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Por Joyceleine Urdaneta
Número
57
Periodismo
y tecnologías digitales
La tecnología digital está afectando
profundamente todos los órdenes de la
vida de los hombres junto a sus profesiones,
porque está modificando los procesos tradicionales
de investigación, elaboración,
difusión de los mensajes periodísticos;
de hecho hasta la propia barrera entre periodistas
y público, entre emisor y receptor, se
difumina.
Esta revolución
está cambiando también las formas
de producción del conocimiento mismo,
las formas de almacenarlo, difundirlo y aprehenderlo.
El predominio de roles del docente comunicador
como mediador de los procesos de información
y de formación, respectivamente tienden
a modificarse por este hecho, que hace que las
personas puedan acceder directamente a nuevas
experiencias de comunicación y de educación.
La hipertextualidad,
la multimedialidad y la interactividad son, precisamente
los rasgos que mejor caracterizan al periodismo
de las tecnologías digitales. Gracias
a la tecnología digital y a las redes
telemáticas, con Internet como principal
exponente, este tipo de periodismo ha incorporado
a sus procesos y productos posibilidades descuidadas
o, a menudo, inalcanzables en el periodismo impreso,
radiofónico y televisivo. Así ha
añadido en primer lugar el hipertexto
que de forma provisional se puede definir como
“una forma de organizar el texto en ordenadores
que permite enlazar cualquier parte de un texto
(o de otro medio) con cualquier otro lugar”
(Horn, 1989).
En segundo lugar,
ha aportado la multimedialidad, que desde un
punto de vista lingüístico, consiste
en la capacidad de procesar y difundir mensajes
que integran diversos códigos –textuales,
visuales y sonoros- y gozan de unidad comunicativa
(Salaverría, 2001: 388-389). Por último
ha potenciado muy especialmente la interactividad;
un rasgo que, llevado al ámbito del periodismo,
se traduce en la posibilidad de que todos los
interlocutores en el proceso comunicativo, tanto
los periodistas como el público, interaccionen
recíprocamente con el medio y entre sí.
Ciertamente,
el estudio de las tecnologías digitales
en los medios ha suscitado un debate en los entornos
académicos. Hoy día en el ámbito
de las ciencias de la comunicación, no
hay congreso, reunión científica
o seminario que no dedique un lugar destacado
a estas cuestiones. Esta investigación
nace, precisamente, con la intención de
proyectar una mirada reflexiva a ese fenómeno
naciente, sobre todo a lo que se refiere a su
impacto en la redacción periodística.
Pretende arrojar luz sobre una nueva disciplina
profesional y académica que, a falta de
una terminología mínimamente asentada
y consensuada, han denominado “redacción
ciberperiodística” (Díaz
Noci y Salaverría, 2003).
Cabe cuestionar,
la idoneidad de esta denominación. Sin
embargo, por los motivos que se exponen a continuación,
se piensa que es quizás la más
adecuada para garantizar la precisión
significativa, la economía expresiva y,
en suma el mayor respeto a la lengua española.
De los dos términos es por supuesto el
segundo “ciberperiodística”,
el que plantea mayores dudas y exige más
explicación. Sin embargo, incluso el propio
término “redacción”
reclama ser justificado.
La redacción
en el ciberperiodismo
Una consideración etimológica del
término redacción demuestra que
éste sigue gozando de plena validez. Como
lo recuerda el diccionario de la Real Academia
Española (RAE), ‘redactar’
proviene del término latino redigere,
que se traduce como “compilar o poner en
orden”. Para los latinos por consiguiente,
no se relacionaba tanto con el acto físico
de escribir como con la acción intelectual
de organizar o estructurar. El término
redacción sirve plenamente, por tanto,
para definir la actividad de construir y estructurar
mensajes, con independencia de cuáles
sean los elementos –textuales, visuales
y/o sonoros- que los integran. Se piensa que
esta concepción arquitectónica
de la redacción cobra especial vigencia
en el nuevo ámbito del hipertexto donde,
más allá de las consideraciones
eminentemente estilísticas y lingüísticas
que han prevalecido en la enseñanza tradicional
de la escritura periodística, ganan protagonismo
todas aquellas cuestiones de carácter
retórico referidas a la estructuración
del discurso informativo. Así pues, hablar
de ‘redacción’ en el nuevo
entorno hipertextual y multimediático
resulta, quizá, más exacto y justificado
que nunca.
