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La produccion de TeorÍa de la comunicaciÓn con procedimientos cientÍficos

 

Por Manuel Martín Serrano
Número 59

Amigas, amigos, gracias por vuestra asistencia a esta presentación de "Teoría de la Comunicación, la comunicación la vida y la sociedad". Es una grata celebración para compartir lo que mejor reúne, que son los conocimientos. Y   mi inolvidable deuda con el Rector que nos acoge en esta hermosa casa de estudios, y con el Profesor Rafael Serrano, quien con sus colaboradoras y colaboradores, ha llenado de contenido académico y afectivo este encuentro.

Pueden imaginar cuan honrado me siento por la presencia y la palabra de nuestros prestigiosos ponentes. Sus lecturas esclarecieron mi obra y me abren a vuestro aprecio.

Un libro es, entre otras cosas, un ramillete de lecturas, o si lo prefieren, de interpretaciones distintas, que le dan al texto tantos significados como perspectivas e intereses haya suscitado entre sus lectores. El autor tal vez logre crear y expresar ideas nuevas, pero sabe que fructifican en la mente de los lectores. En mi condición de autor, no me corresponde interpretar lo que he escrito. Pero en cambio, puedo ofrecerles una visión del significado que   yo creo que tiene, hacer teoría de la comunicación, utilizando las reglas del trabajo científico. Ciertamente, esas tareas están determinadas por el estado actual del conocimiento. Pero al tiempo, están condicionadas por este tiempo histórico en el que se están llevado a cabo. Lo cual quiere decir que el hacer teórico compromete como científico, como docente y también como intelectual, cuando lo que se escribe y lo que se enseña, ejerce alguna influencia en nuestras sociedades.

1. Teoría, iluminismo y obscurantismo

Pienso que mi trabajo de teórico y metodólogo tiene validez cuando lo que escribo se aplica para entender e investigar sociedades, culturas y temas diferentes. Y mi vocación de docente se cumple, cuando alguna obra mía contribuye a ilustrar : es decir, enseña a emplear la razón, cuando aclara las razones de las cosas.

Ese empeño ilustrador es un ideario que nos han legado los autores iluministas, a quienes tenemos oficio de maestros. Fue convicción muy arraigada en el pensamiento regeneracionista español, al que pertenecieron maestros poetas como Antonio Machado, maestros filósofos como Miguel de Unamuno. Ellos sabían que ilustrar era un trabajo necesario, para que la sociedad civil se liberase de las visiones del mundo cerriles, sectarias, que son las que mantienen el control sobre las conciencias y los comportamientos, explotando el miedo y la desinformación de las gentes.

La historia muestra que la capacidad de utilizar la razón para entender lo que sucede en el mundo y tratar de mejorarlo, no protege, ni a los individuos ni a las colectividades, de la violencia física, institucional o cultural. Mas bien suelen acarrear persecuciones.   Pero también enseña que los regímenes que se imponen a sus propios pueblos o a los pueblos ajenos, vulnerando los derechos humanos, comienzan su declive cuando las comunidades subyugadas, dejan de ser controlables por la violencia simbólica que padecen.  

Me parece que en esta época de globalizadas mistificaciones mediáticas y mitificaciones culturales, hay muchas razones para ejercitar y difundir el pensamiento que ilustra. Según yo creo, actualmente el ideario iluminista se puede entender como el conocimiento de lo que une. Dicho de otra manera: ilustrar consiste en compartir el saber para que alguna vez sea posible compartir el mundo.

Cuando se generaliza la capacidad de entender a los propios y comprender a los ajenos, disminuye el poder que tienen los controladores. Este mecanismo educativo lo utilizaron los movimientos ilustrados que prepararon la revolución francesa. Pero ya lo conocían desde hacia mil años, los poderes civiles y religiosos, que lo entendían y aplicaban a la inversa: para que la gente soporte la opresión, tiene que existir un uso obscurantista de la información y del conocimiento . Este recordatorio histórico, muestra que el enfrentamiento <obscurantismo -iluminismo> es una dimensión ineludible de la emancipación humana.

En nuestra época, el oscurantismo   sigue en la labor de controlar las conciencias manipulando los sentimientos. Pero tiene rasgos específicos. Opera sobre todo en la comunicación publica y en la educación. Y se le reconoce porque es etnocéntrico. Hace creer que todo "lo nuestro" y que todos "los nuestros" son mejores por definición. Lo cual supone necesariamente que lo ajeno y distinto sea por definición, peor. Suele operar con las señas de identidad, reales o míticas. Se recurre al oscurantismo   para desinformar y mentir, para justificar el recorte de las libertades, enfrentar a las sociedades y legitimar la violencia, supuestamente en defensa de principios, previamente manipulados.

