos muy brillantes, acompañados de accesorios que le den un toque de elegancia y armonía al atuendo, los cuales terminan siendo imitación de las formas de vestir de los artistas públicos. El cabello y la cara también requieren de un tratamiento especial, buscando estar lo más agradable y perfectamente posible, recurren al uso de pelucas, implantes de cabello y peinados especiales para ello. El maquillaje del rostro es muy vivo; se procuran unos ojos y unos labios bien delineados y pintados y con el rubor, la base y el polvo facial cubrir algunos detallitos que impiden la estética del rostro.

José A diferencia del artista público, podríamos decir que el travesti es un artista semi-privado en la medida en que su presentación, a pesar de exigir una preparación igual o similar a la del artista socialmente reconocido, se reduce solamente a un grupo del engranaje social, del cual sólo hacen parte los homosexuales (con algunas excepciones), pues las presentaciones generalmente son realizadas en discotecas gay, a altas horas de la noche y es solamente en estos espacios donde el travesti puede ver realizado su sueño artístico, representar, como lo dice Diana "La Gran. Star" Vemos pues otra muestra más de segregación producto del estigma que lleva consigo la condición de travesti, ya que no importa el potencial artístico que puedan tener y lo que puedan ofrecer al mundo del arte; se reservan únicamente la satisfacción de agradar a un público que al igual que ellos, tal vez de manera más tenue, también comparten la característica de personas estigmatizables. El no respeto por las diferentes opciones de vida de las personas, impide que estos actores se salgan de los límites asignados para poder ofrecer a una sociedad un espectáculo que pueda hacer vibrar tanto al espectador, como lo hacen aquellos espectáculos que se permiten los "normales".

Sin embargo, el arte como dimensión universal no está vetado a estos actores, pues esta inclinación emerge de su ser, es por ello que no importa tanto lo que se pueda ganar en una presentación o la preparación y sacrificios que esta pueda representar, ni que de antemano se sepa qué público se va a tener y en dónde podrá presentarse, lo que verdaderamente importa es poder tener el espacio dónde desarrollar su aptitud artística y sentir la ovación de un público que en cierta medida acrecienta su ego y of rece la satisfacción de haber realizado un buen show. Bien sea baile, canto o ambas, lo importante es compartir su arte, sentir que por un momento son el centro de atracción y se les admira por lo que hacen. Expresiones como: "Regia, Excelente, Bellísima... Otra, otra" y estruendosos aplausos, se llevaba Viviana consigo después de una presentación (a la cual entre otras, tuvimos la oportunidad de asistir), en una discoteca gay del centro de la ciudad; donde hacia el doblaje del grupo Azúcar Moreno.

3 La prostitución(29)

La prostitución es el oficio más antiguo del mundo, su génesis es tan remota como la del hombre mismo y su evolución ha estado sujeta a los esquemas culturales de cada sociedad. En la sociedad occidental, por ejemplo, se han transformado los objetivos que se persiguen a través del oficio pues mientras que para la prostituta de la Roma Renacentista y el París del Segundo Imperio, el oficio constituía el medio para alcanzar su sueno de acceder al gran mundo (las cortes), para la prostituta moderna en cambio, el of icio sólo le representa el resultado inmediato (en el dinero), el cual es indiferente a los medios de alcanzarlo; en esta fase también se ha hecho más notoria la presencia masculina en la oferta de "placer" en las categorías de prostitutas machos para otros machos y prostitutas travestis para los hombres (ya que este tipo de oferta siempre ha estado dirigida a la clientela masculina) (30). De esta manera, el ritual prostitutivo se ha convertido en la conjunción de dos voluntades antagónicas: un deseo de goce y un deseo de enriquecimiento

