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17 de Mayo
2004

 

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La Sociedad de la Información ¿Utopía o Panóptico?

 

Por Octavio Islas y Fernando Gutiérrez
Número 38

La Sociedad de la Información como utopía
El término “sociedad de la información” ha sido incorporado, con relativa insistencia, en los años recientes, a la literatura política, académica y mediática contemporáneas. Periodistas, políticos, cibernautas, académicos e investigadores suelen evocar tan ambiguo concepto para referirse al tipo de sociedades deseables a las cuales habrá de conducirnos la “globalización”. Si de acuerdo con Lenin, el imperialismo representa la fase superior del capitalismo, es posible afirmar que las “sociedades de la información y el conocimiento” admiten ser consideradas como “fase superior de la aldea global mcluhaniana”.

De acuerdo con la destacada investigadora Claudia Benassini Félix, a Daniel Bell corresponde el mérito de haber introducido, a mediados de la década de 1960, la noción de “sociedad de la información”. De igual modo, en La Tercera Ola, Alvin Toffler, célebre futurólogo y prospectivista, anticipó con notable claridad algunos de los rasgos fundamentales de la “sociedad de la información”. La “Tercera Ola” –afirma Toffler- introducirá una nueva sociedad, la cual descansará en la información, el conocimiento y la creatividad. En las sociedades de la “Tercera Ola”, la productividad dependerá del desarrollo de nuevas tecnologías, las cuales permitirían al hombre hacer menos y pensar más.

En la edificación de “la sociedad de la información y el conocimiento”, las avanzadas tecnologías de información y comunicaciones (TIC) asumen un rol estelar. Las TIC son causa y consecuencia de las transformaciones estructurales que favorecen la transición de las sociedades industrializadas del mundo globalizado a “sociedades de la información”. Uno de los rasgos distintivos de “la sociedad de la información” es el ilimitado acceso a los recursos de información, tal como se reconoce en el informe La Sociedad de la Información en España, 2000. Presente y perspectivas: “la Sociedad de la Información es un estadio de desarrollo social caracterizado por la capacidad de sus miembros (ciudadanos, empresas y Administración Pública) para obtener y compartir cualquier información, instantáneamente, desde cualquier lugar y en la forma que se prefiera” (Telefónica: 2000, 20).

Para los entusiastas defensores de la “sociedad de la información” –tecnoentusiastas- el ilimitado acceso a la información permite fundamentar la esperanza de poder erigir sociedades más justas e igualitarias. De acuerdo con la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la sociedad de la información es una sociedad:

“en la que todas las personas, sin ningún tipo de distinción, tendrán el poder efectivo de crear, recibir, compartir y utilizar la información y el conocimiento en cualquier medio de información, prescindiendo de las fronteras. Para el desarrollo de esta sociedad de la información, es esencial, entre otras cosas, el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales, tales como la libertad de opinión y expresión, así como la existencia de medios de comunicación independientes, pluralistas y libres”.2

Naciones Unidas es una de las organizaciones que más esperanzas ha fincado en la edificación de la “sociedad de la información”, y precisamente por iniciativa suya, del 10 al 12 de diciembre de 2003, se realizó en Ginebra, Suiza, la primera fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información. Túnez será sede de la segunda fase de la cumbre mundial, del 16 al 18 de noviembre de 2005.3

A finales del 2000, los Estados miembros de Naciones Unidas definieron los “Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio” -también conocidos como “Metas de desarrollo de la Declaración del Milenio”-.4 Los ocho objetivos que los 191 Estados miembros de Naciones Unidas se comprometieron a cumplir para el año 2015 son:

1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
2. Lograr la enseñanza primaria universal.
3. Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
4. Reducir la mortalidad infantil.
5. Mejorar la salud materna.
6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

De cada una de las “Metas de desarrollo de la Declaración del Milenio” parten determinados objetivos específicos. En el objetivo número 18 de la octava meta -Fomentar una asociación mundial para el desarrollo-, se reconoce la importancia que admiten las TIC como efectivas palancas del desarrollo de las sociedades: "En colaboración con el sector privado, velar por que se puedan aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, en particular, los de las tecnologías de la información y de las comunicaciones”.5

