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Redacción en Cibermedios para Comunicadores en Formación

 

Por Joyceleine Urdaneta
Número 57

Periodismo y tecnologías digitales
La tecnología digital está afectando profundamente todos los órdenes de la vida de los hombres junto a sus profesiones, porque está modificando los procesos tradicionales de investigación, elaboración, difusión de los mensajes periodísticos; de hecho hasta la propia barrera entre periodistas y público, entre emisor y receptor, se difumina.

Esta revolución está cambiando también las formas de producción del conocimiento mismo, las formas de almacenarlo, difundirlo y aprehenderlo. El predominio de roles del docente comunicador como mediador de los procesos de información y de formación, respectivamente tienden a modificarse por este hecho, que hace que las personas puedan acceder directamente a nuevas experiencias de comunicación y de educación.

La hipertextualidad, la multimedialidad y la interactividad son, precisamente los rasgos que mejor caracterizan al periodismo de las tecnologías digitales. Gracias a la tecnología digital y a las redes telemáticas, con Internet como principal exponente, este tipo de periodismo ha incorporado a sus procesos y productos posibilidades descuidadas o, a menudo, inalcanzables en el periodismo impreso, radiofónico y televisivo. Así ha añadido en primer lugar el hipertexto que de forma provisional se puede definir como “una forma de organizar el texto en ordenadores que permite enlazar cualquier parte de un texto (o de otro medio) con cualquier otro lugar” (Horn, 1989).

En segundo lugar, ha aportado la multimedialidad, que desde un punto de vista lingüístico, consiste en la capacidad de procesar y difundir mensajes que integran diversos códigos –textuales, visuales y sonoros- y gozan de unidad comunicativa (Salaverría, 2001: 388-389). Por último ha potenciado muy especialmente la interactividad; un rasgo que, llevado al ámbito del periodismo, se traduce en la posibilidad de que todos los interlocutores en el proceso comunicativo, tanto los periodistas como el público, interaccionen recíprocamente con el medio y entre sí.

Ciertamente, el estudio de las tecnologías digitales en los medios ha suscitado un debate en los entornos académicos. Hoy día en el ámbito de las ciencias de la comunicación, no hay congreso, reunión científica o seminario que no dedique un lugar destacado a estas cuestiones. Esta investigación nace, precisamente, con la intención de proyectar una mirada reflexiva a ese fenómeno naciente, sobre todo a lo que se refiere a su impacto en la redacción periodística. Pretende arrojar luz sobre una nueva disciplina profesional y académica que, a falta de una terminología mínimamente asentada y consensuada, han denominado “redacción ciberperiodística” (Díaz Noci y Salaverría, 2003).

Cabe cuestionar, la idoneidad de esta denominación. Sin embargo, por los motivos que se exponen a continuación, se piensa que es quizás la más adecuada para garantizar la precisión significativa, la economía expresiva y, en suma el mayor respeto a la lengua española. De los dos términos es por supuesto el segundo “ciberperiodística”, el que plantea mayores dudas y exige más explicación. Sin embargo, incluso el propio término “redacción” reclama ser justificado.

La redacción en el ciberperiodismo
Una consideración etimológica del término redacción demuestra que éste sigue gozando de plena validez. Como lo recuerda el diccionario de la Real Academia Española (RAE), ‘redactar’ proviene del término latino redigere, que se traduce como “compilar o poner en orden”. Para los latinos por consiguiente, no se relacionaba tanto con el acto físico de escribir como con la acción intelectual de organizar o estructurar. El término redacción sirve plenamente, por tanto, para definir la actividad de construir y estructurar mensajes, con independencia de cuáles sean los elementos –textuales, visuales y/o sonoros- que los integran. Se piensa que esta concepción arquitectónica de la redacción cobra especial vigencia en el nuevo ámbito del hipertexto donde, más allá de las consideraciones eminentemente estilísticas y lingüísticas que han prevalecido en la enseñanza tradicional de la escritura periodística, ganan protagonismo todas aquellas cuestiones de carácter retórico referidas a la estructuración del discurso informativo. Así pues, hablar de ‘redacción’ en el nuevo entorno hipertextual y multimediático resulta, quizá, más exacto y justificado que nunca.

