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2005

 

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Mundo Convergente

Información y Conocimiento: una Visión del Cambio Social y Tecnológico en La Era Digital

 

Por Pedro Rojo
Número 43

Introducción
La búsqueda constante del hombre por satisfacer cada vez mejor su necesidad de comunicación ha sido el impulso que ha logrado la instauración a lo largo de la historia de instrumentos más poderosos y veloces en el proceso comunicativo. El ser humano ha logrado evolucionar sus formas de comunicación desde rudimentarios métodos, como la escritura jeroglífica, el alfabeto y el papel, hasta la llegada de la imprenta, y la aparición del teléfono, el cine, la radio y la televisión. Todos estos instrumentos han sido un avance en las formas de comunicación del hombre y han sido posibles gracias a la tecnología, que a su vez ha sido el instrumento cuya evolución ha determinado el avance de la humanidad.

La Sociedad de la información tiene una doble dirección: por un lado fomenta el consumismo en quienes económicamente pueden hacerlo y, por otro lado, deforma a quienes económicamente no pueden vivir del consumo, pero hace posible que el consumo exista. La globalización en los sistemas de información propicia que la información que recibe el mundo cada día se encuentre monopolizada por las grandes empresas informativas de los países capitalistas desarrollados. Estas empresas procesan la información y la envían hacia todas las latitudes, incidiendo negativamente en los países subdesarrollados toda vez que adoptan una posición imparcial y tendenciosa.

Las innovaciones tecnológicas llevan necesariamente a nuevos modelos de producción y de transformación social
Como resultado de una definición de oportunidades dictada por los nuevos paradigmas muchos autores como Toffler1, Drucker2 y Senge3, vienen defendiendo la tesis en favor del uso estratégico de la información y del conocimiento para garantizar el éxito de los procesos de planificación y desarrollo de las instituciones y los negocios. Incluso, las transformaciones generadas por las tecnologías de la información en la economía mundial hacen tambalearse los marcos de referencia metodológicos de la ciencia económica, para dar surgimiento a la llamada "nueva economía”.

Los problemas generados por la informatización de las sociedades y la socialización del individuo se convierten en temas centrales para comprender los desafíos que las nuevas tecnologías tienen para los servicios y sistemas de información. Al ser los países desarrollados los dueños de la tecnología más avanzada, se hace más inalcanzable la posibilidad de que los países en vía de desarrollo cuenten con sus propios sistemas de comunicación. Al ser los países desarrollados los dueños de la tecnología más avanzada, se hace cada día más inalcanzable la posibilidad de que los países en vías de desarrollo cuenten con sus propios sistemas de comunicación. Por el contrario, la supremacía de los monopolios de la información acentúa la desigualdad entre los países subdesarrollados y los desarrollados; lo que también incide desfavorablemente en la cultura e identidad nacional de los países en vías de desarrollo.

La imposición a los países del tercer mundo de una manera de pensar al estilo occidental ha sido la labor que durante muchísimo tiempo han venido desplegando los medios de difusión de los Estados occidentales. Esta influencia, que ejercen los medios de difusión en la cultura de los pueblos, se puede calificar de desfavorable cuando es dirigida hacia las culturas de los países subdesarrollados. El subdesarrollo se acentúa más a medida que crece la penetración informativa de los países occidentales en ellos y en los países subdesarrollados, reforzando la imagen consumista, propia de otras culturas y confundiéndolos a la hora de distinguir las causas esenciales que originan su estado actual.

Más del 80% de los habitantes de los países occidentales utilizan ordenadores a diario, ya sea en su trabajo o en su hogar. Los ordenadores han permitido un rápido desarrollo de otras tecnologías, como la robótica y las telecomunicaciones, y han cambiado radicalmente nuestra forma de vivir. La convergencia del video, el audio, el teléfono y el ordenador en base a este proceso se encuentra la nueva capacidad de transformar la el conocimiento en información digital, creando las "autopistas de la Información". El prototipo de esta autopista es Internet como red global de computadoras, donde se espera que el comercio electrónico reporte jugosas oportunidades para los nuevos negocios en escala mundial. Los avances tecnológicos nos sitúan en las puertas de una tercera revolución industrial, donde el dominar la información implica el dominio del mundo.