Como podremos advertir en nuestra primera tabla, elaborada a partir de información publicada en el sitio WWW de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), las TIC podrían ser empleadas para alcanzar las “Metas de desarrollo de la Declaración del Milenio”:

Tabla 1 Posible incidencia del inteligente empleo de las TIC para alcanzar lo dispuesto en los “Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio”

Objetivos Indicador Incidencia
Objetivo 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre Aumento de los ingresos provenientes de las TIC Según un estudio realizado en 1999 sobre los propietarios de teléfonos de previo pago en las aldeas de Bangladesh, el 24% de los ingresos totales de esos hogares provienen de la prestación del servicio telefónico.
Objetivo 2. Lograr la enseñanza primaria universal
Capacitación de maestros de escuela primaria mediante las TIC
En Nepal, 4 430 personas recibieron en 2001 una capacitación a distancia como maestros de escuela primaria a través de sistemas de radiocomunicaciones. Tomando como base las cifras actuales de un maestro para 40 estudiantes, podrían inscribirse 176 616 nuevos alumnos en ese tipo de escuela cuando los maestros completen su formación. El aumento neto del número de inscripciones en escuelas primarias sería del 5,7%.
Objetivo 3. Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer   Porcentaje de mujeres matriculadas en programas de educación que utilizan las TIC en relación con el número total de mujeres matriculadas a nivel superior  En Australia, el proyecto Open Learning Australia (OLA) ofrece un nivel superior de educación que combina la enseñanza a distancia y la enseñanza en línea. En 2002, 6 129 estudiantes, de los cuales el 56,9% eran mujeres, participaron en este programa. La proporción de alumnas es superior a la que existe en la enseñanza secundaria en general (54,9%). Como resultado del programa OLA, la tasa de matriculación de alumnas a nivel superior es 0,8% más elevada. 
Objetivo 4. Reducir la mortalidad infantil   Porcentaje de padres de niños pequeños que utilizan herramientas TIC específicas para la salud  Baby CareLink es un programa de telemedicina para padres de niños pequeños en los Estados Unidos. Según una evaluación realizada en 1997—99 sobre 56 pacientes, los padres que utilizan Baby CareLink proporcionan a sus hijos cuidados de una calidad 10% superior en comparación con los padres que no lo hacen. 
Objetivo 5. Mejorar la salud materna  Porcentaje de trabajadores que utilizan las TIC en el ámbito de la salud maternal   Según la evaluación de un proyecto de salud maternal basado en las tecnologías de las radiocomunicaciones realizada en julio de 1999 en el distrito de Tororo (Uganda), se constató que la tasa de mortalidad maternal se redujo a la mitad. 
Objetivo 6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades  Porcentaje de población adulta que adopta un modo de vida más sano tras haber recibido, por medio de las TIC, información sobre la salud  Tras la evaluación realizada en septiembre de 1998 de un programa radiofónico educativo sobre la prevención del VIH en Santa Lucía, la importación de preservativos aumentó el 143% tras la difusión del programa. 
Objetivo 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente  Porcentaje de teletrabajadores en relación con el número total de trabajadores  Hay 38 700 teletrabajadores en Irlanda, es decir el 2,3% del número total de trabajadores. Como consecuencia, las emisiones de dióxido de carbono provenientes del tráfico automotriz han disminuido el 2%. Si los irlandeses cuyas actividades profesionales muestran una tendencia al teletrabajo (28% del número total de trabajadores) trabajarán a domicilio, las emisiones de dióxido de carbono disminuirían el 30%. 

Fuente: Unión Internacional de Telecomunicaciones: Informe sobre el Desarrollo Mundial de las Telecomunicaciones (UIT, edición 2003) Medir el acceso a la sociedad de la información. Evaluar la incidencia de las TIC en los Objetivos de Desarrollo establecidos a escala mundial. 23 indicadores e para reducir las brechas digital y estadística.6

En uno de los documentos más relevantes que resultaron de la primera fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información –nos referimos a la Declaración de Principios Construir la sociedad de la información: un desafío mundial para el nuevo milenio-, los 18 primeros enunciados de un total de 67, corresponden al propósito de establecer la visión de Naciones Unidas sobre la “sociedad de la información”:

