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Por Enriqueta
Rivera
Número
44
¿Cómplice
de la mediocridad y la autocomplacencia?
...Never de limón de never
(traducción: nunca de los nuncas)
Enriqueta Rivera
Después
de un atraso en la entrega de la columna de este
mes, puedo decirles que en México, se
han vivido y se siguen viviendo hechos contundentes
para nuestro presente y futuro, que hacen de
una idea u otra obsoleta de manera inmediata,
pues la realidad siempre rebasa “la pluma”.
Pero quisiera compartir algunas reflexiones sobre
la sociedad civil de nuestro país:
- Cada persona
forma su opinión sobre los hechos platicando
cotidianamente con su vecino, con el profesor,
con la cuñada, con la hija.
- Si bien los
medios masivos de comunicación pueden
difundir una información con una postura
ideológica asumida, no desaparece la
posibilidad de discusión entre las personas.
- Recordemos
como los jóvenes en el 68 se reunían
a comentar, en las calles, en el pasto, con
adultos, con jóvenes, con niños.
- Cuando en
el terremoto de 1985, los ciudadanos unieron
sus fuerzas con un alto grado organización.
- Recuerdo
las escenas de los campesinos, que en tragedias
naturales son capaces de apoyarse unos a otros
para salir adelante.
- También
cuando al bajarse de un microbús una
mujer casi se cae, pero es salvada por un hombre
sencillo, del piel morena, que aún entre
el alcohol dijo cuidado señorita,
tenga cuidado.
- Tengo presente
cuando el chofer del camión dijo que
tenga buen día, provocando en la otra
persona esa misma reacción del buen día.
- Recuerdo
al vecino que en una situación de emergencia
ayudó a otro vecino a conseguir una ambulancia.
- Recuerdo
una mujer sencilla que hace comida para estudiantes,
y que con amor comparte el menú del día,
estudiantes mexicanos y de otros países,
que ven en la comida más que un alimento
al cuerpo.
- Tengo presente
la indignación de periodistas ante las
injusticias de destruir una radio comunitaria
que ha sido aprovechada por la comunidad misma
de acuerdo a sus necesidades y no las impuestas.
- Recuerdo
la tristeza en los ojos de las personas que
caminaban donde habían caído edificios
y muerto muchas personas tras el temblor del
85.
- Recuerdo
que alguien comentó la anécdota,
de una mujer que tras la destrucción
por la Naturaleza de todo su pueblo, infringió
una cachetada a un gobernador que aún
viendo la tragedia decidía no determinar
que era una zona de desastre para no aplicar
el presupuesto correspondiente.
- Recuerdo
a Rosario Ibarra con la fuerza de sus manos
y de su voz, y con ella muchas mujeres más
que con el dolor de perder a sus hijos siguen
luchando por sus hijos desaparecidos, y ayudando
a evitar que esto se repita.
- Recuerdo
a aquel civil que se bajo de su coche para organizar
el tráfico y así deshacer el nudo.
- Al dueño
de la tiendita que apoya a una persona que ha
sido robada.
- ...y así
muchas historias más que seguramente
usted también puede recordar y recrear.
Este es el México
que yo veo, el cotidiano, de rostro humano, de
corazón sensible, con capacidad de organización
más allá de lo que las instituciones
creadas para gobernar desearían; es por
eso que se construyen espejos que sólo
reflejan una parte de mi pueblo al cual pertenezco,
porque el pueblo mexicano somos todos sin importar
el color de piel o la cuenta en el banco.
Este México
que aún ciertas instancias gubernamentales
suponen que no tiene criterio, que no sabe lo
que “le conviene”. Somos nosotros
los que decidimos confirmar o no esas imágenes
distorsionadas lo que somos para el beneficio
de unos cuantos. El México que retrata
la Secretaría de Gobernación donde
los mexicanos se roban la luz u objetos del supermercado,
no somos nosotros...son ellos que con cuellos
blancos roban no un dulce, no la luz, sino millones
de dólares cada año sin importar
el partido al que pertenezcan, los que siguen
intentando robar la capacidad de acción
que tenemos como ciudadanos, como sociedad civil,
los que con los años han provocando y
siguen provocando la miseria de millones de mexicanos.
A pesar de que han intentado una y otra vez destruir,
seguimos aquí, sólo es necesario
trabajar aún más intensamente por
lo que queremos ser, por el desarrollo armónico
y continuo de cada uno de nosotros, necesitamos
trabajar en diferentes frentes, personas y acciones.
Por último,
recuerdo la historia que me contaron de una pulga,
cuya naturaleza es saltar, salta y salta, pero
alguien le pone un techo a esta pulga y cada
vez que saltaba el techo iba bajando más
y más hasta que la pulga aprende que ella
no puede saltar. La pulga podemos ser nosotros
con una naturaleza de pasión por lo que
somos, hacemos y creemos, pero en este ejercicio
de la pasión, generación tras generación
se ha desvirtuado tal cualidad, de forma que
ahora las personas que viven con pasión,
creyendo y trabajando por escenarios amorosamente
alternativos son vistos y señalados como
disfuncionales, como negativos, como improductivos,
antipolíticos, como virus que debe ser
atacado hasta su desaparición, la lista
es muy larga, indígenas, campesinos, mujeres
trabajadoras (en casa o fuera de ella), obreros,
empleados, y muchos más...Como especie
tenemos muchas alternativas, sensibilidad, raciocinio
y capacidad de acción más allá
de lo inmediato, no lo olvidemos, con y a pesar
de la Matriz.
Mtra.
Enriqueta Rivera
Catedrática del
ITESM, Campus Estado de México y
de la UNAM, México. |