El otro término
que reclama explicación es el de ‘ciberperiodismo’,
se trata de una palabra que, a comienzos del
siglo XXI, cuenta con más predicamento
en América Latina, donde hasta ahora han
hecho mayor fortuna otras expresiones sinónimas
aunque mucho más lastradas por la imprecisión,
como ‘periodismo electrónico’,
‘periodismo multimedia’ y, muy especialmente
‘periodismo digital’. Quienes escriben,
sin ir más lejos, han utilizado no pocas
veces esas expresiones para aludir al periodismo
hecho en, con, mediante recursos y redes digitales.
Sin embargo, hay más convencimiento de
que tienen razón quienes sostienen que
la precisión y la economía del
lenguaje recomiendan acoger la fórmula
‘ciberperiodismo’, aunque en principio
suene quizá un poco afectada a nuestros
oídos. Por tanto, parece apropiado referirse
a este término como “aquella especialidad
del periodismo que emplea el ciberespacio para
la investigación, la elaboración
y, muy especialmente, la difusión de contenidos
periodísticos” (Díaz Noci
y Salaverría, 2003).
Además,
reducir el nombre a una sola palabra en lugar
de dos, como ocurre por ejemplo con ‘cibernoticias’,
‘ciberperiodistas’, añade
la ventaja de simplificar la creación
posterior de un campo semántico afín.
No hay que olvidar, por último, que no
solamente en América Latina (Zalcberg,
2001) sino incluso en España, cada vez
hay más obras académicas que se
inclinan por el ‘ciberperiodismo’.
Nuevos retos
comunicativos para el periodista
Esta es una de las razones, aunque no la única,
ni quizás la más importante, de
que los nuevos medios hayan importado los lenguajes
periodísticos de sus predecesores; en
particular, de los medios impresos (Díaz
Noci y Salaverría, 2003). Hoy en día
el lenguaje y el estilo de los cibermedios son
herederos directos de la prensa (Cely, 2001).
Sin embargo, como se pretende mostrar en este
trabajo, esa herencia cada vez se ve más
difuminada por la consolidación de ciertos
rasgos lingüísticos, estilísticos
y retóricos propios del ciberperiodismo.
Todavía es pronto para conocer hasta que
punto renegará este nuevo periodismo de
las antiguas rutinas o simplemente las transformará,
pero al menos si es obligado plantearse si su
vigencia sigue siendo incontestable (Martínez
Albertos, 1997), en un entorno distinto donde
los medios, los mensajes y las audiencias han
cambiado.
Con este planteamiento
no se quiere significar que a la larga, la tecnología
digital desplazará las funciones del periodista
y del académico, pero sí se quiere
destacar la necesidad irremplazable de replantear
los roles clásicos de estos dos tipos
de profesionales en la Sociedad Global de la
Información.
Esta investigación
surge también con el propósito
de responder a una demanda emergente en la profesión
periodística actual: los periodistas reclaman
formación para enfrentarse adecuadamente
a los retos comunicativos que plantea el nuevo
ciberperiodismo. En un período de profunda
transformación profesional, los periodistas
se muestran desorientados y recelosos ante una
nueva disciplina cuyas claves y características
ignoran. Esta desorientación y recelo
les ha llevado a adoptar con frecuencia planteamientos
tecnófobos, caracterizados de renegar
de toda innovación y por la tendencia
a perpetuar de manera acrítica las rutinas
de antaño.
