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Por Marisa Avogadro
Número
55
Cambio,
palabra que significa sustituir una cosa por
otra. Esa frase resonaba en mi mente, diría
que hacía espirales plateados de diferentes
tamaños. Los chinos también decían,
no resistirse al cambio, dejarse fluir...Tantos
opinaban sobre el cambio: el cambio de moneda,
el cambio de estado, el cambio del tiempo, el
cambio de roles, el cambio. Casi una carga, casi
un peso, tantas formas diferentes de cambio.
Seguía
en la redacción del periódico,
justamente sentada frente a mi computadora personal,
esperando la palabra cambio: de trabajo, de sección,
de nota para este día.
Ultimamente
nada se quedaba como era. Solía recordar
esas tardes impregnadas a magnolias y tilos,
de suaves amarillos y puros blancos. Recordaba
mis pasos por el parque camino a casa o al trabajo.
El crujir de las hojas de otoño o el verde
destellante del verano. Ya no caminaba al trabajo.
Te recordaba
como menta perfumada mezclada con canela en rama.
Con tus ojos miel brillantes, con tu caballo
negro de noche, con nostalgias a madreselvas.
Tu paso altivo y las palabras cortantes.
Hoy era un día
de lembranzas, al decir portugués...
En esta rueda infinita, el azar jugaba con nuestros
destinos y hoy estamos arriba y mañana
abajo y nada se detiene y todo se transforma.
La ciudad ya
no era la misma. Los cibers estaban por doquier.
Una pc aquí, otra más allá
y cientos de personas sin necesidad de hablar,
de pronunciar una palabra, tan sólo de
dibujarlas en una pantalla. Teclas tras teclas
y animaciones para decir te quiero, cómo
estás, una cara de enojo y otra de alegría.
Ni las emociones se trasmiten como antes! En
este ritmo vertiginoso, hoy es ayer y qué
sucederá mañana.
Estoy aquí
esperando nuevas directivas. Con la hoja del
crucigrama de una revista frente a mi vista:
columna 13: dícese de la palabra que significa
sustituir una cosa por otra, tiene seis letras...
¡Ah, sí!: CAMBIO.
Mtra.
Marisa Avogadro
Escritora e investigadora, Argentina. |