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Por José Manuel de
Pablos
Número 41
Sigue
en España el debate y la controversia sobre la televisión
pública, parejo al de la telebasura. Se empieza a hablar
de algunas soluciones para la primera y a escuchar nuevos comentarios
sobre la segunda. Algunas de estas intenciones o ideas que salen
a la luz a veces dicen más de lo que parece. Nos vamos a
detener en tres hechos acontecidos a finales de septiembre de 2004:
1. El Defensor del Pueblo, Enrique
Múgica, se queja de la telebasura en horario infantil1.
2. Una asociación de espectadores critica la idea de establecer
un canon para acceder a la televisión pública2.
3. El consejero delegado del grupo PRISA3
, Juan Luis Cebrián, declara que una ley audiovisual global
“no es una buena solución”4.
[Mientras tanto, en la Universidad
de Málaga preparan una encuesta con expertos para ver cuál
es la opinión más establecida entre estudiosos de
la comunicación social. Se trata de trabajos previos para
el Informe Anual de la Comunicación, idea del profesor Bernardo
Díaz Nosty, responsable de Infoamerica <http://www.infoamerica.org>,
coordinado por el Dr. Pedro Farias, hijo, que editará la
Asociación de la Prensa de Madrid. En la encuesta hay numerosos
puntos para la reflexión. Por si el lector tiene curiosidad
por los extremos de ese sondeo, el cuestionario lo puede consultar
en: <http://www.ull.es/publicaciones/latina/encuesta.htm>.]
Telebasura y horario infantil
Ha sido ante una comisión del congreso de los diputados donde
el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ha pedido medidas
contra la telebasura en horario infantil. Bien está que el
valedor del ciudadano se lamente de esa situación, pero aparecen
unas preguntas obvias y encadenadas: ¿por qué solo
se preocupa de esa basura en horario infantil?, ¿por qué
no se queja de la telebasura, en términos generales, en todos
los horarios?
Está claro el daño profundo que la televisión
degenerada produce en el público infantil, pero, ¿acaso
la vida adulta dependiente de la televisión que se sufre
en la actualidad no es una existencia afectada por las lacras televisuales
desprendidas de la televisión realizada con parámetros
poco profesionales, bajo intereses empresariales no más?
Mucho público maduro, de edad, pero verde en su intelecto,
está infantilizado, poco reflexivo, pues, por el efecto de
la TV basura. De ese público idiotizado no parece preocupado
el Defensor del Pueblo español en esta intervención
suya en el parlamento. Ha dejado de lado la cura general de la enfermedad
de la televisión y ha elegido la sanación de una parte
del mal del cuerpo enfermo que es la sociedad española bombardeada
por empresas televisuales que ponen sus ingresos dinerarios por
encima del servicio a la sociedad, que es el norte de todo medio
de comunicación social, convertido aquí en medio de
ingresos económicos.
Es trágica la situación de los infantes afectados
por una programación infesta. Para Múgica, son imágenes
y contenidos “violentos y zafios” y “de cotilleos
inútiles y abyectos”. Pero, sin hacer calificaciones
de males desprendidos desde el vertedero televisual, sin hacer categorías
de tales trastornos, la preocupación desprendida desde la
televisión depravada ha de ser plenaria hacia la sociedad
sufriente, hacia los niños, claro, pero sin olvidar al resto
de la sociedad, olvidada en ocasiones, como aquí estamos
viviendo. Lo violento, zafio y los cotilleos inútiles y abyectos
también afectan a mayores que no disponen de autodefensas
para impedir ser permeables a esa basura.
Hablamos de un segmento de la población
olvidada e infantilizada, precisamente por el alto número
de horas que ese fragmento de la sociedad malgasta cada día
frente a la pequeña pantalla creadora de autismo social y
tan rentable para las derechas de todo el mundo, por aquello de
que el tiempo que se está ante el televisor es espacio restado
de esa actividad tan sana que conocemos como recapacitar, reflexionar.
“Ve la tele y deja de pensar” es una de las semillas
subliminales que emana la televisión basura. Por eso sigue
existiendo, por esa razón no se le pone coto, no se acaba
con el inmenso negocio de la tele depravada. Como se aprecia, es
una enfermedad perfectamente diagnosticada y conocidos son sus virus,
lo mismo que la medicina a aplicar, pero se deja hacer y no se aplica.