El obscurantismo etnocéntrico, dogmatico y agresivo reincide en la estrategia de producir la ignorancia para   reproducir el poder. Por ello el pensamiento que ilustra, sigue siendo un recurso que libera al tiempo, de la cerrazón y de la sumisión. Entiendo que la forma especifica en la que los intelectuales y los docentes, podemos ser parte de la ilustración, seria la siguiente: contribuyendo a que se reconozca y aprecie la identidad que distingue a cada grupo humano, en el marco de la diversidad de identidades que existen y que a todos nos enriquecen. Son ideas que a Ustedes les resultarán familiares, porque las trajeron aquí y aquí las aplicaron, aquellos profesores españoles que México acogió cuando el exilio. Ellos mostraron en su nueva patria, que es posible ilustrar a un pueblo, cuando se pone a su alcance el saber y la creatividad que son patrimonio de toda la humanidad. Y que cuando se conocen y gozan esos valores universales, ese pueblo no se mimetiza. Muy al contrario, emerge su genio y muestra su figura distintiva. Ni que decir tiene. que esa fecundidad que tiene la exposición a la cultura universal -en todos los sentidos del termino "universal"- se transmuta en esterilidad y lo que es peor en transculturización, cuando un único modelo del mundo, pobre, redundante y comercializado sea la referencia cultural dominante.   

La generación a la que yo pertenezco no tuvo la fortuna de ser educada por Giner de los Ríos, por Vicente Gaos y sus otros discípulos. Pero debió de plantarle cara en las universidades, durante la dictadura de Franco, a la demagogia nacionalista. Los profesores que contribuimos a la refundación de los estudios sociológicos en España, durante la década de los sesenta, participamos como otros muchos, en el desmontaje de ese adoctrinamiento, hecho de filias y fobias etnocéntricas. Procedíamos de escuelas teóricas diferentes,   pero a todos nos unía esa visión del conocimiento y de la enseñanza, universalista, humanista y anti-dogmatica. Tuvimos la oportunidad histórica de comprobar en la práctica el valor ético y esclarecedor que puede tener el razonamiento, tanto para demoler la tiranía como para construir el nuevo modelo de convivencia. Supongo que de esa experiencia personal deriva la forma en la que pretendo hacer teoría.

2. Teoría e investigación

Comencé a   hacer teoría para llevar al espacio en el que se aplica la razón, alguno de los muchos campos del conocimiento en los que reina la impostura. Y en ello sigo. Ese propósito obliga a utilizar la investigación para observar como suceden las cosas. Por eso he investigado al hilo del acontecer,   milagros, ejércitos, imágenes publicas de lideres, partidos políticos. i nvestigué algunas políticas culturales que juegan con las identidades sociales, y de ese modo sancionan   derechos, obligaciones y horizontes existenciales. Así, analicé mitologías creadas por los nacionalismos; y luego las mitologías de la socialización, en las que se establece como somos supuestamente, las "mujeres", los "hombres"; los "niños", "jóvenes" o "mayores". Y desde que fui consciente del papel que desempeña la comunicación publica en la perpetuación y en la erradicación de la impostura, he investigado sobre mediadores, su objetividad, veracidad y credibilidad;   acerca de los productos comunicativos, sus formas expresivas y sus contenidos;   a propósito de la formación y el cambio de las representaciones en públicos y audiencias; sobre las instituciones comunicativas, sus características y los usos que de la comunicación hacen.

  La investigación de esos fenómenos y algunos otros más, creo que ha contribuido a esclarecer su naturaleza y funcionamiento. Pero en todo caso, para mi han sido los escalones que tenia que subir, para poder operar en el nivel de la creación teórica. Esta forma de trabajar   acompasa el ritmo de la producción de teoría, a la adquisición de los conocimientos empíricos; y en algunas ocasiones, a la previa construcción de las herramientas de investigación. Una obra teórica cuya elaboración sea prolongada, suele aparecer en sucesivos títulos, entre los cuales existen hilos conductores. En mi caso el primer libro teórico en este campo ha sido "la mediación social";   y el ultimo por ahora, el que ahora se está presentando. Pero entre ambos aparecieron "Teoría de la comunicación, epistemología y análisis de la referencia" y "la producción social de comunicación".

