Por Leonardo Peralta
Número 33
En primera plana
El periodismo en los Estados Unidos vive una de sus horas más
críticas: luego de la polémica cobertura de los medios
norteamericanos durante la Segunda Guerra del Golfo; donde fueron
acusados de servir a los intereses del Pentágono a través
de una cobertura parcial; ahora un escándalo en uno de los
diarios más importantes y serios de los Estados Unidos agrava
los cuestionamientos referentes a la práctica del periodismo
en la era de las tecnologías de la información.
El 11 de mayo de 2003 el diario
The New York Times publica en su primera plana una nota donde informaba
que uno de sus periodistas asignados al área de asuntos nacionales,
Jayson Blair, había cometido severos errores de veracidad,
invención de entrevistas y plagio en más de 70 notas
aparecidas en diversas secciones del periódico desde el mes
de junio de 1998, cuando entró a trabajar en ese periódico
<http://partners.nytimes.com/ref/national/BLAIR-ARCHIVE.html>.
Las notas pervertidas abarcaban
eventos tan diversos como las fechorías del francotirador
de Washington, notas sobre partidos de hockey en la liga NHL y como
notas referentes a las consecuencias de la Segunda Guerra del Golfo
en la gente de los Estados Unidos, especialmente lo referente a
la recuperación de un soldado herido durante los combates
en Irak, que sería el tiro de gracia en su carrera como periodista
para el New York Times.
Estas notas contenían irregularidades
que iban del plagio del trabajo de otros periodistas pasando por
la alteración de situaciones en base a fotografías,
sin contar la invención de entrevistas que jamás se
llevaron a cabo; todos ellos pecados capitales en el ejercicio periodístico,
mismos que son señalados desde la universidad o colegio de
periodismo.
Lo realmente escandaloso fue que
un periodista que recurriera continuamente al engaño hubiera
podido trabajar en uno de los diarios más rigurosos de los
Estados Unidos sin que alguien tomara una acción correctiva.
El editor ejecutivo del diario, Howell Raines, estaba al tanto de
las irregularidades y no tomó alguna decisión hasta
que las irregularidades se volvieron insostenibles y el caso explotó
en la primera plana del diario un buen día de mayo.
El método
Todo indica que Jayson Blair creó una metodología
de trabajo que le permitía engañar sistemáticamente
a sus editores haciéndoles creer que se encontraba en asignaciones
mientras en realidad permanecía en Nueva York redactando
sus notas tranquilamente. Sin embargo, la tecnología que
le dió las herramientas necesarias para escabullirse de su
trabajo:
- Utilizando un teléfono
celular daba la impresión de estar trabajando fuera de
la ciudad.
- Una computadora portátil
le permitía estar en su casa al tiempo que aparentaba trabajar
duro en el teatro de los acontecimientos.
- Una conexión a Internet
le permitía mantenerse al tanto de las noticias y así
allegarse de información para crear sus notas a través
de la técnica de "copy&paste".
- En el caso de asignaciones con
fotografía, Jayson llamaba al fotógrafo para informarle
que estaba en camino y que tomara las imágenes sin su prescencia.
El fotógrafo hacía lo que se le pedía y se
retiraba sin que el reportero hiciera su aparición.
Con un ramillete de buenas excusas
y un manejo muy hábil de las relaciones interpersonales dentro
de la mesa de redacción, Jayson pudo pasar como un reportero
responsable y comprometido con la verdad en su trabajo; hasta que
los errores comenzaron a hacerse patentes y algunas personas citadas
en sus notas comenzaron a llamar para informar que no habían
sido entrevistadas por Jayson Blair.
Un asunto de color
La carrera periodística de Jayson Blair inicia en la escuela
preparatoria de su natal Fairfax County, colaborando intensamente
en la redacción del diario escolar y prosigue a lo largo
de sus estudios en las instituciones Liberty University y University
of Maryland. Su trabajo previo en el Boston Globe siempre fue considerado
interesante, aunque su trabajo solía afectarse debido a su
tendencia al consumo de alcohol y narcóticos, así
como a cultivar maliciosamente relaciones amistosas con sus compañeros
de trabajo.
Jayson Blair pertenece al selecto
grupo de ciudadanos norteamericanos beneficiados por los programas
de acción afirmativa creados para beneficiar a personas provenientes
de minorías étnicas como la afroamericana, la latina
y grupos como mujeres y personas discapacitadas. En el entorno laboral,
las iniciativas de acción afirmativa establecen que las empresas
cubran determinadas cuotas de personas provenientes de minorías
con el fin de establecer una equidad en la mezcla racial existente
en las oficinas y factorías.