“1 Nosotros, representantes de los pueblos del mundo, reunidos en Ginebra del 10 al 12 de diciembre de 2003 con motivo de la primera fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, declaramos nuestro deseo y compromiso comunes de construir una sociedad de la información centrada en la persona, incluyente y orientada al desarrollo, en la que todos puedan crear, consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento, para que las personas, las comunidades y los pueblos puedan desarrollar su pleno potencial en la promoción de su desarrollo sostenible y mejorar su calidad de vida, de acuerdo con los objetivos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y respetando y defendiendo plenamente la Declaración Universal de Derechos Humanos.

2 Nuestro desafío es encauzar el potencial de la tecnología de la información y la comunicación para promover las metas de desarrollo de la Declaración del Milenio, a saber, erradicar la extrema pobreza y el hambre, lograr una educación primaria universal, promover la igualdad de género y la habilitación de las mujeres, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades, garantizar la sustentabilidad ambiental y forjar alianzas mundiales en favor del desarrollo para lograr un mundo más pacífico, justo y próspero. Reiteramos asimismo nuestro compromiso para con el logro del desarrollo sostenible y las metas de desarrollo convenidas, que se señalan en la Declaración de Johannesburgo y en el Plan de Aplicación del Consenso de Monterrey, y otros resultados de las Cumbres pertinentes de las Naciones Unidas”.

La lectura optimista de la utopía “Sociedad de la Información”, efectivamente nos permite concebir nuevas posibilidades de liberación que el mismísimo Herbert Marcuse hubiese reconocido y elogiado. En cambio una lectura pesimista nos obligaría a reparar en los evidentes renglones de exclusión, así como en el perturbador despliegue de avanzados dispositivos panópticos, capaces de ejercer funciones de vigilancia y castigo al detalle (panoptismo digital).

El célebre belga Armand Mattelart, profesor de Ciencias de la Información y Comunicación de la Universidad de París VIII, quien en la década de 1970 adquirió gran notoriedad en la academia latinoamericana de comunicación, a partir de la publicación del libro Para leer al Pato Donald, en una entrevista que concedió al periodista Jordi Gordon, la cual fue publicada en La Iniciativa Socialista –misma que puede ser consultada en el sitio WWW de La iniciativa de Comunicación-, afirma que “la sociedad de la información y el conocimiento” supone el déficit democrático en la comunicación y la información, el cual:

“esta relacionado con el problema de la transformación de los sistemas de comunicación e información, tanto de los medios como la emergencia de las nuevas tecnologías. El desafío que suponen para la humanidad no está siendo discutido en el seno de la sociedad civil organizada, sino que, por el contrario, está al margen de la mirada de esa sociedad civil. Un ejemplo es la fascinación que nos produce Internet, que logra abstraernos de toda mirada crítica y agrava la concepción darvinista de la bondad de las tecnologías que se ha instalado en nuestra sociedad. Mientras los lobbys, los grupos de presión trabajan presionando a los políticos no hay respuestas de la sociedad. De esa manera todo se convierte en un problema técnico. En realidad, eso es el pensamiento único, no existen problemas políticos ni sociales desde los que abordar este mundo (…) Vivimos hipnotizados por la nueva economía, por las tecnologías, y nos venden un futuro de progreso económico sin límites”.7

El panoptismo digital como antitesis de la “sociedad de la información”
El panoptismo digital, como el anticipado por George Orwell en su novela 1984, admite ser considerado como perfecta antitesis de la “sociedad de la información”. De acuerdo con el destacado periodista Naief Yehya (2002: 20-21), el mundo feliz de la convergencia digital:

