Por Leonardo Peralta
Número 34
Las digitalización
de la industria fonográfica acaecida a inicios de la década
de 1990 tuvo consecuencias inesperadas cuando la tecnología
hizo posible que las computadoras caseras pudieran "succionar"
la música localizada dentro de los CD's y almacenarla en
disco duro con el fin de escucharla en otro momento. Sin embargo,
el fenómeno que realmente ha puesto a la industria de la
música en un estado semicomatoso ha sido, más que
nada, la piratería profesional que se ha expandido al punto
que en países como Taiwan, Rusia y México, la cantidad
de fonogramas (y videogramas) comercializados a través del
mercado negro superan los vendidos por los canales tradicionales
(supermercados, tiendas especializadas, librerías, etc.)
En todos estos casos la reacción
de los organismos que defienden los intereses de las casas productoras
(la RIAA en los Estados Unidos) recurren invariablemente a un enfoque
punitivo dirigido a castigar a quienes producen discos piratas y
a la destrucción de la mercancía. Esto junto con campañas
publicitarias en las que se pretende concientizar al público
acerca del daño que la piratería causa ea los artistas.
Sin embargo, esta política
de acción no ha podido hacer mella en la floreciente industria
del disco pirata y (tal como sucede en el combate a las drogas ilegales)
apenas se apagan los reflectores de los últimos decomisos
para que los proveedores vuelvan a la carga con nuevos envíos
de mercancía que inundan (literalmente) al país. Pero
hete aquí que los encargados de la protección a la
propiedad intelectual quizá han pasado por alto algunos detalles
inherentes de la cultura mexicana que deberían tomar en cuenta
antes de cargar contra la siguiente bodega de CD's piratas.
1.- El diferencial económico:
el hecho de que los discos vendidos en nuestro país tengan
costos equivalentes (e incluso superiores) a los precios de países
desarrollados es un elemento que se suele obviar a la hora de comprender
por qué la gente ni siquiera se anima a considerar la compra
de un CD legítimo como primera opción. Para comprobarlo
muestro una tabla comparativa de precios del último álbum
de la banda Metallica, Saint Anger en tiendas de los Estados Unidos
y de México:
Nombre
de la tienda
|
País
|
Precio
|
Amazon.com |
Estados Unidos |
$ 13.49 USD |
TowerRecords USA |
Estados Unidos |
$ 13.00 USD |
Mixup.com |
México |
$ 23.19 USD * |
El Palacio de Hierro |
México |
$ 17.80 USD * |
* Precios calculados en USD a un
tipo de cambio de $ 10.65 pesos por dólar
Haciendo una rápida consulta
al índice de salarios mínimos vigentes en el Distrito
Federal (los más altos del país) encontramos que el
salario mínimo vigente es de $ 4.09 USD al día1,
por lo que el disco Saint Anger de Metallica cuesta 5.66 días
de salario mínimo mexicano si lo compramos a través
de Mixup.com, y de 4.35 días de salario mínimo si
lo compramos en El Palacio de Hierro. A este respecto puede decirse
que no es problema de las disqueras que los salarios sean tan bajos,
pero tampoco podemos decir que es culpa de los consumidores que
exista una opción más barata, cosa muy natural en
cualquier economía de mercado (aún cuado esta opción
violente disposiciones legales de todo tipo).
Los Canales de Distribución
Desconozco los mecanismos de distribución empleados por la
industria del fonograma y del videograma para hacerle llegar sus
productos al público consumidor. Sin embargo, es un hecho
que si el material requerido no pertenece a los éxitos del
momento, comienzan los problemas para dar con el material en su
versión original.
En mi experiencia personal, cuando
quise comprar el DVD de Animatrix con el fin de analizarlo (ver
artículo mes de julio), me encontré conque a dos semanas
de su introducción al país, se había agotado
en todas las tiendas de discos, librerías y tiendas departamentales
de la Ciudad de México, siendo la mayor agravante que nadie
supo informarme cuando llegaría un nuevo embarque (y en esto
incluyo tiendas especializadas en discos, donde solamente atinaron
a decirme que vendría un nuevo cargamento en un punto no
determinado de los próximos meses).
