Por Fernando Ramón
Contreras
Especial Big Brother
Durante dos años
consecutivos (2000-2001), la cadena española TELE 5 emitió
el programa que se llamó GRAN HERMANO, un formato importado
de Holanda producido por la Empresa Endemol.
GRAN HERMANO fue promocionado en
España durantes varios meses antes de su emisión.
Una casa llena de cámaras ocultas acogería a un grupo
de chicos y chicas para una larga convivencia. Además una
gran periodista Mercedes Milá sería la responsable
de dirigir y comentar desde un plató de Tele5 todos los sucesos
de la casa.
La cadena emitía al mediodía
todos los días extractos de las 24 horas de los concursantes;
la cadena Vía Digital emitía en directo durante todo
el día. Lo novedoso e insólito de lo anunciado creó
en la audiencia una gran expectativa en la primera edición.
Lo sorprendente para los observadores de audiencia fue que la segunda
edición también levantase casi las mismas expectativas.
La tercera edición que ya se prepara tiene su promoción
inicial en Internet <http://www.granhermano.com>.
En el participarán inicialmente 12 concursantes y contaremos,
según nos dice la promoción, con 36 cámaras
y 55 micrófonos. Veamos algunas de las claves de su dinámica.
El concurso oferta un programa en
directo donde sólo puede acontecer lo imprevisto. La productora
Zeppelín garantiza al espectador historias e imágenes
espontáneas, conflictos inadvertidos, romances ocasionales
durante 101 días exactamente. Para ello, emplea unos concursantes
elegidos tras una selección rigurosa de expertos (sociólogos,
psicólogos); una casa que suele poseer una zona interior
y otra exterior (un jardín con piscina); unas pruebas (aprender
una danza regional, cantar una canción, reproducir una escena
de un film) que deben realizar para ganarse un sueldo diario y finalmente,
existen unas reglas de convivencia y estancia que pueden resumirse
en:
- Un sueldo diario de aproximadamente
de 3$ para las compras de casa que puede verse incrementado con
la superación de las pruebas.
- Todos los días deben
entrar en un cuarto apartado en la casa ("el confesionario")
para confesarse delante de una cámara. Lo que digan aquí
los concursantes no será escuchado, ni visto por sus compañeros.
- Los concursantes no pueden llevar
a la casa, ni libros, ni revistas, ni papel y bolígrafos
o lápices y sólo les permiten introducir un cartón
de tabaco (10 cajetillas).
Zeppelín concede un primer
premio de 111.111$ y un segundo premio consistente en un viaje alrededor
del mundo.
Lo dicho hasta aquí sería
un resumen muy escueto del mundo de GRAN HERMANO. El éxito
comercial debe también una parte a una gran campaña
comercial en todos los medios de comunicación. No sólo
desde la publicidad directa, sino a la presencia en la prensa amarilla
y desde las intervenciones en otros programas de televisión
("Crónicas Marcianas", emitido por Tele5 y presentado
Javier Sardá) donde se exhibían noticias escandalosas
sobre la vida pasada y privada de los protagonistas.
En España, a dos chicas que
concursaban se les descubrió un pasado en la prostitución
(una de ellas era además madre de dos niñas y estaba
separada de dos matrimonios con dos guardias civiles) y a un chico
se le sospechaba una afición turbia a las pastillas.
Todo ello explica la dinámica
encubierta de GRAN HERMANO. Si bien el programa era anunciado desde
la espontaneidad de los acontecimientos, el resultado era todo lo
contrario. Los productores eran muy conscientes de la imposibilidad
de mostrar la vida real. La deformación mediática
produce un mayor efecto de veracidad sobre lo ficticio ya que esto
último está elaborado para creerse. No es lo mismo
lo verdadero que lo que creo. Por ello para los medios es imposible
mostrar el mundo real, porque el espectador no lo comprendería,
ni lo creería.
Es entonces cuando introducimos
el concepto de realidad y no debido a la necesidad de argumentar
dos mundos desde la visión kantiana que representa un mundo
inalcanzable (lo real) y lo comunicable (la realidad). Lejos de
entrar en estas reflexiones, la realidad es necesaria en la televisión
en cuanto introduce la ficcionalización y con ello la narración.