Los travestis por su parte, representan un sector de la población altamente marginado y excluido de la dinámica productiva. Pero como la característica específica del mercado capitalista, es que el trabajador es libre, (desde un doble punto de vista) de disponer a su gusto de su fuerza de trabajo como de una mercancía propia, pero también "libre de todo, totalmente desprovisto de las cosas necesarias para la realización de su fuerza de trabajo", desposeído hasta tal punto que se ve obligado a vender su cuerpo para arrancar su derecho a vivir. Para que exista un mercado de trabajo, es necesario que el cuerpo acceda a la calidad de mercancía y que una mayoría de individuos no posea otra cosa susceptible de intercambio que esa mercancía (Bruckner y Finkielkraut-1979). Viviana, cuando se trasladó de Santafé de Bogotá a Medellín y una vez agotados todos sus ahorros, se vió en la necesidad de ejercer temporalmente el oficio de oferente de "placer". Así lo relató: "De ahí me vengo para acá (refiriéndose al sector de Lovaina, específicamente la casa de Brigitte ), ahí fue donde experimenté otra cosa, que fue trabajar, ahí fue donde yo empecé a tr~bajar con mi cuerpo, si, cuando yo empecé a trabajar en eso porque no tenía qué comer, así ten~a que ser, no conocía a nadíe, no me desenvolvía bien en Medellín, ya los amigos aquellos no estaban para decirles ¿paso esto sí?, entonces ya tenía yo que aguantarme, hacer eso y esperar". De esta manera los travestis se liberan del mito del cuerpo propio y lo convierten en un medio de ganarse la vida; mediante el alquiler de su aparato genital se obtiene el dinero para la supervivencia. Este trabajo a su vez requiere de ciertos detalles como: ofrecer a las miradas de los clientes una serie de superficies visibles y yuxtapuestas - glúteos y bustos generalmente sobresalientes - con el fin de influenciar la elección del demandante. Además de la ropa, también se adopta un caminado y un lenguaje particular. Viviana lo describe así: "El vestuario era atrevido y sí ya el caminar todo cambia, el maquillaje sobre todo, cosas llamativas pero atrevidas".

Los lugares de venalidad se inscriben actualmente en Medellín, en el tejido social a través de una doble distanciación, a saber:

La calle: Donde el travesti se desplaza (carreras: Bolívar - Palacé -Junín y Sucre entre las calles: Argentina - Perú - Maracaibo y Caracas entre otras, así como el sector de Lovaina), se circunscribe en pequeñas colonias en las que el cuerpo prostituido se protege mientras dirige contra el transeúnte el señuelo masculino de la caza, acecha al acechador, le aborda, se pega a él, insiste, le seduce con un lenguaje erótico prometiéndole complacencia; Topacio lo cuenta así: "Mira uno les dice: ven cariño lo vamos a pasar bien, entonces ellos preguntan ¿haces de todo? y uno les contesta, lo que quieras, verás que no te vas a arrepentir" pero el hombre sólo soporta esta inversión porque paga.

El hotel: Se convierte en el lugar donde se cristaliza el trabajo, donde las rivalidades ínter - individuales quedan abolidas. Además presenta otra característica y es la aparición de un tercero, el propietario o administrador del hotel o habitación donde se lleva a cabo el intercambio, para éste, la oferta del "placer" le resulta rentable y of rece un incentivo económico a aquellos que prefieran utilizar sus servicios de infraestructura. Topacio lo relata así: "En el centro, por el colombiano, el señor de la residencia me da mil pesos por cada cliente que llevo, más arriba me dan quinientos y así ".

Una variante fundamental que presenta la prostitución de los travestis, es que mientras en la prostitución femenina la mujer es convertida en el mero agente de la rápida saciedad del hombre; en este tipo de prostitución el hombre adopta un papel pasivo en la relación sexual. Natalia lo comenta así: "En el ramo del travesti, el hombre no va a buscar penetración; qué va a ir a buscar un travesti para penetrarla no, es al contrario, el travesti tiene que penetrar al hombre y el pago por hacerlo es extra, porque uno le dice: ¿quieres penetración? entonces suelta más. Mira, de cien hombres que nos buscan, cinco van a penetrar al travesti y pregúntale a la travesti que quieras, si crees que te estoy diciendo mentiras".

