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RELÁMPAGO EN REPOSO1

Por Diego Juárez
Número 62

 

A Inkram Antaki; maestra impecable e
intelectual moderna, en todo
lo que de profundo y significativo pueden
tener en la vida ambas frases escritas con el ejemplo.

 

A Federico Arreola; humor, ironía, sabiduría,
sensibilidad y compromiso: sin medianía.
 

No podríamos omitir las palabras de Demócrito, quien,
denominando “imágenes” a las divinidades dice que
el aire está lleno de ellas.
Hermipo.

 

Un contexto mínimo con ánimo robinhoodiano a flor de miel: de la polémica hago la mía sin más afán que polemizar respecto del caso Arreola, en medio del reinado de Ricardo I Corazón de León.   El miércoles 18 de octubre, alrededor de las 9 de la mañana, en el programa de radio Hoy por hoy de Carmen Aristegui, transmitido por la XEW de la cadena Radiópolis, ocurrió el siguiente diálogo telefónico:   

Carmen Aristegui (CA), conductora: Esta mañana recibí una llamada telefónica, y quien llamaba era Federico Arreola. Federico Arreola, fundador y exdirector del periódico “Milenio”, quien colaboró, por cierto, durante el proceso electoral con sus comentarios en una mesa de debate y polémica aquí en “W Radio”, hace apenas unos meses.   Bueno, pues me llamó y me comentó su salida de “Milenio”, de este diario que fundó, y me ha solicitado un espacio para comentar el asunto. Está en la línea telefónica el periodista Federico Arreola. Federico, buenos días.   Federico

Arreola (FA): Buenos días, Carmen. ¿Cómo te va? 

CA: Y tú... 

FA: Bien, pues este... ya no soy periodista ahora.  

CA: ¿Por qué?  

FA: Pues porque pasó una cosa muy rara; anoche, como a las 12:00 de la noche o después, no sé, muy tarde, me llamó Ciro Gómez Leyva, que es uno de los directivos de “Milenio” y es un muy buen amigo mío, y me dijo que mi columna de hoy no se iba a publicar y yo le dije: Supongo que tampoco las de los días subsecuentes; me dijo: Así es. Se enojaron ahí contigo, ahí en “Milenio”. Por lo que publiqué ayer, que se llamaba "Miseria de la Prensa".   Una columna en la que no critiqué, nada más... bueno, sí critiqué, hice una lista de las cabezas del lunes, no sé, de diez, 15 periódicos mexicanos, incluyendo todos los del grupo “Milenio”, los del grupo “Reforma” y otros, muchos otros, y eran muy similares; todos eran: "En Tabasco perdió López Obrador", etcétera, etcétera. Y bueno, yo decía que ya es ridícula, es intolerable esta campaña que se traen contra López Obrador y que eso no es justo y no se debe permitir, y aparentemente eso les molestó.   A mí me sorprende que nadie me haya dicho nada en el periódico, sino Ciro hasta las 12:00 de la noche. Yo te pedí que me dejaras difundirlo porque yo creo que esto no es más que parte de esta campaña de aniquilación que está en marcha en contra de todo lo que huela a López Obrador, a resistencia civil, a desobediencia civil; es un hecho que se cierran los espacios, en fin…   En una especie de invocación al David Hume de alcantarilla que algunos llevamos a flor de hiel: a los hechos que yo quiero me remito con descaro.  

El periodista Jenaro Villamil escribe en la revista Proceso de esta semana, número 1564, el reportaje Alianza en suspenso, en el que señala que el predictamen de la Comisión Federal de Competencia no favorece a la transacción que pretenden llevar a cabo Televisa y Grupo Multimedios Estrella de Oro de Monterrey para establecer una sociedad:

La operación entre ambos consorcios mediáticos, analizada por la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) en su expediente del 5 de octubre de este año, consiste en una sociedad entre el Corporativo Vasco de Quiroga, filial de Grupo Televisa, y Cable TV, de Multimedios, para controlar cada uno 50% de Televisión Internacional S.A. (TVI), empresa de señal restringida que controlará el mercado en 22 ciudades de Nuevo León y dará los servicios adicionales convergentes conocidos como triple play (audio, video e internet).

