Por Marisa Avogadro
Número
52
Cada
mañana...
Cada mañana
espero.
Cada mañana
te quiero.
Así,
inadvertido,
sin más.
Con tu mirada
serena y pura.
Tu boca fresca
y madura
Tus manos
fuertes y seguras.
Cada mañana
espero.
Tu corazón
Infinito.
Tu contención
y tu juego.
Cada mañana
espero.
Cántaro fresco,
ternura de miel,
decirte que
te quiero.
Si
Supiera
Si supiera de
tus silencios
entendería tus palabras.
Si supiera de
tus lejanías
entendería tus ausencias.
Si supiera de tu ostracismo
entendería las palabras que callas.
Si supiera de
tu desamor
entendería de tu rechazo.
Si supieras
de mi dolor
entenderías cuánto te amo.
Mtra.
Marisa E. Avogadro
Escritora e investigadora, Argentina. |