|
Por Miguel
Angel Sánchez de Armas
Número
51
Confieso
que desconfío de la literatura de autoayuda,
aunque al mismo tiempo reconozco que para muchas
personas es como una tabla salvavidas. Una querida
amiga leyó Los hombres son de Marte
y las mujeres de Venus y gracias a esa fuente
de sabiduría emocional, me dice, encontró
marido (Después se divorció porque
el tipo la maltrataba, pero eso no invalida el
principio). Alguna vez, joven e inexperto que
fui, intenté aplicar a mi gris existencia
los consejos del llorado Dale Carnegie sin que
lograra influir sobre los demás ni un
milímetro y sin que mi círculo
de amistades creciera. Según Miguel Ángel
Cornejo, no supe interpretar la guía.
Por eso es que
con cierta reticencia ofrezco hoy a mis lectores
sentencias que me parecen buenas para la reflexión
sobre el rumbo que toman nuestras vidas. El primer
conjunto, de autor anónimo, lo desprendí
años ha de la puerta de un refrigerador
en Santa Rosa, en la alta California, cuando
huía de una aventura galante. El segundo
lo tomé del cubículo de la profesora
Galván y su autor es William “Bill”
Gates, lo cual le da peso y credibilidad.
Primero, el
decálogo anónimo:
Uno. Recibirás un cuerpo. Te puede gustar
o no, pero estará contigo de todos modos.
Dos. Aprenderás lecciones. Estás
inscrito en una escuela informal de tiempo completo
llamada “vida”. A diario tendrás
la oportunidad de aprender lecciones que te pueden
gustar o que te pueden parecer tontas e irrelevantes.
Tres. No hay errores, sólo lecciones.
Crecer es un proceso de acierto y error; de experimentación.
Los experimentos “fallidos” son tan
importantes como aquellos que “salen bien”.
Cuatro. Una lección se repetirá
hasta que sea aprendida. Las lecciones se te
presentarán de diversas formas hasta que
las aprendas. Cuando esto suceda, podrás
pasar a la siguiente.
Cinco. El aprendizaje nunca termina. No hay periodo
de la vida que no contenga lecciones. Si estás
vivo, tienes lecciones por aprender.
Seis. “Allá” no es mejor que
“aquí”. Cuando tu “allá”
se convierta en un “aquí”,
sencillamente crearás otro “allá”
que de nuevo parecerá mejor que el “aquí”.
Siete. Los demás son el reflejo de ti.
No puedes amar u odiar algo de otra persona a
menos que refleje algo que ames u odies de ti
mismo.
Ocho. Lo que hagas de tu vida es tu sola responsabilidad.
Tienes a mano todas las herramientas y recursos
para ello y cómo los utilices es cosa
tuya. La elección es personal.
Nueve. Las respuestas a tus preguntas están
dentro de ti. Las respuestas a las interrogantes
de la vida están dentro de ti. Todo lo
que necesitas es buscar, escuchar y confiar.
Diez. Olvidarás todo esto.
Ahora, los consejos
de Bill Gates:
Uno. La vida no es justa. Acostúmbrate
a eso.
Dos. Al mundo no le importa tu “autoestima”.
El mundo espera que hagas algo de provecho antes
de que te sientas bien contigo mismo.
Tres. No ganarás 60 mil mensuales al terminar
la escuela, ni serás vicepresidente con
carro del año hasta que te lo ganes trabajando.
Cuatro. Si piensas que tu maestro es difícil,
espera a tener un jefe.
Cinco. Trabajar vendiendo hamburguesas no está
más allá de tu dignidad. Tus abuelos
llamaban de otra forma a ese tipo de trabajo.
Le llamaban oportunidad.
Seis. Si haces algo mal, no es culpa de tus padres.
No endoses tus errores, aprende de ellos.
Siete. Antes de que nacieras, tus padres no eran
tan aburridos como lo son ahora. Se volvieron
así por tener que pagar tus gastos, lavar
tu ropa y tener que escuchar lo alivianado que
crees que eres. Así que antes de salvar
a las focas, ponte a limpiar tu cuarto.
Ocho. Puede ser que en tu escuela no haya ganadores
y perdedores, sólo triunfadores. En algunas
escuelas han eliminado la palabra “reprobar”
y dan tantas oportunidades como sean necesarias
para salir adelante. Todo esto no tiene el más
mínimo parecido con la vida real.
Nueve. La vida no está dividida en cuatrimestres.
No se tienen vacaciones de verano y muy pocos
jefes se interesarán en ayudarte a “encontrarte”.
Trata de “encontrarte a ti mismo”
por tu cuenta y en tu tiempo libre.
Diez. La televisión no es la vida real.
En la vida real las personas dejan la cafetería
y se van a trabajar.
Once. Sé amable con los nerds. Es muy
posible que termines trabajando para uno.
Lic.
Miguel Angel Sánchez de Armas
Escritor
y periodista. |