Las nuevas fuentes de conocimiento
Las redes y sistemas de información están beneficiando a importantes sectores sociales, en el marco de las sociedades post-industriales, aunque persistan las distancias (gaps) entre las expectativas y las realidades tecnológicas. Se ha acudido a la expresión “brecha digital” para describir las limitaciones de acceso a las nuevas tecnologías de la información: telecomunicaciones e informática. Las diferencias económicas y sociales ya no se establecerán entre ricos y pobres sino entre los conectados a la red y los que no lo están.

La revista The Economist4 publicaba en su estudio "The 2002 e-readiness rankings" que las 60 economías más poderosas del mundo, contribuyen con el 95% del PIB mundial. Para confeccionar la lista se tomaron en cuenta estos referentes: conectividad e infraestructura, clima empresarial, actitud de las empresas y los consumidores, marco legal y político, rasgos sociales y culturales y soporte a los servicios electrónicos.

La puesta en funcionamiento de servicios y de la digitalización de datos ha causado un impacto extraordinario en la sociedad como un todo, provocando cambios en las estructuras de mercado y de poder. Como consecuencia, los expertos anuncian la sustitución de las estructuras físicas de las organizaciones para adaptarse a una descentralización, segmentación y hasta a la personalización de sus servicios lo más cerca posible de sus usuarios. En este nuevo espacio económico, los perfiles profesionales tendrán que ser redefinidas porque ya no será posible mantener un empleo estable y una especialidad tan definida como la de hoy. No sólo desaparecen muchas actividades tradicionales sino que las que se mantienen vigentes requieren una base tecnológica mucho más amplia e interdisciplinar para su efectivo ejercicio. Las transformaciones tecnológicas siempre exigieron grandes adaptaciones sociales. Alvin Toffler, en la "Tercera Ola"5 intenta explicar el fenómeno de estas transformaciones, que son cada vez más aceleradas y aumentan, cada día, las distancias dentro y entre los países y regiones del mundo.

La era de la información refuerza viejas desigualdades e inventa algunas nuevas. La globalización pone sus centros de decisión en manos las potencias mundiales y los negocios internacionales, en un nuevo orden global de la información (global information order). Este orden estaría basado en la creencia de que la innovación tecnológica es la fuerza transformadora del orden social. La globalización de los negocios, con la privatización de las telecomunicaciones y los medios de comunicación, ha entregado el privilegio de los conocimientos (patentes sobre nuevas formas de vida, nuevas técnicas de producción, DNA, algoritmos, fórmulas químicas, derechos de autor, datos y procesos) en manos de instituciones privadas y grupos de intereses. En la era de la información emergen nuevos actores como autoridades de facto en los diversos sectores de la economía.

La transnacionalización informativa es un instrumento de neocolonización. La información que recibe el mundo cada día, se encuentra monopolizada por las grandes agencias y medios de comunicación de los países capitalistas desarrollados. El sociólogo norteamericano Herbert Marcuse6 en su ensayo:

"Un hombre unidimensional", expresaba que “ante las características totalitarias de esta sociedad capitalista, la noción de la "neutralidad" de la tecnología no puede seguirse sosteniendo. La tecnología como tal no puede ser separada del empleo que se hace de ella; la sociedad tecnológica es un sistema de dominación [...] La razón tecnológica se ha hecho razón política.

La rapidez y constancia de los cambios en el mundo de hoy, es lo que da forma a la definición de tecnologías de información, porque el término, aunque puede ser aplicable a otros modos de comunicación, es prácticamente moderno y es reconocido a partir de la revolución que se observa en el mundo actual, caracterizada por la informática, la computación e Internet. Es decir, de tecnologías de información y comunicación se habla a partir del instante en que la sociedad comenzó a experimentar cada vez más rápidos y continuos procesos de cambio; cambios sustentados en un constante progreso de la informática y las telecomunicaciones.

Las tecnologías de información y comunicación comprenden aplicaciones, sistemas, herramientas, técnicas y metodologías asociadas a la digitalización de señales analógicas, sonidos, texto e imágenes, manejables en tiempo real. Se relaciona con equipos de computación, software, telecomunicaciones, redes y bases de datos. Las Tecnologías de Información y Comunicación se refieren a todos los instrumentos, procesos y soportes que están destinados a optimizar la comunicación humana. Se puede incluir a los medios de comunicación (Radio, Prensa, Televisión) dentro de la concepción en el sentido de que son instrumentos que facilitan y mejoran el proceso comunicativo del hombre, al hacer de éste una actividad de alcance masivo.