Grupo Multimedios Estrella de Oro de Monterrey es propietario de Milenio Diario, pertenecen al empresario Francisco González. La alianza con Televisa tiene antecedentes.

González fue socio de Emilio Azcárraga Milmo, padre del actual presidente de Televisa, poseía el 20% de las acciones del Canal 2 de Televisa Monterrey. Federico Arreola le expresó a Villamil, en el reportaje mencionado, que Francisco González era el hombre de Televisa en Monterrey.     

En ese mismo espacio Arreola confirma que la alianza regional que pretenden entablar las dos empresas tiene por lo menos un año de gestación. Comenta también detalles de la colaboración que Milenio Diario estableció con Televisa cuyo resultado concreto fue un programa mensual de televisión del periódico conducido por Carlos Marín.

Ahora, además de la alianza que pretenden establecer, se han incorporado a la planta de colaboradores de la televisora Ciro Gómez Leyva y el mismo Marín; y el conductor del principal noticiario de Televisa, Joaquín López Dóriga, se integró a la planta de columnistas de Milenio Diario.

Me da la impresión de que en la medida que se ha estrechado la relación entre ambas empresas de comunicación y, se fue dando por parte de las dos cierta afinidad hacia Felipe Calderón, y otros personajes del gobierno de Fox y del PAN; se volvía cada vez más prescindible Federico Arreola del proyecto periodístico y empresarial de Milenio Diario.

En este marco, considero que dos posturas de Arreola contribuyeron paulatinamente, primero a una especie de aislamiento, y luego a una ruptura fáctica con las decisiones del periódico interesado en establecer enfoques informativos compatibles con las posiciones del gobierno Federal, del presidente electo (y su equipo) y de Televisa.

La primera fue en el 2003, cuando, como el propio Arreola le cuenta a Jenaro Villamil, propuso la creación de una tercera cadena televisiva por parte de Milenio, El Universal y La Jornada. Incluso, en el reportaje de Proceso, Arreola señala que se llevó a cabo una reunión entre él, Francisco Ealy Ortiz, propietario de El Universal y Francisco González. Al parecer no fructificó esta iniciativa, aunque debió molestar a Televisa.

La segunda fue su acercamiento con la candidatura de Andrés Manuel López Obrador que tuvo su episodio climático cuando renunció a la dirección de Milenio para incorporarse a las redes ciudadanas y, en los hechos, formar parte del equipo del candidato de la Alianza por el Bien de Todos.

Siguió con su columna en el periódico aunque cada vez más se convertía en un espacio contrastante respecto de las opiniones del resto de la planta de colaboradores, articulistas y columnistas (a excepción de Marcela Gómez Zalce, quien ha sostenido una postura original, independiente y crítica); y en general sus puntos de vista eran discordantes con el sentido de la información presentada cotidianamente, en particular los temas políticos.

Es importante no dejar pasar un par de hechos. Las presiones que hubo en el 2005 para removerlo de la dirección de Milenio por parte del entonces Secretario de Gobernación, Santiago Creel. Y sus artículos en contra de la denominada Ley Televisa. Milenio Diario no criticó dicha ley ni publicó nada respecto de los casinos autorizados por Creel poco antes de dejar su cargo como responsable de la política interior del país.

En una referencia lejana al profeta Hildebrandus Modestus Jerónimus Fictitius, expresamos una revelación a flor de piel que tuvimos desde hace un tiempo: la salida de Federico Arreola se dará ayer.

Hola utopía. ¿Ya llegaste? ¿Ya estás aquí? No. Salí mañana y llegaré ayer.

Los intereses económicos y políticos de los propietarios de los medios de comunicación, salvo excepciones que hemos mencionado y aun reconocido en este espacio del afiche, subordinan sus políticas informativas, no al revés.

