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Abril
2004

 

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En-Sueño Publicitario

Cruz Rojiano

 

Por Enriqueta Rivera
Número 38

A ti estudiante, que haces
de la investigación y la docencia
no un trabajo, sino una Vocación.
Enriqueta Rivera

En un escenario mundial aterrador, y no precisamente por los grupos de seres humanos denominados por “otro” como terroristas, tenemos miedo por segundos o minutos de las consecuencias, de los hechos que se narran como cápsulas de información de Otros Mundos. Tenemos miedos pero a medias, porque suponemos que nuestro país México no puede ser objeto de tales actos, bueno...al menos no como los conocemos y son etiquetados.

Pensamos y sentimos que es suficiente con estar alerta cuando viajamos en metro, microbús o en el mismo periférico para no tener un accidente o ser el blanco del amigo de lo ajeno, al menos en menor escala, porque las ligas mayores se juegan en otros escenarios y actores con amigos y no amigos pero que se endulzan la mirada con billetes verdes, blanco polvo o el trono del rey, ah! y la silla del presidente.

A pesar de las amenazas de bomba en el metro y una escuela, cosa que no es nada nuevo, creemos que los sucesos en el Medio Oriente jamás se presentarán aquí, o lo visto en Irlanda, en España, en Venezuela, por mencionar sólo algunos, pero el terrorismo tiene muchos conceptos, presentaciones, sujetos y por supuesto objetivos, preguntemos sobre los puntos rojos que se tienen en el país, algunos instituidos otros espontáneos, algunos con objetivos de justicia y otros en pro de la concentración del poder.

En esta ocasión, nos interesa el terrorismo generado por la Cruz Roja Mexicana, que como cada año inicia su campaña de Colecta Nacional 2004, de cooperación voluntaria, y que ahora congruente con el contexto en el que vivimos, promueve el terror de quedarse sin quien pueda ayudarnos en situaciones de riesgo, en donde la vida y la muerte bailan al mismo Son.

Pareciera que apelar a la buena voluntad de las personas ya no es el efectivo impulsor para sacar de la bolsa o la billetera un peso o más; pero las cosas son más complicadas que esto.

La tradición en la acción de la Cruz Roja habían generado respeto desde muchos años atrás, pero en estos tiempos tan entrañables como una bola de estambre jugada por el gato, los propósitos humanitarios tienen muchas tentaciones donde pierden una y otra vez ante los intereses particulares, en la mayoría de las ocasiones de capital y poder, nada nuevo en nuestra Historia.

A las crisis de hechos trágicos resultado del Hombre o la Naturaleza, se le suman otros actos que distan mucho de los objetivos de la Cruz Roja, me refiero a más de una anécdota sobre aquellos miembros de la Cruz Roja que registran al enfermo o muerto para quitarle todo aquello valioso, aunque sean sus zapatos, o la negligencia al tratar un enfermo, el exceso de velocidad innecesaria, es decir, sin motivo real para ello, el abuso sobre aquellos que todavía tienen la educación de ceder el paso, bueno ese abuso también lo hacen las patrullas y uno que otro de la PGR. Algunos otros casos, el cobro excesivo de cuotas sobre el servicio otorgado, los casos los conocemos de primera mano, pero bueno, que sistema es perfecto, si la perfección es una idea que alguien vendió y muchos más compraron – o compramos.

La campaña entonces es agresiva, en la radio, la tv y en espectaculares, al igual que vallas publicitarias, agresiva por presentar imágenes en situaciones extremas, que si bien pueden no distar de la realidad mexicana, recordando servicios médicos en zonas suburbanas, marginadas, indígenas o en el campo, donde a veces el mejor recurso es la herbolaria, que con conocimiento puede ayudarnos más que la medicina alópata, sino pregunten en la Universidad de Chapingo. Veremos si resulta efectiva esta colecta, Mmmm quizás ya aprendieron a reproducir las estrategias del Teletón.

La valla muestra una sala de hospital destruida, aparentemente tras un bombardeo, las camas del siglo pasado, pero eso sí en un día soleado, impactan al espectador, una escena que da escalofríos si estuviese uno enfermo, pariente o amigo, más no si se cae en la tentación de recordar alguna película favorita, así es el negocio del espectáculo.

La identificación de la Cruz Roja, ¿Y A LA CRUZ ROJA QUIÉN LE AYUDA?, desgastada la identificación señala el periodo de la colecta, y pequeño recipiente para recibir la colaboración, cabría recordar de dónde se inyectan recursos, no existe todavía un ente no humano que colabore con las causas humanitarias a menos que se crea que la Matriz si tiene un papel importante en la procuración de la existencia sana y en potencia de las pilas de duracell.

La cooperación se indica de forma “subliminal”, un billete de cien pesos, acaso ¿se cree que se puede inducir la cooperación voluntaria pasando por encima de la realidad de los mexicanos?, ¡vaya! En estos tiempos cualquier cooperación es valiosa, y no se piense que los mexicanos somos codos, sólo dedique un minuto a recordar la iniciativa de los mexicanos para ayudar a los que estaban en desgracia en el temblor de 1985; claro que después de algunas semanas tras una irregular administración de las ayudas internacionales se podía comprar hasta mantequilla holandesa; y si queremos ir más allá pregúntele a los encargados de las aduanas mexicanas – con fuerte relación con el ejército - que permiten la entrada de productos chinos que van destruyendo la única alternativa de la mayoría de los mexicanos, la economía informal.

Creo que si en un principio los teóricos e investigadores no habían podido conceptualizar terrorismo el reto ahora es aún mayor, pues sus manifestaciones no son exclusivas de “seres irracionales”, de “orientales ignorantes de la democracia”, o de “machistas que violan a sus mujeres”, no solamente ellos son terroristas, ellos también usan corbata y traje de los mejores diseñadores, representando a millones de seres humanos, alcohólicos, adictos, sádicos y más, que si bien los identificamos como los terroristas de cuello blanco, son producto de los desencantos actuales y son muestra de los retos que tenemos antes de que el Universo se canse de seres humanos que pierden la memoria, preocupante que son cada vez menos los ejercicios de memoria social para renovarla.

La tarea sigue quizás aquellos de vestimenta blanca con una cruz roja y sonríen a medias como espejo del Otro y de todos (por si queda alguna duda). Quizás hubieran podido rescatar en su campaña – con ayuda de gente inteligente y sensible - esa capacidad de ayudar a los demás sin necesidad de incrementar el porcentaje de impactos publicitarios que día a día construyen el paisaje publicitario, recordemos la clásica novela de los Hijos de Sánchez que retrata las redes de sobrevivencia de los mexicanos, los valores y las buenas acciones persisten, subsisten – siendo efectiva la comunicación cara a cara -, y prueba tangible de ello es que millones de mexicanos vivan aún en condiciones que todos conocemos.


Mtra. Enriqueta Rivera
Catedrática del ITESM, Campus Estado de México y de la UNAM, México

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