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Por Omar Raúl Martínez
Número 35
¿Qué implica "hacer
periodismo" en la actualidad? ¿Cómo puede concebirse
al periodismo desde los linderos académicos e informativos?
¿Cuáles son o debieran ser sus tareas centrales en
un entorno democrático? En suma: ¿qué es y
para que sirve el periodismo?
En primera instancia, preguntas
de tal índole suelen parecer obvias o simplistas, pero cuando
se exige responderlas a estudiantes o periodistas en activo pocas
veces alcanzan realmente a profundizar o aportar algo de luz, quizás
debido a la inexperiencia en el caso de los primeros, o a la falta
de una mirada más crítica y autocrítica en
el caso de los segundos. O tal vez la habitual premura reporteril
dificulta o impide afrontar con frialdad y distancia este tipo de
reflexiones.
Lo cierto es que, como alguna vez
dijera Fátima Fernández Christlieb a quien esto escribe,
para encauzar o reencauzar los fines primigenios del periodismo
y desarrollarlo con mayor rigor profesional es menester hacer un
alto para cuestionarnos sobre los qués, los porqués
y los para qués de la profesión. Tal ejercicio obliga
a la definición o refrendo de conceptos aparentemente elementales
pero sin cuya sustancia resulta imposible un examen sensato y fructífero
sobre lo que significa o debería implicar el "hacer
periodismo".
Su Raíz y Dimensión
Para algunos poliédrica,
la noción de Periodismo nos remite en primera instancia a
la difusión masiva de informaciones, comentarios y entretenimiento
en determinados intervalos de tiempo.
Desde la perspectiva de Gonzalo
Martín Vivaldi, esta actividad representa una necesidad existencial
para el hombre moderno, quien requiere saber lo que pasa en su entorno
social1. Y es que sin periodismo,
los sucesos del mundo contemporáneo serían casi incomprensibles.
Entendido también como relato
e interpretación de los hechos actuales, el periodismo pretende
no sólo describir la realidad sino fundamentalmente interpretarla,
explicarla y orientar sobre la misma2.
Una concepción del periodismo
un poco más explícita la ofrece Vladimir Hudec al
definirlo como el conjunto de expresiones impresas, habladas o gráficas
o combinadas, "que se publican periódicamente y están
destinadas a interpretar la realidad social de actualidad y de importancia
universal, en forma documentada y que, mediante su difusión
por distintos medios de comunicación, ejercen un impacto
masivo sobre un público socialmente diferenciado"3.
Para Eric Hodgins, Periodismo es
"llevar información de aquí y de allá,
con precisión, perspicacia y rapidez, y en forma tal que
se respete la verdad y lo justo de las cosas"4.
En ese margen, tres consideraciones
son vitales para incorporar un contenido en los manglares del periodismo:
a) que lo allí referido sea actual, real y cierto,
b) que sea de interés común, y
c) que se difunda a una gran número de personas a través
de cualquier medio de comunicación.
Al tratar de sustentar una dimensión
científica del periodismo, Enrique de Aguinaga resalta que
éste es un sistema de clasificación de la realidad,
que procura ofrecernos una imagen del mundo mediante dos operaciones
matrices: selección y valoración de los hechos actuales5.
A su entender, el periodismo vendría a ser un mosaico de
informaciones y opiniones procesadas, ordenadas y ensambladas en
los medios informativos.
Es decir: al periodismo le corresponde
la ordenación de los datos que la caótica realidad
arroja, con el afán de poder digerirla y entenderla. El reto
es transitar del dato a la información y de ésta al
conocimiento para ubicarse en una parcela científica.
En suma: el periodismo es una actividad
humana de trascendencia sociopolítica y cultural, inscrita
en el terreno de la comunicación social, que a través
de los medios de difusión busca ofrecer informaciones, opiniones
e interpretaciones sobre el acontecer público a fin de brindarle
a la gente elementos para comprender su mundo y poder tomar sus
propias decisiones con conocimiento de causa.