Con la tecnología surgen nuevas formas de comercio y de trabajo
Las tecnologías de información y comunicación, como creación del hombre, logran superarse y mejorarse a sí mismas. Los medios de comunicación suponen nuevas formas de transmitir y recibir información, permiten nuevas formas de trabajo. Además, como todos los adelantos tecnológicos que se han dado hasta ahora, son puntos de referencia en la historia de la evolución humana, que sufren también las consecuencias de los cambios constantes y emergentes de las TIC´s que, desde la informática, las telecomunicaciones e Internet, han realizado diversas aportaciones a los medios de comunicación, no sólo en cuanto al mejoramiento y optimización de sus particulares procesos de producción, sino en los modos de transmisión de sus mensajes, en la forma como se relacionan con el público y en su gestión, tanto interna como externa. Pero hay más, la era de la información abre a los medios de comunicación un sinfín de nuevas oportunidades de trabajo, nuevas áreas de acción y nuevos mercados. A partir de la incorporación de nuevas tecnologías el trabajo dentro de los medios de comunicación social se ha hecho menos laborioso, más eficaz, óptimo y con estándares de calidad adaptados a la constante evolución humana.

Los medios de comunicación conforman un sector particular que muchas veces es separado del área industrial y se conciben como una empresa en cuanto son organizaciones que desarrollan un determinado proceso de producción para cumplir con un determinado servicio. Si Internet y las demás TICs emergentes en la Sociedad de la Información han tenido su impacto en la manera cómo se practica la gestión en las organizaciones empresariales, es obvio que también generan cambios sustanciales en la forma cómo se gestiona un medio de comunicación.

La Sociedad de la Información es un fenómeno mundial que tiene lugar a partir del momento en el que personas, instituciones y empresas -apoyadas en el uso de ordenadores, telecomunicaciones y software - se conectan para interactuar con la finalidad de comprar, vender o intercambiar información.

De esta sociedad o revolución de información se desprenden nociones como el comercio electrónico y la gestión de conocimiento. En el caso de las empresas, la revolución de la información permite cambiar radicalmente los procesos comerciales y de gestión, y se colocan a la vanguardia las organizaciones tecnológicamente más innovadoras, creando un mercado global más competido, sin fronteras, y obligando a las empresas a un constante cambio como única manera de sobrevivir y triunfar.

Entre las ventajosas características que se reconocen a la revolución de la información, destaca el crecimiento vertiginoso de la capacidad de las los ordenadores para procesar y almacenar información, cada vez más a menor coste.

Un Sistema de Información comprende todas las formas de tecnologías de información y comunicación aplicadas a una situación organizativa específica. En principio, los sistemas de información se utilizaron para automatizar el procesamiento de datos. A medida que se desarrollaron en el área tecnológica más y mejores aplicaciones para el procesamiento de datos, los gestores y académicos comenzaron a entender que los datos, en formato electrónico, podían transformarse en información útil para el control y la gestión dentro de las organizaciones.

A partir de aquellas nociones también nacen los conceptos de Gestión del Conocimiento: la información se reconoce como un factor de éxito empresarial y cada día es más abundante y diversa, procedente de múltiples fuentes y en diferentes formatos, por lo que la estrategia competitiva de las empresas debe centrarse en acciones e instrumentos que permitan recoger, ordenar, explotar y manipular información para obtener de ella un valor añadido. Lo importante no es la información en sí misma, sino la cantidad y clase de conocimiento que puede obtenerse de ella. La Gestión del Conocimiento parte de dos premisas:

- El conocimiento es un recurso valioso; debe adquirirse, clasificarse, conservarse y explotarse con la intención de lograr los objetivos de la organización.
- La gestión supone una planificación, un proceso que debe formar parte de las demás actividades cotidianas de la organización en la cual se aplica.