Esto sin considerar que en buena
parte del país los discos no solamente llegan tarde, mejor
dicho, no llegan siquiera.
La Cultura del Mercado Negro
Pese a que, gracias a los tratados de libre comercio suscritos por
México tenemos acceso a productos provenientes de todo el
mundo, este país padeció desde tiempos inmemoriales
de un bloqueo hacia los artículos provenientes del exterior
e, incluso de otras regiones del país. Impuestos como las
alcabalas (impuestos a las mercancías que cruzaban de un
estado a otro) estimularon la creación de amplias y sólidas
redes de contrabando que se han perfeccionado a lo largo de la historia
del país.
Por otro lado, el crecimiento desmesurado
del ambulantaje ha provisto a los piratas de un amplísimo
canal de distribución minorista que llega a todas partes
del país e inclusive (al ser los ambulantes consecuencia
del pobre desempeño de la economía nacional) se convierten
en una salida al desempleo creciente en el país, por lo que
las autoridades se muestran poco dispuestas a atacar este canal
de distribución, por temor a desatar inconformidades sociales
apenas contenidas.
Sobre este particular podemos concluir
que la piratería es la taratanieta de prácticas de
mercado negro establecidas hace ya varios siglos, por lo que su
erradicación será tan difícil como barrer con
otras prácticas enraizadas en nuestra sociedad como la corrupción
y la impunidad.
Los Valores Mexicano:
El Instituto de Investigaciones
Sociales de la UNAM realizó en 19962
un estudio acerca de lo que los mexicanos pensábamos acerca
de un cúmulo de elementos referentes a nuestra identidad.
Una de estas preguntas decía: ¿Usted cree que el pueblo
debe obedecer siempre las leyes, cambiarlas si no le parecen o desobedecerla
si la consideran injusta? El 36% opinó que la ley debería
obedecerse siempre, el 29% dijo que habría que cambiar la
ley si no le parecía y un 29% dijo que el pueblo puede desobedecer
la ley si la considera injusta (el 6% no contestó).
Así pues, tenemos que el
58% de la población encuestada no siente que el orden legal
sea en modo alguno mandatorio, por lo que puede ser violado sin
grandes remordimientos de conciencia. Los esfuerzos por concientizar
a los ciudadanos sobre la inconveniencia de adquirir artículos
piratas son semillas que caen en tierra árida y auguran que
el mercado de mostrará impermeable a los argumentos expresados
por los empresarios del disco. Esto sin mencionar que esta debilidad
en la aplicación de la ley es una puerta abierta para que
la corrupción degrade los esfuerzos por poner orden en el
caótico panorama de la piratería.
Conclusión
Podemos concluir que la piratería ha encontrado en nuestro
país un terreno fértil caracterizdo por una economía
donde bienes culturales como los discos y DVD's (sin mencionar otros
bienes víctimas de la piratería) poseen precios prohibitivos
para la mayor parte de los mexicanos, una frágil red de distribución
de artículos legales, una infraestructura de negocio de la
piratería bien establecida y pulida a lo largo no de décadas,
sino de siglos de labor clandestina; así como una población
que no siente conflicto alguno al comprar artículos piratas,
sino que los ve más bien como un remedio barato a la necesidad
de poseer artículos que satisfagan las capas superiores de
la célebre pirámide de Maslow.
Es evidente que la erradicación
de la piratería requiere se ratacada por el frente legal
(ni duda cabe), pero también es necesario una visión
de amplio rango que permita que la piratería se acabe por
un método más natural y deseable para todos: el fin
de la piratería por simple ausencia de demanda.
Notas:
1
El salario mínimo se calculó en base al salario mínimo
general vigente en la zona A de la República Mexicana y se
dividió entre un factor de 10.65 que fue la cotización
del dólar al día 31 de julio de 2003
2 BELTRÁN, Ulises; CASTAÑOS,
Fernando et al., Los mexicanos de los noventa., Instituto
de Investigaciones Sociales, UNAM., 1996., 208 p.
Lic.
Leonardo Peralta
Colaborador del Grupo
Editorial Expansión y socio de la consultora Alebrije
Comunicación |