Propósitos medulares
Aunque Fraser Bond nos
recuerda que los tradicionales propósitos del periodismo
son informar, interpretar, guiar y divertir, consideramos que éstos
tienden hoy día a enriquecer sus perímetros o a delinearse
con mayor especificidad.
Así, entre los mayores afanes
del periodismo tenemos el de contribuir al autoconocimiento de los
miembros de una comunidad para definir sus destinos; el de concitar
la expresión ciudadana para el progreso social; el de fiscalizar
el ejercicio público para inhibir abusos, arbitrariedades
e injusticias; el de coadyuvar a elevar el nivel educativo y cultural
de la gente; el de hacer más comprensible nuestro país
y el mundo para armonizar las relaciones humanas... 6
Ahora, si en efecto procuramos mayor
específicidad conviene asentar que entre las tareas medulares
que debiera tener el quehacer periodístico en un entorno
democrático están:
a) Describir la realidad o dar un recuento equilibrado y verdadero
del diario acontecer.
b) Escrutar y evaluar el ejercicio del poder público para
inhibir o eliminar sus excesos, deficiencias, tumoraciones e inepcias.
c) Proveer un foro para el intercambio de opiniones, críticas
y comentarios.
d) Generar y estimular el debate sobre asuntos públicos y
contribuir a la toma de decisiones informadas.
e) Ofrecer espacios de expresión a los sectores diversos
de la sociedad, en especial a los más débiles.
f) Presentar, clarificar y analizar las metas de la sociedad y el
Estado.
g) Indagar y plantear la prospectiva de los asuntos públicos
a fin de preveer o dar la voz de alerta en beneficio social.
h) Descifrar indicios, aportar significado y hacer comprender en
torno a hechos de trascendencia política, social, económica
y cultural7.
Interlocutor, caleidoscipìo,
catalizador...
De esa suerte, podemos concebir
al periodismo como un inmenso cruce de caminos: entre lo que pasó,
lo que sucede y lo que está por ocurrir; entre el vigor literario
y la prosa informativa; entre el rigor de la ciencia, las herramientas
del oficio y lo humanístico de una profesión; entre
las fronteras de la sociología, la historia y la psicología...
Una interminable confluencia humana.
Por todo lo anterior, el periodismo
en su más amplia e idealista acepción engloba varias
facetas: relato e interpretación de los hechos actuales;
espejo para comprender y explicarse el mundo; mapa que puede orientar
nuestros caminos y decisiones personales y colectivas; caleidoscopio
de voces que ayudan a formarse criterios; arte, oficio y profesión
que tiene como centro el bienestar humano; segmento de la comunicación
social cuyo mayor propósito político sería
servir de contrapeso a los poderes; e interlocutor entre gobierno
y sociedad que por momentos asume la función de catalizador
social.
Cuando los medios informativos asumen
su quehacer bajo tales esquemas, eventualmente ciertos actores políticos
y sociales llegan a plantear que en lugar de sólo ejercer
la crítica implacable, el periodismo debiera aportar soluciones
a los conflictos, evitar las confrontaciones y conciliar entre las
partes. Los puntos de vista de Vicente Leñero y Tomás
Eloy Martínez a ese respecto contradicen aquellos deseos
interesados. El primero asegura sin ambages:
"No está llamado el
periodismo a resolver las crisis --qué falacia-, está
llamado a decirlas, a registrar su peso, a gritar qué se
esconde, qué se oculta o simula, cómo duele la llaga,
por qué y cómo y a qué horas, desde cuándo
y por qué se manifiesta el yugo que oprime nuestra vida social"8.
Es un tipo de periodismo que no admite concesiones, muy similar
al que concibe Tomás Eloy quien sostiene que éste
"no tiene por qué conciliar, con nada ni con nadie".