El otro término que reclama explicación es el de ‘ciberperiodismo’, se trata de una palabra que, a comienzos del siglo XXI, cuenta con más predicamento en América Latina, donde hasta ahora han hecho mayor fortuna otras expresiones sinónimas aunque mucho más lastradas por la imprecisión, como ‘periodismo electrónico’, ‘periodismo multimedia’ y, muy especialmente ‘periodismo digital’. Quienes escriben, sin ir más lejos, han utilizado no pocas veces esas expresiones para aludir al periodismo hecho en, con, mediante recursos y redes digitales. Sin embargo, hay más convencimiento de que tienen razón quienes sostienen que la precisión y la economía del lenguaje recomiendan acoger la fórmula ‘ciberperiodismo’, aunque en principio suene quizá un poco afectada a nuestros oídos. Por tanto, parece apropiado referirse a este término como “aquella especialidad del periodismo que emplea el ciberespacio para la investigación, la elaboración y, muy especialmente, la difusión de contenidos periodísticos” (Díaz Noci y Salaverría, 2003).

Además, reducir el nombre a una sola palabra en lugar de dos, como ocurre por ejemplo con ‘cibernoticias’, ‘ciberperiodistas’, añade la ventaja de simplificar la creación posterior de un campo semántico afín. No hay que olvidar, por último, que no solamente en América Latina (Zalcberg, 2001) sino incluso en España, cada vez hay más obras académicas que se inclinan por el ‘ciberperiodismo’.

Nuevos retos comunicativos para el periodista
Esta es una de las razones, aunque no la única, ni quizás la más importante, de que los nuevos medios hayan importado los lenguajes periodísticos de sus predecesores; en particular, de los medios impresos (Díaz Noci y Salaverría, 2003). Hoy en día el lenguaje y el estilo de los cibermedios son herederos directos de la prensa (Cely, 2001). Sin embargo, como se pretende mostrar en este trabajo, esa herencia cada vez se ve más difuminada por la consolidación de ciertos rasgos lingüísticos, estilísticos y retóricos propios del ciberperiodismo. Todavía es pronto para conocer hasta que punto renegará este nuevo periodismo de las antiguas rutinas o simplemente las transformará, pero al menos si es obligado plantearse si su vigencia sigue siendo incontestable (Martínez Albertos, 1997), en un entorno distinto donde los medios, los mensajes y las audiencias han cambiado.

Con este planteamiento no se quiere significar que a la larga, la tecnología digital desplazará las funciones del periodista y del académico, pero sí se quiere destacar la necesidad irremplazable de replantear los roles clásicos de estos dos tipos de profesionales en la Sociedad Global de la Información.

Esta investigación surge también con el propósito de responder a una demanda emergente en la profesión periodística actual: los periodistas reclaman formación para enfrentarse adecuadamente a los retos comunicativos que plantea el nuevo ciberperiodismo. En un período de profunda transformación profesional, los periodistas se muestran desorientados y recelosos ante una nueva disciplina cuyas claves y características ignoran. Esta desorientación y recelo les ha llevado a adoptar con frecuencia planteamientos tecnófobos, caracterizados de renegar de toda innovación y por la tendencia a perpetuar de manera acrítica las rutinas de antaño.

Es un hecho que las tecnologías digitales están haciendo converger las tecnologías educativas, informativas y de entretenimiento hasta el punto de modificar sustancialmente los procesos de aprendizaje y de saber, porque la informática está abriendo nuevos espacios para el pensamiento y el saber radicalmente opuestos a los viejos hábitos del conocimiento humano basado en la memoria impresa y oral.

Atendiendo a lo señalado se hace urgente formar profesionales que se sumen a esas nuevas formas de trabajo, para disponer del conocimiento y sacarle provecho a esos caudales de información de una forma coherente y eficiente.

El gran reto consiste en cómo formar unos recursos humanos capaces de generar capacidad tecnológica que les permita no solamente usar esas tecnologías en sus tareas profesionales sino producir aplicaciones propias para resolver problemas concretos de su práctica laboral y conocimientos sobre estas tecnologías para buscar formas de acercamiento a su entorno social y cultural.

Hablar sobre formación en redacción ciberperiodística es brindar un aporte a las Escuelas de Comunicación Social en Venezuela, porque hasta la fecha -sin temor a un equívoco- ninguna de ellas cuenta con académicos que hayan desarrollado un modelo propio estructurado para facilitar dicho conocimiento. En el fondo lo que se produce es una inadecuación frente a los cambios que las nuevas tecnologías introducen en los medios de trabajo en la fase de producción, edición y hasta de distribución de las empresas periodísticas.

