Inicio

INSULTO

México, Distrito Federal, 1 de abril de 2009.

Dr. Octavio Islas Carmona,
Director del Proyecto Internet del ITESM
Campus Estado de México.

Mtro. Iván Pérez Alonso,
Director de la Revista Razón y Palabra.

Presentes.

Leí la carta titulada Insulto enviada a las autoridades del ITESM por el Dr. Guillermo Sheridan. Me permito solicitar dos disculpas y expresar dos aclaraciones.

Desde luego tiene razón el Dr. Sheridan en molestarse y manifestar su indignación ante el exceso en el que caí al asociar a su nombre el de “Pepillo Origel”. No cabe ninguna justificación. Así que le pido una disculpa.

Quiero aprovechar también este espacio para manifestar que de ninguna manera he pretendido descalificar intelectualmente al Dr. Sheridan ni a los miembros de la revista Letras Libres que dirige el historiador Enrique Krause. Lo que sí hice y reitero, fue exponer mi desacuerdo profundo con sus puntos de vista y expresé en el texto mencionado mis argumentos.

Es cierto que se trata de una perspectiva personal, que incluso puede ser calificada de incompleta, subjetiva o equivocada, pero en todo caso, como se manifiesta allí, es la exposición de un conjunto de ideas que están sujetas a la discusión y a la crítica. No creo tener ninguna verdad absoluta ni considero que me asista la razón en todo, pero estimo que lo señalado sí expresa mis impresiones respecto opiniones con las que no coincido y aproveché la oportunidad de externar mi sentir. No pertenezco a ningún grupo ni soy vocero de ninguna institución, más bien formo parte de las numerosas hordas instaladas en el desempleo, que se manifiestan, cuando pueden, con un escepticismo furibundo. Para mí tiene mucho valor que cuando no existen medios donde uno pueda disentir y canalizar el desacuerdo, se abra un espacio como el de Razón y Palabra.

Debo recordar que los ciudadanos comunes y corrientes, “de a pie”, no tenemos medios de expresión ni mecanismos para comunicar nuestros puntos de vista y mucho menos cuando queremos señalar nuestro disenso a propósito de los puntos de vista de políticos, empresarios, funcionarios públicos, periodistas, intelectuales, científicos y académicos. No es fácil que los espacios de información y comunicación se abran para dar oportunidad a voces sin autoridad. Los puntos de vista expuestos no son responsabilidad de la publicación, sino del autor, agradezco que haya medios de comunicación donde respeten las ideas y la expresión legítima aunque atropellada de ellas.

No existe razón para pensar que la revista Razón y Palabra no es “un medio de comunicación plural, integrador, abierto, tolerante, no lucrativo y ajeno a intereses políticos o partidistas de cualquier índole, cuya misión es producir un acercamiento entre la comunidad de estudiosos de las ciencias de la comunicación para contribuir a extender sus horizontes reflexivos.”

Es tan abierto, plural y tolerante que ha dado cabida a mis puntos de vista que no contribuyen a extender los horizontes reflexivos de las ciencias de la comunicación. Sí creo que mis ideas inacabadas manifiestan un estado de ánimo que tiene derecho a expresar su inconformidad y diferencias, así como una serie de modestas propuestas que en otros afiches se han planteado. En lo sucesivo cuidaré el contenido y forma de mis opiniones pero no renunciaré a criticar, cuestionar o dudar de los discursos del poder ni a decir con honestidad mi percepción respecto de una serie de acontecimientos de interés público que no es compatible con la perspectiva de algunos artistas, académicos, científicos e intelectuales.

Finalmente, no considero que el prestigio del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey deba ponerse en entredicho por un error lamentable de un huésped de los espacios de una de sus publicaciones. La trayectoria de la institución, sus logros académicos y científicos, y su aportación a la sociedad, están más allá de un exabrupto cuya responsabilidad es mía.

Reitero mi gratitud a ustedes por la oportunidad recibida en la revista Razón y Palabra, les pido una disculpa y hago el compromiso de que en lo sucesivo no fallaré a su confianza.

Atentamente
Diego Juárez Chávez.