Y perfila que la misión periodística es idéntica
a la del artista: "revelar los abismos y las luces más
secretos del hombre, agitar las aguas, estimular la imaginación,
provocar el cambio, luchar sin sosiego para que las perezas y los
conformismos que adormecen la inteligencia sean derribados con el
mismo estrépito que hace tres milenios hizo caer las murallas
de Jericó. (...) El periodismo no es un circo para exhibirse,
sino un instrumento para pensar, para crear, para ayudar al hombre
en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta"9.
Visto y repasado el abanico de visiones,
percepciones y miradas sobre lo que es o debiera ser el periodismo,
lo primero que refulge es la enorme carga ética que su realización
ha de conllevar si se atiene a los parámetros referidos.
Más aún si se considera que se trata de una actividad
necesaria para la existencia humana cuyo mayor afán es el
bien común y la mejoría del hombre en sociedad.
Notas:
1
Martín Vivaldi, Gonzalo, Géneros periodísticos,
Edit. Paaraninfo, México DF, pág. 370.
2 Flippi, Emilio, Fundamentos
del periodismo, Trillas, México, 1998. Pág. 12.
3 Tomado de Correa Yeri, Las
ideas éticas de la prensa escrita en las coyunturas históricas
del periodismo en América y Europa (Tesina), Escuela
Nacional de Estudios Profesionales Acatlán, México,
DF, 2001. 205 pp. Pág. 27.
4 Tomado de Fraser Bond, Introducción
al periodismo, Edit. Limusa, México DF, 1992. 419 pp.
5 De Aguinaga, Enrique, "Dimensión
científica del periodismo", en Sala de Prensa número
27, enero de 2001. Dirección electrónica: <http://www.saladeprensa.org.mx>
6 Ver Bond, Fraser, Introducción
al periodismo, Op.Cit. pp. 21-23; Flippi, Emilio, La profesión
de periodista. una visión ética, Editorial Atena,
Chile, 1991. Pág. 77; Martínez, Omar Raúl (Comp.),
Esencia del periodismo, Fundación Manuel Buendía
y Gobierno del estado de Puebla, 1ª. Reimpresión, México
DF, 2003, págs. 26, 29, 30, 31 y 138, donde hay ideas de
Jorge Zepeda, Víctor Roura, Ryszard Kapuscinski, Raymundo
Riva Palacio y Manuel Buendía. Tres ideas particularmente
resultan muy ilustrativas: Francisco Zarco desde el siglo XIX decía:
"Es grandiosa la misión de la prensa, porque pone las
cuestiones políticas y administrativas al alcance del pueblo,
porque aconseja las medidas más convenientes y corrige los
abusos y las faltas de la autoridad". Ryszard Kapuscinski:
"La dimensión humanística del periodismo radica
en tratar de hacer el mundo más comprensible: porque si nos
comprendemos somos menos enemigos; si nos conocemos estamos cerca
el uno del otro". Manuel Buendía: "El periodismo
debe reflejar el drama y la alegría de la vida; los problemas,
las obras y los sueños de los hombres, tanto en lo individual
como en lo colectivo".
7 Véase Schmuhl, Robert,
Las responsabilidades del periodismo, Editorial Mitre, Barcelona,
España, 1985. 159 pp. Asimismo ver Martínez Omar Raúl,
"Periodismo y democracia", Revista Mexicana de Comunicación
Núm. 72, nov-dic 2001, pp. 4 y 54.
8 Tomado de Martínez, Omar
Raúl, Esencia... Op. Cit. Pág. 27.
9 Martínez, Tomas Eloy,
"Defensa de la utopía", en Fundación para
un Nuevo Periodismo Iberoamericano en línea: <http://www.fnpi.org/biblioteca/textos/biblioteca-textos-defensa.htm>
Lic. Omar Raúl Martínez
Presidente de la Fundación
Manuel Buendía, director de Revista
Mexicana de Comunicación y profesor de periodismo de
la UNAM-ENEP Acatlán. México |