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Por Marisa Avogadro
Número
42
Los tiempos que nos convocan están signados
por la palabra cambio y mediados por elementos tecnológicos
referidos a comunicaciones. Venimos de procesos rodeados de certidumbres
y ahora estamos en terrenos inciertos. Se diluyeron las barreras
geográficas y las coordenadas de tiempo y espacio son diferente.
Los imaginarios sociales y las comunicaciones también.
En términos de Octavio Islas " El cambio define el devenir
del conocimiento humano. El desarrollo tecnológico es un
importante generador de cambios. Los cambios que introducen las
tecnologías no sólo favorecen el desarrollo de la
ciencia, se extienden a la cultura y a la sociedad. El desarrollo
tecnológico es determinante en el devenir histórico
de las culturas". Y también alude a los autores que
afirman que la tecnología absorbió a la cultura y
los que realizan el nuevo planteo de la tecnocultura"1
Es
indispensable que los comunicólogos reparemos en la necesidad
de trascender la teoría de las mediaciones para acceder
a una teoría de las interfaces, premisa indispensable para
poder orientar el desarrollo de nuestras prácticas comunicativas
en los complejos escenarios de investigación que ha introducido
el imaginario digital en las ciencias de la comunicación.
La formulación de teorías que nos permitan comprender
en su justa dimensión comunicativa a las interfases inteligentes,
definitivamente representa una de las principales asignaturas
pendientes de la academia latinoamericana de comunicación.
Sin embargo, para poder hacerlo es indispensable trascender el
hermético y sofocante regionalismo disciplinario en el
cual hemos decidido permanecer confinados durante tantas décadas2.
Siguiendo
con la temática del cambio, aparecen nuevos roles del periodismo,
esa actividad que tiene por objeto la selección, procesamiento
y trasmisión periódica de informaciones de actualidad
para un público masivo o bien para determinados segmentos
de ese público, a través de medios de difusión
masiva, que ahora tiene un nuevo campo de acción en la red
de redes. Entonces contamos con una sociedad real, conviviendo con
una sociedad virtual.
Hay
grandes desequilibrios económicos, sociales y tecnológicos
entre las regiones desarrolladas y las menos desarrolladas. A su
vez, la infraestructura de las comunicaciones tiene relación
directa con el desarrollo desigual.
Por
ello y sobre todo en las regiones rurales, Internet tiene grandes
posibilidades de conectar a sectores aislados y poner a su disposición
servicios básicos para la población.
En
este camino, recursos humanos, tecnologías y economía
no caminan de la mano y hay grandes diferencias entre América
del Norte y América Central y del Sur.
Algunas
cifras del mercado web
La totalidad de cibernautas mundiales son aproximadamente 813 millones,
de acuerdo con datos de <http://www.exitoexportador.com>
y de ellos a América Latina le corresponden unos 35.5 millones,
lo que constituye el 4,4% de los usuarios del mundo. La Argentina
participa con 4,1 millones (11,5% del total Latino); ocupando el
segundo lugar en Latinoamérica, después de Brasil
( 20,5 millones), siguiendo Chile con 3,6 millones y Perú,
2,5 millones. Estados Unidos aporta casi 207 millones de usuarios
y en América Central, México unos 10 millones, (primer
lugar en Centroamérica). Ejerce en este momento el liderazgo
de Internet conforme a la cantidad de usuarios Estados Unidos, le
sigue China ( 79,5 millones de usuarios), el puesto número
10 lo ocupa Brasil y el número 16 México. <http://www.exitoexportador.com>.
Finalmente, conforme a la tasa de penetración (porcentaje
de la población que emplea Internet), la más alta
corresponde a Suecia con un 74,6%; le sigue Hong Kong con 72,5%;
Estados Unidos, 68,8% y en los diez primeros lugares no aparece
ningún país de América del Sur y/o América
Central.
Frente
a estas cifras, no deja de llamar la atención que Latinoamérica
es el lugar de mayor crecimiento potencial de Internet y algunos
periódicos on-line han superado a sus versiones impresas.
Si se suma la totalidad de usuarios entre América del Sur
y Central, tenemos un potencial mercado de unos 50 millones de personas,
que va en franco crecimiento y que se constituye en una cifra para
nada despreciable. América Latina cuenta con un millón
de dominios registrados en Internet y Chile representa el país
con mayor penetración de Internet en Latinoamérica,
con un 23,8%, siendo el segundo país con más dominios
registrados en la región después de Brasil. Argentina
tiene un porcentaje de penetración de Internet de 11,2% (quinto
lugar) y en cantidad de dominios registrados, 46036, cuarto lugar
(fuente:<http://www.tendenciasdigitales.com>).
