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Septiembre 2003

 

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Filosofía, Cultura y Sociedad

La Banalidad como Discurso

 

Por Martha García
Número 34

Mucha tinta ha sido usada por críticos, políticos y hasta caricaturistas para referirse a las desafortunadas apreciaciones del secretario de economía Fernando Canales sobre la difícil situación por la que pasa el empleo en el país. Lamentablemente, detrás de tales afirmaciones se presenta una visión de país de los actuales gobernantes y no se debe perder de vista que en realidad tal afirmación sólo forma parte de un conjunto de "recomendaciones" que se hacen para superar la actual crisis económica.

Ante la sociedad se presenta una autoridad que desconoce la problemática del empleo, y por lo mismo es incapaz de presentar un diagnóstico correcto y soluciones factibles. Las fuertes restricciones en el modelo económico vigente hacen inviable las propuestas gubernamentales sin olvidar que aún siguen pendientes los grandes cambios estructurales que hagan viable en el futuro a México.

Una política basada en el apoyo a unidades empresariales muy pequeñas, llamadas "changarros" en el contexto actual sólo contribuye a la sobreviviencia de millones de mexicanos pero no representa una estrategia de desarrollo consistente de largo plazo, querer comparar el éxito de las pequeñas y medianas empresas en Italia y Australia por ejemplo, con el caso mexicano sólo ejemplifica la ignorancia sobre esos dos casos particulares de gestión y desarrollo.

En México el problema va más allá del discurso y la recomendación fácil, en el país las carencias educativas constituyen el freno a cualquier estrategia de desarrollo, es imposible pensar en alcanzar niveles mínimos de bienestar si nuestra fuerza laboral no tiene mecanismos para enfrentar un modelo económico que lo segrega y excluye. En México el 75 % del mercado laboral no ha completado la educación media superior, el 50 % de los jóvenes entre 15 y 19 años no cursan ningún nivel educativo, y aproximadamente 32.5 millones de mexicanos no han concluido su enseñanza básica2.

Asumir que la gran cantidad de desempleados generados en lo que va del sexenio son potenciales "emprendedores" significa creer que las personas que son despedidas cuentan con capital, financiamiento, asesoría, capacidad de gestión, y sobretodo cuentan con un mercado potencial capaz de absorber las ventas de este nuevo estrato económico. Ante la ceguera o ignorancia sobre cuales deben ser las grandes fuerzas que impulsen el desarrollo del país prácticamente se confía en el sector terciario de la economía para jalar al resto de la sociedad, se ignora que no existe ningún país en el mundo que se haya desarrollado en base a la reventa comercial y el comercio minorista.

La situación se torna preocupante porqué vamos a la mitad del sexenio que prometió el cambio, atrás quedaron las promesas del 7 % de crecimiento del PIB (llevamos acumulado no más del 2%).

El modelo sigue siendo viable en términos macroeconómicos, e incongruente en términos microeconómicos, vivimos con una economía estabilizada pero que definitivamente no genera empleo y por lo mismo no crece, se ha formado un círculo en donde los precios no suben, pero esto se debe a la falta de consumo o al gran volumen de importaciones que presiona los precios a la baja.

Ante la falta de una política integral de apoyo a la pequeña empresa, y la carencia de medidas efectivas contra el contrabando y la informalidad, la política "changarrera" sólo contribuye a la comercialización de productos que son competencia de la economía formal y así cerramos otro circulo vicioso de estancamiento de la economía.

En ese sentido, observamos a representantes de un gobierno que pretende dirigir la economía, la sociedad, la política en base a discursos, a los problemas de marginación indígena se les daba sólo 15 minutos para solucionarlos, a las personas carentes de información se les congratulaba por no leer los diarios, y ahora a las personas que sufren el drama del desempleo se les invita a formar parte del exclusivo club de emprendedores del país. Si toda esta serie de errores de conducción política y económica sólo sirviera como material de trabajo de los caricaturistas diríamos que la banalidad cumple su fin, sin embargo, la solución del problema fundamental se sigue posponiendo y la carencia que se observa en cada familia se traduce en indiferencia y coraje (el mensaje de las últimas elecciones legislativas ha sido claro) ante las declaraciones de funcionarios de primer nivel del gobierno que se dijo llamarse del cambio.


Notas:

2Indicadores Educativos del INEGI y proyecciones de la matricula educativa del Conapo


Martha García Damián
Profesora del Departamento de Estudios Sociales y Relaciones IInternacionales

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