3. Dimensiones ética y práctica del trabajo teórico.

Digo que hacer teoría, puede abrir a la ciencia, campos del conocimiento en los que reina la impostura. Y decía P. Dieterlen, que la impostura se hace posible por la ambigüedad. La ambigüedad es la máscara cultural que se pone la opresión. Una careta con la que medran políticamente papanatas, sofistas y sectarios, incluso como gestores de la enseñanza. La relevancia que alcanzan estos personajes suele correr pareja con sus habilidades para administrar el obscurantismo. Por esa razón en los regímenes represivos, de antes y de ahora, se intenta una y otra vez, la imposible tarea de diseñar planes de estudios universitarios ayunos de teoría; al tiempo que se abren las aulas a la propaganda de credos disfrazados de ideas científicas.

La conexión entre autoritarismo, impostura y rechazo de la teoría, se podría denominar "cerverismo" en honor de la Primera   Universidad en la que se llevó a la practica, hace más de siglo y medio. Fue la Universidad de Cervera, fundada por un sátrapa llamado Fernando VII, al tiempo que cerraba la Universidad de Madrid, a la sazón "contaminada" de ideas progresistas. Como lema de la nueva institución docente, figuraba   la siguiente frase: "líbrenos Dios de la funesta manía de pensar". Un slogan tan efímero como efímera fue la vida de semejante dislate académico.

A quienes enseñamos la comunicación por lo general nos han formado para apreciar el valor del trabajo teórico que ilumina. Por esa razón nos esforzamos en que esté   presente la teoría, incluso en las titulaciones instrumentales. La dimensión ética de la teoría la aprendimos de la e scuela de Frankfurt. La dimensión práctica, de los metodólogos funcionalistas.

- El legado más importante de la escuela de Frankfurt fue mostrar que las teorías científicas son al tiempo, teorías de liberación. En este caso, el énfasis está en el termino "científicas". Como es sabido, Adorno, Horkeimer y otros franfurktianos, aplicaron ese criterio en el análisis de los usos sociales, o políticos, del conocimiento. Por ejemplo,   recurrieron   a la investigación histórica para identificar los rasgos autoritarios,    primero en la Alemania nazi, luego en la u nión a mericana durante el macartismo. En ambas ocasiones cotejaron sus teorías con encuestas a familias y grupos, con estudios de personalidad en varias tipologías de individuos; y con análisis de contenido de muy diversos materiales impresos. Por eso su critica al uso que se hace   de la razón instrumental en las sociedades de mercado, tiene fundamentos científicos. Dicho de otra forma: la teoría critica de la cultura que elaboró la e scuela de Frankfurt es científica porque se podía investigar, y se investigó; no porque sea una de las más radicales.

- Kurt Lewin expresa el valor, a la vez científico y transformador del trabajo teórico de otra manera, cuando escribe que "nada hay tan practico como una buena teoría". Conviene tener en cuenta que el adjetivo " buena" no está puesto como un florero. Una buena teoría es útil; una mala teoría es cuanto menos, inútil. Es fácil distinguir las buenas teorías porque son o pueden llegar a ser verificables. Es decir, son científicas. La teoría de que el primer lenguaje humano era oral, se pudo verificar hace pocos años   estudiando los fósiles humanos. La conclusión a la que se llegó fue que estaba equivocada. Pero como resultó investigable, era científica y una buena teoría. La teoría de que los ángeles hablan, es una mala teoría, porque se trata de una afirmación que no puede ser ni confirmada ni desmentida.(Tanto si los ángeles son mudos, como si charlan de sus angélicas cosas)  

4.  La transformación de la teoría de la comunicación en saber verificable.

Llegados a este punto, hay que dejar claro, que si se puede hacer teoría científica de la comunicación. Afirmar tal cosa parece una obviedad. Porque si se dice que hay ciencias de la comunicación, se estará suponiendo que las teorías en las que se basen, son o pueden llegar a ser científicas. Sin embargo hay quienes se consideran científicos de la comunicación y al tiempo se declaran ateóricos, antiteóricos, o teóricos con reparos.

El grupo ateórico incluye a quienes creen que los estudios de la cultura y de la comunicación solo pueden y deben de ocuparse de los discursos. El de los antiteóricos, a quienes afirman que todas las teorías son falsas. En el grupo de los teóricos con reparos, se encuentra a quienes piensan que la teoría de la comunicación puede ser una exploración de naturaleza filosófica, o poética, pero no científica, porque comunicar es una vivencia, que tiene que ver con la empatía, o con lo inefable.