La Gestión de Conocimiento
Se define así al proceso sistemático de encontrar, seleccionar, organizar, disponer, presentar y compartir información, para transformarla colaborativamente en conocimiento, con el fin de obtener una mayor comprensión del entorno y los procesos, desde la propia experiencia de los organizaciones. La gestión del Conocimiento se fundamenta en la tecnología aplicada a la información y la comunicación, porque al tratarse la información de un activo tan relevante –capital intelectual – se requiere de especialistas que manejen las tecnologías, estructuras, modelos y recursos apropiados para que esta fluya.

En la gestión del Conocimiento tienen los medios de comunicación diversas herramientas que contribuyen a impulsar su éxito. El comercio electrónico o e-commerce, comprende el intercambio de bienes, servicios e información electrónica y se extiende hasta la promoción, publicidad de productos y servicios, contactos entre agentes comerciales, soporte post-venta, investigación de mercados, etc. Todo dentro del ambiente electrónico fundamentado y soportado principalmente en Internet. En el caso de los medios de comunicación tradicionales, existen dos vertientes:

- Los que ya cuentan con un Sitio Web
- Los que no están en Red pero utilizan Internet como canal de comunicación.

En cuanto a los medios de comunicación que aún no están en la Web, las actividades de comercio electrónico se limitan al envío y recepción de mensajes vía e-mail, con la intención de hacer promociones de sus servicios, recibir comentarios y establecer formas más atractivas de comunicarse con el público. Igualmente, un medio de comunicación que asume su condición de anunciante y contrata publicidad en algún sitio Web, también practica comercio electrónico. Para los medios convencionales que están en la Web, el reto es ofrecer información, ya sea noticiosa o de entretenimiento.

Existe una relación directa entre Internet y los conceptos de Revolución y Sociedad de la Información y el Conocimiento, porque Internet permite un flujo ilimitado de información y datos. Pero ¿quiénes se encargan de organizar los datos, de procesar y colocar en Red la información al servicio del usuario y de generar los contenidos?

La respuesta es simple: si en Internet todos pueden suministrar datos, ofrecer información y elaborar contenidos, desde el punto de vista periodístico la situación es más compleja, porque en los demás medios de comunicación que se conocen, son precisamente los comunicadores quienes tienen el deber y la responsabilidad de buscar los datos, procesar la información y elaborar el contenido que será expuesto a los usuarios. El comunicador social se convierte en un generador de contenidos por excelencia, por lo que, en la Web, los comunicadores sociales tienen una oportunidad única de expansión.

La red no sólo no va a acabar con el periodismo sino que, por la cantidad creciente de información que brinda, hace imprescindible un trabajo de documentación, selección y tratamiento de la actualidad que nadie sabe hacer como un periodista7, aunque se trata de un periodismo distinto del que se ha hecho hasta ahora, pues no todo aquel que tiene acceso a la Red tiene acceso a la información que busca, a algo relevante o de valor. El comunicador social es un "buscador" por excelencia de información, por tanto, también tiene en la Red el deber de servir al procesamiento y búsqueda de datos e información para la creación de contenidos útiles. En definitiva, la información ha dejado de ser un instrumento para producir bienes económicos, para convertirse en el principal de los bienes.

Las nuevas tecnologías están produciendo profundos cambios económicos y tecnológicos en el ámbito mundial, con consecuencias sociales, políticas y laborales de largo alcance. La tercera revolución tecnológica significa un cambio de paradigma. Económico porque la información es el rasgo esencial y materia prima básica de este nuevo modelo social.

La importancia de la tecnología de la información radica en su capacidad para expandir a través de las redes los conocimientos e innovaciones tecnológicas, facilitar su interconexión y reforzamiento mutuo, y transformarlos en procesos de información que multiplican el impacto específico de cada tecnología.

A diferencia de los medios de comunicación tradicionales, los nuevos medios de comunicación digitales permiten que sus usuarios sean no sólo consumidores sino también productores de sus propios mensajes. Los términos "comunicación", "información" "conocimientos" son muy familiares en ámbitos económicos y empresariales, y hasta en la vida cotidiana. El hombre, que fue siempre artífice de las comunicaciones, a través del lenguaje y la escritura, hoy en día se comunica exponencialmente a través de las nuevas tecnologías.

