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RETRATO DESVAÍDO DE UNA CABEZA EXILADA
DE SU CUERPO DESVALIDO

Por Diego Juárez
Número 62

 

A Héctor Martínez Reyes; maestro de la prestidigitación,
el secreto de sus trucos tiene un principio existencial:
hacer sentir bien a la gente hasta desternillarse nomás de alegría.

 

A Leti González Franco, mujer aguerrida… fractal del universo cortazariano:
Se hace lo que se puede y se puede lo que se hace.

 

Calaveras y Diablitos:
 “…No quiero morir sin antes haber amado,
pero tampoco quiero morir de amor,
calaveras y diablitos invaden mi corazón ”
Los Fabulosos Cadillacs.

 

Iniciamos este afiche con una de las crónicas musicales de la ópera rock Un día esplendoroso (zplendoloroxo) en la vida de un punknihilista de la cofradía de los kabexas caztradax, del pianista celta Abraxas Sleepwalk Morphine, fundador y líder del grupo Underground Sky:  
     
Lluvia incesante. ¿Tormenta? Mi oficio de taxidermista dispara mi mente hacia atmósferas de desgarramiento físico de reptiles y mamíferos, mientras con destreza manejo el bisturí y corto fino; no siento nada cuando el sufrimiento cede con el último latido. Hoy estas imágenes coexisten por primera vez con un dolor moral y emocional que abandona mi espíritu en la nada. Estoy parado justo en la esquina, o casi, de la rue n y de la street x. Acogiéndome a los subterráneos del balcón de un departamento demodé de primer piso. No sé si espero que amaine, escampe o se haga de noche. El caso es que la intensidad es mayor. Se ha estacionado en cuasi diluvio. Permanezco aquí no por el agua, sino porque sé que me voy a ir para siempre de su vida. Me había echado antes pero nos faltaba tocar fondo. El portazo de la tarde abrió la puerta a una desgracia que venía de siglos atrás; sí, exagero, pero a estas alturas qué más da poner un tiente trágico a la inefable comedia. Está en su departamento del edificio de la contra esquina y yo no quiero refugiarme en el mío, al otro lado de la ciudad o a hora y media, mínimo, de camino. Por lo visto no terminará de llover nunca, no sé si me iré. La verdad el dolor es consecuencia justa de mi irracionalidad y enfermedad. Pretender resucitar lo que maté con mi irresponsabilidad es algo pueril. La rabia y el resentimiento han provocado en mí un impulso irrefrenable: hacer lo que esté al alcance de mi mano para que todo vaya peor. Arrastro una indiferencia endémica: la vida y la muerte están igual de podridas. Que se haya ido al quedarse en su piso hace que, a pesar de salir, me haya quedado. Nunca pensé que el infierno fuera tan húmedo y frío… un alivio insoportable.

A pesar del sentimiento lacónico exponemos esta manifestación de la cotidianidad como un fresco desvaído de los estallidos con los que la vida retrata su intenso sentido paradójico.

Las paradojas expresan incompatibilidades entre dimensiones opuestas o aun extrañas respecto de las habituales, convencionales, aceptables, verdaderas o correctas, atribuidas a una entidad o identidad. A propósito un ejemplo plasmado por un sicario anónimo en una pared de un vecindario arrabalero de Cali: tengo muchas ganas de vivir por eso me quiero morir.

Hoy llueven palabras. Tormenta de expresiones. Infinidad de riachuelos de letras pueblan las calles. ¿Cuántas lexias podrían construirse con este diluvio? El universo. Paradoja: mientras todo se vuelve río, laguna, lago, mar, océano lingüístico; las palabras me deshabitan, mis pensamientos se desvanecen y comienzan a gobernarme las tinieblas: reina el silencio1.

La controvertida filósofa del movimiento brasileño punkskato autodenominado Amazonambuluxdemenxtruction, Hemerta Madredeus Antúnez, señala que cuando reducimos la vida a una expresión mínima, el resultado no es un átomo o carbono, sino una paradoja que le confiere un sinsentido aparente; que nos revela que en nuestro origen y destino, si existe un determinismo, en todo caso éste se caracteriza por: no hay causalidad, todo es producto del azar y hay autonomía en todo.