Me adelanto con pocos argumentos a las críticas por el mecanicismo del aserto anterior: pueden existir pequeñas islas de crítica y disidencia al interior de los espacios de los medios, por ejemplo, Monsiváis o Julio Hernández en Televisa, Ricardo Rocha en TV Azteca, Carmen Aristegui en Radiópolis, Lorenzo Meyer o Granados Chapa en el diario Reforma; no obstante, estos espacios representan una administración calculada del umbral de opinión respecto del poder político-económico, que los medios requieren para legitimarse como referentes/representantes de posturas públicas a partir de valores/principios sustentados en la objetividad, la credibilidad,  y la veracidad.

Cierto, los medios admiten cierta libertad de opinión pero en el inventario de pesos y contrapesos, esas opiniones representan poco en cuanto al lugar que ocupa el medio en el mapa de intereses de conservación y/o cambio del país. De los casos que citamos, Televisa, TV Azteca, Radiópolis y Reforma: ¿qué apuesta político-económica hicieron de manera institucional en el reciente proceso electoral? ¿A qué modelo de Estado o a qué política económica se han adscrito antes, durante y después de la coyuntura de las elecciones? ¿Qué tipo de orden, justicia, institucionalidad, y de concepción de desarrollo y democracia defienden? ¿Qué valor confieren a sus públicos respecto de los intereses comerciales, ideológicos y de poder que comparten con otros empresarios y con los grupos políticos del PAN y del PRI? ¿En la información que producen hay autorreferencias a su papel histórico en la cómplice legitimación del neoliberalismo y a los costos de éste en cuanto a crecimiento y desarrollo del país?

La apertura de los medios es real, es efectiva, pero es una concesión tímida a la diferenciación social, a los avances incipientes en la ciudadanización y a las demandas de información de diversos sectores de población.

¿Adónde queremos llegar? ¿A decir que la salida de Federico Arreola del Milenio Diario es irrelevante? No, en absoluto. Queremos decir que en cualquier momento, si así conviene, este periódico contratará a otra voz discordante que podría ser más crítica incluso, no necesariamente más lúcida; pero que no represente problemas para sus intereses o que no sea punto de tensión en las diversas sociedades/alianzas que pretende constituir en la expansión de sus fines financieros, económicos, comerciales y/o políticos. En caso de darse, mantendrá al periodista o analista hasta que pueda ser moneda de cambio para consolidar algún convenio o acuerdo. Es decir, cuando su cese sea una muestra de conducta adecuada o signo de buena voluntad si lo que se pretende es el establecimiento o consolidación de una relación armónica con sus interlocutores/cómplices/socios.

Con todo respeto a las voces/imágenes/plumas disidentes, críticas y comprometidas socialmente, que ocupan de manera digna los espacios abiertos por los medios, son parte de los recursos y bienes capitalizables por éstos en el momento oportuno.

Mi amor tampoco pudo salvar de la vida a… La droga la lleva a cerrar toda comunicación con el mundo o a mantener la mínima: sólo para conseguir su bendito veneno. Al principio era al revés, la cocaína la volvía sensible a los vaivenes de todo lo que la rodeaba y la introversión le ganaba un lugar en los corazones de la gente, la vinculaba con todos su solidaridad verbal en la que decía las palabras precisas y sabias, suaves y duras, para sacarte de la inanición y el nihilismo. La última vez que la vi su nariz era un chicle ensangrentado, los espasmos le sacudían el cuerpo y la hacían entrar en trances de distinta magnitud donde reinaban sombras que la perseguían, de quienes quería huir saltando por la ventana del séptimo piso. Prefiero no comentar las circunstancias que me llevaron a abandonarla en el departamento de mala muerte que compartíamos. De vez en cuando sale de su nirvana con ganas de matar. Recuerdo todavía la ocasión que me hablaron por teléfono en la madrugada para decirme que acudiera rápido a la delegación porque acababa de rebanarle el cuello a una mujer con una navaja que aparentemente llevaba debajo de su blusa.