Hasta la sociedad de la información, las instituciones transmisoras de conocimiento habían sido sobre todo la escuela y la familia, y más tardíamente los medios de comunicación de masas. La propagación de los medios de comunicación cumplía una doble función: la de de trasmitir información y formar opinión pública. Sin embargo, a finales del siglo XX, el surgimiento de los medios digitales ha provocado la multiplicación del caudal informativo, y por ende, del conocimiento: El caudal informativo suministrado por Internet ofrece abundancia de contenidos a través de la Red y propicia infinitas posibilidades para el desarrollo de la comunicación, no solo mediante la multiplicación de canales de los medios masivos, sino también a través del desarrollo de las nuevas formas de comunicación interpersonal en los nuevos medios.

La multiplicación de las posibilidades de de comunicación también propician un aumento de los intercambios de personas y de bienes y servicios en todo el mundo. La Sociedad de la Información es una época de gran velocidad e intensidad de cambios, donde la información y la comunicación se han constituido en los bienes más preciados.

El eje central de los cambios es el proceso de globalización o mundialización, que erosiona las fronteras y modifica los ejes de decisión. De ahí que para abordar el fenómeno de la comunicación postmoderna y de Internet y las nuevas tecnologías acudamos a la metáfora de la "aldea global"8, acuñada por McLuhan, refiriéndose a que los medios de comunicación convertirían en globales los asuntos de alcance local.

En la base del desarrollo económico de la Sociedad de la Información se encuentra la convergencia tecnológica de la microelectrónica, los ordenadores, las telecomunicaciones y los medios de comunicación. Esta convergencia implica la integración de los canales que venían operando de manera diferenciada: la telefonía, el fax, la televisión, por la transmisión digital de información a través de diferentes interfaces, y un contenido que necesariamente se transforma en un lenguaje binario, para que puedan comunicarse entre si las diferentes redes, configuradas de manera diferente. El exponente paradigmático de esta tecnología convergente es Internet, conectada a través del mundo, ofreciendo múltiples servicios de comunicación: correo electrónico, teleconferencias, bancos de datos, boletines electrónicos, etc.

Los nuevos medios de comunicación han multiplicado la posibilidad de ofrecer información y ofrecen un gran potencial para la interactividad hombre-máquina. La Sociedad de la Información es entonces un modelo originado por medio de las nuevas tecnologías, de principios, organizaciones, instituciones que permiten hablar de un "nuevo modo de producción"9. A la vez que esa sociedad es portadora de riesgos y oportunidades para el desarrollo humano:

1) Desarrolla una economía predominantemente inmaterial;
2) Delimita nuevos escenarios que obligan a cambiar constantemente contenidos ideológicos, políticos, culturales y sociales;
3) Elimina las barreras geográficas y las distancias físicas;
4) Es un modelo social multipolar donde concurren diversos centros de poder e influencia, con mensajes y culturas de procedencia diversa;
5) Es un modelo social interactivo donde todos somos protagonistas y autores de nuestros propios mensajes y respondemos a los contenidos que otros nos ofrecen;
6) Es un modelo económico desigual, ya que la concentración de las tecnologías y de la información y el conocimiento se convierte en un privilegio de las sociedades más ricas;
7) Es un modelo social heterogéneo y desigual, incapaz de asimilar la gran cantidad de transformaciones recientes.

La nueva sociedad es una sociedad en la que se están disolviendo las instituciones sociales tradicionales, en las que se generan diferentes formas de relaciones sociales. Los beneficios que trae consigo la tecnología moderna son ampliamente conocidos: mayor productividad que proporciona a la sociedad unos excedentes que permiten disponer de más tiempo libre. Una vez cubiertas las necesidades básicas, la tecnología empieza a proporcionar beneficios cada vez más triviales, y es en ese momento cuando surgen esencialmente los problemas sociales.

Los desechos ambientales que produce la tecnología han creado nuevas formas de enfermedades y fomentado otras. El trabajo es más rutinario. La industria tecnológica ha desestructurado la familia, al tener que dedicar mucho tiempo al transporte y menos al cuidado de los niños. La ubicuidad de las comunicaciones y los medios de transporte anima a los jóvenes a dispersarse más del núcleo familiar.

En toda la historia de la humanidad, el hombre procura garantizar y mejorar su nivel de vida mediante un mejor conocimiento del mundo que le rodea y un dominio más eficaz del mismo, es decir, mediante un desarrollo constante de la ciencia. La ciencia es uno de los factores esenciales del desarrollo social y está adquiriendo un carácter cada vez más masivo.