Entre los servicios que ofrecen los oferentes de "placer " está el masaje bucal o completo, masturbar, azotar, se hace penetrar, penetra pero no goza. El precio establecido por los tres primeros es tentativamente de cinco mil pesos, el resto va aumentando de acuerdo a los parámetros de cada cual, el cliente debe pagar el servicio por adelantado; cuando se solicita más de un servicio, este tendrá que pagar una suma adicional. Topacio dice: "Yo les digo yo hago de todo, pero una vez en la habitación los empiezo a tocar para acelerar el momento y si se viene, yo me visto, entonces ellos dicen: ¿mira para dónde vas sí no hemos hecho nada ? y yo les contesto: ¡no habrás hecho tú por que yo sí!, entonces él me dice, chúpame, entonces yo le contesto, ¡paga más!" El travesti sólo le vende de diez a quince minutos de su cuerpo al cliente, ya que el goce del cliente se satisface en ese lapso; Viviana ilustra al respecto: "Para ellos es una hora, para ellos, pero para uno son diez a quince minutos y no más, y si no alcanzaron a hacer nada, pues cuánto lo siento, no es problema mío". Así, los of erentes de "placer" pasan la mitad de su tiempo de trabajo en la acera y la otra mitad en la cama y se hacen pagar por subir de una a otra; el demandante es asediado y si se deja cazar ya no es un hombre, es un cliente, el cual paga por los servicios recibidos y después llama marica al travesti, porque él no se considera así. Viviana comentaba: "No, ninguno se considera y todos son maricas, reprimidos pero lo son...".

La relación igualitaria que se establece entre una demanda y una oferta borra o corrige cualquier falta de estética o de conveniencia social aboliéndose las diferencias; el demandante no posee características físicas específicas; ni procede de estratos sociales determinados; pertenecen a todos los grupos de edades; son de todas las razas y se desempeñan en cualquier of icio. Viviana describe así el tipo de cliente: "Los clientes son de otras ciudades o de acá mismo o de otras ciudades y radicados aquí; la gran mayoría son gente bien; vienen en taxi, no pueden dejar sus carros por ahí, así, la gran mayoría vienen en taxi" La opinión de Topacio al respecto es: "Hay clientes de todos los barrios, de todas las edades y trabajan en todo, los conseguimos en la calle; a pie, otros nos llaman desde sus carros en los cuales nos montamos y nos llevan a las afueras de la ciudad o a sitios oscuros donde una vez realizado el trabajito nos dejan allá y a nosotras nos toca devolvernos por nuestros propios medios".

El travesti no espera del cliente ni memoria ni gratitud, sólo el simple anonimato del dinero, a cambio del cual se compromete a satisfacer sus deseos. Viviana comenta así la relación que se establece con el cliente: "Ellos nos buscan solamente como sexo, pues sí, hay unos que sí hablan bastante, conversan con uno, sí, eso lo tratan bien a uno, hay otros que no, eso es relativo. Además, que la mayoría son ocasionales, aunque también hay clientes fijos de cada ocho díás, sinembago con estos no se establece una relación como muy afectiva ya que no se puede; uno está es trabajando, ellos sí se apegan a uno, pero uno no puede, no puede aferrarse a nadie, tiene que dejar los sentimientos de lado y más que todo uno los engaña, uno les dice que sí, que yo también te amo ¡eso! y que me haces falta y todas esas cosas".

Una característica general de los oferentes de ""placer" es que su cuerpo no es un cuerpo que goza o se extasía, es un cuerpo que trabaja; porque para ellos la prostitución es un trabajo más, aunque la sociedad burguesa no lo admita como tal, contrariando así sus propios axiomas.

En la dinámica de la producción, el capital absorbe la fuerza de trabajo (los cuerpos de los individuos), pero dentro de este mercado de trabajo la apropiación genital no forma parte del contrato; de esta manera se puede decir que el mercado capitalista divide el cuerpo en dos esferas a saber: lo privado, que equivaldría al aparato genital y lo público que sería todo lo demás. Vemos entonces cómo el aparato genital y la sexualidad en sí, aparecen como una zona inviolable del cuerpo, sobre lo cual a su vez se erige un tabú social del que la cultura se vale para convertirlo en carga moral, y es así, en la medida en que se regula la sexualidad, que se le asegura al capital la adquisición de unos cuerpos útiles en la esfera de la producción. Los oferentes de "placer" subvierten este orden al equiparar su aparato genital a la fuerza de trabajo, pero al igual que el obrero se reserva un pedazo de su cuerpo para sí, la boca, (susceptible de ser mercantilizada) se convierte en la prohibición suprema, siendo el beso en la boca lo más ardiente pero al mismo tiempo lo más íntimo.