Un nuevo target
Hemos señalado las grandes posibilidades que representa este
mercado llamado “ciberespacio” para la economía
latinoamericana. Encontramos una explicación de este fenómeno
social de cambio que han introducido las nuevas tecnologías
en la vida cotidiana de las personas. Asimismo, con la aparición
de estos nuevos consumidores aparecen nuevos estudios de mercado,
justamente para responder a las necesidades de este medio de comunicación,
como consideramos a Internet, con usuarios tan disímiles,
heterogéneos y simultáneos, puestos a disposición
de todo aquel que quiere llegar con sus mensajes y se conecte a
la red.
Ahora
los estudios de mercado incorporan variables conforme a las características
que presenta este medio. Distribución por sexo, antigüedad
de uso, ingresos, nivel de estudios, frecuencia de uso de Internet;
lugares desde donde se accede: hogar, trabajo, cibercafés,
universidad, etc. Hábitos de empleo de Internet, servidores
que se emplean ( gratuitos y pagos); sitios que frecuenta, directorios,
buscadores, metabuscadores más empleados. Conexión
telefónica, banda ancha... Evidentemente, todos estos datos
procesados y analizados para poder determinar características
de un mercado que está en constante fluctuación,
permanentes cambios y sostenido aumento.
Los
ciberconsumidores tienen a disposición compras on line, nuevas
operatorias comerciales de productos y servicios. Por otra parte
las empresas necesitan tener presencia en la web con su sitio; establecer
relación costo – beneficio; presencia – ausencia
en la web. Consumidores de productos gratuitos como publicaciones
y crecimiento de cibercafés desde donde se leen los periódicos.
Sin
lugar a dudas, una nueva economía que está en constante
crecimiento y expansión. En constante movimiento que generan
incertidumbres.
Frente
al target habitual de la sociedad real, llega el virtual, el del
ciberespacio. Simultaneidad de tiempo y espacio, múltiple
circulación de información, ciberconsumidores , usuarios
de Internet, comunidades virtuales; posibilidad de “emisores
anónimos”, con lo que conlleva el anonimato, más
allá de ser un hecho de absoluta libertad, plantea el hecho
de ampararse en dicho anonimato para cometer ilícitos que
atentan contra las personas.
Finalmente
Por una parte, este ciberespacio interactúa entre dos coordenadas:
tiempo real versus tiempo virtual y genera ciberconsumidores y ciberciudadanos;
acceso desigual a las oportunidades cualquiera sean su índole,
desde la esfera individual a la colectiva; desde las diferentes
posibilidades geográficas de vida: ciudades - áreas
urbano-marginales- marginales; acceso a la educación, servicios
asistenciales; desarrollo científico-tecnológico.
Capítulo aparte merece también
el tema del desarrollo de las empresas a través de Internet,
donde la venta planetaria ya no es tema de libros de ciencia ficción
y donde también los modos de pago y diferentes operatorias,
han necesitado adecuarse a estas nuevas posibilidades. Una manera
de organización diferentes, con parámetros también
distintos.
Las nuevas tecnologías de
la información y la comunicación han variado y van
a variar nuestro entorno inmediato de tal manera, que el cambio
tecnológico tiene incidencia real e inmediata sobre nuestras
acciones.
En este aquí y ahora es donde
nos situamos para hablar de Internet: el medio de comunicación
del Nuevo Milenio. En las autopistas de la información, la
arroba, el e-mail, el chat, los foros, las publicaciones on-line,
la interactividad, la ubicuidad, el tiempo real y el virtual son
una manera más de comunicarnos.
Por ello, debemos reconsiderar la influencia de la tecnología
y de los medios de comunicación en los múltiples ámbitos
sociales y considerar lo indispensable de conseguir una información
confiable, pertinente y segura, tanto para conocer a los ciberconsumidores
como para tratar con el servicio comunicativo que se nos ofrece
y que ofreceremos.
Notas:
1
1ISLAS, Octavio y GUTIERREZ, Fernando. (2003, junio-julio). Fundamentos
de las Comunicaciones Digitales. Razón y Palabra, 33 Recuperado
en agosto de 2003, de <http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n33/oislas.html>.
2 ISLAS, Octavio y GUTIERREZ,
Fernando. (2003, junio-julio) Fundamentos de las Comunicaciones
Digitales. Razón y Palabra, 33 Recuperado en agosto de 2003,
de <http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n33/oislas.html>.
Referencias:
ESTADISTICAS MUNDIALES DE INTERNET,
disponible en <http://www.exitoexportador.com>.
Recuperado el 28 de noviembre de 2004.
Mgter.
Marisa Avogadro
Catedrática universitaria. Magister
en Comunicación y Educación |