Por Marisa Avogadro
Número
41
La mayor parte
de las civilizaciones que han desaparecido
se debió a fallas de información.
Arnold J. Toynbee
Desde esta columna de periodismo científico, hemos
ido abordando diferentes tópicos, entre ellos, definimos
al periodismo científico como el puente de unión entre
los productores del conocimiento y el público en general
al que se quiere llegar. También como un mediador pedagógico;
como un subgénero periodístico.
Por
ello, vamos tratando como difundir acontecimientos científicos,
descubrimientos, damos cronologías de hechos, definiciones
de palabras, tanto en el área de la comunicación,
como la ciencia en general y las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación (NTIC).
En
este caso en particular trataremos la temática de cómo
realizar el comentario de un texto científico.
Sea
cual fuera la disciplina a la cual pertenezca el texto científico
a comentar, se supone tener en cuenta cierta cantidad de elementos
que se irán enumerando, siguiendo la propuesta de Pedro Laín
Entralgo.
En
primer lugar hay que leer íntegramente la obra y conocerla,
para poder luego comenzar a analizarla. Además, si se conocen
otros textos del mismo autor resulta mejor, ya que ello le permitirá
ir uniendo detalles y creando un marco de referencia en torno del
mismo.
Ante
todo, debemos conocer el idioma en el que está escrita la
obra, ya que de ahí se desprenderán dos lectura: la
primera, de la secuencia de las oraciones que nos da un mensaje
explícito, el acerca de la temática abordada. La otra,
el mensaje implícito, aquello que trasciende las fronteras
de la mera escritura y que busca un más allá, intentando
esbozar la ontología del problema. Algunas veces, los textos
referidos sobre todo a ciencia exactas hacen referencia a temas
que pueden ser sólo tratados de la manera en que están
expresados, pero en lo que respecta a ciencias sociales, es más
frecuente encontrar más de un mensaje.
El
autor mencionado propone tres instancias a referir para escribir
un comentario de un texto científico: 1) lo que el texto
dice a través de su gramática; 2) a lo que el texto
hace referencia, que expresa históricamente, situándolo
en una época y lugar determinado y esto circunscribe a la
obra; 3) lo que el texto explica personalmente, lo que el autor,
como persona, en una ocasión definida, a querido expresar
al público al que se dirige.
Todos
estos elementos no se dan por separados en la realidad, sino integrados
en el mensaje gramatical, unido al histórico del autor y
a lo que este texto le dijo al lector, es decir que se suma la opinión
personal y lo que la obra significó en el universo cognitivo
de quien al leyó.
Mgter.
Marisa Avogadro
Catedrática universitaria. Magister
en Comunicación y Educación |