Es un hecho
que las tecnologías digitales están
haciendo converger las tecnologías educativas,
informativas y de entretenimiento hasta el punto
de modificar sustancialmente los procesos de
aprendizaje y de saber, porque la informática
está abriendo nuevos espacios para el
pensamiento y el saber radicalmente opuestos
a los viejos hábitos del conocimiento
humano basado en la memoria impresa y oral.
Atendiendo a
lo señalado se hace urgente formar profesionales
que se sumen a esas nuevas formas de trabajo,
para disponer del conocimiento y sacarle provecho
a esos caudales de información de una
forma coherente y eficiente.
El gran reto
consiste en cómo formar unos recursos
humanos capaces de generar capacidad tecnológica
que les permita no solamente usar esas tecnologías
en sus tareas profesionales sino producir aplicaciones
propias para resolver problemas concretos de
su práctica laboral y conocimientos sobre
estas tecnologías para buscar formas de
acercamiento a su entorno social y cultural.
Hablar sobre
formación en redacción ciberperiodística
es brindar un aporte a las Escuelas de Comunicación
Social en Venezuela, porque hasta la fecha -sin
temor a un equívoco- ninguna de ellas
cuenta con académicos que hayan desarrollado
un modelo propio estructurado para facilitar
dicho conocimiento. En el fondo lo que se produce
es una inadecuación frente a los cambios
que las nuevas tecnologías introducen
en los medios de trabajo en la fase de producción,
edición y hasta de distribución
de las empresas periodísticas.
Además
si se hace una revisión a los planes de
estudio, específicamente del área
de periodismo se encontrará la casi ausencia
de las asignaturas vinculadas a las TICs y más
aún del ciberperiodismo (Villalobos y
Montiel, 2006).
Igualmente el
urgente desarrollo universitario de las asignaturas
relacionadas con el ciberperiodismo necesita
contar con materiales bibliográficos que
las respalden. Y, hoy por hoy, esos materiales
apenas existen; no ya sólo en la universidad
hispana, sino en cualquier parte del mundo. Esta
investigación con todas las prevenciones
y limitaciones propias de una obra que se sabe
pionera, nace por tanto, con el fin de cubrir
una inquietud en la bibliografía didáctica
sobre el periodismo.
Todo ello permite
apreciar la necesidad urgente de incorporar cátedras
vinculadas a los cibermedios, en el caso particular
de redacción ciberperiodística,
con un modelo de enseñanza propio donde
se puedan estandarizar una forma de escritura
que logre estructurar el discurso informativo
sin desaprovechar los recursos propios de la
red. De lo contrario, la tendencia seguirá
orientada por prácticas desarticuladas
e inoperantes que lo que harán será
copiar otras experiencias –como hasta ahora
se ha hecho- sin ningún aprovechamiento
real para el campo de la comunicación
digital, específicamente del periodismo
impreso.
Estructura Informativa:
Postulados Teóricos
Luego de haber reflexionado sobre la necesidad
de formar talento para la estandarización
de un nuevo modelo de escritura en cibermedios
corresponde el turno a la propuesta de redacción
ciberperiodística, para ello será
necesario refrescar brevemente postulados teóricos
correspondientes a la estructura informativa,
entendida como la columna vertebral de la nota
periodística que incluye el orden de los
datos noticiosos: titulares, entrada, cuerpo
y desenlace (Urdaneta, 2003).
Dentro de este
marco Nielsen (1997) en su artículo “Invertid
Piramids in Ciberespace” propone que para
escribir en el ciberespacio hay que partir de
una conclusión, seguido de los datos secundarios
de la información y finalmente ofrecer
un resumen o recopilación, estilo conocido
como la “Pirámide Invertida”.
Asegura que
el periodismo en la Web es completamente diferente
al impreso, pues mientras la narración
aquí es lineal, en la red con el hipertexto
hay la posibilidad de romper este estilo y saltar
de un lado a otro, a partir de la escritura de
espacios informativos interlazados.
