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Por José Manuel de
Pablos
Número 36
Si es cierto
que la nota periodística ha de exponer hechos, que han de
ser veraces y haber pasado por el debido contraste, será
cierto que la nota periodística habrá de estar escrita
en pasado o presente. Se podrá aceptar que esté en
futuro, cuando se haga ese mal periodismo de promesas, casi siempre
con tinte electoral o en el terreno de las relaciones públicas
disfrazadas de periodismo. Si lo anterior es cierto, el periodismo,
por ejemplo, no se puede escribir en tiempo condicional de futuro,
porque tal mensaje no es un hecho sino una suposición, especulación
o proyecto sin verificar, imposible de comprobar en su veracidad,
por el mero hecho de que no existe, es una promesa o una posibilidad,
y ya sabemos que todo es posible siempre. Y que lo que es posible
también puede no serlo.
En otra ocasión, ya vimos
(De Pablos, 1997: 123) que "El periodismo no se escribe en
condicional"2 :
"
es inadmisible escribir
en condicional, porque estamos entonces escribiendo en el campo
de la especulación, aunque tengamos cierta seguridad de
que algo es como vamos a decir que es, pero que nunca podremos
dar a los lectores si no lo tenemos confirmado, verificado, que
es una voz que viene de verdad".
Otro autor, Alex Grijelmo3,
dice al respecto:
"Uno de los peores fallos
de lenguaje que puede cometer un periodista viene dado por el
mal uso del condicional, para hacerlo pasar por una posibilidad
o probabilidad informativa".
En otro momento, asegura:
"Expresiones como 'al parecer',
'podría', 'probablemente' no hacen ningún bien al
periodista que las usa, puesto que transmiten inseguridad, rumores
(
) En estos casos, el lector pensará seguramente
que si algo 'puede' ocurrir también 'puede no' ocurrir"4.
Lo anterior viene al caso de una
'noticia' publicada5 bajo el título
llamativo siguiente: "La CIA afirma que ha hallado en Irak
restos de la toxina de botulismo".
En esa 'noticia' existen algunos
aspectos llamativos, o sea, difíciles de explicar según
principios elementales de primero de Periodismo:
a) La noticia esta datada en Madrid
y es anónima: no la firma redactor alguno; aparece con el
mero nombre del periódico, como si el diario firmara la nota.
Está más que demostrado que las notas que chirrían
suelen presentarse en este rotativo ("El País")
sin la firma del profesional que se ve obligado a ello, comprometido
con su contenido, pero que esa obligación no llega al extremo
de hacerle poner su nombre a aquello que no le convence, para no
verse comprometido, su imagen, dañada. También sorprende
que una nota de prensa emitida en Washington, de madrugada -según
dice el propio texto-, y en inglés, esté tan rápido
en un diario de otro país, escrito en otra lengua. ¿Quién
la hizo llegar, la embajada de EEUU o directamente la propia CIA?,
porque en el texto no aparece pista de agencia alguna... de prensa.
¿Cualquiera de las dos fuentes le ha parecido digna de crédito
al diario que la inserta en sus páginas como si se tratara
de una nota normal y canónica? ¿No es extraño?
¿O es una 'colaboración' de la embajada o de la CIA
en ese diario? No sería de extrañar, pues ya vimos
algo semejante con la magnífica acogida en estas mismas páginas
a las fotos de los hijos de Sadam Husein, cuando fueron abatidos
por tropas invasoras6.
De hecho, esta 'colaboración' de ahora, además es
'exclusiva': los diarios Abc y El Mundo, ambos de Madrid, también
insertan sendas crónicas de sus corresponsales en Estados
Unidos, como hace el de El País, pero sin 'exclusivas'...