En el caso español, el actual
gobierno socialista-monárquico ha manifestado su interés
por arreglar la televisión pública y hace bien, pero
no se conocen medidas (gubernamentales) para resolver de hoy para
mañana la basura en televisión, con la misma firmeza
y rigurosidad como hizo para sacar las tropas de Irak y de alguna
manera restañar el error inmenso de la derechona entonces
en el poder que convoca becas especiales para la universidad jesuítica
de Estados Unidos donde después su jefe, Josemaría
Aznar, va a impartir clases de xenofobia histórica.
Han sonado voces que hablan de la
posibilidad de poner multas a los que ejerzan la tele-basura. O
sea, “Si tienes dinero para pagar la multa, sigue enguarrando
tus emisiones” podría ser el lema. Si así se
hiciera, estaríamos de nuevo en línea con aquel principio
a-ecológico que condena al contaminador a pagar: “Si
contaminas, paga”, que es una invitación a seguir haciendo
negocios sucios y rentables, incluso después de distraer
unas pocas monedas para engañar a la ciudadanía asegurando
que aquel contaminador ha pagado. Frente al lema bastardo de “Si
contaminas, paga”, está éste otro: “Si
contaminas, dejas de hacerlo”. Es el único válido
y ético.
Una asociación, contra
el canon de TVE
Entre las aparentes soluciones que se proyectan para resolver el
agujero económico de la televisión pública
española, TVE; su dependencia del gobierno de turno y desaparecer
de su parrilla los espacios de baja calidad figura el establecimiento
de un canon por televisor: si quieres tener acceso a mis emisiones
has de pagar algo por ello. Está muy demostrado que las televisiones
de pago suelen tener mayor calidad y ofrecen menos basura. De hecho,
la única programación de corte cultural se encuentra
con mayor frecuencia en los canales de suscripción, no en
las televisiones abiertas. Lo que sucede es que todo tiene un precio:
si no lo pagas mes a mes, entonces te expones a recibir basura a
diario, porque será el productor de basura o quien la soporta
(la publicidad) quien paga por ti. Pero, pagar, siempre se paga.
La Asociación de Espectadores
de la Comunicación (ACU) dice en un comunicado que ese canon
es “regresivo” y que en los países donde se ha
establecido presenta “importantes inconvenientes”.
En Inglaterra está implantado
el canon desde siempre para acceder a la BBC y el resultado ha sido:
a) una lejanía de la televisión
basura
b) una televisión independiente del poder gubernativo
c) una televisión de calidad.
¿Se puede pedir algo más?
¿Alguien lo duda? ¿Alguien lo discute?
La tasa, por tanto, más allá de los “importantes
inconvenientes” que ven en esa asociación de usuarios
(¿), tiene sus virtudes. Claro que esos tres detalles son
virtudes para la ciudadanía, no para las empresas que compiten.
¿Por eso tiene tan buena acogida el comunicado de esos usuarios
en el diario El País, el diario estrella del grupo PRISA,
quien cobra un canon a los televidentes que desean acceder a Canal
+5, su canal de pago?
¿Qué podría suceder a un canal privado de pago
si la televisión pública con una contribución
social gana independencia, calidad y se aleja del todo de la televisión
basura, por ejemplo, deja de pasar películas pornográficas
como determinado canal español privado de pago? La respuesta
es tan obvia que se entienden algunas actitudes de presión
mediática contra la posibilidad de lograr una televisión
pública de excelencia sobresaliente, capaz de competir en
el terreno de la calidad.
Una ley audiovisual no conviene...
a Prisa
Lo quieran o no, los valores del grupo empresarial PRISA, el imperio
económico de Jesús (de) Polanco que tiene de cabeza
mediática a Juan Luis Cebrián, está presente
en las controversias y el debate surgido en España al amparo
de la recuperación de la televisión pública.
Está presencia llega al punto de que se ha hecho circular
un rumor (al que de momento no hay que darle más valor que
a otro rumor) que habla de la compra de uno de los canales públicos
por el grupo PRISA. Más allá del surrealismo de la
política española, que no realismo mágico,
en Madrid cualquier cosa es posible y más en el eje gobierno
del PSOE - grupo PRISA, monárquicos ambos, de tantos réditos
durante el anterior gobierno socialista.
Por eso, una declaración
de Cebrián en la que asegura que una ley audiovisual global
“no es una buena solución” habrá que interpretarla
como que no es una buena solución... para el grupo PRISA,
visto que Cebrián tiene la obligación de defender
el grupo empresarial del que es consejero delegado y no hacer predicaciones
genéricas, en pro del bien público del ciudadano,
mas bien, conseguir que éste se haga cliente de los diversos
servicios del conglomerado empresarial al que sirve de cuerpo y
alma, después de abandonar el periodismo del día a
día.