Además de que este trabajo les representa su sustento, también les brinda una forma de enriquecimiento. Hemos mencionado anteriormente que la prostitución que se ejerce en Europa resulta ser la más rentable; Francia, Italia, Holanda y posteriormente Alemania se han convertido en las plazas donde se le saca mayor provecho a lo físico. Estos países están saturados de oferentes de "placer" (de todas las nacionalidades) provenientes especialmente de los países del Tercer Mundo. Natalia nos comentaba: "hay Brasileñas, Ecuatorianas Peruanas, Colombianas, Tailandesas", en París, el Bois de Boulogne, por su emplazamiento y topografía reúne en un mismo espacio todos los trabajos prostitutivos. Natalia lo describe así: "El Bois de Boulogne es un bosque inmenso que uno no alcanza a conocer. Ahí existen calles donde todo el mundo es desnudo; allá trabajamos todos reunidos, hombres, mujeres y travestis". Medidas tendientes al control de la prostitución en la zona indujeron a las autoridades a cercar el mismo, lo que ha originado un desplazamiento a otras plazas. En Italia, se trabaja en las Calles y Avenidas. Natalia nos lo cuenta así: "Llegué a Italia donde una amiga, ¡pues a un hotel!. Esa misma tarde empecé a comprar los implementos y por la noche empecé a trabajar, ella me llevó y me dejó sola en una Calle, me dio mucho susto pero yo me defendl~' En Alemania se han formado centros de prostitución especializada; en esto como en otras cosas, constituye Alemania el laboratorio productivo y disciplinario de Europa (planes de regulación de la ciudad). Natalia nos describe estos centros: "Allí trabajé en vitrinas en la Calle, o sea, uno es metido en una vitrina y el cliente pasa y elige, son dos o tres cuadras llenas de vitrinas donde uno está metido, es como decir Junín, que en vez de ropa tuviera gente" En la actualidad Natalia trabaja en otro centro especializado, "allá se trabaja en un pull, es un centro comercial de cinco pisos y cada piso tiene seis habitaciones, yo trabajo en el tercero, en una vitrina se puede decir, la gente sube y baja; son sólo mujeres, no trabajan travestis ¡sólo las operadas como yo!. Se vive y se trabaja ahí mismo, al edificio te llega todo: comida, cosméticos, ropa, te lavan, te planchan, yo me he quedado hasta un año sin salir de allá. A Europa nosotras vamos es por dinero, es a trabajar las veinticuatro horas, día y noche, años a trabajar si uno quiere alcanzar las metas; un día de descanso no se puede sacar, porque uno paga trescientos dólares, trabajes o no trabajes, no les interesa, fuera de esos trescientos dólares tienes que comer tres veces al día, comprar tus gomas (condones), tus cremas, tus cosas; entonces por un día que dejes de trabajar estás perdiendo más de quinientos dólares. Yo en un fin de semana estoy con sesenta ó setenta hombres al día, yo soy como una máquina de sexo; ¡el dinero siempre está de por medio, yo no lo hago por amor!".

Al igual que otros actores, los travestis viajan a las grandes metrópolis seducidos por el pago en dólares, liras o marcos (masaje bucal: 30 liras, masaje completo: 50 liras, 50 marcos por cinco minutos de "placer"), que, una vez al cambio a la devaluada moneda del país de origen, (Colombia para este caso) les representa mayor dinero y la posibilidad de la realización de sus sueños. La salida del país, al igual que para cualquier otro ciudadano del mundo, hace necesario poner de manifiesto la identidad legal, lo que implica para el travesti hacer una reconversión temporal a su identidad virtual, pues esto les evita toda una serie de inconvenientes de orden legal y les facilita por el contrario, tanto la compra de los tiquetes como la entrada al país extranjero; una vez en su destino, retoman nuevamente su identidad real. Natalia nos ilustra al respecto: "Nos vamos como hombres para evitar problemas y en nuestro equipaje llevamos dos o tres mudas de ropa de hombre". Delincuentes, viciosos o víctimas, son tres identidades que la sociedad burguesa (censura oficial), les adjudica a los que se desempeñan como oferentes de "Placer" en nombre de la defensa de la "moral publica" y las "buenas costumbres". No hay oficios bonitos o feos, sólo hay salarios más o menos decentes y estas tres especialidades constituyen un medio como otro de ganar dinero. La diferencia radica en que la sociedad establece una jerarquía moral y excluyente sobre los oficios.