Además si se hace una revisión a los planes de estudio, específicamente del área de periodismo se encontrará la casi ausencia de las asignaturas vinculadas a las TICs y más aún del ciberperiodismo (Villalobos y Montiel, 2006).

Igualmente el urgente desarrollo universitario de las asignaturas relacionadas con el ciberperiodismo necesita contar con materiales bibliográficos que las respalden. Y, hoy por hoy, esos materiales apenas existen; no ya sólo en la universidad hispana, sino en cualquier parte del mundo. Esta investigación con todas las prevenciones y limitaciones propias de una obra que se sabe pionera, nace por tanto, con el fin de cubrir una inquietud en la bibliografía didáctica sobre el periodismo.

Todo ello permite apreciar la necesidad urgente de incorporar cátedras vinculadas a los cibermedios, en el caso particular de redacción ciberperiodística, con un modelo de enseñanza propio donde se puedan estandarizar una forma de escritura que logre estructurar el discurso informativo sin desaprovechar los recursos propios de la red. De lo contrario, la tendencia seguirá orientada por prácticas desarticuladas e inoperantes que lo que harán será copiar otras experiencias –como hasta ahora se ha hecho- sin ningún aprovechamiento real para el campo de la comunicación digital, específicamente del periodismo impreso.

Estructura Informativa: Postulados Teóricos
Luego de haber reflexionado sobre la necesidad de formar talento para la estandarización de un nuevo modelo de escritura en cibermedios corresponde el turno a la propuesta de redacción ciberperiodística, para ello será necesario refrescar brevemente postulados teóricos correspondientes a la estructura informativa, entendida como la columna vertebral de la nota periodística que incluye el orden de los datos noticiosos: titulares, entrada, cuerpo y desenlace (Urdaneta, 2003).

Dentro de este marco Nielsen (1997) en su artículo “Invertid Piramids in Ciberespace” propone que para escribir en el ciberespacio hay que partir de una conclusión, seguido de los datos secundarios de la información y finalmente ofrecer un resumen o recopilación, estilo conocido como la “Pirámide Invertida”.

Asegura que el periodismo en la Web es completamente diferente al impreso, pues mientras la narración aquí es lineal, en la red con el hipertexto hay la posibilidad de romper este estilo y saltar de un lado a otro, a partir de la escritura de espacios informativos interlazados.

Igualmente, añade que los escritores de la Web deben separar su escritura en pequeñas y coherentes piezas para evitar largas páginas de buscado, donde cada una debe estar estructurada en varias pirámides invertidas, aunque se corre el riesgo que el trabajo entero sea visto más como un juego de pirámides flotantes en el ciberespacio, y no como un tradicional artículo. Desafortunadamente, asegura que es duro aprender este estilo de escritura, pues ciertamente no hay una receta para conocer cómo se puede hacer.

Por su parte Salaverría (1999) hace una propuesta más formal para estandarizar una forma diferente de escritura, que rompe con el tradicional modelo de la pirámide invertida y plantea como nuevo a “la estructura hipertextual” utilizando para ello la narración, descripción, exposición y la argumentación.

Explica que con el hipertexto ya no es obligatorio incorporar en el cuerpo de la noticia pasajes documentales –por tales se entiende desde una simple aclaración de una cita hasta pasajes biográficos de personas mencionadas- . Un enlace hipertextual a terceras páginas permite ampliar, aclarar o relacionar, cualquier información, bien mediante nuevos textos o mediante recursos infográficos (mapas, recreaciones virtuales,…) o audiovisuales (declaraciones, videos,…). De allí asegure que en definitiva, el hipertexto pone por primera vez en manos del lector –no del periodista- la posibilidad de ampliar hasta donde desee la contextualización de cada información, y al mismo tiempo, lo libera de leer pasajes documentales indeseados que oscurecen la lectura.

Dentro de este marco los tipos básicos de escrito quedan descompuestos en varias unidades textuales e infográficas de sentido pleno, distribuidas en diversas pantallas, enlazadas en función de su contenido; por un lado puede aparecer una descripción del lugar del hecho, por otro una narración escueta del evento y por último una exposición de los datos y citas textuales que ayudarán a explicar la noticia.

