Por Leonardo
Peralta
Número
47
Luego
de meses de un proceso político altamente
complejo (y no exento de momentos álgidos)
a finales de octubre quedó determinado
el espectro de candidatos principales que contenderán
el 2 de julio de 2006 por la presidencia del
país. A despecho de cualquier circunstancia
inesperada (como ocurrió lamentablemente
en el proceso electoral de 1994 con el asesinato
del candidato del PRI) los candidatos, así
como los partidos que los respaldan tienen la
necesidad de fijar posturas ante la población
y así ganar las preferencias del electorado
en lo que se vislumbra será una elección
definitoria para el proceso de consolidación
democrática en el país.
Aunque el Instituto
Federal Electoral (IFE) determina que el proceso
electoral inicia formalmente hasta después
del registro de los candidatos ante el IFE el
día 18 de enero de 2006, la realidad es
que la emisión de mensajes ha sido constante
desde meses atrás, cuando a través
de precampañas presidenciales se realizaron
amplias estrategias publicitarias e incluso desde
tiempo atrás cuando algunos precandidatos
que ejercían puestos de elección
popular vincularon sus estrategias de comunicación
como representantes populares con sus mensajes
emitidos como aspirantes a candidaturas presidenciales.
Todos los partidos
políticos han empleado cantidades considerables
de recursos económicos en este afán,
lo que ha originado controversias acerca de la
financiación y administración de
estos recursos al margen de las autoridades electorales.
Y aunque es un debate que debe ser resuelto,
el hecho es que dichos mensajes, que han ocupado
amplios espacios en los medios de comunicación,
dejan la impresión de haber sido diseñados
en el único ánimo de crear prescencia
sin contenido. Para comprobar mi hipótesis,
serán analizadas las propuestas de los
tres partidos con mayores posibilidades de alcanzar
la presidencia del país en el proceso
electoral del año que viene: el Partido
Revolucionario Institucional (PRI), el Partido
Acción Nacional (PAN) y el Partido de
la Revolución Democrática (PRD).
PRI:
que las cosas se hagan, ¿qué cosas?
El Partido Revolucionario Institucional ha postulado
dos aspirantes a la candidatura presidencial:
Roberto Madrazo como opción favorita y
Everardo Moreno como contendiente retador. Aunque
en este momento no se ha realizado la elección
del candidato (planeada para el día 13
de noviembre), las tendencias de estudios de
opinión y analistas dan por hecho que
la candidaturá será para el Lic.
Roberto Madrazo. Analizando los contenidos de
su página en Internet <http://www.mexicoconmadrazo.org/>
y contrastándola con los contenidos de
sus spots publicitarios, se ha llegado a la conclusión
de que el discurso de Madrazo se concentra únicamente
en hacer saber de su necesidad de conquistar
la presidencia de México para poder hacer
de este país un lugar mejor.
No se mencionan
programas precisos y los pocos que hacen eco
en su sitio web se pierden dentro de generalidades
como “profesionalizar a la policía”
o “impulsar el federalismo”. En el
rubro de economía es donde se percibe
una mayor precisión en las propuestas
con una “reasignación de gasto hacia
proyectos de inversión en obra pública:
carreteras, caminos rurales, vialidades, agua
potable, drenaje, equipamiento de escuelas, hospitales,
clínicas”. El alto contenido retórico
de las propuestas de Roberto Madrazo impide un
anális programático serio y a profundidad
de las propuestas, que en realidad más
bien semejan declaraciones de intenciones que
no concretan en un plan de gobierno bien planteado.
PAN:
pasión por la vaguedad
Aparentemente el PAN es un partido que ha sabido
(al menos en el discurso) mostrarse más
apegado a la realidad creando planes de gobierno
sujetos a variables económicas reales
y acciones determinadas con precisión
y de impacto medible en el tiempo y el espacio.
Esta fama, puesta en entredicho luego de cinco
años del mandato del actual presidente,
Vicente Fox, hace necesario revisar el mensaje
del candidato que deberá contender en
las próximas elecciones, Felipe Calderón.
Al analizar
los contenidos de su programa de gobierno bajo
el título de Lineamientos Generales de
Política Pública <http://www.felipe-calderon.org/el_reto2_1.html>
encontramos un documento de gran amplitud que
se extiende sobre cinco ejes principales: estado
de derecho y seguridad pública, economía
competitiva y generadora de empleos, igualdad
de oportunidades, desarrollo sustentable y democracia
efectiva y política exterior responsable.