Estas declaraciones de Cebrián
las sirve su periódico a 4 de 5 columnas (el 80 % de la plana)
porque se trata de él, no por otra cosa, y como manifestación
del espíritu de servicio del periódico a su propietario
y a los intereses de su señor: ¿periodismo de calidad,
prensa de referencia? ¡Olé!
Según lo anterior, la ley
audiovisual global es necesaria y enlaza con las declaraciones oficiales
que aseguran que el texto del informe del llamado con tanta simpleza
“comité de sabios” será volcado en forma
de ley audiovisual. Claro que en este comité no hay una representación
al menos muy clara del grupo PRISA, tal vez Sabater, y es de esperar
que estas declaraciones del portavoz polanquista no afecte a personas
de nobleza contrastada, independientes por su condición académica
de verdad6, aunque nunca se sabe
el peso de las ansias por aparecer en el diario de mayor circulación...
El mensaje de PRISA, en todo caso, está enviado por medio
del periódico y ante la ministra de Cultura, presente en
el acto donde fue transmitido.
En esas declaraciones de Cebrián
hubo más cosas de interés:
- Una crítica al mal llamado
comité de sabios, “más pendiente de aspectos
deontológico que de la financiación”. Como
leen. ¿Alguien cree que el problema ético en una
televisión pública no es más grave que el
aspecto económico de la misma, sobre todo con la existencia
probada del establecimiento del canon por acceso a sus emisiones?
Por eso lo plausible de que en el comité de estudios sobre
el futuro de la televisión pública haya tanto peso
de filósofos especialistas en ética. Por eso: con
ética se curan muchos males mediáticos.
- Una crítica al Partido (autodenominado) Popular: “El
PP insiste en que ha perdido las elecciones por culpa de la SER7
y no por lo que hizo el gobierno entre el 11 y el 14 de marzo”.
Todas las críticas a ese partido que se quiere hacer pasar
por “popular” son pocas.
- Una reflexión sobre la desaparición de la telebasura:
“Si la televisión es un servicio público,
es supercontrolable”. En efecto: el gobierno tiene la potestad
para otorgar licencias audiovisuales y, a su vez, para retirar
esas mismas licencias cuando la televisora abandona su primera
función de realizar un servicio público, hace basura
por televisión y se preocupa solamente por llenar sur arcas
con el hedor de la televisión que hace. Lo que sucede es
que el gobierno, que es capaz de retirar las tropas de Irak, de
acabar con una ignominia por lo que afecta a su país, luego
no se atreve a ejercer su autoridad y hacer ver, simplemente hacer
ver, a la empresa televisora que hace basura mediática
la posibilidad de cancelar su licencia.
Hay temor sobrado a la crítica
de atentado contra la libertad de información y cosas parecidas
con las que se llena la boca el empresario y sus voceros cuando
ven que se les puede acabar el privilegio de hacer dinero fácil
intoxicando a la ciudadanía. Y ese temor nada tiene que ver
con democracia ni con el ejercicio legítimo del poder en
un país civilizado. Mientras siga existiendo, tendremos televisión
basura para rato. Incluso con un gabinete que dice ser socialista.
Notas:
1
Diario El País, jueves, 23 de septiembre, página 32
/ Sociedad.
2 Id., misma página.
3 PRISA es el grupo mediático
de mayor peso en España, editor del diario El País,
del deportivo As, propietario de la cadena de radio SER, de un diario
económico y de numerosas editoriales de todo tipo, desde
libros de texto a literarias, con presencia en numerosos países
latinoamericanos y europeos.
4 Id., p. 33.
5 Canal + es la única emisora
televisual española de pago, que ofrece en abierto algunos
servicios informativos.
6 Académicos de verdad porque
son profesores de universidad. Hacemos esta aclaración porque
Juan Luis Cebrián es académico... de la Real Academia
Española, que es una cuestión política y no
académica. Es un “académico de balanza”:
eligieron a Ansón por el diario Abc y tocaba un representante
del otro diario de mayor venta, y le tocó a Cebrián,
por El País y por encima de un candidato tan poco ortodoxo
como Eduardo Haro Tecglen.
7 SER: Sociedad Española
de Radiodifusión, cadena radial del grupo PRISA, la de más
audiencia en España, que tuvo un comportamiento profesional
y ejemplar durante los acontecimientos de marzo de 2004, siempre
criticada de estar en campaña pro PSOE.
Dr.
José Manuel de Pablos Coello
Catedrático
de Periodismo, Universidad de La Laguna,
España. Del equipo de investigación Latina de Comunicación
Social. |