Si pudiéramos caracterizar el ánimo que guía este afiche, diríamos que lo invade una especie de cáncer de la paradoja cuyo desenlace es un escepticismo, que en términos gráficos es similar a la  situación descrita en el Tratado de autoconmiseración de un skinhead sin pene del cronista de las zonas oscuras y densas de Bucarest, el poeta rumano Dimitri Brush Deleuze:

Los primeros signos fueron dolores de cabeza sin dolor. Pequeñas fugas de mí. Salidas a ningún lugar donde me perdía sin recordar adónde iba y de qué sitio provenía. Después fueron los intentos de suicidio y de asesinato, según relatan mis detractores. Luego mi cabeza se salió de mí, no sé si voló con algún viento o con algún movimiento brusco se desprendió; algunos andan con la patraña de que yo mismo la arranqué de tajo y la arroje del automóvil en marcha. Finalmente, me he dado cuenta con horror que quedé prisionero en la cárcel recóndita de esa mixtura de masa encefálica, cráneo y piel que rueda por el pavimento sucio. 

Queremos aplicar nuestra predisposición escéptica y de paradoja para sostener una objeción a la opinión pública. Término con el que los medios de comunicación y los analistas políticos justifican una aprobación de los ciudadanos al presidente formal de México, Felipe Calderón Hinojosa, luego de casi 5 meses de su gobierno.
De retrato desvaído puede ser la forma de representar mejor la situación de la opinión pública: se apela constantemente a ella, se da por entendida y no obstante, su misma definición es ambigua y su existencia es, en no pocas ocasiones, puesta en duda. Lejos de sorprendernos por tal situación, sería tanto como darle un carácter excepcional a tal hecho, pensamos, en un sentido opuesto, que se trata de un lugar común; lo más probable es que, después de aplicar un ejercicio reflexivo básico, los conceptos, valores, normas e ideas en los que se finca y mueve la sociedad, resulten inconsistentes. Preguntar por ellos más allá de su expresión y popularidad, nos lleva a callejones sin salida aparente: sí, pero no
Visto en perspectiva general, las fronteras que separan un momento o estado de otro, son líneas arbitrarias e imaginarias: ¿qué es lo que divide lo normal de lo anormal?, ¿dónde está la línea que distingue lo público de lo privado?, ¿la opinión es una actitud o una expresión? La forma de plantearnos las preguntas y de resolverlas está en función de nuestra posición, intereses, expectativas y un conjunto de razones.
La tarea de los analistas formales interesados en la definición de la opinión pública se encamina a recortar posibilidades con la finalidad de establecer alguna correcta. Así por ejemplo, mientras para un clásico como Young, la opinión es de carácter verbal y simbólico, para Sprott, otro célebre experto, es una actitud2. Si tomamos esta ruta, empezaríamos con otra disquisición, ¿por qué para Young o Sprott la opinión es lo que es y no otra cosa?, e incluso saliéndonos de la diferenciación y viéndolos como “ambos”: ¿Qué tienen en común sus planteamientos y por qué?
Percibiríamos así varias cosas, una sería encontrar en ambos una perspectiva psicologista que contrasta, hasta cierto punto, con la exposición de la espiral del silencio de Noelle-Neumann3, quizás porque ésta noción está inserta en disciplinas sociopsicológicas. Si buscamos en otras disciplinas probablemente encontraremos otras aportaciones relacionadas con la opinión pública, lo mismo ocurriría si lo miráramos desde un desenfoque que nos arroje el retrato desvaído de una cabeza exilada de su cuerpo desvalido: ¿plantearíamos a la opinión pública desde una perspectiva de causalidad múltiple y de incertidumbre en su determinación como si se tratará de algo multidimensional, relativo y variable; como si le aplicáramos una perspectiva reticular-circular, en vez de una lineal? Es probable que entre los resultados tengamos a la opinión pública como un campo multidisciplinar donde convergen-divergen la sociología, la ciencia política, la semiótica, la antropología, la biología, las matemáticas, la cibernética, la comunicología, la psicología, la ecología, la lingüística…