Igualmente,
añade que los escritores de la Web deben
separar su escritura en pequeñas y coherentes
piezas para evitar largas páginas de buscado,
donde cada una debe estar estructurada en varias
pirámides invertidas, aunque se corre
el riesgo que el trabajo entero sea visto más
como un juego de pirámides flotantes en
el ciberespacio, y no como un tradicional artículo.
Desafortunadamente, asegura que es duro aprender
este estilo de escritura, pues ciertamente no
hay una receta para conocer cómo se puede
hacer.
Por su parte
Salaverría (1999) hace una propuesta más
formal para estandarizar una forma diferente
de escritura, que rompe con el tradicional modelo
de la pirámide invertida y plantea como
nuevo a “la estructura hipertextual”
utilizando para ello la narración, descripción,
exposición y la argumentación.
Explica que
con el hipertexto ya no es obligatorio incorporar
en el cuerpo de la noticia pasajes documentales
–por tales se entiende desde una simple
aclaración de una cita hasta pasajes biográficos
de personas mencionadas- . Un enlace hipertextual
a terceras páginas permite ampliar, aclarar
o relacionar, cualquier información, bien
mediante nuevos textos o mediante recursos infográficos
(mapas, recreaciones virtuales,…) o audiovisuales
(declaraciones, videos,…). De allí
asegure que en definitiva, el hipertexto pone
por primera vez en manos del lector –no
del periodista- la posibilidad de ampliar hasta
donde desee la contextualización de cada
información, y al mismo tiempo, lo libera
de leer pasajes documentales indeseados que oscurecen
la lectura.
Dentro de este
marco los tipos básicos de escrito quedan
descompuestos en varias unidades textuales e
infográficas de sentido pleno, distribuidas
en diversas pantallas, enlazadas en función
de su contenido; por un lado puede aparecer una
descripción del lugar del hecho, por otro
una narración escueta del evento y por
último una exposición de los datos
y citas textuales que ayudarán a explicar
la noticia.
Finalmente concluye
con la idea que la organización hipertextual
obliga al periodista a realizar un mayor esfuerzo
de selección y jerarquía de los
elementos de la información, tareas radicalmente
periodísticas. Por lo que ya no se puede
hablar de una estructura cerrada, sino de un
conjunto de elementos interconectados mediante
el hipertexto y cuyas partes vendrían
dictadas por el acontecimiento informativo comunicado
en cada caso.
Díaz
Noci (2002) por su parte a pesar de reconocer
que la dependencia de los medios tradicionales
es aún palpable afirma que el proceso
de emancipación y búsqueda de una
retórica propia ya ha comenzado por ello
plantea unas normas generales de redacción,
vale decir:
a.- En una pantalla
el texto debe ser más corto, se habla
de unas 25 líneas como máximo,
por tanto más que de longitud de los textos
hay que referirse a la profundidad en los mismos.
b.- Sobre la denominada “profundidad”
del texto, hace un paréntesis y menciona
que una de las propuestas más importantes
la ha elaborado Robert Darnton en un artículo
publicado originariamente en “The New York
Time Review of Books” en 1999, donde este
historiador propone estructurar en el documento
digital, el discurso electrónico, en capas
“que formarán una pirámide”
(Darnton, 1999:26). Ellas son: Un resumen conciso
del tema. Una versión más extendida
con elementos argumentativos. La documentación,
relacionada con el tema principal de la información,
que podría resumirse a lo digital en:
sonidos, imágenes fijas o en movimiento,
gráficos realidad virtual.
La cuarta capa
sería la teórica, con una selección
de trabajos de investigación previos y
discusiones de ese material. Seguida de la propuesta
pedagógica, temas a debatir. Para Finalizar
con informes de lectores, intercambios de información
entre autor y editor, y cartas a los lectores.