El jueves 19 de octubre el Correo Ilustrado de La Jornada publicó una carta de Federico Arreola en la que, entre otros puntos, reflexiona a propósito de las razones que le “cerraron las puertas” del Milenio Diario:

La primera, porque estoy cerca de López Obrador, el líder político de izquierda al que han decidido exterminar el gobierno federal, el PAN, algunos empresarios y no pocos medios de comunicación, entre los que está “Milenio”.   La segunda, porque el “Milenio” que yo construí hace mucho tiempo que desapareció. Un amigo, cuando canceló su suscripción, lo expresó de la siguiente manera a la secretaria que le respondió el teléfono: "Señorita, ya no deseo recibir su periódico porque yo me había suscrito a “Milenio” y desde hace rato estoy recibiendo “Crónica".  

La tercera, porque la asociación de Televisa y la empresa editora de “Milenio” no ha sido autorizada por la Comisión Federal de Competencia. Así que algún estratega les pudo haber sugerido que sancionar a un lópezobradorista como yo podía ayudarles en su negociación con el gobierno encaminada a hacer posible esa operación.

Las razones expuestas por el excolumnista de Milenio Diario abonan en la sospecha que hemos venido sugiriendo. No obstante, el balance de esta experiencia, desafortunadamente común en el periodismo mexicano, estaría incompleto si dejáramos de señalar algunas implicaciones mínimas.

¿Qué ganamos los aprendices de ciudadanos con la salida de Arreola? La posibilidad de que este periodista, intelectual, hombre con sensibilidad social y compromiso político, esté pronto en espacios donde sus opiniones encuentren una plataforma más propicia para alimentar con ideas y argumentos nuestros sueños y delirios de cambio.

Milenio Diario, surgió generando expectativas importantes respecto de una oferta informativa progresista en materia política, económica, social y cultural. Como suele ocurrir, la forma de propiedad del medio, los intereses extra-comunicacionales y el perfil de los periodistas que se consolidaron en el proyecto (por ejemplo Marín, Revueltas, Gómez Leyva, Jairo Calixto Albarrán, etc.), llevaron a éste a un alejamiento de sus lectores (sinceramente confieso que leía este diario por Arreola, Gómez Zalce y a veces por Xavier Velasco, quien por cierto, me parece menos delirante, sugerente e innovador que, por ejemplo, cuando escribía en el suplemento La Guía de El Novedades; sus reseñas de música eran de antología).

¿La paradoja de Milenio Diario? Está más boyante como proyecto rentable en la medida que pierde lectores (de cantidad y de calidad –en esta última categoría no me incluyo-).

Uno de los problemas de los medios impresos es su déficit de lectores respecto de la capacidad potencial de producción y distribución de ejemplares, pero también es importante la calidad de los lectores (aunque seamos más, no representamos lo mismo quienes “leemos” el Ovaciones vespertino por la mítica página tres; que quienes leen la Economía Moral de Boltvinik, o el Desfiladero de Avilés, los análisis de Jalife Rahme, Soledad Loaeza, Rodríguez Araujo, Fernández-Vega, Rolando Cordera o Gregorio Sélser, por citar algunos casos; o ya no digamos a la inolvidable Inkram Antaki a la que algunos leían con deleite justificable).   

¿La paradoja de Federico Arreola? Estaba más presente como un periodista propositivo, irreverente, subjetivo, interesante y cercano a ciertos sectores de la sociedad, en la medida que se iba diferenciando del resto de Milenio Diario. Ahora que esta diferencia será más distante representará para él más libertad y la oportunidad de un mayor juego y experimentación (¿base de la innovación?), por lo mismo, de más riesgo. Arreola entra cuando sale y gana cuando pierde.

Arreola fue el iniciador de una historia, la de un proyecto periodístico que ahora pierde cuando gana. Deja un hueco en ese diario, nadie lo podrá llenar justo porque es fácil de ocupar por cualquiera. La sociedad gana un miembro/interlocutor válido, veraz y legítimo. Un tipo cada vez más compatible con ella en la misma medida en que era incompatible con el periódico de Francisco González, Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva, y sus nuevos socios y compañeros (Azcárraga Jean, Bernardo Gómez, López Dóriga, Loret de Mola, Adela Micha…).      