Al estudiar los efectos de la ciencia en la sociedad, no se trata solamente de los efectos en la sociedad actual, sino también de los efectos sobre la sociedad futura. En las sociedades tradicionales había una armonía entre la naturaleza, la sociedad y el hombre.

Ahora bien, la ciencia trajo consigo la desaparición de este marco tradicional y una profunda modificación del ambiente. Los progresos de la ciencia han sido muy rápidos en los países desarrollados; en cambio, en los países subdesarrollados su adquisición es tan lenta que cada día la diferencia entre dos tipos de países se hace más grande (brecha digital). Dicho retraso contribuye a mantener e incluso a agravar la situación de dependencia de los países subdesarrollados con respecto a los desarrollados.

Sin embargo, el progreso es algo más que una cuestión de mercados, innovación tecnológica e industrialización; va más ligado al desarrollo de las libertades humanas fundamentales, como las libertades sociales, económicas y políticas que al desarrollo tecnológico. En las sociedades altamente tecnificadas, el hombre pierde la capacidad de elegir su estilo propio de vida porque el entorno laboral es cada día más complejo debido a los cambios tecnológicos y la incertidumbre que este hecho causa.

La economía es ahora global y tiene efectos significativos en nuestra vida. No solamente económicos sino sociales. La competitividad económica en el mundo se ha intensificado. Los países que jugaron un papel importante como productores de materias primas, ahora entran en la competición para todo tipo de productos, incluyendo los productos más sofisticados desde el punto de vista tecnológico.

Los países que desarrollan las tecnologías más avanzadas y logran incorporarlas más rápidamente en sus respectivas economías, cuentan con las tasas de desempleo más bajo. La nueva tecnología crea nuevos productos, una nueva dinámica y más productividad, pero también, en cierta forma, crea el desempleo en las regiones menos desarrolladas. El problema es que en el mundo global el Estado nacional no tiene mucho control de la economía, porque la economía es mundial.

En la historia de la humanidad, desde el punto de vista tecnológico, se pueden observar varios períodos de grandes cambios, que en los últimos siglos se fueron acelerando de manera imparable.

En la época neolítica (hace 10.000 años) surgieran las civilizaciones urbanas de la antigüedad, pero se puede hablar de una evolución lenta de la tecnología. La revolución neolítica consistió en la domesticación de varias especies vegetales y animales, y marcó el fin de una economía basada en la caza y la recolección. La agricultura y la ganadería permitieron por primera vez la existencia de excedentes alimentarios, de modo que no todos debían trabajar en el sustento de la comunidad. Se produjeron grandes aumentos de las poblaciones, y tecnologías tan importantes como el riego artificial, que condujo a la sedentarización de grandes poblaciones. Se inventaron las ciudades, donde surgirían la escritura y el comercio.

La segunda gran revolución tecnológica, la industrial, comenzó lentamente en Europa en el período que abarca desde 1760 hasta 1830. La estructura de clases de las sociedades fue cambiando con el fin del feudalismo y el ascenso de la burguesía como clase que aportaba un dinamismo desconocido hasta ese momento. Los grandes viajes, las exploraciones y conquistas emprendidos por las potencias encontraron su mayor motivación en la explotación de las riquezas naturales de las nuevas tierras y después en la actividad esclavista. Comienza el dominio de occidente sobre las demás culturas. También surgen los descubrimientos científicos, naciendo el deseo de poner a la naturaleza al servicio del hombre. La Revolución Industrial abarcó dos etapas sucesivas.

a) En la primera, se introdujo la máquina de vapor que reemplazaría a la energía hidráulica, cambiando completamente los métodos de producción, los sistemas de transporte (nacimiento del ferrocarril y de los barcos de vapor), los materiales (se reemplaza la madera por los metales), y se propició el desplazamiento de grandes cantidades de personas del campo a las ciudades, en función de la mecanización de las tareas agrarias.

b) En la segunda etapa, que duró desde mediados del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial, el petróleo reemplaza al carbón, la electricidad hace su aparición como fuente de energía y la industria química empieza a crear sustancias no sólo procedentes de la naturaleza.

Esta segunda revolución tecnológica llevaría aparejada una transformación social profunda, urbanizando la población y creando el proletariado Industrial moderno a costa de la población rural. El centro de todo este movimiento fue Europa y Estados Unidos.

