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Por Enriqueta Rivera
Número 31
Al
hablar de la Estrategia de la Destrucción, es necesario dar
cuenta de todos aquellos hechos que a lo largo de la historia han
demostrado, como algunas decisiones generan en los grupos sociales
reacciones de terror, que seguramente son parte de aquel acervo
del conocimiento( Berger y Luckmann, 1986) entre el consciente y
el inconsciente social, Carl Jung, (1875 - 1961).
Estos hechos le dan mayor sentido
a los acontecimientos que hemos vivido en cada ocasión que
el deseo de poder del ser humano coincide con la posición
política y/o económica que permite la toma de decisiones
racionales, razonables o no.
He aquí un primer ejemplo:
en 1769, la policía
hubo que pedir a los sacerdotes de París que calmaran a
sus fieles, convencidos una vez más de que sus niños
estaban en peligro; y en una fecha tan tardía como 1823
se podía leer en el Diccionario de policía moderna,
de Alletz, en el artículo Alarma ´Está
prohibido difundir alarmas entre el pueblo, mediante falsos rumores
o falsas noticias que pueden inquietarlo o asustarlo, como el
temor a la carestía, el rapto de niños, etc. (Delumeau,1989:270)
Si bien en muchas ocasiones las
sociedades que atravesamos un milenio, nos jactamos de ser civilizados,
pareciera en realidad que seguimos teniendo pendientes que
no permiten superar experiencias como la que arriba se describe.
Cada elemento de la redacción anterior conlleva a la reflexión
sobre tendencias amarillistas o sensacionalistas que tienen como
objetivo fundamental elevar o mantener el rating, con y a
pesar de los sentimientos de seguridad e inseguridad de las personas;
si bien, se tenían identificadas a las noticias amarillistas
como aquellas construidas o sobre-dimensionadas, en la actualidad
ese sensacionalismo no lo da la manipulación de la noticia
sino la actitud etnocéntrica de aquel que todavía
vive una época de oscuridad y que con los nuevos avances
en la historiografía podemos saber que la llamada Edad
Media era definida como la ausencia de luz por aquellos que
formaron parte del siglo de las Luces.
Las palabras son simbólicas
y sus significados son acordados socialmente, por determinados grupos
que se instituyen y otros reconocen como civilizados, iluminados,
elegidos, terroristas y ángeles guardianes de la Humanidad.
Las condiciones de decisión de cuando algo es verdadero y
digno de atacarse, de exterminarse; claro que la decisión
depende si es Oriente u Occidente.
...Descartes...El miedo o el
espanto, que es contrario a la audacia, no es solamente una frialdad,
sino también una turbación y un asombro del alma
que le priva del poder resistir a los males que ésta piensa
muy cercanos...Por eso, no es una pasión particular; es
solamente el exceso de cobardía, de asombro y de temor
que siempre es vicioso...Y como la principal causa del miedo es
la sorpresa, no hay nada mejor para liberarse de él que
utilizar la premeditación y prepararse para todos los acontecimientos,
cuyo temor puede causarlo. (Delumeau,1989:22)
Valdría la pena que ciertos
representantes de diversas zonas del país y del mundo, analizaran
este exceso de cobardía, de asombro y de
temor que siempre es vicioso, quizás, confirmando aquella
idea de que la prepotencia es síntoma inequívoco de
un terrible miedo a la vida. El problema aquí es que "otros"
conceden su libertad a la toma de decisiones de "alguien"
más. Erich Fromm(1921-1989).
El verse como objeto del "destino"
es una renuncia a la Vida, a la posibilidad social, histórica
de acercarse a una realidad que sea un reflejo más apegado
a todas aquellas maravillas que el ser humano puede realizar, a
través de su mente, corazón y manos, Pestalozzi (1746-1827).
...Máscara y miedo, escribe
R. Caillois, máscara y pánico están constantemente
presentes juntos, inextricablemente apareados...[el hombre] ha
albergado detrás de esa máscara segunda su éxtasis
y sus vértigos, y sobre todo el rasgo que tiene en común
con todo lo que vive y quiere vivir, el miedo, siendo la máscara
al mismo tiempo traducción del miedo, defensa contra el
miedo y medio de difundir el miedo (Delumeau,1989:25).
La pregunta es entonces ¿quién
tiene miedo de quién?¿quién utiliza que máscaras?¿qué
máscaras son menos peligrosas que cuáles?¿qué
sentimientos están detrás de esas máscaras?¿qué
recompensas han sido prometidas?...son interminables pero lo fundamental
es no dejar de reconocer las movilizaciones masivas por todo el
mundo, por defender la Vida ante y sobre de los intereses de grupos
sociales - también de todo el mundo - que guían las
decisiones políticas, que en ocasiones no corresponden a
las Esperanzas de aquellos que los han elegido.
Fuentes
de Información:
Berger P y Luckmann T (1986) La
construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu.
Delumeau (1989) El Miedo en Occidente, ed. Taurus, España.
Mtra.
Enriqueta Rivera
Catedrática del
ITESM, Campus Estado de México y de la
UNAM, México |