Con el admonitorio subtítulo de “lineamientos
generales de política pública”
el texto abunda en sus apartados de buenas intenciones
de valor positivo innegable, pero de escaso alcance
programático.
Partiendo de
análisis relativamente bien planteados
de cada una de las áreas de preocupación
del candidato, se desprenden propuestas abundantes
en verbos de vaguedad perenne como fortalecer,
permitir, apoyar y aprovechar. Otros verbos más
específicos como introducir, atraer, asesorar
se encuentran presentes, pero en una escala mucho
menor. Sus propuestas carecen de planes expecíficos
de implantación y las mediciones propuestas
para medir la eficiencia de las medidas propuestas
escasean a lo largo de los documentos que conforman
la propuesta.
Es posible atribuir
esta ausencia de precisión en sus propuestas
debido al tiempo faltante para llegar a la campaña
electoral propiamente dicha, pero lo cierto es
que a menos de un año de la elección
se extraña un plan mucho más elaborado
de gobierno; sobre todo a la luz de lo sucedido
en el año 2000 cuando el entonces candidato
Vicente Fox se presentó a la elección
sin un plan de gobierno formal y preciso de gobierno,
lo cual se ha revelado como una fuente de problemas
a lo largo del presente sexenio.
PRD:
alto impacto, misterios velados
El Partido de la Revolución Democrática
y su candidato de facto, Andrés Manuel
López Obrador son quienes quizá
con mayor anticipación han trabajado en
la elaboración de una propuesta mediática
de gobierno. Paralelamente al proceso de desafuero
(que conmocionó a la opinión pública
durante lo últimos meses de 2004 y los
primeros de 2005) fue lanzado un libro titulado
Proyecto alternativo de nación, que resume
las propuestas con las que López Obrador
propone gobernar al país el sexenio por
venir.
La estrategia
electoral elegida por el equipo de campaña
del PRD consistió en resumir los grandes
lineamientos de su gobierno en medio centenar
de propuestas resumidas en frases de alto impacto
y que se han convertido en el eje político
de su campaña. Al analizar la versión
resumida de las propuestas emanadas de su libro
(ubicadas en <http://www.lopezobrador.org.mx>
se encuentran frases centradas en temas de política
social y promoción de la igualdad: “suprimiremos
las pensiones millonarias de los ex presidentes
de México”, “fomentaremos
la lectura, las ferias de libros, la labor editorial,
la creación de bibliotecas y archivos”
y así hasta llegar a las cincuenta.
Desafortunadamente,
el impacto generado por las frases cortas y que
se muestran como propuestas sólidas mantienen
el mismo tono de vaguedad que las propuestas
de los otros partidos políticos. Establecer
acciones sin determinar las estrategias con las
que pretenden llegar a los fines prometidos,
y sobre todo, eludiendo mediciones sobre la forma
en la que llegarán a sus objetivos desalientan
una lectura seria acerca de la fiabilidad de
las propuestas de Andrés Manuel López
Obrador.
Utopías
comunicacionales
La contienda política del próximo
año en nuestro país definirá
el rumbo de la difícil y prolongada transición
política en nuestro país. La comunicación
política se convertirá en uno de
los temas más complejos dentro de la agenda
pública a medida que las campañas
por puestos de elección popular se intensifiquen
a partir del invierno de este año. Causa
una gran preocupación que las plataformas
con las que los candidatos de los principales
partidos políticos del país defienden
sus visiones de pais se encuentren en un estadio
tan primario de construcción.
La preocupación
no es gratuita. Debido a la extrema complejidad
de los problemas que deberá enfrentar
el próximo presidente, es preciso saber
con precisión extrema y con toda la amplitud
posible, en qué consistirán sus
ofertas políticas, y sobre todo, las estrategias
con las que confrontarán las difíciles
coyunturas de los años por venir. Se comprende
que los candidatos y sus partidos no se encuentren
en disposición de precisar sus planes
de acción en virtud del fatigoso desgaste
político que ya se asoma, pero de cualquier
modo se impone conocer lo que harán por
el bien del país, o al menos saber que
ya se encuentran trabajando en ello.
Lic.
Leonardo Peralta
Escritor,
colaborador del Grupo Editorial
Expansión. |