por: Alejandro Carranco Aréchiga
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Sus risas y cantos me enredan, van y vienen, revolotean por encima de mí, son luces infinitas que no conocen la sombra, iluminan mis ideas y buscan refugio en mis ojos. Están ahí, ignorando la realidad y festejando la fantasía. Sus alas rozan mi piel seduciéndola, guiándome por caminos oníricos buscando la libertad anhelada.

He visto el lugar prometido por ellos, siguen volando sin parar, cantan y bailan al compás de mi corazón, nunca habían estado tan contentos. Es un enorme desierto, una alegre soledad. Los rayos de sol caen sacrificando mi exterior, siento resequedad en mi garganta, pronto estaré fuera de esta verdad. El sol se oculta en las negras nubes, los pequeños seres dejan de cantar y se esconden detrás de mí, unas cuantas gotas caen a mi alrededor, y esa ácida lluvia empieza a ahogarme..

. ...débilmente, se vuelve a escuchar un aleteo y frágiles sonrisas; se descubren, y ellos junto conmigo observamos el nacimiento de un gran arco iris, corren hacia él, dejándome solo en ese lugar, no entiendo tal despedida...

...ya nunca más los he visto, pero he logrado lo que siempre había esperado: volar para ignorar la realidad y así festejar mi nueva fantasía...