Los fenómenos, los acontecimientos y los hechos deben ser
contados para que alcancen la comprensión del espectador.
Los productores de GRAN HERMANO trabajan las historias a través
de estrategias psicológicas y narrativas.
Las estrategias psicológicas
se basan en la selección rigurosa y controlada de los participantes.
Estas pruebas psicológicas permiten a los productores conocer
aproximadamente el perfil de los protagonistas de la historia. Así
más o menos se pueden predecir cuales serán las reacciones
de cada uno frente a ciertas situaciones (las pruebas del concurso,
la convivencia entre ellos) e incluso las posibilidades de que se
establezcan relaciones personales que den lugar a las parejas.
El perfil conductual de los concursantes
es muy importante, ya que son los generadores de los acontecimientos.
Es un denominador común entre ellos que, o han trabajado
en el espectáculo alguna vez o tienen intención de
introducirse en ese mundo o bien por defecto, desempeñan
trabajos frente al público. Muchos son deportistas o desarrollan
un fuerte sentido de la competitividad. Son extrovertidos, jóvenes,
emocionalmente equilibrados y en la mayoría de los casos
no tienen el futuro totalmente dibujado.
En la segunda edición, observamos
como los concursantes habían sido espectadores de la primera
edición y manejaban parámetros psicológicos
que desconocían los primeros participantes. Por ejemplo,
se consolidaron rápidamente parejas (Jorge y María
José), ya que resultan más simpáticas e interesantes
para la audiencia. De la segunda edición, los participantes
también han aprendido que ciertos modos, conductas y actitudes
son contraproducentes frente a la decisión del público.
Es lo que le sucede a Carlos que
toma una actitud agresiva y machista con la pareja que hace en GRAN
HERMANO, una chica llamada Fayna con la que protagonizará
una escena de malos tratos frente a la cámara. La reacción
pública no se hace esperar y rápidamente se movilizan
organizaciones de defensa de la mujer y contra los malos tratos
presentando denuncias y quejas sobre la emisión de este tipo
de escenas, con la consecuencia lógica de la expulsión
de Carlos.
Finalmente otro perfil o rol psicológico
que parece no encajar en la audiencia, es el de Marta; una chica
que insiste que todo lo que posee lo ha ganado gracias a su esfuerzo,
pero cuyas maneras le delatan como una niña de familia acomodada.
Los perfiles psicológicos de los concursantes, como vemos,
demuestran que existe un cierto control sobre la dinámica
del programa, es decir, los productores poseen o pueden poseer un
guión previsible de los acontecimientos.
La segunda estrategia de control
sobre la historia de GRAN HERMANO es la co-narración de los
acontecimientos. La primera impresión que posee el espectador
es que los hechos son mostrados en un estado bruto a través
del directo de las cámaras ocultas Pese a este efecto de
realidad, existe detrás la manipulación que encierra
toda realización televisiva. La selección y exclusión
de planos puede transmitir un acontecimiento de varios modos dando
lugar a distintas interpretaciones y por tanto, a distintas historias.
De hecho, existen una serie de escenas que nunca se vieron a través
de Tele5, pero que son recogidas por algunas páginas web
en Internet (léase sobre ello en <http://www.lapaginadefinitiva.com/television/granhermano/rumores.htm>.
La propia narrativa audiovisual
y sus recursos suponen una selección de lo real que tras
una focalización autorial de los productores puede transmitir
muy bien lo que ellos deseen. Pero si este recurso fallaba, todavía
le quedaba al programa otro medio más poderoso para guionizar
y controlar la aparente espontaneidad de los acontecimientos.
La presentadora del programa es
una brillante y prestigiosa periodista de la televisión española,
Mercedes Milá. Con un historial lleno de entrevistas televisivas
difíciles e interesantes en programas más de corte
informativo y periodístico, Mercedes Milá ofrecía
al concurso desde su propia imagen mayor veracidad y mayor realismo.
No obstante, sus intervenciones en el plató de televisión
de Tele5 con un público muy amplio cumplía con otra
función también de relevante importancia para la producción.