En Japón comenzó la tercera revolución tecnológica, en la cual nos encontramos inmersos en la actualidad. La tecnología característica de esta última revolución es la informática, que hace posible auxiliar y hasta reemplazar muchas de las tareas humanas. La revolución social ocasionada por ella todavía no ha alcanzado su mayor apogeo, pero ya se vislumbran algunas consecuencias poco agradables como el reemplazo de la mano de obra no cualificada. La desocupación es uno de los problemas sociales y económicos más graves en todo el mundo. El fenómeno tiene causas complejas que no son las mismas en diferentes países, pero una de ellas es ciertamente el aumento de la productividad del trabajo humano, que es reemplazado por máquinas.

Este fenómeno no es nuevo, ya que la segunda revolución tecnológica produjo efectos similares. Los grandes cambios introducidos en la industria de esa época produjeron desplazamientos de poblaciones, cambios en los estilos de vida y también desocupación tecnológica. La mecanización agraria desplazó a las ciudades a miles de campesinos que allí formaron el proletariado urbano, con una grave pérdida en su calidad de vida. Otro ejemplo de innovación tecnológica lo constituye la invención de los sistemas de producción basados en la fabricación de máquinas, que marca el abandono del trabajo artesanal y el comienzo de la racionalización del trabajo.

El impacto social de las innovaciones en la tercera revolución industrial es el de la industria electrónica. La generalización de la radio, el teléfono, la televisión y la penetración de los productos informáticos en todos los aspectos de nuestra vida ha cambia nuestra civilización.

Conclusión
Los cambios tecnológicos, desde la antigüedad, generalmente habían tendido a facilitar el trabajo humano, reemplazando la fuerza física por la capacidad mental y la inteligencia de los trabajadores. En la actualidad, el desarrollo alcanzado por los productos informáticos tiende a reemplazar también la parte más rutinaria y mecánica de la actividad mental humana por el trabajo de las computadoras.

Por lo tanto, desaparecen numerosos puestos de trabajo que sólo exigen fuerza muscular y niveles bajos de capacitación. En cambio aparecen nuevos tipos de tareas que antes no existían. En la actualidad, quien no sabe manejar un ordenador, aunque sólo sea elementalmente, se considera casi un analfabeto. Este proceso sigue avanzando hacia la inteligencia artificial y la robotización, y nadie sabe hasta dónde podrá llegarse en esta dirección. Es evidente que tales desarrollos plantean problemas graves a la humanidad.

Es paradójico que el aumento de la productividad esté acompañado en todos los países occidentales de una creciente desocupación y malestar social, en lugar de bienestar. Es evidente que la organización económica y social deberá cambiar totalmente para que este desarrollo conduzca a una mejor distribución de los bienes y a una justicia social. En la época presente, todos los aspectos de la cultura están tan vinculados con la tecnología que es ésta determina el futuro de la humanidad como nunca antes lo hizo.


Notas:

1 Toffler, A. (1995): La empresa flexible, Plaza & Janés Editores, S.A., p. 45
2 Drucker, P. F. (1991): La gerencia de empresas, Edhasa, p. 134.
3 Senge, P. M. (1993): La quinta disciplina, Ediciones Granica, S.A., p. 71 y sig.
4 The Economist Intelligence Unit e-readiness rankings, July 2002. Cit. en <http://www.ebusinessforum.com/index.asp?layout=rich_story&doc_id=5768>
5 Toffler, A. (1990): La tercera ola, Plaza & Janés Editores, S.A. Plaza & Janés Editores, S.A., p. 118.
6 Marcuse, H., (2000): El hombre unidimensional: ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada, Editorial Ariel, S.A., p. 68.
7 Edo Bolós, C. (2002): Del papel a la pantalla: la prensa en Internet, Comunicación Social Ediciones y Publicaciones, p. 63.
8 McLuhan, M. (1996): Comprender los medios de comunicación: las extensiones del ser humano, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., p. 23 y sig.
9 Castells, M. (1998): La era de la información: economía, sociedad y cultura, Vol. I, Alianza Editorial, S.A., p. 52


Dr. Pedro Antonio Rojo Villada
Depto. de información y documentación, Facultad de comunicación y documentación.Universidad de Murcia, España.

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