All you need is love. Buena parte de mi niñez y de mi juventud transcurrió atado a esa creencia. Con el paso de los años dejé de pensar en ello justo conforme mi experiencia demostraba la ingenuidad de tal idea, aunque nunca emprendí la introspección necesaria para desmitificar no ese concepto, sino la infancia que viví sujeta a esa máxima, o digamos mejor: principio. Justo ahora descubro que un trozo de mi existencia estuvo marcado por un signo vuelto designio. Con convicción lo sé hoy fallido.

En el marco expuesto podemos comprender la manera de actuar de Ciro Gómez Leyva, quien en su espacio de Radio Fórmula omitió referirse a este caso con los detalles (nunca explicó en qué había consistido la ofensa contra el periódico) y el compromiso profesional de un periodista que, por un lado es defensor de los derechos de Carlos Ahumada (seguramente los lectores recuerdan la aberración que llegó a manifestar en ese noticiario que conduce: Ahumada es un preso político), y por otro lado, se considera amigo personal de Arreola y se siente triste por la decisión de Milenio Diario. Reproducimos lo que expone Arreola respecto de Ciro en el Correo Ilustrado de La Jornada

“Molestó mucho lo que escribiste y se tomó esa decisión. Estoy muy triste". Estaba tan triste Ciro que, seguramente por eso, el miércoles 18 contó algo que de ninguna manera es cierto en su noticiario de Radio Fórmula: que se me había dado de baja de “Milenio”, “porque yo había ofendido a este rotativo”.   ¿En qué consistió exactamente la ofensa a ese rotativo? En sugerir que éste y otros diarios tomaron los resultados electorales de Tabasco para presentar el hecho como una derrota de Andrés Manuel López Obrador. Este ejercicio de Federico de cuestionamiento hacia su propio medio fue para Milenio Diario la gota que derramó el vaso y un buen pretexto para prescindir de sus servicios (citamos otra parte de la carta publicada por el Correo Ilustrado):   ¿Qué era lo que yo había escrito? El martes 17 de octubre, en mi columna de “Milenio Diario” -el periódico que fundé, que dirigí varios años y del que fui columnista hasta ese día- simplemente hice una lista de los encabezados que no pocos periódicos mexicanos publicaron el lunes 16 de octubre, un día después de los comicios de gobernador de Tabasco. Los reproduzco aquí:   “Pulso” de San Luis: "Revés al PRD y López Obrador". “Express” de Nayarit: "AMLO hunde al PRD". “Diario Olmeca” de Tabasco: "Aniquila a Ojeda, hunde a Obrador". “Reforma” del DF: "Dan revés a AMLO: gana PRI Tabasco". “El Norte” de Monterrey: "Dan revés a AMLO". “Palabra” de Saltillo: "Dan revés a AMLO: gana PRI Tabasco". “Mural” de Guadalajara: "Dan revés a AMLO: gana PRI Tabasco". “Crónica” del DF: "AMLO toca fondo: el PRI arrolló en Tabasco". “Excélsior” de la ciudad de México: "AMLO cae en Tabasco". “Milenio Diario” del DF: "El PRI arrasa con López Obrador en Tabasco". “Milenio Diario” de Monterrey: "El PRI arrasa con López Obrador en Tabasco". “Público” de Guadalajara: "El PRI arrasa con López Obrador en Tabasco". “Milenio Diario de Tampico”: "El PRI arrasa con López Obrador en Tabasco". “La Opinión Milenio” de Torreón: "El PRI arrasa con López Obrador en Tabasco".   Concluí el texto diciendo: "Buena parte de la prensa mexicana sigue sin tocar a Calderón, pero eso sí, se ve decidida a aniquilar a López Obrador. No lo conseguirá. Esa injusticia no se concretará".

