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Junio - Julio
2007

 

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Editorial
 

Por Alejandro Ocampo
Número 57

Bienvenidos a la edición 57 de Razón y Palabra. En esta ocasión la coordinación del número corrió a cargo del doctor Héctor Gómez de la Universidad Iberoamericana León y está dedicada a la reflexión en torno a la Comunicología.

Este grupo, llamado Grupo hacia una Comunicología Posible, GuCOM, e integrado por una serie de académicos ubicados en distintas universidades latinoamericanas, representan un proyecto interesante en torno a la (re)fundación y (re)pensamiento en torno a las problemáticas Ciencias de la Comunicación.

Y es que, deudora de la carrera del periodismo –que es un arte- como antecedente directo y profesión (Cfr. Islas, Gutiérrez y CampoGarrido (Enero, 2002). “Por el Accidentado Sendero de la Comunicación Productiva en México”. Razón y Palabra, 24. Recuperado el 29 de mayo de http://www.razonypalabra.org.mx/espejo/2002/enero.html) la carrera de Ciencias de la Comunicación se construyó con la mirada de consolidarla al lado de sus propios investigadores, en un paralelo de la psicología y de la sociología –de las que, por lo demás, echa muchísima mano cuando se concentra en el estudio de los medios masivos- en tanto estudiar lo social desde una perspectiva científica. Sin embargo, aunada a los propios problemas que ha enfrentado la ciencia y sus reformas –con Popper, Lakatos, Feyerabend y Nicol por citar algunos de los que más han contribuido a esta discusión-, el estudio de la Comunicación con pretensión científica ha estado siempre bajo una crisis epistemológica.

Por esta razón considero, tanto en el aspecto personal como en el que tiene que ver con mi actividad de académico, que entrar de lleno a esta discusión es una obligación y una responsabilidad para todos aquellos que formamos parte de esta comunidad. Si bien reconocemos la fatalidad de que no ha de ser encontrada la piedra filosofal que todo ha de explicarlo, sí podemos construir un andamiaje desde el cual podamos entender mejor esta realidad. Esa, me parece, debe ser la primera finalidad de toda ciencia.

Entonces, recordando al lúcido Ortega y Gasset a propósito de esta inquieta actitud de indagar y de hacer algo con nuestra vida, comparto con ustedes esta cita:

La nota más trivial, pero a la vez más importante de la vida humana, es que el hombre no tiene otro remedio que estar haciendo algo para sostenerse en la existencia. La vida nos es dada, puesto que no nos la damos a nosotros mismos, sino que nos encontramos en ella de pronto y sin saber cómo. Pero la vida que nos es dada no nos es dada hecha, sino que necesitamos hacérnosla nosotros, cada cual la suya. La vida es quehacer. Y lo más grave de estos quehaceres en que la vida consiste no es que sea preciso hacerlos, sino, en cierto modo, lo contrario; quiero decir, que nos encontramos siempre forzados a hacer algo pero no nos encontramos nunca estrictamente forzados a hacer algo determinado, que no nos es impuesto este o el otro quehacer, como le es impuesta al astro su trayectoria o a la piedra gravitación. Antes que hacer algo, tiene cada hombre que decidir, por su cuenta y riesgo, lo que va a hacer (Ortega y Gasset (1987). Historia como sistema y otros ensayos de filosofía. España: Alianza.

Así pues, no me queda sino agradecer tanto al profesor Gómez como al GuCOM, por su contribución a esta discusión. Espero ustedes la encuentren igual de provocadora al pensamiento.

Feliz verano


Alejandro Ocampo Almazán
Director de Razón y Palabra