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CONTENEDOR
eco ceremonial de londres 2012: variedad de delicias auditivas
Por Walter Islas Barajas
Fecha de publicación: 7 de octubre de 2012
Lo que es la potencia, la capacidad casi balsámica, reconfortante, de una de las artes más difundidas en este planeta: desde un acorde sencillo, a partir de tres notas, hasta una composición compleja, la música pop-rock ha dejado semillas sumamente gratas en los oídos y espíritus de mucha gente; ha complementado con sus canciones momentos inolvidables en las vidas de niños, chicas, jóvenes y adultos contemporáneos y algo mayores.
En este Contenedor señalo lo anterior tras recordar con enorme agrado las dos o cuatro decenas de canciones que habría decidido incluir el cineasta Danny Boyle en las ceremonias de inauguración y de clausura de los pasados Juegos Olímpicos realizados en Londres, Gran Bretaña, en agosto pasado. Por supuesto que no todos los aficionados a grupos y solistas ingleses tendrían por qué saberse a la perfección los cortes seleccionados por el realizador de La playa o Slumdog millionaire, para acompañar a cientos de actores y bailarines que nos deleitaron con una serie de presentaciones plenas de evolución histórica y tecnológica; pero fue un placer enorme reconocer la mayor parte de esos temas.
Se le atribuye al filósofo alemán Friedrich Nietzsche una frase que algunos consideramos de lo más acertada: “La vida sin música sería un error”. Bien, pues el público que apoya, que apoyamos esas palabras estimamos que entre menos dislates tenga la existencia, ésta será mejor, más llevadera. Retomando la atinada actividad realizada por el director británico, aún puedo recordar ese despliegue fabuloso, rítmico, casi una pequeña barca en un océano de bailarines disfrutando cada fragmento de una banda sonora que para algunos de nosotros, adictos al pop rock de las islas que conforman el Reino Unido, fue un deleite mayor. Enseguida, en orden aleatorio, diversas canciones que retumbaron en el nuevo estadio olímpico londinense:
The Jam – “Going Underground”. Estupenda y potente creación de Paul Weller.
Sex Pistols – “God Save the Queen”. Johnnie Rotten y Steve Jones en su arrebato violento.
The Clash – “London Calling”. Mick Jones y Joe Strummer, con una canción inolvidable, un punk más pulido.
Mike Oldfield – “Tubular Bells” y Mike Oldfield – “In Dulci Jubilo”. El multinstrumentista no pierde su talento interpretativo.
Vangelis – “Chariots of Fire”. Criticada por muchos, el músico griego hizo –a mi juicio--una evocadora pauta musical para recordarnos, en la gran pantalla, que se puede ir por una meta, con tesón, dignidad, honor.
OMD – “Enola Gay”. Electropop temprano, ingenuo, bien armado por McCluskey y Humphries.
Eric Clapton – “Wonderful Tonight”. El maestro manolenta, en uno de sus momentos más amorosos.
The Who – “My Generation”. Gran punto de inflexion en un pop rock de los 1960 que quería rutas nuevas. ¡Gracias, señores Townsend, Daltrey, Entwhistle y Moon.
Millie Small – “My Boy Lollipop”. Un toque jamaiquino, si no me equivoco, en medio de la avalancha pop en los años sesenta.
The Kinks – “All Day and All of the Night”. Los hermanos Davies, con rasgueos machacones y más rudos.
The Beatles – “She Loves You”. Los Fab Four, todos unos clásicos.
Led Zeppelin – “Trampled Under Foot”. La genialidad de Jimmy Page, la voz particular de Robert Plant.
The Specials – “A Message to You Rudy”. Un ska refrescante, buena opción para el pop descolorido y el punk errante.
David Bowie – “Starman”. Camaleón, polémico, cerebral, visionario David Jones.
Queen – “Bohemian Rhapsody”. Mercury, Taylor, May, con sus asombrosas armonías vocales y cambios rítmicos.
Duran Duran – “The Reflex”. Le Bon y los Taylor, una bandera muy ondeada del llamado New wave que tanto caló en mucha gente.
New Order – “Blue Monday”. Estupendo collage de rock y música electrónica, obra de Sumner, Hook, Gilbert.
Soul II Soul – “Back To Life”. El soul británico, cadencioso, relajado.
The Verve – “Bittersweet Symphony”. Talento y creatividad de Richard Ascroft.
Blur – “Song 2′. Acidez y fuerza en un empaque Britpop. Gracias, Albarn, Coxon, James.
Arctic Monkeys – “I Bet You Look Good on the Dancefloor”. Más fuerza contemporánea, rápida, incisiva.
Radiohead – “Creep”. El talento choteado, pero no por ello malo, de Thom Yorke.
Coldplay – “Viva La Vida”. Ejemplo de búsqueda renovadora, cosa que se agradece a Chris Martin y compinches.
The Chemical Brothers – “Galvanize”. Sobresaliente música electrónica, con sesos y buen gusto.
Franz Ferdinand – “Take Me Out”. Alex Kapranos y sus colegas, en una vuelta de tuerca a la saludable influencia de Talking Heads en sus canciones.
Oasis – “Wonderwall”. Uno de los instantes más elevados de los hermanos Gallager.
Pink Floyd – “Eclipse”. El mejor rock progresivo, o cuando menos de los mejores.
¡Gracias, músicos ingleses, los aficionados a su cultura Sonora les estamos muy agradecidos por tantas y tan variadas delicias auditivas, tanta creatividad, tantos estilos, para pensar y para bailar, para imaginar y para conmoverse, para reír y para indagar en la condición humana! Con esa banda sonora, me sentí más anglófilo que nunca… por unos minutos.
Walter Islas Barajas
Comunicólogo egresado del Tecnológico de Monterrey (ITESM), Campus Estado de México. Editor en el despacho Colofón, diseño y comunicación -especializado en diseño editorial y comunicación organizacional-. Ha colaborado como reseñista de álbumes de rock en El Financiero y como reseñista de álbumes de jazz en el suplemento El Ángel (de Reforma). Ha publicado el poemario Lloran los ríos (Ed. Praxis), y publicado un cuento en la antología Entre gozos y rebozos. Nostalgias del campo (Palabras y Plumas Editores).
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