La periodista iba a narrar lo que en un principio todos habíamos
visto durante las múltiples emisiones o si lo prefieren iba
a co-narrar lo que ya la realización audiovisual mostraba
en un empeño por respaldar lo que la producción del
programa estimase como la historia central de GRAN HERMANO.
Del mismo modo que una serie televisiva
con historias paralelas ("Dallas", "El barco del
amor"), Milá iba repasando lo que había sido
la semana para cada uno de los participantes. En esta tarea, iba
creando una historia para cada concursante respaldada por las imágenes
retransmitidas. Pero si las imágenes eran una débil
prueba de su reportaje, la periodista se arropaba con las respuestas
expertas de científicos como psicólogos y sociólogos
que llevaba al plató o testimonios más humanos y sinceros
como los que protagonizaban los propios familiares de los concursantes.
De este modo, y haciendo gala de uno de los signos más claro
de nuestra posmodernidad, la narración de Mercedes Milá
se apoyaba en la fusión de géneros narrativos y televisivos.
Su intervención aglutinaba claves propias de reality show,
talk show, reportaje periodístico o concurso televisivo,
creando una amalgama que provocaba un auténtico efecto de
realidad en el espectador.
En otras ocasiones, este cóctel
tenía un efecto contrario. Los finales de las ediciones de
GRAN HERMANO no fueron de la total aceptación del público.
El error de los productores estuvo sencillamente en olvidar la necesidad
que el espectador televisivo tienen de que le dirijan por el discurso.
Del mismo modo que para entender las diversas historias que sucedían
o que la producción pretendía que sucediese en el
set de los concursantes era necesario el repaso casi dictado de
la periodista, los finales de los programas confundieron frente
a lo visionado por el espectador.
Efectivamente, los espectadores
de cine suelen encontrar placer al reconocer el género de
la narración (terror, amor, comedia, tragedia, etc.) y los
espectadores de televisión le sucede lo mismo cuando identifican
su tipología (concurso, informativo, serie, etc.).
La primera fórmula es muy
utilizada en la producción cinematográfica norteamericana
con gran éxito, la segunda es una cuestión más
funcional debido a las características discursivas del flujo
continuo de la televisión y del entrecruzamiento de géneros.
La televisión no posee sesiones
como el cine sino que es un flujo continuo en el que se mezclan
y suceden mensajes publicitarios y mensajes periodísticos.
Esta situación se agrava más con ciertas prácticas
publicitarias que insertan sus anuncios dentro del mensaje de otro
discurso distinto (ej. el informativo televisivo que acopla el mensaje
de su patrocinador). En el último programa de GRAN HERMANO
no contemplaron este accidente y organizaron un programa excepcional
para la entrega de los premios que entremezclaba las entrevistas
periodísticas, el concurso, la gala con artistas de tal modo
que el producto final era irreconocible por el espectador provocando
su desesperación y rechazo.
GRAN HERMANO es un gran fenómeno
mediático por cuanto significa de innovación de un
nuevo tipo de concurso que concentra muchos de los intereses de
los espectadores. No obstante, sus contenidos son una recopilación
de las expectativas del televidente y están situados dentro
del espectro de lo que estimamos telebasura.
Son programas con discursos pobres
que no pretenden otra función que la de narcotizar a un público
que no le exige nada al medio, sino es perder el tiempo y alejarlo
del peso de la vida del modo más miserable. Recrean el mito
del panóptico que en la posmodernidad se recupera debido
a las nuevas tecnologías del control.
El panóptico era una cárcel
en la que el preso siempre se sentía vigilado, pero en la
cual el prisionero nunca podía ver a sus carceleros. GRAN
HERMANO ofrece al espectador la posibilidad de recrear el mito del
poder moderno y en ese modelo se han basado todas las secuelas:
la cárcel sería la casa en la que encierran a los
concursantes y los carceleros-vigilantes estaría representado
por la mirada de los espectadores.
