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Septiembre 2003

 

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In-mediata

Soccer y Globalidad: una Combinación Redonda

 
Por Leonardo Peralta
Número 34

Debo confesar desde este primer momento que no soy fanático del fútbol y que no he tenido el gusto de manchar de sudor una camiseta al corretear un balón en mis años de vida. Sin embargo, también debo decir que muchos de mis amigos sí son adictos a este honorable deporte y, gracias a ellos he podido encontrar información suficiente para armar poderle dar forma y coherencia al presente texto.

Ahora sí, comenzamos.

El fútbol soccer siempre se ha definido como un deporte de localidades. Las rivalidades de los equipos de dos empresas que se enfrentan pueden ser tan intensas como las de dos equipos de primer orden mundial. De hecho, una de las raíces más profundas del soccer se encuentra en el deseo de poner frente a frente las identidades contrapuestas y confrontarlas en la cancha antes que en el campo de batalla.

Así pues, la historia registra equipos locales famosos que devienen verdaderas leyendas populares de esquipos que se vuelven símbolos y emplemas de sus localidades y de determinados barrios, inclusive. En esta lógica el soccer ha sido desde siempre hogar de lo local como fortaleza por defender. Sin embargo, en el inicio del siglo XXI, una revolución de origen mercadotécnico está cambiando paradigmas y está por crear una nueva forma de comprender el deporte en un contexto global.

Desde que en la segunda mitad del siglo XX los movimientos migratorios se convirtieron en una constante que hizo que la vida de millones de personas cambiaran de lugar de residencia y terminaran en ciudades como Londres, Berlín y los Angeles, siguiendo los flujos migratorios establecidos con gran fuerza (económica y bélica) después de la Segunda Guerra Mundial.

Así pues, estas millones de personas que por gusto o por la fuerza de las circunstancias se vieron obligados a cambiar de residencia, se encontraron en tierras extrañas donde, como una de tantas medidas espontáneas para mantener la cohesión cultural, llevaron consigo su idioma, su religión y sus aficiones.. entre las que venían su admiración por el equipo local de soccer que tuvieron que dejar atrás.

Por tal motivo, las aficiones del futbol se movieron de una base local a regiones diferentes del mundo. Así pues, la afición de equipos como el Guadalajará se trasladó a regiones de los Estados Unidos donde la migración los fue llevando. Este es el mismo caso de equipos como el Galatasaray de Turquía donde una parte de la afición se mudó a regiones de Alemania llevados por las fuerzas migratorias y otros de países en vías de desarrollo cuyas aficiones se han mantenido pese a las fuerzas migratorias y al paso del tiempo, convirtiéndose en una suerte de símbolo de identidad diferenciadora en tierras extrañas.

La visión de la FIFA de volver el ejercicio profesional del soccer como una actividad económicamente lucrativa (política impulsada durante los 24 años durante los que fungió como dirigente el brasileño João Havelange) redituó frutos ya que los equipos de soccer dejaron el modelo de clubes deportivos que apoyaban a un equipo para convertirse en consorcios financieros bien organizados; sea como parte de conglomerados empresariales (como el caso del América de México perteneciente a Televisa o el A.C. Milán, propiedad del grupo Finivest del magnate y premier Silvio Berlusconi) o como empresas bien establecidas que inclusive cotizan en bolsas de valores (como el Manchester United, el Lazio o el Ajax, que cotizan en diversas bolsas de valores).

De este modo, la seguna mitad del siglo XX transcurrió bajo la globalización de la afición y la transformación del sistema del soccer profesional en un negocio perfectamente bien establecido y de alcance mundial. Para completar el esquema, la aparición de la televisión como actor de poder en el esquema de negocio del soccer ha sido decisiva para darle a este deporte el flujo de efectivo necesario y el canal de promoción adecuado para la creación de leyendas del soccer, de equipos estrella y, sobre todo, para crear una afición glbal que lo mismo puede sintinizar un partido con dos equipos de soccer españoles o un partido de la liga brasileña.

Así las cosas, un equipo de soccer español (famoso de suyo) ha decidido dar el siguiente paso y convertirse en el primer equipo de soccer de proyección global. El presidente del equipo, Florentino Pérez, ha decidido darle a su equipo una nueva perspectiva, aprovechar las ventajas de la globalización de manera integral y, de paso, acrecentar las ganancias del equipo.

Al crear un equipo "de estrellas", (Zinedine Zidane, David Beckham, Luis Figo, Ronaldo, etc.) cuyos miembros son jugadores cuyos costos de transferencia suelen rebasar el millón de dólares sin problema alguno ha traído consigo contratos de publicidad provenientes de empresas como Siemens Mobile, Adidas, Mahou, Pepsi, Sanitas, Rexona, Elektrolux y Viceroy. Esto sin contar los derechos de transmisión de los partidos de televisión que pueden ascender a varios millones de euros (en conjunto con la empresa española de televisión Sogecable) y los ingresos de promocionales y merchandising a nivel global.

Si bien, con estas estrategias el Real Madrid actúa como cualquier otro equipo de soccer moderno; la fama de los jugadores (se dice que cuando juega el Real Madrid, en la cancha hay 600 millones de dólares), aunado a la visión global de la directiva del equipo, le ha permitido expandir las lealtades del equipo a lugares tan lejanos como China y Japón, al tiempo que establece franquicias de negocio en academias de soccer en países como México, vinculándose con organizaciones como la Universidad Anáhuac y el Grupo Pegaso.


El establecimiento de negocios paralelos como un equipo de baloncesto, su incursión en el automovilismo y la posible creación de un canal de televisión exclusivo para la transmisión de contenidos propios hace que el Real Madrid se perfile más como un conglomerado de entretenimiento de alcance mundial que un simple equipo de soccer representante de una ciudad española.

Lo más interesante es que este proceso corre en paralelo al de equipos en todo el mundo, inclusive en México, donde los equipos están creando canales propios para la distribución de sus contenidos (revistas, principalmente), así como el desarrollo de estrategias de promoción para los aficionados que radican en el extranjero. De hecho, el empresario Jorge Vergara afirma que aplicará para el equipo Guadalajara de soccer las mismas estrategias de alcance global del equipo madrileño.

El soccer, como otras tantas esferas del quehacer humano, cambia de rostro ante un siglo XXI y se aleja cada vez más de aquellos grupos de personas que se reunían para jugar su deporte favorito en un rato libre (la escencia del soccer primitivo), tal y como sucede domingo a domingo en canchas (profesionales e improvisadas) desde el Ecuador hasta las cercanías de los Círculos Polares Artico y Antártico.


Lic. Leonardo Peralta
Colaborador del Grupo Editorial Expansión y socio de la consultora Alebrije Comunicación

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