“es la versión de Disneylandia del mundo de la novela 1984, en que George Orwell describía un mundo globalizado en que las fronteras habían desaparecido casi del todo, y tan sólo quedaban tres naciones. La sociedad vivía hiperconectada mediante gigantescos monitores que transmitían desinformación día y noche. El lenguaje dominante era el newspeak el cual a pesar de ser limitado es infinitamente más rico y expresivo que la ciberjerga, que se teclea en los chats de la Red y que los inefables emoticons, (esos dibujos de rostros que se hacen con signos de puntuación como : ( ). En la novela 1984 reinaba la fantasía de que todo mundo era igual a pesar de que los proletarios carecían de todo. Las masas de la era de Internet por su parte son regidas por una cultura apolítica de consumo, en la cual las diferencias de clases sociales se acentúan en forma dramática, y en donde los desposeídos no sólo son marginados, sino que simplemente desaparecen por carecer de tarjetas de crédito, computadoras, líneas telefónicas y conocimientos del idioma inglés. En la novela, la sociedad completa dedica cinco minutos diarios al odio contra el enemigo del pueblo, Samuel Goldstein; de manera semejante los noticieros estadounidenses de la actualidad tienen en el millonario saudita Osama Bin Laden al perfecto enemigo del pueblo. Por último, el pueblo de Oceanía en la novela, ha entregado su libertad al hermano mayor; de manera semejante, en la actualidad los directores de las grandes corporaciones como si fueran hermanos mayores controlan los hilos de la economía, la política y la cultura de los ciudadanos de la república de Internet y zonas aledañas”.

A consecuencia de los dramáticos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, la deseable transición hacia una economía mundial fincada en el desarrollo de “la sociedad de la información y el conocimiento” parece haber quedado en suspenso. George W. Bush, cuadragésimo tercer presidente de la llamada “república imperial”, decidió apuntalar su gestión presidencial en dos actividades que de ninguna manera resultan extrañas a los intereses de su acaudalada familia: la economía de guerra y el negocio del petróleo.

Al amparo de la cruzada emprendida contra el terrorismo internacional, el gobierno del presidente Bush ha impulsado determinadas iniciativas de ley, las cuales han impuesto sensibles restricciones a la libertad de expresión y a los derechos relativos a la intimidad de las personas. Un inventario mínimo de las iniciativas que ha impulsado la administración Bush para limitar los referidos derechos comprende: “Wiretap Statute”, “Electonic Communications Privacy Act”, “Computer Fraud and Abuse Act”, “Foreign Intelligence Surveillance Act”, “Family Education Rights and Privacy Act”, “Pen Register and Trap and Trace Statute”, “Money Laundering Act”, “Immigration and Nationality Act”, “Money Laundering Control Act”, “Bank Secrecy Act”, “Right to Financial Privacy Act”, “Fair Credit Reporting Act”, “USA Patriotic Act” y la “Anti-Terrorism Act 2001” (ATA).

Para el desarrollo, coordinación e implementación de una estrategia integral para la protección de los Estados Unidos, la administración Bush creó la Oficina de Seguridad Nacional, la cual coordina los esfuerzos de detección, preparación, prevención, protección, respuesta y recuperación de ataques terroristas en Estados Unidos.

Una de las principales iniciativas de “panoptismo digital” de la administración del presidente Bush es la Terrorism" Information Awareness (TIA) –en un principio fue denominado “Total Information Awareness System” (TIAS)-.8 Ese proyecto se encuentra a cargo de la “Defense Advanced Research Projects Agency´s Information Awarness Office (DARPA), y el responsable directo es el almirante retirado John Poindexter.9 Por medio de una extensa red de avanzados equipos de cómputo, redes electrónicas, bases de datos y equipos biométricos, TIA permite integrar toda la información que requieren los organismos de seguridad de Estados Unidos para realizar funciones de panoptismo digital.

El gobierno del presidente Bush desea extender sus avanzados sistemas de panoptismo digital más allá de Estados Unidos. Una de las iniciativas para lograr ese propósito es el sistema CAPPS II (Computer Assisted Passenger Pre-Screening o Preinspección de Pasajeros Asistida por Computadora). Además, a través de empresas como ChoicePoint, el gobierno de Estados Unidos ha adquirido bases de datos de otros gobiernos.