Salaverría
indica que lo que propone Darnton es un documento
muy amplio, compuesto por varios niveles y ofrece
por tanto, diversas secuencias posibles al lector,
que será quien decida hasta qué
punto y por qué camino llegar.
c.- El diseño
es otro punto a considerar, para ello refiere
que hay que optar por textos ajustados a los
contornos de la pantalla –cualquiera que
ésta sea- o por textos más largos
a través de los cuales debe desplazarse
el usuario mediante los scrolls (barra de navegación).
Asimismo se
plantea la utilización adecuada de los
recursos hipertextuales, por tanto, con los enlaces
no se debe caer en la exageración, sino
producir los necesarios, pues la cantidad debe
responder al relato y estar en relación
con los niveles de que se quiera dotarlo.
d.- Respecto
a las normas de redacción Noci sugiere
mantener en buena parte las del texto tradicional:
sencillez, concreción y brevedad, pues
son reglas de oro. Pero añade otro consejo,
y es hacer buen uso del propio idioma, ya que
en el ciberespacio o en el mundo físico
el objetivo es siempre la comprensión
del mayor número posible de personas.
e.- Sobre el
titular refiere que es indispensable, y sirve
además de texto-núcleo de la noticia.
Se recomienda siempre redactar un subtítulo,
en caracteres obviamente más reducidos
que el título y sin enlace (sólo
el título debe servir de enlace), de manera
que se contextualice la información lo
más posible.
f.- Para las
imágenes la sugerencia es incluir una
pequeña dentro del texto y un enlace en
la misma que permita verla ampliada, en caso
de que el usuario así lo desee. Otro tipo
de elementos (gráficos en movimiento,
sonidos, etc.) deben dosificarse sabiamente en
función de las necesidades narrativas
y siempre ser optativos para el usuario, ya que
exigen otro programa además del visualizador,
y determinadas condiciones técnicas de
las que no siempre dispone su ordenador.
g.- Respecto
a la estructura del texto informativo manifiesta
que a la hora de comenzarlo deben considerarse
varios aspectos (Rich, 1998 citado por Noci,
2002), ellos son: Definir el enfoque, recopilar
todo el material, hacer un plan general, escribir
un titular, redactar un resumen de unas 20 líneas,
explicar en un párrafo cómo la
noticia va a influenciar a los lectores y disponer
de los elementos interactivos e incluirlos en
el plan.
Igualmente:
establecer los contenidos útiles a la
hora de estructurar las partes de que se compondrá
la información, desconstruir el discurso
o estructuración en partes interrelacionadas,
redactar un guión para conocer cuántas
páginas Web, imágenes incrustadas
en cada una, estructura de la información,
y enlaces entre las partes irán, finalmente
redactar la nota.
Propuesta de
escritura en cibermedios
Luego de haber conocido los planteamientos de
los autores mencionados, una fórmula posible
a seguir sería plantear un estilo propio
de escritura a partir de la estructura informativa
piramidal e hipertextual, denominada en este
trabajo como “Pirámide No Lineal”,
tomando en cuenta las siguientes consideraciones
generales:
a.- En lo que
respecta a los Titulares, deberán conservar
las mismas características de la redacción
tradicional, entre ellas: gancho, precisión
y coherencia. Asimismo su construcción
no deberá exceder de 8 palabras y las
frases tendrán sentido propio.
Por otra parte
en cuanto a su composición será
pertinente no emplear la titulación compleja
(antetítulo, título y sumario),
al menos en la primera pantalla o home, es decir
que para la presentación de las notas
informativas bastará con una estructura
simple de antetítulo y título,
o si se quiere con título y sumario o
“bajada”, en todo caso se sugiere
que sea en el título donde se coloque
un vínculo, en caso que el lector desee
ampliar la nota.
