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Por Irma Osnaya
Número 33
La
educación ordena diversas cualidades: perfecciona al hombre.
Lo acaba, o lo cumple; siendo la educación el proceso de
perfeccionamiento del sujeto y mientras exista este proceso habrá
educación, por lo que se dice que hay educación porque
hay perfectibilidad, esta perfectibilidad exige realización.
La educación es una variante del desarrollo lógico
de la idea de que el hombre es contingente, imperfecto, inacabado
y que por lo tanto debe completarse, acabarse. La educación
es un acabamiento, por lo que la educación no debe ser sólo
de un tipo pues se requiere de cada uno de los momentos por los
que ha pasado la educación para hacer con ellos una educación
integral, no solamente liberal, o social ni aristócrata,
ni demócrata, así como idealista, o realista, ni de
tradición y mucho menos modernista.
Así
la educación es igual a desarrollo del hombre, es de su esencia,
es de su naturaleza, y toda la educación dependerá
de lo que se entiende por naturaleza humana.
Así
se tiene que si la educación es liberal, su base es individualista,
supone libertad ante todo, neutralidad, no interferencia, soluciones
dejadas al azar o al tiempo, supone que todo, aún lo no previsto
se equilibra por sí, sucede, o sea racionalmente, por lo
que no hay valores o principios básicos , pues el único
valor es la libertad. La realidad social es racional, las fuerzas
se oponen y equilibran mutuamente porque hay razón organizadora
de los hechos de ahí la libre competencia, el desarrollo
natural de formas y técnicas más complejas, el progreso
como inmanente a la vida humana. Pero lo que se tiene con este modelo
es una sociedad de competencia en la que los valores no existen.
Así se tiene que la competencia libre y el ajuste individual
son características del modelo liberal de la educación.
La
educación debe dar a los individuos un interés personal
en las relaciones sociales, la posibilidad de participación
en los intereses de la sociedad, en condiciones iguales, la posibilidad
de compartir intereses comunes sólo está dada por
la igualdad de oportunidad, para tener un gran número de
valores en común, todos los miembros del grupo deben poseer
una oportunidad equitativa para recibir y tomar de los demás;
ha de brindar la máxima posibilidad de participación
y el mayor número de interese ya que no hay individuos predeterminados
para cierto sector de intereses, pero precisamente como existe una
diversidad de interese personales, es difícil que la educación
sea meramente social.
A
la educación le atañe la formación y el bienestar
de las personas y de manera explícita, busca el desarrollo
integral del individuo para un ejercicio pleno de las capacidades
humanas. Para conseguir este fin se necesitan sólidos cimientos
sobre los cuales basar las decisiones y comportamientos, de modo
que éstos correspondan con los postulados legales. Tales
cimientos son los Valores y las Actitudes.
Los
valores constituyen la base de las actitudes y las conductas externas;
son los cimientos de una educación encaminada a lograr un
desarrollo humano integral que busca formar al hombre y preparar
al profesionista, pero además se necesita desarrollar y profundizar
una serie de valores y actitudes que permitan a este profesionista
normar un criterio sobre los problemas del mundo actual a fin de
que pueda participar de manera coherente y propositiva en su solución.
A
manera de conclusión se puede decir que la educación
es el proceso o conjunto de actos, por los que un grupo social o
institución se constituye en un ambiente suscitador de experiencias
en los sujetos, quienes al liberar tendencias activas o potencialidades,
las transforman en disposiciones de conducta y se convierten en
miembros, según el modelo de valores, de esa sociedad o institución,
es por eso que independientemente del momento por el cual pase la
educación se requiere que esta sea integral, que tome del
modelo liberal la intelección y el desarrollo reflexivo,
del modelo social, considere la lucha de clases, pero sobre todo
que considere los valores de tolerancia, respeto, dignidad y honestidad
base primordial de cualquier modelo educativo.
Referencias:
Branden,
Nathaniel; El respeto hacia uno mismo, Barcelona, 1990, Paidós
Cirigliano, Gustavo, Filosofía de la Educación,
Buenos Aires, editorial Humanitas
García, Salord, Susana, Normas y valores en el Salón
de clases, México 1992 FCE
Mtra. Irma Osnaya S.
Profesora de Cátedra ESRI |