Su personalidad ambiciosa y su excelente
manejo de las relaciones con la gente que le rodeaba fueron elementos
que le ayudaron a mantener durante años una carrera ascendente
apoyada en información sin confirmar, fuentes anónimas
y notas donde aparecía información proveniente de
otros medios. Por otro lado, pese a que el personal directivo tenía
pruebas de que algo mal andaba con Jason Blair, por fallas en la
comunicación interna y un espíritu de apoyar a una
persona provenientes de minorías étnicas (como lo
narra Hendrik Hertzberg en The New Yorker <http://www.newyorker.com/talk/content/?030526ta_talk_hertzberg>),
se combinaron para darle oportunidades sucesivas de rehabilitación
a un prometedor reportero con problemas emocionales.
A despecho de lo que se conozca
del caso (considerando que el silencio alrededor del asunto dentro
del New York Times ha sido muy significativo), parece ser que la
condición de minoría étnica fue uno de los
elementos que impidieron al cuerpo directivo tomar una acción
radical respecto de los plagios e invenciones contenidas en los
textos de Blair. En los Estados Unidos las cuestiones raciales son
sumamente delicadas y acciones como suspensiones y despidos pueden
ser interpretados como acciones discriminativas.
Sin embargo, más allá
del debate respecto de la pertinencia y los abusos posibles en las
iniciativas de acción afirmativa (uno de los grandes temas
polémicos en los Estados Unidos), el tema relevante para
efectos de esta colaboración es que las tecnologías
de la información pueden ser usadas en demérito del
ejercicio periodístico como ha sido enseñado en escuelas
de periodismo y comunicación desde hace décadas.
Tecnología y periodismo
Es un hecho que los periodistas hemos hecho de Internet una valiosa
herramienta de trabajo para allegarnos de información en
forma rápida y relativamente sencilla, sobre todo a medida
que los flujos de información en la mesa de redacción
se vuelven más rápidos con el fin de ofrecer una competencia
eficiente frente a los medios electrónicos de información
(radio, TV, Internet).
Al mismo tiempo, trabajo periodístico
se ha vuelto más vertiginoso y las exigencias de los editores
crecen, ya que ante el panorama poco alentador en los medios de
comunicación impresos, una cantidad menor de personal tiene
que hacerse cargo de una cantidad mayor de trabajo. En un contexto
así, no debe sorprender que los periodistas hagan de Internet
una herramienta útil en momentos donde la velocidad de trabajo
cumple una función primordial.
Sin embargo, es un hecho también
que el uso intensivo de tecnologías de información
en el desempeño profesional permiten al periodista aprovecharse
dolosamente en una variedad de formas que van del plagio de información
hasta la evasión del trabajo, haciendo el trabajo sin salir
a la calle y ayudándose de Internet para crear notas convincentes
pero falsas.
El abuso de la tecnología
en el ejercicio periodístico es una de las vertientes de
reflexión que se abren a partir de este caso que ha sacudido
el periodismo norteamericano al punto que en otros diarios han iniciado
procesos de revisión del trabajo de sus reporteros con el
fin de hallar posibles actos de trabajo deshonesto.
En cuanto a los valores éticos en el ejercicio profesional,
cabe decir que, lamentablemente la naturaleza humana hará
que este no sea el último caso de ejercicio deshonesto de
la profesión. La ambición de poder, el anhelo de riqueza
y la pereza son elementos que siempre tentarán a los periodistas
para valerse de Internet (y de otros recursos poco claros) como
herramienta para violentar la ética profesional.
Más
información:
Cobertura del caso en la revista
Newsweek
<http://www.msnbc.com/news/914096.asp>
Reporte de las acciones de los directivos
respecto de las fallas de Jayson Blair
<http://editorandpublisher.com/editorandpublisher/headlines/
article_display.jsp?vnu_content_id=1880901>
Análisis de la cuestión
racial en el caso Jayson Blair
<http://www.salon.com/news/feature/2003/05/15/nytimes/index_np.html>
Reacciones en medios norteamericanos
"a posteriori"
<http://editorandpublisher.com/editorandpublisher/headlines/article_display.jsp?
vnu_content_id=1886398>
Lic.
Leonardo Peralta
Colaborador del Grupo
Editorial Expansión y el semanario Cambio.
Escritor y socio de la consultora Alebrije Comunicación |