El empleo de
una titulación simple debe acompañarse
además de un total abandono a las fórmulas
de titulación del medio impreso, donde
se prescinda del recurso de la reiteración
de titulares entre la pantalla inicial de la
nota y sus posteriores despliegues en pantallas
internas, ya que la repetición de datos
entre los primeros niveles de lectura de las
informaciones en pantalla no se corresponde con
la naturaleza del consumo de los contenidos en
una pantalla de ordenador: el usuario se acerca
al cibermedio escaneando, revisando rápidamente
el texto para “pescar” o captar lo
que le interesa con la menor cantidad de píxeles,
clic, y tiempo posible.
Ahora bien,
en el supuesto que el usuario desee continuar
la lectura, la nota completa deberá incluir
sumario, para ofrecer un resumen de la misma
obviando así el empleo de los intertítulos,
que se verán sustituidos por los vínculos
que se establezcan durante la escritura para
documentar la lectura.
Se hace pertinente
destacar que para el caso de la cabeza de titulación
(antetítulo, título y/o sumario)
no deben repetirse los datos. “Los titulares
y las ‘bajadas’ o sumarios (‘decks’)
deberían dar información a los
usuarios en lugar de sólo tratar de seducirlos
para que hagan clic para obtener información
real” (Nielsen y Tahir, 2001:3).
b.- La Entrada
Informativa debe seguir manteniendo su estructura
de tipo sumario para ofrecer al público
la posibilidad de enterarse del suceso de una
vez, sin necesidad de leer la nota completa.
Lo que debe revisarse es cómo plantear
esta posibilidad, ya que hace falta presentar
las 5WH de una manera creativa, siempre apegados
a la naturaleza del hecho noticioso, por lo que
si se hace necesario entrar con una frase del
entrevistado se traducirá en una cita
textual, esto por mencionar un ejemplo.
Otro aspecto
que se debe plantear en este apartado es la incorporación
de vínculos, es pertinente aclarar que
estos no están reservados al cuerpo informativo,
y contrariamente su uso dependerá del
fin que se desee alcanzar. Actualmente la tendencia
lleva a vincular dicha entrada con una nota de
reciente aparición alojada en el archivo
del servidor del cibermedio, sin embargo otra
utilidad no es excluyente.
c.- El cuerpo
informativo se constituye en otra preocupación,
ahora algunos estudios apuntan a mantener el
empleo de la pirámide invertida y otros
a utilizar el hipertexto a través del
empleo de los vínculos ya mencionados.
El dilema está en cuál fórmula
seguir, para el caso venezolano, particularmente,
se hace conveniente desde la perspectiva aquí
discutida hacer un híbrido de ambas tendencias
y sacar el mejor provecho para el lector-usuario.
De tal forma plantear en un espacio no mayor
de 25 líneas la nota informativa, para
evitar emplear la barra de navegación,
y en la conformación de cada párrafo,
se irán incorporando los vínculos
necesarios para profundizar en los datos planteados,
sin caer en la redundancia y menos aún
en la exageración.
Resulta conveniente
mencionar que el empleo de estos vínculos
podrá contener un discurso electrónico
por capas para descomponer la información,
es decir; una versión extendida del tema;
documentación relacionada con la nota
principal, discusión de trabajos previos
sobre ese material, y otros elementos comunicativos,
tales como gráficos, audio y video; por
citar algunos ejemplos.
Sin embargo,
para ello se hará necesario definir previamente
el número de capas en que se dividirá
la información, y esta tarea puede resultar
útil construyendo una especie de storyboard
tal y como lo plantean Pérez y Perea (1998),
similar al que se emplea en el mundo audiovisual,
la idea es que antes de escribir la noticia se
recurra a este diseño para cada una de
las páginas principales que tendrá
la misma. Allí se detallarán a
grandes rasgos el contenido de la capa, gráficos
y vínculos a otras historias.
d.- Sobre el
desenlace se hace necesario cambiar la tendencia
hacia el dato menos relevante, como lo constituye
el cierre de tipo declive, y contrariamente plantear
una nueva forma que rompa con lo convencional,
añadiendo nuevos elementos que se traduzcan
en argumentos que le den a la nota un matiz de
continuidad. Por citar ejemplos, emplear descripciones,
ambientes, todo con el fin de hacer un cierre
creativo, cargado de nuevos datos, que en algunos
casos le de una tonalidad distinta a la historia,
con nuevos protagonistas y argumentos, o en su
defecto para cumplir una función estilística
o psicológica.