El Sistema “CAPPS” empezó a operar en 1998, a partir de los atentados terroristas que se registraron en los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996, y del trágico desenlace del vuelo 800 de TWA, el cual, el 17 de julio de 1996, misteriosamente se estrelló en el Océano Pacífico. Entonces se afirmó que el accidente fue consecuencia de algún desperfecto mecánico. Sin embargo, de acuerdo con nuevas evidencias es posible suponer que el avión pudo haber sido derribado por un misil antiaéreo.10

El sistema CAPPS I empleaba la información que almacenaban las aerolíneas al registrar a los pasajeros, la cual básicamente comprendía datos de los viajes realizados. De acuerdo con información publicada en el sitio WWW de la Transportation Security Administration (TSA), en el sistema CAPPS II se han incorporado un mayor número de variables, y a través de CAPPS II es posible tener acceso a bases de datos comerciales, las cuales concentran información que definitivamente admite ser considerada como privada, pues comprende estados financieros de los pasajeros, historiales médicos, información que han almacenado las compañías de seguros, etcétera. La primera aerolínea que empezó a utilizar el sistema CAPPS II fue Delta Airlines.

Desde hace algunos años, a través de algunas instituciones gubernamentales y con la colaboración de ciertas empresas que pueden realizar una útil contribución a la lucha contra el terrorismo internacional, el gobierno de Estados Unidos ha empezado a reunir toda la información que estima necesaria para integrar perfiles (profiles)11 de los ciudadanos de otros países que con frecuencia acostumbran viajar a Estados Unidos.

El sábado 12 de abril de 2003, la agencia Associated Press (Estados Unidos) reveló que la empresa ChoicePoint12 compró el padrón electoral de los Estados Unidos Mexicanos. Un vocero de la referida compañía también afirmó que adquirieron los registros de licencias para conducir de seis millones de habitantes del Distrito Federal. De ese modo, mientras que en Estados Unidos la empresa ChoicePoint vende a quien lo solicite información contenida en el padrón electoral mexicano, en México esos datos son considerados por ley como confidenciales.

Entre los principales clientes de ChoicePoint se encuentran agencias federales, estatales y locales de Estados Unidos, el Federal Bureau of Investigation (FBI), la Drug Enforcement Administration (DEA), y el U.S. Inmigration & Naturalization Service (INS).

Entre las empresas que colaboran con ChoicePoint en el desarrollo del “Centro para la Investigación Social y Legal” (Center for Social & Legal Research) figura Microsoft. En el referido centro se realizan investigaciones relativas a los “registros públicos y el uso responsable de la información”. Además de Microsoft, otras 18 empresas colaboran con las actividades que se realizan en el referido centro. Entre esas empresas se encuentran: American Expresss, Citigroup, America Online, Bell Atlantic, CyberCash, IBM, MCI Communications, News Corporation, Internet Alliance. El centro se encuentra a cargo del Dr. Alan F. Westin, profesor emérito de la Columbia University.

¿Qué interés podría tener el gobierno de Estados Unidos en la información contenida en el Padrón Electoral de los Estados Unidos Mexicanos, y en los registros de licencias para conducir de seis millones de habitantes del Distrito Federal?. En el documento Uniting an Strengthening America by Providing Appropiate Tools Required to Intercept and Obstruct Terrorism –conocido como USA Patrotic Act- es posible encontrar la respuesta. Por cierto, en el sitio WWW de ChoicePoint, en la sección “Productos y Servicios”, y dentro del rubro “Soluciones Financieras”, es posible encontrar un curioso apartado: “US Patriot Act Compliance”.

Conclusión
En la complejidad de nuestros días extraños, las mismas tecnologías de información y comunicaciones que permiten alentar positivas esperanzas en la gestación de la “sociedad de la información y el conocimiento”, simultáneamente cumplen funciones de control, vigilancia y castigo (panoptismo digital) en formaciones sociales en las cuales prevalece el autoritarismo. El formidable desarrollo de las TIC no necesariamente mejorará nuestra calidad de vida ciudadana. El futuro permanece incierto.