Imaginada así, la opinión pública admitiría en términos formales una especie de autorreferencia que se revertiría en su identidad, prácticas, tecnologías, sentido y finalidad (autoconciencia): ¿la opinión pública es un espacio por/para/con/de los ciudadanos o, así como se presenta/usa por el poder es una ficción de una aparente representatividad del pensar/sentir/hacer/vivir de la gente (a la cual en el fondo se posterga o excluye) dentro de la pretensión de una sociedad democrática? En suma: ¿Qué lugar ocupan en el proyecto de gobierno de Calderón los más de 50 millones de mexicanos que viven en la pobreza?, ¿qué peso tienen estos compatriotas en la definición del proyecto de país?, ¿de qué manera las necesidades, intereses, preocupaciones de los pobres y marginados se proyectará en el diseño de las políticas públicas?

Nos invade la desconfianza y el escepticismo: nuestra opinión pública aprueba a un gobierno que trabaja para cierta parte de la sociedad, la de los grupos de poder, la de los grandes empresarios, la de los grupos convencidos de vender el patrimonio nacional. Una opinión pública que antes aprobaba a un gobierno responsable/cómplice de las represiones a los globalifóbicos en Jalisco, de las violaciones a las mujeres de San Salvador Atenco, del escalamiento y de la violencia posterior contra la APPO en Oaxaca. Y ahora resulta que palomea una presidencia complaciente con un grupo del Ejército responsable de la violación y muerte de una anciana en la sierra de Zongolica en Veracruz, a un presidente que deja pasar y hacer la violencia simbólica de los grupos de ultraderecha en contra de los representantes de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal a favor de la despenalización del aborto.

Esta opinión pública no expresa un consenso, no manifiesta la postura de todos, o por lo menos de la mayoría; es el punto de vista dominante de ciertos medios, de algunos analistas y periodistas, de determinados grupos que expresan su visión del país, que cuentan con los medios económicos para amplificarla y aun hacerla pasar como la de todos.

Quizás exageremos, pero no puede descartarse tampoco lo siguiente. ¿No será esta expresión de la opinión pública que aprueba a Calderón, uno de los saldos de lo que advierte José Antonio Crespo, catedrático-investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), como riesgos del idealismo democrático (en su artículo Democracia Real. Del Idealismo Cívico al Civilismo Racional, publicado en el número 18, volumen 5, de abril-junio de 2001, de la revista Metapolítica)?:

La creencia de que es posible alcanzar sus objetivos concretos -gobernantes virtuosos, consensos políticos y sociales, unanimidad en torno de un ideal colectivo, participación directa permanente de los ciudadanos, entre otros-, el idealismo riega el campo del autoritarismo, que se vale de tales valores y objetivos para disimular prácticas excluyentes, impositivas, censoras y represivas. El discurso político de las dictaduras no suele diferenciarse gran cosa –a veces prácticamente nada- de los términos y concepciones propias del idealismo democrático.
 
La nueva geometría no configura, desfigura, transfigura. Intenta dar cuenta de lo nebuloso, de lo monstruoso. Representa construyendo imágenes cercanas a una zoología fantástica o a un catálogo de entes fantasmagóricos. No calcula ni mide, desparametriza el universo: fotografía desfocalizada del caos y azar; de los delirios y estallidos. Está más cercana a las representaciones del horror o la desolación elaboradas por artistas alcohólicos y drogadictos. No es una geometría base para inventar las matemáticas, la física, la mecánica, la biónica y la robótica, que cambiarán el mundo, que nos hará más productivos y felices. La nueva geometría es dinamita para pulverizar todo; expresa el hastío, la rabia y la irracionalidad propia de lo peor de la vida. Geometría de la decadencia4.

En el texto Visiones sobre el México finisecular, que presenta la conversación entre el filósofo Cornelius Castoriadis y la comunidad universitaria del ITESO, publicado en el número 18, volumen 5, de abril-junio de 2001, de la revista Metapolítica, el pensador franco-rumano señaló:

La democracia no es un modelo institucional con determinada forma, sino sobre todo, la autoinstitución explícita reflexiva de la sociedad. Y la verdadera democracia es aquella en que todos participan en la toma de decisiones. Es un espacio de opinión (doxa) en el que todos pueden participar, formando ciudadanos capaces de gobernar y de ejercerla de manera directa. La democracia es conocimiento y participación de todos en el establecimiento de la ley.