Finalmente concluye con la idea que la organización hipertextual obliga al periodista a realizar un mayor esfuerzo de selección y jerarquía de los elementos de la información, tareas radicalmente periodísticas. Por lo que ya no se puede hablar de una estructura cerrada, sino de un conjunto de elementos interconectados mediante el hipertexto y cuyas partes vendrían dictadas por el acontecimiento informativo comunicado en cada caso.

Díaz Noci (2002) por su parte a pesar de reconocer que la dependencia de los medios tradicionales es aún palpable afirma que el proceso de emancipación y búsqueda de una retórica propia ya ha comenzado por ello plantea unas normas generales de redacción, vale decir:

a.- En una pantalla el texto debe ser más corto, se habla de unas 25 líneas como máximo, por tanto más que de longitud de los textos hay que referirse a la profundidad en los mismos.
b.- Sobre la denominada “profundidad” del texto, hace un paréntesis y menciona que una de las propuestas más importantes la ha elaborado Robert Darnton en un artículo publicado originariamente en “The New York Time Review of Books” en 1999, donde este historiador propone estructurar en el documento digital, el discurso electrónico, en capas “que formarán una pirámide” (Darnton, 1999:26). Ellas son: Un resumen conciso del tema. Una versión más extendida con elementos argumentativos. La documentación, relacionada con el tema principal de la información, que podría resumirse a lo digital en: sonidos, imágenes fijas o en movimiento, gráficos realidad virtual.

La cuarta capa sería la teórica, con una selección de trabajos de investigación previos y discusiones de ese material. Seguida de la propuesta pedagógica, temas a debatir. Para Finalizar con informes de lectores, intercambios de información entre autor y editor, y cartas a los lectores.

Salaverría indica que lo que propone Darnton es un documento muy amplio, compuesto por varios niveles y ofrece por tanto, diversas secuencias posibles al lector, que será quien decida hasta qué punto y por qué camino llegar.

c.- El diseño es otro punto a considerar, para ello refiere que hay que optar por textos ajustados a los contornos de la pantalla –cualquiera que ésta sea- o por textos más largos a través de los cuales debe desplazarse el usuario mediante los scrolls (barra de navegación).

Asimismo se plantea la utilización adecuada de los recursos hipertextuales, por tanto, con los enlaces no se debe caer en la exageración, sino producir los necesarios, pues la cantidad debe responder al relato y estar en relación con los niveles de que se quiera dotarlo.

d.- Respecto a las normas de redacción Noci sugiere mantener en buena parte las del texto tradicional: sencillez, concreción y brevedad, pues son reglas de oro. Pero añade otro consejo, y es hacer buen uso del propio idioma, ya que en el ciberespacio o en el mundo físico el objetivo es siempre la comprensión del mayor número posible de personas.

e.- Sobre el titular refiere que es indispensable, y sirve además de texto-núcleo de la noticia. Se recomienda siempre redactar un subtítulo, en caracteres obviamente más reducidos que el título y sin enlace (sólo el título debe servir de enlace), de manera que se contextualice la información lo más posible.

f.- Para las imágenes la sugerencia es incluir una pequeña dentro del texto y un enlace en la misma que permita verla ampliada, en caso de que el usuario así lo desee. Otro tipo de elementos (gráficos en movimiento, sonidos, etc.) deben dosificarse sabiamente en función de las necesidades narrativas y siempre ser optativos para el usuario, ya que exigen otro programa además del visualizador, y determinadas condiciones técnicas de las que no siempre dispone su ordenador.

g.- Respecto a la estructura del texto informativo manifiesta que a la hora de comenzarlo deben considerarse varios aspectos (Rich, 1998 citado por Noci, 2002), ellos son: Definir el enfoque, recopilar todo el material, hacer un plan general, escribir un titular, redactar un resumen de unas 20 líneas, explicar en un párrafo cómo la noticia va a influenciar a los lectores y disponer de los elementos interactivos e incluirlos en el plan.

Igualmente: establecer los contenidos útiles a la hora de estructurar las partes de que se compondrá la información, desconstruir el discurso o estructuración en partes interrelacionadas, redactar un guión para conocer cuántas páginas Web, imágenes incrustadas en cada una, estructura de la información, y enlaces entre las partes irán, finalmente redactar la nota.