Síntesis

En esta investigación se hace una ilustración de las características de los travestis referidas a la transformación personal, el modo de comportarse, las relaciones sociales, los modos de vida y su jerga. De dichas características se deduce que al igual que en otros grupos sociales, dentro de ellos se establece una dinámica de funcionamiento y que las categorizaciones surgen tanto en el interior del grupo como afuera.

1 Las clasificaciones

La exposición de las características de cada categoría nos permitirá poner de manifiesto las semejanzas y diferencias que presenta el grupo de los travestis respecto de otros grupos que hacen parte de la categoría homosexual. Se pudo constatar que el travesti está dotado de gran habilidad para desarrollar su cotidianidad sorteando toda una serie de dificultades y adversidades en el desarrollo de sus potencialidades, requiriendo además una curia para escenificar minuto a minuto de su vida a una mujer. Se establece una diferenciación radical con sujetos como los transformistas que para el común de la sociedad se ubican en la categoría de travesti; estos actores también tienen una identificación con los estereotipos femeninos que, a diferencia de los primeros, es temporal y necesariamente no incluye rasgos de homosexualidad en su personalidad, el estereotipo femenino se lo apropian esporádicamente cuando se pretenden participar de eventos (reinados, desfiles y fiestas) bien sea por afición o por retribución económica y en otros casos por satisfacer una fantasía sexual. Existen otros actores que presentan un grado de evolución en lo referente a seres inconformes con respecto a su condición de sujetos con una característica genérica primaria como lo son los transexuales, quienes además de haber establecido una relación directa con los estereotipos femeninos, son sujetos que mediante una intervención quirúrgica de sus órganos genitales obtienen una identificación más cercana con el rol femenino. La operación usualmente se ha practicado en Ecuador o Londres y tiene un costo de siete mil y dieciocho mil dólares respectivamente. Antes de llevar a cabo la intervención quirúrgica son sometidos a un análisis psicológico de tres a cuatro días donde se profundiza en su niñez y también se les brinda una asesoramiento que tiene como objetivo explicar las consecuencias que se les vendrán: El dolor físico que van a experimentar, además se les insiste en que la operación es irreversible. La operación realizada en el Ecuador es considerada estéticamente perfecta pero sin profundidad y escasa de sensibilidad en tanto que la realizada en Londres se considera con mayor profundidad y sensibilidad. La operación les significa un cambio en sus relaciones sociales; a nivel legal se les concede un cambio de identidad que se traduce en los documentos públicos (cédula, licencia de conducir, etc.); en lo afectivo adquieren la posibilidad de unirse legalmente a su pareja (matrimonio civil o religioso); cuando se desempeñan laboralmente como oferentes de "placer" se consolida su papel femenino (compartiendo su radio de acción con prostitutas) y los que optan por desechar totalmente su pasado y volver a nacer (después de la cirugía) ya como mujeres, dejan de frecuentar su antiguo círculo social (entre ellos los travestis) pues temen que su identidad anterior sea puesta al descubierto. Sin embargo la feminidad no se logra íntegramente pues aunque en la relación sexual se pueda sentir goce como mujer (algunos transexuales lo expresaron así), se presenta una ausencia de maternidad que los hace aparecer como mujeres estériles e incompletas; lo que a la vez amplía su conceptualización de la mujer considerándolas únicas y bellas con las cuales se establece una especie de rivalidad, pues mujer es mujer y no puede el travesti nunca igualarla (31).

Dentro del grupo de los homosexuales se establecen rivalidades entre los subgrupos, pues el gay nunca acepta al travesti, porque el travesti se ha dado a conocer como es, mientras que el gay siempre ha sido oculto, entonces nunca han aceptado estas dos diferencias. En la actualidad tal relación tiende a cambiar, el gay serio acepta al travesti pero femenino, que al lado de él se vea como mujer, pero a un andrógino no lo aceptan, por temor a ser igualados con ellos (32).