 

De este hecho me parecen importantes tres implicaciones. La primera que ya señalábamos, es inusual en la prensa mexicana, y en general en todos los medios de comunicación, la autocrítica o, como en este caso, la crítica hacia el medio por parte de alguno de los comunicadores que éste acoge. Estos usos y costumbres los subvirtió Arreola. Milenio Diario por lo visto fue incapaz de admitir una disidencia respecto de su línea editorial, y menos aceptará que ha tomado posición en el momento político actual por una opción distinta, contrapuesta, a la de su fundador y excolumnista, y a la de cerca de 15 millones de electores. Que tome posición no es el aspecto central (al contrario sería mejor que esto ocurriera en todos los medios), sino que se revele la falsa objetividad con la que el diario y sus principales cabezas tratan de disfrazar sus opiniones respecto de los acontecimientos públicos. Nadie dentro de los medios señala la hipocresía de los medios sin recibir algún tipo de sanción.

La segunda se refiere a la demostración. En la prensa mexicana, y en general en todos los medios de comunicación, en contadas ocasiones se llevan a cabo demostraciones puntuales respecto del comportamiento de las instituciones. Se tiende a expresar mediante ambigüedades sospechas o dudas. Esto forma parte más de un enjuiciamiento moral que de un examen racional. La presentación por parte de Arreola de los títulos de los diarios da una base incontrovertible a su dicho que obligaría a una discusión con argumentos de parte de Milenio Diario para rebatir la “ofensa”. Pero sabemos que éste no es el tono de los medios, son más propensos a responder con recursos expresivos efectistas, fulminantes en sensaciones y huérfanos de razones. Federico subvirtió una de las prácticas habituales del periodismo, centrada más en el punch y la desacreditación de famas según convenga a intereses (a veces ajenos a los de la información en sí), que en la certeza y validez de los argumentos. Nadie demostrará que lo mostrado por los medios es distinto de lo que quieren representar, cuando sólo con apreciaciones basta para expresar en términos de medias verdades o medias mentiras, o a medias respecto de nada, lo que se quiere resaltar, ocultar o desenfocar (total, estas expresiones a medias se desvanecen con facilidad o se diluyen sin problemas en la simulación que suele generar complicidades). Quien lo hace está condenado a ser marginado o expulsado del gremio. Me parece que los comunicólogos con sus análisis de contenido, estructuralistas o del discurso, pondrían en serios predicamentos a los medios.

El tercer aspecto se refiere a la toma de postura directa, abierta y apasionada de Arreola en la columna de ese día y, en toda su trayectoria. Atenta contra la neutralidad que permite construir una impunidad de la cual se aprovechan muchos periodistas para tener compromisos sin dar cuenta de ellos. La transparencia se aplica a los otros no a los jueces. En el fondo este es un principio (norma) incuestionable (por voluntad y/o circunstancia) de comportamiento dentro del ámbito de los comunicadores. Quizás algunos lectores recuerden que nos referimos a este tema en uno de los primeros afiches. Este mito configura uno de los bastiones desde el cual se edifica un poder. A los medios y los periodistas éste les permite vincularse con otros espacios de poder (algunos francamente entran en colusión) con una legitimidad cuestionable asociada a una responsabilidad hacia el público al que dicen informar con objetividad y con quien, afirman, tienen el compromiso heroico de presentarle los hechos como son. El “cinismo” de Arreola revela la  falta de sinceridad del gremio. Obliga a la toma de posición, a la claridad, a definir de qué lado está uno.

Si por estas razones también ha salido Arreola de Milenio Diario y se ha diferenciado/distanciado de Marín y Gómez Leyva, y de otros periodistas/comunicadores de éste y otros medios con prácticas anquilosadas y gansteriles; celebro, con todo respeto, su despido, en efecto no son las formas como él reclama, pero bien vale esa descortesía si está tejiendo junto con otros personajes conocidos y no tan conocidos de los medios, una práctica distinta de la comunicación.

Los actuales usos y costumbres, principios y normas, actitudes y comportamientos del periodismo requieren también una revisión y crítica profunda; como hemos sugerido aquí a otras esferas públicas. Algunos grupos sociales, quizás minoritarios como reseñan los diarios, demandan otro tipo de información, exigen un comportamiento distinto de los medios, no aceptan la actitud servil hacia el poder de los periodistas y, en efecto, reaccionan con agresividad a las prácticas de desestimación u ocultamiento de las otras realidades inconvenientes, de las otras voces a las que no se da espacio ni cuentan, y de los movimientos visibles y soterrados de inconformidad que se están presentando en varias partes del país.

