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Mayo 2002

 

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In-mediata

Lo bueno, lo malo y lo redondo

 
Por Leonardo Peralta
Número 26

Los días de nuestra vida son redondos. Del mismo modo nuestros deseos y ambiciones tienen la forma de un esférico y los problemas que atormentan al mundo se pueden resolver en un espacio verde marcado por las dos porterías. El fútbol soccer toma por asalto al mundo y todos (querrámoslo o no) estamos en el ojo del huracán llamado Mundial de Fútbol 2002 Corea Japón.

Los medios de comunicación de todo el mundo llevan semanas diseccionando todos los aspectos referentes a dicho juego. El sitio oficial del mundial 2002 <http://fifaworldcup.yahoo.com/> nos habla de que habrá una audiencia para todos los partidos de más de 30 000 millones de espectadores (más de 5 veces la población total del planeta). Los eventos deportivos trasmitidos por televisión se han convertido en asambleas mundiales donde representantes de todo el mundo se encargan de dirimir sus diferencias a través de la práctica de diversos deportes (las Olimpíadas o las Macabíadas) o de una sola disciplina (campeonatos mundiales de rugby, cricket o soccer).

Sin embargo, el hecho de que miles de millones de personas estén pendientes de los movimientos del esférico de 450 gr de peso no garantiza la resolución de los problemas del mundo. De hecho hasta puede crear nuevos y terribles problemas. El gran maestro del periodismo Ryszard Kapuscinski narra en su libro "La guerra del fútbol y otros reportajes" (Anagrama, 1992) los hechos ocurridos el 8 de junio de 1969, donde un partido eliminatorio entre Honduras y El Salvador por un lugar en el Mundial de 1970 devino en un conflicto armado de 100 horas de duración entre las dos naciones y la invasión de Honduras por parte del ejército salvadoreño.

"Seis mil muertos, veinte mil heridos. Alrededor de cincuenta mil personas perdieron sus casas y sus tierras. Muchas aldeas fueron arrasadas" (Kapuscinski, 1992, p 213).

Y todo por el fútbol
Las implicaciones del soccer, especialmente en años de mundial desbordan ampliamente las fronteras de un evento deportivo. La política, la economía y las sociedades del mundo quedan trastocadas por el soccer, cada nación que acude a la justa mundialista no solamente se juega el honor de una nación; millones de dólares o euros se encuentran en juego debido a las altas inversiones que empresas de todo tipo (desde refresqueras hasta empresas de telecomunicaciones) invierten en patrocinar dichos equipos, por no meencionar los patrocinios millonarios que empresas como Nike, Puma, Fila y Adidas hacen de algunos jugadores.

Y no podemos dejar de mencionar a la herramienta que hace todo este fenómeno posible: la televisión. A partir de la Copa Mundial de Alemania en 1974, cuando iniciaron las trasmisiones de los partidos vía satélite, empresas de medios en todo el mundo se encontraron en el umbral de un negocio que ahora mueve miles de millones de dólares. La empresa que tiene los derechos de trasmisión para este y el siguiente evento mundialista: la alemana Kirch Media, pagó un total de 400 millones de dólares por la exclusividad de trasmisión; precio que la llevó recientemente a la quiebra.

Los medios de cada nación que acude al Mundial se saturan de trasmisiones especiales, suplementos conmemorativos y productos noticiosos acordes con la ocasión: entrevistas, reportajes, notas informativas a cada momento e interrupciones de las trasmisiones normales para enterar al público de los últimos acontecimientos relacionados con el equipo nacional, como es el caso de nuestro país donde las dos cadenas televisivas llevarán al Lejano Oriente un staff que no baja de 50 personas para producir horas y horas de programación especial… cuando paradójicamente no podrán trasmitir la totalidad de los partidos.

Los medios de comunicación no hacen nada malo al concentrar sus energías por un mes en el soccer. La distracción que ofrece el deporte siempre es bienvenida, aunque siempre queda la duda de lo que queda luego de tantos días de euforia circular: kilos y kilos de botellas tiradas, bolsas de botanas vacías y el alma de muchos pueblos entristecida por no haberse llevado la Copa del Mundo 2002.

Y todo por el fútbol.


Fuentes:

Kapuscinsky, R., La guerra del fútbol y otros reportajes., Ed. Angrama., 1a Ed., España., 1992.


Lic. Leonardo Peralta
Escritor y socio director de la agencia Alebrije Comunicación.

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