Notas:

2
“Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información. Una sociedad de la información para todos y una oportunidad para que todos se pronuncien”. Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). En <http://www.itu.int/newsroom/press_releases/2003/NP03-es.html>. Fecha de consulta: 30 de diciembre, 2003.
3
De acuerdo con Naciones Unidas, los antecedentes de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información son los siguientes:

La Resolución 73 de la Conferencia de Plenipotenciarios de la UIT (Minneápolis, 1998) resolvió encargar al Secretario General de la UIT inscribir en el orden del día del Comité Administrativo de Coordinación (CAC, ahora Junta de Jefes Ejecutivos (JJE) del sistema de las Naciones Unidas), que pasó a denominarse Junta de Jefes Ejecutivos del Sistema de las Naciones Unidas para la Coordinación (CEB), la cuestión de la celebración de una Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, e informar al ente directivo de la UIT, el Consejo, sobre los resultados de dicha consulta. El Secretario General indicó en su Informe a la sesión del Consejo de 1999, que el CAC tuvo una reacción positiva y que la mayoría de las otras organizaciones y organismos expresaron interés en asociarse con la preparación y celebración de la Cumbre. Se decidió que la Cumbre sería celebrada bajo el auspicio de la Secretaría General de la ONU, y que la UIT asumiría la intervención principal en los preparativos. En 2001, el Consejo de la UIT decidió celebrar una Cumbre en dos etapas, la primera en Ginebra (Suiza), del 10 al 12 de diciembre de 2003, y la segunda en Túnez (Túnez), del 16 al 18 de noviembre de 2005. En la Resolución 56/183 de la Asamblea General de las Naciones Unidas se aprobó el marco de la Cumbre adoptado por el Consejo de la UIT así como la función principal de la Unión en la Cumbre y su proceso preparatorio, en cooperación con otras organizaciones y asociados interesados. La Resolución 56/183 de la Asamblea General de las Naciones Unidas recomienda que se encarguen los preparativos de la Cumbre a un Comité Preparatorio intergubernamental de composición abierta, que establecerá el programa de la Cumbre, decidirá las modalidades de participación de otros interesados en la Cumbre y concluirá la redacción del proyecto de declaración y el proyecto de plan de acción. Se invita a la UIT a asumir la función administrativa principal de la Secretaría Ejecutiva de la Cumbre y, asimismo, se invita a los gobiernos a participar activamente en el proceso preparatorio de la Cumbre y a enviar a ella representantes del más alto nivel. En la Resolución 56/183, la Asamblea General alienta asimismo a todos los organismos competentes de las Naciones Unidas y, en particular, al Grupo especial de las Naciones Unidas sobre las TIC, a aportar contribuciones. Alienta además a otras organizaciones intergubernamentales y, en particular, a las instituciones internacionales y regionales, las organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil y el sector privado, a participar activamente en el proceso preparatorio intergubernamental de la Cumbre y en la propia Cumbre”.

Véase: <http://www.itu.int/wsis/basic/about-es.html>. Fecha de consulta: 30 de diciembre, 2003.
4 Véase: “Objetivos de desarrollo de la ONU para el Milenio. Disponible en: <http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/> Fecha de consulta: 30 de diciembre, 2003.
5 Idem.
6
Disponible en: <http://www.itu.int/newsroom/press_releases/2003/31-es.html>. Fecha de consulta: 30 de diciembre, 2003.
7
Véase: <http://www.comminit.com/la/laint/sld-4786.html> Fecha de consulta: 25 de enero, 2004.
8
Véase: <http://www.epic.org/privacy/profiling/tia/> Fecha de consulta: 25 de enero, 2004.
9
Véase: <http://www.darpa.mil> Fecha de consulta: 25 de enero, 2004.
10 Véase: <http://www.twa800.com/index.htm> Fecha de consulta: 16 de enero, 2004.
11La criminalística estadounidense confiere particular relevancia a metodologías fundamentadas en la investigación de perfiles. Se parte del supuesto de que la implementación de “redes neuronales”, el “sistema nervioso digital” admite la capacidad necesaria para anticipar posibles conductas delictivas con base en el reconocimiento de determinados patrones de conducta.
12Vease: <http://www.choicepoint.com> Fecha de consulta: 25 de enero, 2004.


Referencias:

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YEHYA. N. Depredación o florecimiento? En ISLAS O, y GUTIÉRREZ, F. (2002): Explorando el ciberperiodismo Iberoamericano. México. CECSA, pp. 3-21.


Octavio Islas
Director
Cátedra de Comunicaciones Estratégicas y Cibercultura del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, México
Fernando Gutiérrez
Director del Departamento de
Comunicación del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, México

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