Propuesta de escritura en cibermedios
Luego de haber conocido los planteamientos de los autores mencionados, una fórmula posible a seguir sería plantear un estilo propio de escritura a partir de la estructura informativa piramidal e hipertextual, denominada en este trabajo como “Pirámide No Lineal”, tomando en cuenta las siguientes consideraciones generales:

a.- En lo que respecta a los Titulares, deberán conservar las mismas características de la redacción tradicional, entre ellas: gancho, precisión y coherencia. Asimismo su construcción no deberá exceder de 8 palabras y las frases tendrán sentido propio.

Por otra parte en cuanto a su composición será pertinente no emplear la titulación compleja (antetítulo, título y sumario), al menos en la primera pantalla o home, es decir que para la presentación de las notas informativas bastará con una estructura simple de antetítulo y título, o si se quiere con título y sumario o “bajada”, en todo caso se sugiere que sea en el título donde se coloque un vínculo, en caso que el lector desee ampliar la nota.

El empleo de una titulación simple debe acompañarse además de un total abandono a las fórmulas de titulación del medio impreso, donde se prescinda del recurso de la reiteración de titulares entre la pantalla inicial de la nota y sus posteriores despliegues en pantallas internas, ya que la repetición de datos entre los primeros niveles de lectura de las informaciones en pantalla no se corresponde con la naturaleza del consumo de los contenidos en una pantalla de ordenador: el usuario se acerca al cibermedio escaneando, revisando rápidamente el texto para “pescar” o captar lo que le interesa con la menor cantidad de píxeles, clic, y tiempo posible.

Ahora bien, en el supuesto que el usuario desee continuar la lectura, la nota completa deberá incluir sumario, para ofrecer un resumen de la misma obviando así el empleo de los intertítulos, que se verán sustituidos por los vínculos que se establezcan durante la escritura para documentar la lectura.

Se hace pertinente destacar que para el caso de la cabeza de titulación (antetítulo, título y/o sumario) no deben repetirse los datos. “Los titulares y las ‘bajadas’ o sumarios (‘decks’) deberían dar información a los usuarios en lugar de sólo tratar de seducirlos para que hagan clic para obtener información real” (Nielsen y Tahir, 2001:3).

b.- La Entrada Informativa debe seguir manteniendo su estructura de tipo sumario para ofrecer al público la posibilidad de enterarse del suceso de una vez, sin necesidad de leer la nota completa. Lo que debe revisarse es cómo plantear esta posibilidad, ya que hace falta presentar las 5WH de una manera creativa, siempre apegados a la naturaleza del hecho noticioso, por lo que si se hace necesario entrar con una frase del entrevistado se traducirá en una cita textual, esto por mencionar un ejemplo.

Otro aspecto que se debe plantear en este apartado es la incorporación de vínculos, es pertinente aclarar que estos no están reservados al cuerpo informativo, y contrariamente su uso dependerá del fin que se desee alcanzar. Actualmente la tendencia lleva a vincular dicha entrada con una nota de reciente aparición alojada en el archivo del servidor del cibermedio, sin embargo otra utilidad no es excluyente.

c.- El cuerpo informativo se constituye en otra preocupación, ahora algunos estudios apuntan a mantener el empleo de la pirámide invertida y otros a utilizar el hipertexto a través del empleo de los vínculos ya mencionados. El dilema está en cuál fórmula seguir, para el caso venezolano, particularmente, se hace conveniente desde la perspectiva aquí discutida hacer un híbrido de ambas tendencias y sacar el mejor provecho para el lector-usuario. De tal forma plantear en un espacio no mayor de 25 líneas la nota informativa, para evitar emplear la barra de navegación, y en la conformación de cada párrafo, se irán incorporando los vínculos necesarios para profundizar en los datos planteados, sin caer en la redundancia y menos aún en la exageración.

Resulta conveniente mencionar que el empleo de estos vínculos podrá contener un discurso electrónico por capas para descomponer la información, es decir; una versión extendida del tema; documentación relacionada con la nota principal, discusión de trabajos previos sobre ese material, y otros elementos comunicativos, tales como gráficos, audio y video; por citar algunos ejemplos.