A partir de BIG BROTHER, las cadenas
de televisión se han lanzado a la emisión de otras
variaciones panópticas del concurso. Ellas son:
- OPERACIÓN TRIUNFO <http://www.operación-triunfo.es.fm>
(se emite actualmente por TVE1 en España) es una academia
de arte que preparan a los participantes mediante jornadas intensivas
para el estrellato. Todas las semanas trabajan para una gala en
la que cantaran y se moverán en un escenario para que un
tribunal de expertos y el público les permita seguir dentro
de la academia. Aquellos que no progresen en las enseñanzas
o no simpaticen con la audiencia serán descalificados y
expulsados de la academia <http://www.muchagente.com>.
Este programa ha alcanzado las cotas más altas de audiencia
en la historia de la televisión española.
- SUPERVIVIENTES (emitida por
Tele5 en España en el 2000-2001) era otro concurso de cámaras
ocultas y convivencia cuya realización y producción
exigía más pues colocaban a los concursantes en
una isla desierta y los enfrentaban a la carencia de alimentos
y comodidades de la civilización.
- EL BUS de Antena3 (2000) fue
otro programa concurso que pretendió competir con la segunda
edición de GRAN HERMANO. Los concursantes, en esta ocasión,
eran encerrados dentro de un autobús con todos los servicios
que fueran a necesitar para una larga convivencia. El bus cambiaba
de ciudad continuamente y las cámaras escondidas también
reflejaban la dura convivencia en un espacio tan reducido.
- CONFIANZA CIEGA <http://www.confianzaciega.com>
(emitida actualmente por Antena3 en España) es un concurso
más rebuscado. Los concursantes son parejas de novio que
las separan en dos casas: a ellas les buscan unos acompañantes
estupendos y a ellos unas chicas maravillosas para que la tentación
surja frente a las cámaras. La emoción del programa
se basa en la resistencia de la fidelidad en las parejas.
- De este tipo de concurso, también
ha surgido una versión marginal más hardcore
o dura. Algunas cadenas locales en España (C47 lo emite
actualmente en diferido) retransmitieron un programa llamado el
GRAN POLVO. En esta versión pornográfica de BIG
BROTHER, los concursantes, que opcionalmente podían ocultar
sus rostros tras máscaras, mantenían relaciones
sexuales en un maratón de resistencia física.
En líneas anteriores señalábamos
que BIG BROTHER representa el mito moderno del poder. La idea de
la vigilancia total es recreada y trivializada en el programa. Y
ello no deja de ser preocupante en el plano transdiscursivo.
Efectivamente, en un análisis
más crítico del programa existe una lectura pesimista
en la violación de la noción de intimidad. Como espectadores
somo protagonistas de la espectacularización de la vida íntima
y violamos ese espacio sagrado para el individuo que es la intimidad
desde los sentimientos más enfermos. El espectador de BIG
BROTHER sufre una psicopatología, es un mirón. No
obstante, no hay consciencia individual, ni examen de su psicopatología
porque es una enfermedad colectiva que padece toda la sociedad y
en la mayoría social queda disuelta la anomalía: Si
todos somos mirones es que no será una enfermedad.
El propio sistema social admite
esta incongruencia en un discurso que parece decir que tampoco es
tan importante que nuestra intimidad personal desaparezca. Por ello,
reconozcamoslo, es preocupante. Así, mediáticamente
somos formados o deformados en la ausencia de crítica a la
violación de las intimidades individuales, que dicho sea
de paso, sólo puede beneficiar a un sistema social que requiere
de un control total (incluyendo la intimidad) de sus ciudadanos.
En México, BIG BROTHER será
transmitido por TV restringida las 24 horas del día en un
canal de Sky- televisión por satélite-. Además
se transmitirá un resumen semanal a través de un canal
de televisión abierta de Televisa, empresa también
propietaria de Sky. Algunos empresarios - Bimbo concretamente- han
amenazado retirar su publicidad de Televisa. De acuerdo con informes
de la Televisora, 152,000 personas concursaron para ocupar los 12
lugares de BIG BROTHER.
Recomendamos para una mayor profundización
sobre el programa el libro de Lacalle, Charo (1990): El espectador
televisivo. Los programas de entretenimiento, Barcelona, Gedisa.
Dr.
Fernando Ramón Contreras
Profesor
de Periodismo y Vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Información
de la Universidad de Sevilla, España. |