No insertan este mensaje emitido por la CIA periodística.
b) La nota aparece en una página
de la sección Internacional junto a una amplia crónica
del corresponsal en Washington, que aparece firmada y datada en
la capital estadounidense.
c) El texto de la nota analizada
hace referencia a un informe de la CIA presentado ante congresistas
de la Cámara de Representantes y del Senado. La primera frase
del primer párrafo del texto dice como sigue: "David
Kay, jefe del equipo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
que busca armas de destrucción masiva en Irak, presentó
un informe de 200 páginas -sólo 13 de ellas desclasificadas-
en la madrugada de ayer ante congresistas de la Cámara de
Representantes y del senado, en el que afirma que no se han hallado
restos de esas armas".
d) Como la aparente noticia está datada en Madrid, ¿quiere
decir que esa presentación se hizo en la capital de España,
ante congresistas y senadores de Estados Unidos que estaban en Madrid
para la ocasión, fruto del matrimonio Bush-Josemaría?
Si así fuera, la nota estaría de acuerdo con ese dato,
pues estaría firmada en el lugar de los hechos, de acuerdo
con lo establecido en el Libro de estilo del diario.
e) No obstante, todo hace suponer
que no ha asido así, que sencillamente el dónde se
ha eliminado u olvidado. A pesar de ser uno de los seis elementos
básicos de toda información, no nos dicen dónde
ha sido esa presentación. Lo más lógico es
que haya sido en la ciudad sede del Senado y de la Cámara
de Representantes de los Estados Unidos, Washington.
f) De ser así, el corresponsal
no ha firmado el mensaje tan lleno de vicios. Como se ha de suponer
que todo periodista sabe lo que aquí decimos, alguna razón
ha de haber para que haya sucedido lo que aquí analizamos.
g) Cuando un periódico emite
la nota de una fuente, el lector ha de entender que ese medio la
ha acogido porque la fuente le parece fiable al periódico,
porque esa fuente tratará de exponer la verdad en su comunicado.
¿Se puede creer tal cosa -interés por la verdad- a
una fuente como la CIA? Es muy dudoso que la verdad sea su objetivo
y si esa duda tiene tamañas proporciones, ¿qué
explicación puede tener que un periódico que no está
al servicio de Washington dé cabida a semejante noticia?
Volvemos, es fácil, a la teoría de la 'colaboración'
de la embajada o de la agencia.
Advertidas esas fallas de presentación
o inserción, vamos a encontrar en el texto una serie de anormalidades
periodísticas que dan pie al título de este trabajo,
"La CIA hace periodismo" (en minúscula).
Veamos a qué pasajes del
texto -que sólo es media columna- nos vamos a referir como
vicios o fallos contrarios al Periodismo de base:
- "
que no se han hallado
restos de esas armas".
La noticia, que es sinónimo
de 'nueva', siempre se ha de referir a la novedad surgida en el
panorama. El hecho de que no se haya encontrado restos de armas
no es noticia en sí; de igual manera, no es noticia decir
"no ha habido accidente aéreo", "no se ha
detenido a un ladrón" o "no se han hallado restos
de drogas en un determinado lugar". La noticia, en positivo,
o sea, en el territorio de la nueva, sería que ha habido
un accidente aéreo, que se ha detenido a una persona, que
se han hallado restos de drogas o que se han encontrado restos de
armas. Negar lo que no ha sucedido no es noticia ni tiene relación
alguna con el periodismo.
- "
su equipo ha encontrado
ciertas pistas7 que
apuntan a que las intenciones del gobierno de Sadam Husein
era hacerse con ellas" [las armas]
Dar categoría de noticia
al hallazgo de pistas, o sea, supuestos o probabilidades, es poco
riguroso en un periódico que se califica de diario de referencia:
una pista no es nada en principio, una supuesta huella sin confirmar,
a no ser que dé lugar a la verificación de algo que
desde ese momento adquiere tinte de novedad, de noticioso, de noticia.
El mero hecho de encontrar pistas
siempre será una observación subjetiva -lo que se
encuentra será pista para unos y nada para otros, de acuerdo
con la necesidad de agradar a quien dependa cada cual-, que manifestará
su valía si da lugar a demostrar algo, a hallar lo que la
pista exponía como hipotético, que de conjetura pasa
a ser realidad, o sea, noticia. Mientras se encuentre el investigador
en el territorio de las pistas no tiene datos que ofrecer y poco
serio es que un diario difunda pistas
que bien pueden ser
infundadas o meros rumores, que además son claramente interesados.
