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Por Enriqueta Rivera
Número 38
A
ti estudiante, que haces
de la investigación y la docencia
no un trabajo, sino una Vocación.
Enriqueta Rivera
En
un escenario mundial aterrador, y no precisamente por los grupos
de seres humanos denominados por “otro” como terroristas,
tenemos miedo por segundos o minutos de las consecuencias, de los
hechos que se narran como cápsulas de información
de Otros Mundos. Tenemos miedos pero a medias, porque suponemos
que nuestro país México no puede ser objeto de tales
actos, bueno...al menos no como los conocemos y son etiquetados.
Pensamos y sentimos que es suficiente con estar
alerta cuando viajamos en metro, microbús o en el mismo periférico
para no tener un accidente o ser el blanco del amigo de lo ajeno,
al menos en menor escala, porque las ligas mayores se juegan en
otros escenarios y actores con amigos y no amigos pero que se endulzan
la mirada con billetes verdes, blanco polvo o el trono del rey,
ah! y la silla del presidente.
A pesar de las amenazas de bomba en el metro y
una escuela, cosa que no es nada nuevo, creemos que los sucesos
en el Medio Oriente jamás se presentarán aquí,
o lo visto en Irlanda, en España, en Venezuela, por mencionar
sólo algunos, pero el terrorismo tiene muchos conceptos,
presentaciones, sujetos y por supuesto objetivos, preguntemos sobre
los puntos rojos que se tienen en el país, algunos instituidos
otros espontáneos, algunos con objetivos de justicia y otros
en pro de la concentración del poder.
En esta ocasión, nos interesa el terrorismo
generado por la Cruz Roja Mexicana, que como cada año inicia
su campaña de Colecta Nacional 2004, de cooperación
voluntaria, y que ahora congruente con el contexto en el que vivimos,
promueve el terror de quedarse sin quien pueda ayudarnos en situaciones
de riesgo, en donde la vida y la muerte bailan al mismo Son.
Pareciera que apelar a la buena voluntad de las
personas ya no es el efectivo impulsor para sacar de la bolsa o
la billetera un peso o más; pero las cosas son más
complicadas que esto.
La tradición en la acción de la Cruz
Roja habían generado respeto desde muchos años atrás,
pero en estos tiempos tan entrañables como una bola de estambre
jugada por el gato, los propósitos humanitarios tienen muchas
tentaciones donde pierden una y otra vez ante los intereses particulares,
en la mayoría de las ocasiones de capital y poder, nada nuevo
en nuestra Historia.
A
las crisis de hechos trágicos resultado del Hombre o la Naturaleza,
se le suman otros actos que distan mucho de los objetivos de la
Cruz Roja, me refiero a más de una anécdota sobre
aquellos miembros de la Cruz Roja que registran al enfermo
o muerto para quitarle todo aquello valioso, aunque
sean sus zapatos, o la negligencia al tratar un enfermo, el exceso
de velocidad innecesaria, es decir, sin motivo real para ello, el
abuso sobre aquellos que todavía tienen la educación
de ceder el paso, bueno ese abuso también lo hacen las patrullas
y uno que otro de la PGR. Algunos otros casos, el cobro excesivo
de cuotas sobre el servicio otorgado, los casos los conocemos de
primera mano, pero bueno, que sistema es perfecto, si la perfección
es una idea que alguien vendió y muchos más compraron
– o compramos.
La campaña entonces es agresiva, en la radio,
la tv y en espectaculares, al igual que vallas publicitarias, agresiva
por presentar imágenes en situaciones extremas, que si bien
pueden no distar de la realidad mexicana, recordando servicios médicos
en zonas suburbanas, marginadas, indígenas o en el campo,
donde a veces el mejor recurso es la herbolaria, que con conocimiento
puede ayudarnos más que la medicina alópata, sino
pregunten en la Universidad de Chapingo. Veremos si resulta efectiva
esta colecta, Mmmm quizás ya aprendieron a reproducir las
estrategias del Teletón.
La valla muestra una sala de hospital destruida,
aparentemente tras un bombardeo, las camas del siglo pasado, pero
eso sí en un día soleado, impactan al espectador,
una escena que da escalofríos si estuviese uno enfermo, pariente
o amigo, más no si se cae en la tentación de recordar
alguna película favorita, así es el negocio del espectáculo.
La
identificación de la Cruz Roja, ¿Y A LA CRUZ ROJA
QUIÉN LE AYUDA?, desgastada la identificación señala
el periodo de la colecta, y pequeño recipiente para recibir
la colaboración, cabría recordar de dónde se
inyectan recursos, no existe todavía un ente no humano que
colabore con las causas humanitarias a menos que se crea que la
Matriz si tiene un papel importante en la procuración de
la existencia sana y en potencia de las pilas de duracell.
La
cooperación se indica de forma “subliminal”,
un billete de cien pesos, acaso ¿se cree que se puede inducir
la cooperación voluntaria pasando por encima de la realidad
de los mexicanos?, ¡vaya! En estos tiempos cualquier cooperación
es valiosa, y no se piense que los mexicanos somos codos, sólo
dedique un minuto a recordar la iniciativa de los mexicanos para
ayudar a los que estaban en desgracia en el temblor de 1985; claro
que después de algunas semanas tras una irregular administración
de las ayudas internacionales se podía comprar hasta mantequilla
holandesa; y si queremos ir más allá pregúntele
a los encargados de las aduanas mexicanas – con fuerte relación
con el ejército - que permiten la entrada de productos chinos
que van destruyendo la única alternativa de la mayoría
de los mexicanos, la economía informal.
Creo que si en un principio los teóricos
e investigadores no habían podido conceptualizar terrorismo
el reto ahora es aún mayor, pues sus manifestaciones no son
exclusivas de “seres irracionales”, de “orientales
ignorantes de la democracia”, o de “machistas que violan
a sus mujeres”, no solamente ellos son terroristas, ellos
también usan corbata y traje de los mejores diseñadores,
representando a millones de seres humanos, alcohólicos, adictos,
sádicos y más, que si bien los identificamos como
los terroristas de cuello blanco, son producto de los desencantos
actuales y son muestra de los retos que tenemos antes de que el
Universo se canse de seres humanos que pierden la memoria, preocupante
que son cada vez menos los ejercicios de memoria social para renovarla.
La
tarea sigue quizás aquellos de vestimenta blanca con una
cruz roja y sonríen a medias como espejo del Otro y de todos
(por si queda alguna duda). Quizás hubieran podido rescatar
en su campaña – con ayuda de gente inteligente y sensible
- esa capacidad de ayudar a los demás sin necesidad de incrementar
el porcentaje de impactos publicitarios que día a día
construyen el paisaje publicitario, recordemos la clásica
novela de los Hijos de Sánchez que retrata las redes de sobrevivencia
de los mexicanos, los valores y las buenas acciones persisten, subsisten
– siendo efectiva la comunicación cara a cara -, y
prueba tangible de ello es que millones de mexicanos vivan aún
en condiciones que todos conocemos.
Mtra. Enriqueta Rivera
Catedrática del ITESM, Campus Estado de México y de la UNAM, México |