Modelo Piramidal No Lineal
[Para
ampliar dé clic aquí]
Urdaneta y Mogollón
(2006)
Consideraciones
finales
Después de haber revisado el modelo propuesto
es pertinente hacer algunas consideraciones finales.
No sin antes admitir, como afirma Gabriel García
Márquez, que para poder escribir en los
cibermedios lo primero es saberlo hacer.
Ahora bien ¿En
qué y qué tiene que cambiar el
comunicador ante la nueva realidad que se le
presenta? Cambiarán, como siempre ha sucedido
a lo largo de la historia, muchas cosas, pero
hay una que permanecerá: la redacción
periodística, el lenguaje periodístico,
la técnica para lograr que el mensaje
llegue al receptor en términos inteligibles
y fiables, con criterios de selección
y honestidad (Vilamor, 2000). La red es considerada
un medio multicanal, lo que implica la convergencia
de audio, video, imagen y texto, sin embargo
a pesar de ello, el texto sigue reivindicando
su importancia.
En este orden
de ideas se hace prioritario reconocer que la
esencia del periodismo tradicional se mantiene
en lo referente a características generales
de redacción: lenguaje claro, sencillo
y conciso; el uso de la voz activa, uso de verbos
expresivos, la técnica para que el mensaje
llegue al receptor en términos inteligibles
y fiables, el criterio de selección y
jerarquización; así como la honestidad.
“Sin una valoración ponderada y
seria de lo que se quiere transmitir puede existir
pasatiempo, entretenimiento, pero no información
en el sentido estricto” (Vilamor, 2000:
117).
Otro punto a
considerar es que los cibermedios son fuentes
inagotables de investigación por cuanto
no tienen una fórmula mágica de
construcción, ni redacción; de
allí que tanto los académicos como
los reporteros deben continuar ideando propuestas
que satisfagan el quehacer periodístico
de cara a los usuarios. Por tanto se sugiere
el uso de la propuesta Piramidal No Lineal para
aprovechar la interactividad, virtualidad e hipermedia
que ofrece este medio.
Es importante
resaltar en el diseño de la nota informativa
el uso de un storyboard, a manera de guía,
para que antes de escribir la noticia se haya
definido a grandes rasgos su contenido: texto,
fotografías, gráficos, vínculos,
capas, entre otros.
Igualmente,
la incorporación de nuevos recursos a
la redacción ciberperiodística
amerita para el reportero nuevos retos en lo
que se refiere a la jerarquización de
la noticia, pues si bien hay más libertad
de creación por las potencialidades que
ofrece esta plataforma. También, el esfuerzo
de síntesis y recopilación de información
es aún mayor.
En este orden
de ideas es urgente hacer una revisión
a los planes de estudio, específicamente
del área de periodismo para incluir asignaturas
vinculadas a las TICs y más aún
del ciberperiodismo, lo mismo que contar con
materiales bibliográficos que los respalden.
Finalmente,
es necesario formar profesionales que se sumen
a esas nuevas formas de trabajo, para disponer
del conocimiento y aprovechar los caudales de
información de una forma coherente, eficiente,
buscando formas de acercamiento al entorno social
y cultural.
Referencias:
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Zalcberg, Ana (2001). "El Ciberperiodismo".
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Mag.
Joyceleine Urdaneta
Universidad Rafael Belloso
Chacín, Venezuela. |