Hablar de las intenciones de alguien
que no está presente es otro soberano atentado a los principios
periodísticos: ¿en qué razones se basa el autor
del informe para hablar de intenciones no demostradas? ¿Cómo
se ofrece al lector un texto ajeno que hable de los propósitos
de un personaje?
Más:
- ¿cómo se acepta
en un diario, de referencia o no, unas líneas que se pretenden
o presentan como informativas, redactadas por una agencia de espionaje
de una potencia en guerra con un país invadido, necesitado
el gobierno invasor de disponer de argumentos que favorecieran
la invasión?
- ¿Cómo se puede
dar credibilidad en un periódico, serio o no, a un portavoz
de una agencia de espionaje donde si algo está ausente
es la neutralidad u objetividad, necesitados igualmente -como
su gobierno- de disculpas ante la opinión pública
por sus actividades, la mayor parte de las veces clandestinas
y en tantas ocasiones fuera de la ley?
- ¿Se puede pensar que quien
actúa fuera de la ley, dentro o fuera de su estado, amparado
por normas de su gobierno, va a tener miramientos en el momento
de redactar algo para su difusión, que le preocupa un lector
intoxicado por la tergiversación difundida?
Sigamos con el texto publicado y
analizado:
- "
el régimen
de Sadam Husein mantuvo conversaciones con el gobierno
de Corea del Norte en octubre de 2002 para lograr la tecnología
necesaria para fabricar misiles
"
Mantener conversaciones no es realizar
actuaciones. En este nuevo apartado nos vuelve a llevar la CIA periodística
al terreno de las intenciones. Es de suponer que si tales encuentros
se realizaron -¿qué prueba nos muestran de que así
haya sido?- sus intérpretes no saldrían en los periódicos
ni celebrarían ruedas de prensa, que sería algo secreto.
Claro está que de una reunión oculta podremos decir
lo que nos venga en gana: que se juntaron para comprar misiles,
para fabricar una bomba atómica o para atentar contra el
papa. Como es secreto, no habrá pruebas ni nadie va a salir
con un desmentido: nos ha llevado de nuevo la CIA y sus socios periodísticos
al terreno de la intoxicación, eso sí, una infección
informativa made in USA, que ha de ser menos dañina que si
fuera Sadam quien lanzara el panfleto, entonces sin este eco mediático.
- "Toxinas de botulismo. El
informe subraya que se descubrieron en la vivienda de un científico
restos de organismos biológicos que podrían
ser empleados para la fabricación de armas biológicas."
Aquí, el informe de la CIA
y su eco en el periódico raya una vez más en la ridiculez:
¿Cómo se explica que un científico se lleve
a su casa "restos de organismos biológicos", que
nos están diciendo que son altamente peligrosos?
Dos apuntes sobre este particular:
- Lo de 'toxinas' sólo
aparece en el ladillo o epígrafe engatillado del párrafo
y en el titular, pero no en la masa de texto, lo cual es otra
aberración periodística: hablar de algo en titulares
que después no figura en el texto. A eso también
se llama manipulación periodística.
- Una cosa es que un funcionario
se lleve trabajo a su casa y otra bastante distinta será
que un científico se lleve a su hogar "restos de organismos
biológicos", que entre líneas nos dicen que
eran toxinas mortales de botulismo, mal que no explican al lector:
sembrando la duda y la oscuridad, el lector siente a veces respeto
por lo que lee. ¿Es que ese científico disponía
en su casa de un laboratorio altamente preparado para trabajar
con toxinas mortales? Más: ¿quién se puede
creer esta intoxicación del jefe de los espías estadounidenses?,
tal vez dirigida a sus conciudadanos ingenuos, aunque de inmediato
se reproduce en un diario europeo de referencia.
Seguimos con el texto publicado:
- "Los inspectores descubrieron
una red secreta de laboratorios en los que se podría haber
desarrollado la investigación de armas químicas
y biológicas".