Sin embargo, para ello se hará necesario definir previamente el número de capas en que se dividirá la información, y esta tarea puede resultar útil construyendo una especie de storyboard tal y como lo plantean Pérez y Perea (1998), similar al que se emplea en el mundo audiovisual, la idea es que antes de escribir la noticia se recurra a este diseño para cada una de las páginas principales que tendrá la misma. Allí se detallarán a grandes rasgos el contenido de la capa, gráficos y vínculos a otras historias.

d.- Sobre el desenlace se hace necesario cambiar la tendencia hacia el dato menos relevante, como lo constituye el cierre de tipo declive, y contrariamente plantear una nueva forma que rompa con lo convencional, añadiendo nuevos elementos que se traduzcan en argumentos que le den a la nota un matiz de continuidad. Por citar ejemplos, emplear descripciones, ambientes, todo con el fin de hacer un cierre creativo, cargado de nuevos datos, que en algunos casos le de una tonalidad distinta a la historia, con nuevos protagonistas y argumentos, o en su defecto para cumplir una función estilística o psicológica.

Modelo Piramidal No Lineal


[Para ampliar dé clic aquí]
Urdaneta y Mogollón (2006)

Consideraciones finales
Después de haber revisado el modelo propuesto es pertinente hacer algunas consideraciones finales. No sin antes admitir, como afirma Gabriel García Márquez, que para poder escribir en los cibermedios lo primero es saberlo hacer.

Ahora bien ¿En qué y qué tiene que cambiar el comunicador ante la nueva realidad que se le presenta? Cambiarán, como siempre ha sucedido a lo largo de la historia, muchas cosas, pero hay una que permanecerá: la redacción periodística, el lenguaje periodístico, la técnica para lograr que el mensaje llegue al receptor en términos inteligibles y fiables, con criterios de selección y honestidad (Vilamor, 2000). La red es considerada un medio multicanal, lo que implica la convergencia de audio, video, imagen y texto, sin embargo a pesar de ello, el texto sigue reivindicando su importancia.

En este orden de ideas se hace prioritario reconocer que la esencia del periodismo tradicional se mantiene en lo referente a características generales de redacción: lenguaje claro, sencillo y conciso; el uso de la voz activa, uso de verbos expresivos, la técnica para que el mensaje llegue al receptor en términos inteligibles y fiables, el criterio de selección y jerarquización; así como la honestidad. “Sin una valoración ponderada y seria de lo que se quiere transmitir puede existir pasatiempo, entretenimiento, pero no información en el sentido estricto” (Vilamor, 2000: 117).

Otro punto a considerar es que los cibermedios son fuentes inagotables de investigación por cuanto no tienen una fórmula mágica de construcción, ni redacción; de allí que tanto los académicos como los reporteros deben continuar ideando propuestas que satisfagan el quehacer periodístico de cara a los usuarios. Por tanto se sugiere el uso de la propuesta Piramidal No Lineal para aprovechar la interactividad, virtualidad e hipermedia que ofrece este medio.

Es importante resaltar en el diseño de la nota informativa el uso de un storyboard, a manera de guía, para que antes de escribir la noticia se haya definido a grandes rasgos su contenido: texto, fotografías, gráficos, vínculos, capas, entre otros.

Igualmente, la incorporación de nuevos recursos a la redacción ciberperiodística amerita para el reportero nuevos retos en lo que se refiere a la jerarquización de la noticia, pues si bien hay más libertad de creación por las potencialidades que ofrece esta plataforma. También, el esfuerzo de síntesis y recopilación de información es aún mayor.

En este orden de ideas es urgente hacer una revisión a los planes de estudio, específicamente del área de periodismo para incluir asignaturas vinculadas a las TICs y más aún del ciberperiodismo, lo mismo que contar con materiales bibliográficos que los respalden.

Finalmente, es necesario formar profesionales que se sumen a esas nuevas formas de trabajo, para disponer del conocimiento y aprovechar los caudales de información de una forma coherente, eficiente, buscando formas de acercamiento al entorno social y cultural.


Referencias:

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Pérez M. y Perea M. (1998). El Actual Periodismo Online. [Documento en línea]. Disponible en: (http://www.hotopos.com) (Consultado 2002, agosto, 28).
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Mag. Joyceleine Urdaneta
Universidad Rafael Belloso Chacín, Venezuela.