El travesti es, hasta cierto punto, un artista en la medida en que para escenificar su papel (una mujer) hace de su imagen toda una obra de arte que le permita confundir en la calle a los transeúntes y pasar como mujeres ante aquellos actores más desprevenidos y volverse un enigma frente al descubrimiento.

2 La condena social

A pesar de que la sociedad reconoce a los travestis solamente para atribuirles calificativos de personas anormales, patológicas y divergentes, al igual que el común de la sociedad, estos actores han interiorizado los procesos de socialización, de esta forma siguen siendo hijos, hermanos, estudiantes, creyentes, actores políticos, amigos y trabajadores; aunque sea evidente que las características para el desarrollo de estos roles difieran en cierta medida (y como consecuencia del estigma) de las acotadas socialmente, el travesti no sólo logra que su identidad sexual sea reconocida en su acción, sino que también la pone de manifiesto mediante la simbología que transmite a través de los cambios y modificaciones a los cuales somete su esquema corporal. La reconciliación con la identidad real generalmente les exige la desvinculación de su familia, el encuentro con sus iguales y el desplazamiento a ciudades diferentes a las de su origen en busca de un anonimato que facilitará su transformación, al igual que la interiorización del estigma ofrecido por la sociedad mayor que determinará su modo de vida mientras sea desacreditado. Para el travesti la vida en grupo implica un conjunto de sentimientos compartidos y experiencias comunes. En virtud de éstas, dichos actores pueden hacer una vida en común de donde se derivan una serie de reglas y hábitos generales a todo el grupo. Las barreras que delimitan el accionar del travesti son de orden funcional, mientras que la sociedad se protege estableciendo barreras defensivas de orden moral, político y económico; es así como estos actores se ven confinados en su propio terreno pues traspasar los límites significa desafiar un entorno social que no escatima en esfuerzos para castigarlos simplemente por el hecho de no satisfacer la demanda social normativa.

3 Ser trasvesti... ¿ser diferente?

En el grupo de los travestis no existen diferencias esenciales a nivel de comportamiento, las diferencias las establece la profesión y el poder adquisitivo de cada uno de sus miembros, este último determina el estatus social dentro del grupo y por ende la actitud que se asume respecto al otro. Al igual que la sociedad mayor, estos actores dependen de los valores fundamentales del orden del sistema social vigente, son sensibles a lo que sucede, como todo el mundo, leen periódicos, escuchan la radio, van al cine y se interesan por nuevas modas, se dejan influenciar por los anuncios comerciales, les gusta el dinero y también las cosas que les puede proporcionar. Son ciudadanos que poseen el sentido de la responsabilidad en su trabajo; aunque sean en su mayoría trabajadores independientes, poseen habilidades técnicas, fruto de un bagaje de conocimientos y una formación práctica ya que generalmente la finalidad de una buena labor, aparte de ofrecerles una satisfacción personal (estética y show), les permite establecer un contacto con el resto de la sociedad, conseguir dinero y seguridad para el futuro (la profesión de oferentes de "placer" también les permite fusionar ambos aspectos), valores inherentes a la sociedad y los métodos empleados para obtenerlos se adaptan a la cultura en general, es así como, ser travesti no significa dejar de formar parte de un orden social; sería un error pensar que estos actores viven completamente separados del resto de la sociedad que así pretende hacerlo parecer sin tener en cuenta que por más que se ignoren, por más que se persigan o por más que se marginen, también ellos hacen parte de la dinámica social, que, carente del bienestar colectivo y la falta de respeto por las diferencias individuales, pretende descargar la culpa de todos sus vejámenes en actores que en cierta medida ven la inconveniencia de la norma en el desarrollo de la personalidad.