Vuelve a la carga el informe de
la CIA, con este 'sensacional descubrimiento': una red secreta de
laboratorios. Todavía tenemos en nuestras mentes la imagen
de uno de estos 'laboratorios', de cuya fotografía vimos
unos bidones descascarillados y una especie de alacena que más
parecía la cabaña de un pastor perdida en un monte
que un laboratorio, con esa idea que tenemos de un lugar blanco
y pulcro, cuidado y limpio.
Va más allá el texto
redactado en la casa de los espías de Washington y tan bien
recogido en el diario español de referencia: nos aseguran
que en esa red secreta de laboratorios "se podría haber
desarrollado" la investigación de armas químicas
y biológicas.
Más allá de la aberración
periodística del empleo del verbo en tiempo condicional -o
sea, mentiroso o especulativo desde el punto de vista periodístico-,
un mínimo de sensatez científica tendría que
haberle aconsejado al copista del texto de la CIA que un laboratorio
no es como una sala de cine, en cuya pantalla lo mismo se pone el
último bodrio de Hollywood que la mejor película china.
Un laboratorio de alta especialización es eso, un espacio
destinado a unas funciones muy precisas y determinadas, que si vale
para un fin es difícil que sirva igualmente para otra finalidad;
al ser objetivos distintos, diferentes serán sus laborantes,
sus principios activos y hasta parte de sus herramientas e insumos.
Visto con cierta detención
el texto, volvamos al titular "La CIA afirma que ha hallado
en Irak restos de la toxina del botulismo". De acuerdo con
Van Dijk (1990: 61), "El titular expresa una macroproposición"8
y es de suponer que las proposiciones han de ser creíbles
para ser expuestas en un diario y, si no, ser explicadas para hacerlas
aceptadas por los lectores. Hablar de 'restos de la toxina del botulismo'
es una soberana majadería, que trata de asustar al lector
asustadizo. Recordemos qué es el botulismo, y hagámoslo
a partir de la sencilla definición del diccionario de la
Academia Española, para que se entienda mejor la majadería:
"Enfermedad producida por la toxina de un bacilo específico
contenido en los alimentos envasados en malas condiciones".
O sea, coma alguien unas lentejas envasadas que se encuentren en
mal estado o un alimento en condiciones semejantes y el botulismo
se desarrollará en su cuerpo. No es, por tanto, el botulismo
algo extraño o misterioso, sino el contenido de esos envases
en mal estado que se han abombado, como muestra de que no se pueden
consumir. Otra cosa es, claro, que se desarrolle este tipo de enfermedad
potencial como arma biológica, que es el sentido que le desea
dar el texto comentado. Según lo anterior, en Irak o en Estados
Unidos -más en uno que en otro país- podemos encontrar
esta enfermedad, este problema de alimentos envasados en mal estado.
La alusión que en esta noticia se hace desde el titular y
en un ladillo -no en la masa de texto- a las toxinas del botulismo
tiene, de nuevo según Van Dijk9:
"Un predicado implícito (será) y un número
de argumentos, es decir, un agente (...), una localización
y un objetivo". A pesar del interés de estos argumentos
textuales, agente, localización y objetivo, no trasciende
el agente ni la localización -que permanecen en secreto-,
pero se deja ver con harta claridad el objetivo.
El objetivo de servicio se ve con
toda claridad
Notas:
2
José Manuel de Pablos Coello, Amarillo en prensa.
Tenerife, Ediciones Idea, Col. Canarias Universidad, 1997, página
123.
3
Alex
Grijelmo, El estilo del periodista, Madrid, Taurus, 7ª
edición, 2001, página 200.
4
Ib.,
página 463.
5
El
País (Madrid), sábado 4 de octubre de 2003, página
5 / Internacional.
6
José
Manuel de Pablos, "Las fotos
"
7
Todos
las itálicas son nuestras.
8
Van
Dijk, Teun A. 1990, La noticia como discurso / Comprensión,
estructura y producción de la información. Paidós
Ibérica y Ediciones Paidós. Barcelona y Buenos Aires,
página 61.
9
Ib.
Dr.
José Manuel de Pablos Coello
Catedrático
de Periodismo, Universidad de La Laguna,
España. |