En estos planteamientos puede haber alguna desmesura. Pero conviene tomarles en consideración aunque se discrepe de sus puntos de vista, como es mi caso. En primer lugar, por el respeto que merece cualquier autora o autor que practique las reglas del juego académico, que se resumen en proponer y disentir sin imponer. Pero también porque las corrientes de pensamiento que consideran las teorías científicas inútiles o poco fiables , imposibles, insuficientes, cumplen un papel necesario en el avance del conocimiento. De hecho, esas posturas han acompañado a la fundación teórica de todas las ciencias. Existieron cuando la Física y la Biología estaban construyendo sus respectivos objetos y métodos y ya era evidente que iban a salir para siempre, del espacio de la Retorica, de la Hermenéutica y del Antropocentrismo. Aparecen en estos últimos años concepciones equivalentes en el campo de los estudios de la comunicación. Y según pienso, es un fenómeno alentador y necesario.

-Es alentador, porque cuando el pensamiento pre-científico o acientífico se esfuerza en que unos objetos de estudio determinados sigan estando al margen, de los avances que   se producen en la investigación y de sus repercusiones teóricas, es señal de que aquellas corrientes están a punto de ser desplazadas.

-Y es necesario, para que la teoría pueda cancelar algunos residuos míticos que están arraigados en concepciones aparentemente muy criticas de la comunicación:

-Una teoría de la comunicación que se construya con procedimientos científicos, necesita que la nieguen quienes identifican la libertad, la creatividad individuales, con el flujo de los discursos: para que quede demostrado que esos discursos de los sujetos , supuestamente espontáneos, suelen ser replicas de unos pocos macro-discursos, de los mediadores , cuyos códigos redundantes pueden ser descubiertos.

-Precisa de quienes aseguran que todas las teorías son falsas, para que se ponga de manifiesto la incoherencia del irracionalismo: toda vez que están afirmando que hay al menos, una teoría que no puede ser falsa: a saber: la teoría de que todas las teorías son falsas.

-Y desde luego, una teoría de la comunicación que ya se produce según las reglas del trabajo científico, necesita que desconfíen de ella quienes desde la poesía, insisten en   que en la comunicación están implicadas las emociones mas profundas; y desde   la filosofía, en que la comunicación opera con los valores más transcendentales. Necesita esa desconfianza, para que se pueda mostrar una vez mas, que <científico> se contrapone a <no científico> y en ningún caso a   <humano> o <inefable>. Lo que hace la teoría, es tomar a los poetas y a los filósofos románticos, más en serio que ellos se tomaban a si mismos. Y convertir unas vivencias supuestamente no investigables, en objetos de estudio.

Así, ahora se puede investigar cuando los afectos aparecen en las interacciones comunicativas. Se descubre que, efectivamente, han cumplido un papel necesario en la aparición de los homínidos. Y también se puede estudiar cuando y como, surgen las primeras sociedades que utilizan la comunicación para introducir en el mundo natural designios humanos; y con ellos, los valores. Y así cabe comprobar   que esa capacidad axiológica, procede del desarrollo de las pautas comunicativas que controlan la organización y el poder en determinadas   especies animales. Se me ocurre que estas dos epopeyas evolutivas que desencadenaron la antropogénesis, son grandiosas y desde luego poéticas.

Estos ejemplos, muestran que se puede seguir aportando un lenguaje para los sentimientos en la poesía y explorando filosóficamente el mundo de los valores. Pero ya en armonía con el conocimiento científico, cada vez más acrecentado, que estamos consiguiendo de la naturaleza humana. Que era la idea de la poesía que tenia Machado. Y la idea del filosofar que proponía Unamuno.

Mientras que   las concepciones de la comunicación se afinan en el debate entre las diversas corrientes de pensamiento, es posible, aunque no sea deseable, que se acepten o rechacen según el grado de proximidad que exista entre las escuelas, o incluso las tribus académicas. En todo caso también en el campo de la comunicación, ha llegado el momento en el que la validez de una propuesta teórica, finalmente se puede dirimir recurriendo a los procedimientos científicos de prueba. La propuesta que haya demostrado su validez, puede ser reformada o sustituida mas tarde por otras científicamente fundadas. En cambio, las categorías referidas a ortodoxias y heterodoxias son inaplicables a los resultados científicamente verificados.   Así, la ley de la gravedad deriva de la teoría mecánica y ha terminado incorporándose a una teoría general de las fuerzas. Pero no es ni de derechas ni de izquierdas; carece de pertinencia considerarla moderna o posmoderna; es estructural pero también funcional; empírica y abstracta, etc.