Conclusiones

Este texto en su gran mayoría recoge las apreciaciones de los travestis, por eso a nuestro juicio, resulta un aporte interesante por las siguientes razones: En primer lugar, la sociedad podrá conocer desde otra perspectiva un grupo social que ha desconocido y que se ha obstinado en marginar. En segundo lugar, revela a cualquiera que quiera estudiarlo un caso concreto cual es el marco en que viven los travestis (los del sector de Lovaina), ya que únicamente se podrán comprender las relaciones individuales si se conocen las características del grupo social al que pertenecen. En tercer lugar, este estudio contribuye a la investigación sociológica, proyectando luz sobre nuestras instituciones sociales, al tiempo que permite comprobar cómo la doble moral del común de la sociedad facilita el desarrollo de los travestis, en la medida en que los rechaza, pero al mismo tiempo los utiliza. En cuarto lugar, se deduce de este estudio, que la represión, sea implícita o explícita, es incapaz de yugular la expresión de la naturaleza del travesti. Lo que hay que modificar es el orden social en profundidad, ya que la presencia del travesti se manifiesta en el seno de una sociedad a la que indudablemente pertenece y que debe asumirlo íntegramente en un marco de libre acción.

Somos conscientes de que esta investigación pone de manifiesto, más que verdades absolutas, realidades concretas como es la de la sociedad patriarcal que establece en su interior una jerarquía sexual en la cual cada actor debe asumir el rol sexual asignado y de no hacerlo así, ésta establecerá una condena a quien infrinja dicha norma; de esta manera, los hombres que asumen roles femeninos, o son ridiculizados, o son discretamente reprimidos, mientras que las mujeres que asumen roles masculinos son admiradas aunque con cierta ambivalencia, lo que puede significar que este sistema jerárquico se vea amenazado, no cuando sus individuos se esfuerzan por ascender dentro de él, sino cuando prefieren descender.

La condición actual de los travestis presenta una clara contradicción con las nociones de libertad individual y el desarrollo de la libre personalidad, así lo demuestra la recopilación y posterior descripción de los relatos hechos por estos actores quienes se ven enfrentados entre dos tendencias: sirven a la sociedad y al mismo tiempo están percibiendo el rechazo que esta les impone. De este modo, el travesti encuentra cierto consuelo con sus iguales con quienes a la vez comparte su condición de estigmatizado.

