Por
Carlos Bonilla Gutiérrez
Número 33
Huelga señalar
que la habilidad comunicativa es una de las que debe distinguir
a los profesionales de las relaciones públicas.
Un factor fundamental para que una persona pueda comunicar eficientemente
sus mensajes es la credibilidad que tenga ante sus interlocutores,
llámense éstos subordinados, feligreses, votantes,
televidentes, o simplemente familiares y amigos.
Más allá, la imagen de una persona está íntimamente
relacionada con la imagen de la empresa o institución que
representa. No olvidemos que las pautas de conducta de los dirigentes
permean la organización.
La credibilidad de
una persona se construye a partir de la congruencia entre lo que
ésta dice, lo que hace y lo que transmite su apariencia.
Estos tres componentes son determinantes para la percepción
que tienen de alguien quienes le rodean.
Víctor Gordoa,
consultor en imagen pública, analizó fracasos de algunas
figuras públicas de distitntos ámbitos y se econtró
con un denominador común, los errores de comunicación.
Dice Gordoa, en su
libro El poder de la imagen pública: "lo primero
que descubrí fue que en los perdedores su apariencia decía
una cosa, mientras que su discurso decía otra, sus fotografías
transmitían un mensaje distinto y acababan por arruinar la
comunicación con sus declaraciones personales". En contraparte,
"en los triunfadores había una gran congruencia en el
mensaje: su apariencia personal iba de acuerdo con su palabra, ésta
con su actuación corporal, lo anterior con sus videos y fotografías,
para rematar con sus apariciones en un escenario concordante".
Sin soslayar la importancia
del diseño de un plan integral que construya esta congruencia
entre el decir y el hacer, en esta ocasión nos referiremos
solamente a la importancia de la apariencia personal como código
de comunicación y como reforzadora de la credibilidad de
una persona ante sus interlocutores.
La imagen de una persona
o institución derivan de la percepción que sobre éstas
tengan quienes con ellas interactúan, entendida ésta
como la sensación interior que resulta de una impresión
producida por los sentidos. La percepción es generada por
estímulos, que puden ser verbales o no verbales. Estos últimos
son aquellos que comunican sin palabras y provienen de infinidad
de fuentes emisoras. Se relacionan principalmente con la vista,
el olfato, el gusto y el tacto.
Cuando reflexionemos
acerca de la importancia de nuestro aspecto personal como transmisor
de mensajes para quienes nos rodean, debemos considerar que la formación
de una imagen en la mente de los demás no es opcional, sino
un fenómeno al que no podemos sustraernos. Hagamos o no algo
por transmitir determinados mensajes con nuestra apariencia, en
todas formas lo vamos a hacer.
El 83 por ciento de
nuestras decisiones las tomamos como reacción a los estímulos
que entran por los ojos. El dicho de que de la vista nace el
amor tiene plena jujstificación, es el sentido de la
vista el conducto por el cual entran la gran mayoría de los
estímulos.
Además, como
la percepción es meramente sensorial, se da en un lapso de
unos cuantos segundos. Un vistazo deja en nosotros una primera
impresión sobre una persona o una empresa, que generalmente
es la que perdura, aunque posteriormente se reciban estímulos
racionales que transmitan mensajes diferentes. De allí la
importancia de cuidar en todo momento el aspecto personal.
Para dar una idea de
la importancia de la primera impresión, basta citar
el resultado de una encuesta que realizó recientemente el
Centro de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad
de Hong Kong, en una muestra de 545 mujeres, entre 18 y 40 años,
el 81% de las cuáles dijo que la apariencia es un factor
muy importante en la búsqueda de la pareja ideal. De ellas,
el 92 por ciento reconoció que la pérdida de cabello
afecta a la apariencia personal de los hombres, al grado de incidir
en forma importante en su atractivo personal y en su imagen, al
hacerlos ver con edad más avanzada. Inclusive, el 47 por
ciento de las encuestadas afirmó que los hombres sin cabello
parecen menos confiables.
Otra mala noticia para
quienes han perdido cabello es el resultado de un experimento que
se realizó en Alemania entre 98 jefes de personal, a quienes
se envió el curriculum de algunos prospectos de empleados,
acompañados algunos con fotografías de las mismas
personas,con cabello y en otros habiéndoles quitado el cabello
mediante retoques digitales. El 41 por ciento de los aspirantes
con cabello fueron llamados posteriormente a una entrevista para
selección de personal, contra sólo el 27% de las mismas
personas, que aparecieron en la fotografía sin cabello.
Víctor Gordoa
propone un método de ingeniería de la imagen, por
medio del cuál se identifiquen la esencia y las potencialidades
de un individuo, para proyectarlas a través del comportamiento
y, por supuesto, a través de la apariencia personal.
Sobre este último
punto, Gordoa propone llevar a cabo un diagnóstico para detectar
el estilo de la persona y sus características personales,
para con base en ello diseñar un programa de imagen que abarque
desde un programa de comunicación hasta el diseño
de un guardarropa y hábitos personales que contribuyan para
una percepción acertada de una persona entre sus interlocutores.
Sobre todo, una percepción que haga evidente la congruencia
entre su apariencia, su pensamiento y su conducta.
En ocasiones estos
programas conllevan la realización de importantes esfuerzos
que van desde tratamientos de reducción de peso, para recuperar
el cabello perdido (sistémicas o implantes) o para mejorar
el aspecto de la dentadura, hasta cursos de oratoria o media training,
pasando por renovación total del guardarropa, cambio de automóvil
o de decoración de los lugares en donde se desempeña
la persona.
Estos son aspectos
a los que tradicionalmente no se ha dado mucha importancia como
códigos de comunicación, pero que al atenderlos se
contribuye en forma importante para proyectar una imagen acertada
ante los diferentes interlocutores y, finalmente, ganar credibilidad
y confianza.
Lic.
Carlos Bonilla Gutiérrez
Director de relaciones públicas de
Aeroméxico. |