Dicho lo cual, conviene señalar que Las concepciones pre-científicas son invalidas porque sus hipótesis y sus conclusiones no se han validado. Lo cual no es óbice para que las cuestiones que plantean, tengan el mayor interés; ni tampoco les impide formular intuiciones que pueden ser acertadas. En realidad los modelos pre-científicos tienen oportunidad de transmitir su legado de intereses y de intuiciones, al común rio de los saberes sobre la comunicación, precisamente cuando este ámbito se incorpora al espacio científico de   las   teorías verificables.

Por ejemplo: Roland Barthes y otros semiólogos, pensaban que la estructura de la lengua servía para generar todos los lenguajes culturales, entre ellos   "los discursos" del cine y la televisión. Esta concepción se podía convertir en una propuesta investigable, creando nuevas metodologías de análisis de contenido, que sirviesen para identificar el repertorio completo de los códigos que operaban en estos relatos audiovisuales y en cualesquiera otros. Esas metodologías se desarrollaron a partir de la lógica y se convirtieron en la herramienta de la Teoría de la mediación. En lo que se refiere a la tesis del inolvidable profesor Barthes,   mostraron que, efectivamente, si que existían narraciones audiovisuales construidos como los relatos de la lengua natural (en ellos operaba la doble articulación).   Pero no eran los únicos códigos que se utilizaban, ni siquiera los más frecuentes.

5. Papel epistemológico de la teoría de la comunicación

Concluyo mencionando que la teoría de la comunicación esta abierta a las aportaciones de las ciencias naturales, de las humanas y de las sociales, pero no es el coto privado de ninguna de ellas. Se ocupa de una actividad que ha participado y lo sigue haciendo, tanto en la evolución natural como en los cambios históricos. Como aquí se ha recordado, el objeto de estudio de las ciencias de la comunicación es de la Naturaleza y es de la c ultura. Y en la especie humana es ambas cosas al mismo tiempo .

La Teoría cumple con su cometido epistemológico, cuando permite entender como es un objeto de estudio que posee estas características. En concreto, cuando clarifica como están articulados en la comunicación, el mundo natural con el social y ambos con el de los símbolos.

Se dispone de materiales suficientes para pensar sobre los orígenes y las funciones de la comunicación humana; y sobre las relaciones y diferencias que tiene con la comunicación animal. Es conveniente que existan especialistas en cada campo. Pero no tiene sentido que a nivel teórico se sigan reproduciendo cortes artificiosos, entre la comunicación que evoluciona en la Naturaleza y la que se transforma en la historia de la Humanidad. La Teoría de la Comunicación tiene que abarcar ambos campos, para investigar sobre hominización y comunicación, humanización y comunicación, comunicación y orígenes del organismo humano, comunicación y organización de la humanidad en sociedades, comunicación y formación del conocimiento, de los valores y de la cultura. Esta enumeración describe los principales campos que abarcan los estudios teóricos de la comunicación.

En resumen: el estudio de la génesis de la Comunicación, de sus cambios evolutivos y de la participación que tiene en la antropogénesis, y en la sociogénesis, constituyen actualmente una de las fronteras del conocimiento. Va a ser referencia obligada para las ciencias naturales, entre ellas la Zoología y la Etología. Y para las ciencias del conocimiento y las psicológicas, como la p sicología e volutiva y del l enguaje. Igualmente para las ciencias de la cultura, entre ellas la Antropología Cultural, la h istoria de las c ivilizaciones. Finalmente, para las ciencias sociales, y las de la comunicación, sin que quepa exceptuar a ninguna.

Incluir en la oferta educativa unos conocimientos tan estratégicos, es una inversión en capital científico. Cabe pensar que en un plazo más o menos largo, la teoría de la comunicación y la investigación que le acompañe, se irán incorporando a los currícula de varias carreras, tanto científicas como humanísticas o sociales. Lo cual parece lógico y beneficioso. Queda por ver cuando, en donde y a que nivel,   se van a formar los teóricos de la comunicación, que deberán asumir esos puestos docentes e investigadores. La preparación para desempeñar dichas tareas, es previsible que se oferte en facultades de comunicación o en otras que cumplan funciones similares. Pero en absoluto está garantizado que ocurra en todas. Aquellas facultades que se hayan vuelto de espaldas a la teoría, y que no corrijan a tiempo el rumbo, corren el riesgo de quedarse relegadas a la enseñanza de competencias profesionales.
Manuel Martín Serrano

 

 

 

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