NOTAS

1.En los mandamientos de la Ley de Dios no existe una prohibición expresa, sin embargo, la Ley Hebráica o Mosáica, la calificaba como abominable y la castigaba con la muerte, (Levítico 18, 22; 20 ,13), como respuesta a las prácticas que, a la sazón, desarrollaban los pueblos vecinos.
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2.Que consiste en concederle a una persona que posea un atributo (abominación del cuerpo, defectos de carácter y tribales: Raza, nación y religión) que lo vuelve diferente de los demás y lo convierte en alguien menos apetecible en casos extremos, en una persona casi malvada, peligrosa o débil. (Goffman 1993).
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3.Yamile, un trasvesti de Manizalez radicado en Santafé de Bogotá, y que estaba de visita en Medellín, nos hizo el siguiente comentario. "En este medio todos se la van con la doble"
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4 BBrigitte, un trasvesti dueño de una casa de negocios del sector de Lovaina, Refiriéndose a Laura que había cambiado su sexo (transexual) decía " Todas hagamos lo que hagamos, por mas plata que consigamos, seguimos siendo aquí y en cualquier parte las mismas maricas".
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5 Yamile se inicó en la prostitución a la edad de nueve años en sector se desempeña como estilista profesional en la cuidad de Santafé de Bogotá.
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6 En el atrio de la iglesia de la América, se ubica un trasvesti de edad avanzada, que tiene un puesto de frutas y verduras.
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7 Este orden jerárquico se ha ido alterando con la vinculación de la mano de obra femenina en el proceso de industrialización. Además entre los sectores urbanos académicos los hombres se han ido apropiando cada vez más de su papel de padre, participando de forma mas activa en la educación y formación de los hijos.
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8 Es el primer trasvesti que adelantó y terminó estudios universitarios en Colombia.
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9 Para el psicoanálisis el término sujeto significa sujeto a... sujeto a una cultura.
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10 Teniendo en cuenta que la culpa, es decir, la dicotomía entre el bien y el mal es sostén de la cultura judeocristiana, ésta se encuentra en cada sujeto perteneciente a la misma.
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11 Esencia se opone a la apariencia en sí (lo que es en sí frente a lo que se manifiesta, lo que se ve). Todas las propiedades fisionómicas y expresivas (carácter, actitud moral, mundo afectivo), pertenecen a la esencia.
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12 Veáse una descripción más detallada de los oficios de los trasvestis en el capítulo sexto.
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13 Entiéndase que este grupo lo conforman todas las personas que se dicen "Normales", pero que sin embargo están expuestas a que en cualquier momento no sean consecuentes en su actuar con la norma, dependiendo de las circunstancias tanto internas o de las ofrecidas por su entorno.
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14 Persona o comportamiento que son reconocidos dentro de la sociedad como aislados de las normas establecidas, para el desarrollo positivo de las personas en un marco social.
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15 Este no es un proceso lineal que se presente en todos los homosexuales, es decir, la secuencia de estos hechos no tiene un orden "natural", alguna gente lo hace primero otra lo piensa primero e incluso otra gente lo sabe primero por otros.
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16 Sin embargo entre estos actores existe otro tipo de censura que elaboran a partir de las clasificaciones que hacen de los comportamientos que asumen los miembros del grupo. De esta manera, así como la sociedad mayor hace una estratificación de las conductas de los actores sociales, inscribiéndolos en determinadas categorías; los trasvestis no se apartan de este proceso, asumiendo con sus iguales los mismos señalamientos de la sociedad .
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17 Unos buenos representantes de este pensamiento fueron en su época Herbert Marcuse y Samir Amín.
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18 El se define como homosexual que en algún momento de su vida optó por la vida del trasvestismo y ahora sólo ocasionalmente utiliza prendas femeninas.
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19 Entre los cuales se encuentran actores que comparten alguna característica estigmatizante como ladrones, prostitutas, drogadictos, etc.
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20 Universidad del Valle. Karen, video, 1993.
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21 El proceso de admisión lo realizó y fue aprobado en el primer semestre de 1995
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22 Artículos 13-15-16. Constitución Política( Colombia 1991
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23 Generalmente el homosexual masculino no reconoce en el trasvesti un integrante de su grupo, sin embargo la connotación del término homosexual generaliza la pertenencia de ambos grupos a esta categoría.
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24 Debía demostrarse la validez de la sociedad de hecho para que un juez ordenase su liquidación.
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25 En el primer semestre de 1995 los autodenominados grupos de "limpieza social" han acentuado su acción sobre los trasvestis, dando de baja a 7 de ellos en diferentes puntos de la ciudad e hiriendo a 2 con armas de fuego.(información suministrado por los trasvestis).
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26 Amnistía Internacional. Rompe el silencio, 1994.
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27 Un caso palpable de esto es el convenio Gobernación de Antioquia -Universidad de Antioquia, programa pedagogía de la tolerancia.
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28 Aristófanes (Antigua Grecia). Quisiera oh joven, preguntarte ¿quién eres? ¿de qué país alfeñique? ¿cuál es tu patria, qué significa tu atavio? ¿por qué esta mezcla de estilos? ¿qué tiene el arpa qué decir de tu túnica? ¿y qué la lira de tu tocado? ¿qué significan el frasco de aceite y el ceñidor? ¡Qué inadecuado! ¿Qué relación hay entre un espejo y una espada? y tu mismo joven, ¿has sido criado como hombre? pues, ¿dónde están las pruebas de lo que eres? ¿donde está tu manto? ¿donde tus botas? ¿o acaso como una mujer?. Si es así, ¿donde están tus pechos? ¿qué dices? ¿por qué callas? Te juzgaré pues por tu canto, ya que no quieres decírmelo. (Licht 1976).
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29 Se habrá notado que durante el desarrollo del texto, se ha denominado of erentes de "placer". Para este subtítulo se tomo este término por ser el más genérico, más adelante, en el desarrollo de esta temática, se retomará el que hemos escogido inicialmente para suplantarlo.
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30 La oferta del of icio para mujeres se ha presentado de forma mas discreta y lujosa.
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31 Este párrafo fue estructurado con extractos de la entrevista realizada a Natalia.
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32 ibid.
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