Por supuesto no deseamos que las cosas pasen a mayores, esto lo subrayamos, porque es una convicción personal; pero en el caso de algunos medios, empeñados en la defensa exclusiva de sus intereses asociados con los grupos de poder real, no sólo se están quedando fuera del cambio o son un obstáculo para éste, terminarán por ser removidos cuando sea imprescindible para la gente hacerlos a un lado con el fin de hallar canales de interlocución, de expresión y de participación efectivos.

Espeso. Multiétnico. ¿Cuántas vidas valen tu gas y tu petróleo? ¿Cuántas vidas vale tu vida? En Nueva York y Londres se decide tu destino de voluntad desterrada: brocas, plataformas, ductos. Extraño presentimiento: apocalipsis, de las profundidades de tus aguas coléricas los dragones despertarán y se levantarán a vomitar las tinieblas del mundo. Rasputín. Chechenia of my mind. Mar. Cuanta razón tenía Pete Towsend: “el mar no rechaza río alguno”. Ahora acoges en tu seno los ríos de sangre: Caspio.

¿Cómo se dará el cobro de facturas por parte de ese sector agraviado de la sociedad? Es una incógnita, es impredecible. Lo que no requiere mucha intuición es la convicción de que si esto ocurre un día no muy lejano (a saber), uno de los periodistas respetados será Federico Arreola. No por su crítica a los valores que hacen del periodismo una práctica en sentido contrario a la modernidad. Sí por su pasión a favor de construir política, económica y comunicacionalmente, desde ahora, un proyecto institucional que evite llegar/llevar al país a las últimas consecuencias de marginación, exclusión, pobreza y desigualdad, que son condiciones explosivas desde donde se puede generar un resentimiento virulento probablemente incontrolable.

¿Apocalípticos? No, simplemente integrados a la cultura de masas y creyentes (aspirantes/suspirantes) de una ontología en la que no se oponen razón y locura. Como decía la doctora Antaki: el hombre es un loco-sabio.

A propósito de la posibilidad de un resentimiento virulento. En el ensayo La naturaleza humana que forma parte del libro Ciencia de El banquete de Platón, Inkram Antaki escribe:

La verdad humana conlleva error. El orden humano conlleva desorden. Los progresos de la complejidad, de la invención y de la inteligencia de la sociedad, se han hecho por causa de, con, y a pesar del ruido, el furor, la demencia, el error y el desorden.
 
Finaliza con una cita de Rimbaud:

Acabo por encontrar sagrado el desorden de mi espíritu.
   
Puntualizo respecto de esto un rasgo determinado por aspectos conscientes y/o inconscientes, se fusiona al espíritu y constituye con éste una fuerza de cambio: la rebeldía.

Inkram Antaki, Federico Arreola y mucha gente perteneciente a diversos sectores sociales, fueron y son rebeldes con espíritu generoso. Esto nos hace abrigar ilusiones melodramáticas (estamos propensos dada nuestra integración a la cultura de masas): lo que puede impedir las catástrofes locales, el apocalipsis global, es la globalización de las rebeldías con espíritu y de los espíritus rebeldes, para hecernos una humanidad como destino planetario, en el sentido expuesto por Edgar Morin en su texto Los siete saberes necesarios para la educación del futuro:

La humanidad como conciencia común y solidaridad planetaria del género humano.  


Notas:

1 El título es un préstamo tomado del poema de Octavio Paz:

Relámpago en reposo

TENDIDA,
piedra hecha de mediodía,
ojos entrecerrados donde el blanco azulea,
entornada sonrisa.
Te incorporas a medias y sacudes tu melena de león
Luego te tiendes,
delgada estría de lava en la roca,
rayo dormido.
Mientras duermes te acaricio y te pulo,
hacha esbelta,
flecha con que incendio la noche.

El mar combate allá lejos con espadas y plumas.


Diego Juárez Chávez

Tlalnepantla, septiembre 2006.

 

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