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Por Enriqueta Rivera
Número
48
En
estos tiempos electorales en México, se
observan un finito número de eventos dentro
de las dimensiones política, social, cultural,
mercadológica, antropológica por
mencionar sólo algunas. En ellas, parece
fundamental reflexionar sobre el concepto de
ciudadano que se tiene, que tenemos y que nos
muestran las instituciones políticas gubernamentales,
civiles y de partidos políticos.
El primero aspecto
a analizar, es la situación de los exorbitantes
gastos en campañas políticas que
han realizado desde candidatos a gobernador del
Estado de México, pasando por las elecciones
a presidente municipal hasta las pre-campañas
y campañas a presidente de la República.
Gastos investigados por periodistas y las contrapartes
de cada partido, y resulta que a pesar de que
se ha demostrado que son capaces de gastar mucho
más presupuesto que el dedicado a las
necesidades sociales del país, los órganos
rectores de los procesos electorales en México,
no ha detenido de forma contundente, real y legítima
los gastos de los partidos, pues a “todos
conviene tener tanto dinero para gastar”.
Así es
posible, escuchar a especialistas y asesores
en el campo de la mercadotecnia y la publicidad,
orientando las estrategias para alcanzar un posicionamiento
significativo del candidato y en el momento justo
contar con el voto ciudadano. Lo que llama la
atención es que, siendo
los especialistas quienes han afirmado que la
saturación de información en los
medios de comunicación masivos y alternativos,
convierte al candidato en parte del paisaje urbano
y no cuenta con la atención de quien se
supone es el objetivo del a campaña: el
ciudadano... a pesar de ello,
no detienen el gasto excesivo de los candidatos
y precandidatos; pensaba que si la moral y el
marco legal no detenía esos gastos irracionales
quizás los especialistas lograrían
detener esta conducta inaceptable de los partidos
políticos, pero no es así. Pareciera
entonces que no importa saturar a los ciudadanos,
lo importante es gastar el presupuesto, es más,
y si se cansa el ciudadano de tanto anuncio mucho
mejor pues así no se acercará a
las casillas para votar y con el abstencionismo
se alcanzaría, ahora sí, los resultados
esperados por algún partido y grupo de
poder en el país.
Herbert Bayer.- Eisamer Grobstädter,
1932.
Las manos cortadas
del artista, las manos videntes del artista
sin cuerpo, las manos del artista que trabaja
en una ciudad imaginaria, son también
manos petitorias, implorantes, que solicitan
ayuda para salir de una modernidad fantasmal
y recuperar un cuerpo desdeñado y extrañado.
Y amuletos que pueden proteger de las nuevas
visiones, los palos de ciego, los aojos y los
demás males del ojo1.
La racionalidad
científica pierde sentido cuando se trata
de consolidarse o buscar el poder, el alcance
de los objetivos no importa los medios que se
utilicen para ello es lo imprescindible y las
“buenas costumbres” se instituyen
de nueva cuenta de acuerdo a las necesidades
de ciertos partidos políticos, y en ocasiones
ni de ellos, sino de ciertos grupos de poder.
La misma ley abriga acciones que van en contra
de la calidad de vida de millones de mexicanos,
mexicanos que debemos votar en las próximas
elecciones por el partido que usted considere
la mejor alternativa, pues de otra forma,
seguiremos siendo cómplices de acciones
y consecuencias que atentan contra nosotros mismos
como ciudadanos y seres humanos.
Y aquí
otro punto importante, somos co-responsables
de las situaciones que se están
viviendo en materia electoral, democrática
y de Vida; esto es, no es sólo decir que
los candidatos no corresponden a las concepciones
y acciones que sean de beneficio para “todos”,
o que se debió hacer esto o aquello, sino
que hay que asumir responsabilidades y actuar
en consecuencia, quizás de esta forma
en algunas décadas podremos o podrán
verse algunos avances en estas áreas prioritarias
del país.
Si en una convivencia
cotidiana, profesional, académica o de
toma de decisiones se estuviera en desacuerdo
en algún aspecto, es fundamental exponerlo,
argumentarlo, dejarse escuchar e ir generando
o fortaleciendo un proceso histórico que
delinee escenarios equitativos en los grupos
sociales que componemos a México;
porque si dejamos pasar suponiendo 'que
todo está bien', o 'para qué pregunto
o expongo mi punto de vista si ya sé lo
que me van a decir', 'si pregunto me van a ver
feo', 'si nadie habla, ¿por qué
yo sí?', 'mejor ni preguntamos, ni hablamos
porque de todas formas no pasa nada”, seguiremos
entonces 'haciendo más grande
el abismo que ya existe entre lo que se dice
y se hace, entre lo prometido y lo requerido,
entre la sobrevivencia y el vivir.
El problema
no es sólo que los sistemas y
actores involucrados en el proceso democrático
del país consideren que el ciudadano es
sólo un medio para realizar satisfactoriamente
los objetivos, sino que nosotros
como ciudadanos nos borremos en
escenario político sin importar el lugar
en donde desempeñemos realizando nuestras
actividades, porque lo político como lo
público es lo pertinente a todos, aunque
las acciones políticas digan lo contrario.
Notas:
1
Versión
digital del proyecto Archivo FX de Pedro G. Romero.
<http://www.fxysudoble.org/cron/26072001/07_b.htm>
Mtra.
Enriqueta Rivera
Catedrática del
ITESM, Campus Estado de México y
de la UNAM, México. |