A esta posición respecto de la democracia añade algunos calificativos que nos la presentan como una modalidad de autorreflexión social a propósito del destino de la sociedad local y global:
 
La democracia conlleva movimiento, versatilidad, como parte de su dinámica. El espacio democrático se interroga sobre las mejores instituciones, no instrumentalmente, sino en torno al sentido de justicia: para establecer una sociedad tan justa y libre como sea posible. La idea de la modernidad sobre la autorreflexividad, individual y colectiva, supone retomar el rumbo para construir una democracia, en sentido eminentemente participativo, a escala planetaria: la especificidad de la civilización occidental es esa capacidad de ponerse en cuestión y de criticarse a sí misma.

Culmina esta parte de la exposición planteando en términos pragmáticos, la condición de interlocutores ciudadanos que debe existir para profundizar la constitución de la democracia más allá de la esfera electoral:

De manera que la competencia electoral entre los partidos no supone ningún avance democrático de fondo, si al mismo tiempo no incorpora la posibilidad de que los ciudadanos puedan actuar como interlocutores en la esfera pública, por ejemplo, en el diseño de políticas públicas y en su instrumentación social participativa.

Regresamos a nuestra discusión: la opinión pública con la que se nos pretende convencer de la aprobación creciente al gobierno de Calderón, ¿es un espacio real y concreto de participación en el que los ciudadanos actúan como interlocutores en la esfera pública y como contrapeso efectivo al ejercicio del poder?
Las investigaciones realizadas, el manejo informativo (y la actuación general) por parte de los distintos niveles de gobierno y de los diversos organismos, el trabajo desarrollado por los medios de comunicación, en el caso de la mujer violada por miembros del Ejército en la sierra de Zongolica, ¿reflejan que en efecto estamos en una democracia que es conocimiento y participación de todos en el establecimiento de la ley? ¿Realmente estamos hablando en este caso de un funcionamiento institucional que proyecta a una sociedad profundamente justa y libre?
Al parecer no se cumple el criterio axial sociodemocrático que sustenta a una opinión pública de una sociedad libre y justa, ni se cumple el criterio axial sociopolítico que fundamenta a una sociedad democrática donde funciona a plenitud un espacio público de reflexión y actuación que mandata al gobierno y contribuye con su poder a la configuración del destino de la sociedad.
En México estamos todavía en una orfandad  de una política realmente de tipo democrático, ésa que en palabras de Cornelius Castoriadis:

Implica una institucionalidad que permite y promueve su propio cuestionamiento. Cuando aparece la política, hay un reconocimiento explícito de que la institución social y la ley no se fundan más que en la sociedad misma, son una obra humana sujeta a su propia capacidad crítica, que renuncia a toda posibilidad de legitimidad fuera de sí misma.

El ascenso de la política (proyecto y ejercicio de la política como tal) implica una institución explícita de la sociedad: esto permite que la institución sea cuestionada dando lugar a una absorción de lo político, como poder explícito, en la política, actividad lúcida y deliberante que tiene como objetivo la institución explícita de la sociedad.

Requerimos una política cuyo sentido sea la institución explícita de la sociedad, en este caso, que la opinión pública aprobara a su presidente o a su gobierno se trataría de una señal inequívoca de que ese presidente o gobierno está sujeto a la institución social y a ley fundada en la sociedad. Esto no significaría que la sociedad estuviera de acuerdo con la competencia de su presidente, más bien querría decir que al auto-observarse estaría de acuerdo en que desde el gobierno participa (y sin cesar debería seguir participando en un proceso creciente de ciudadanización) en la profundización de una vida democrática como un medio civilizado para el mejoramiento permanente de la vida social no sólo en la dimensión local, también en la global como plantea Castoriadis:

La globalización es una expresión de la actual fase expansiva del capitalismo que trae aparejados consigo severos costos sociales para los países en desarrollo. Por otra parte, esta nueva dinámica de alcances mundiales no permite a las naciones sustraerse de ella. Sin embargo hoy, como sucedió en  Judea con el símbolo de David contra Goliat, las sociedades y organismos sindicales y empresariales pueden apoyarse en el andamiaje de la globalización para imponer mejores condiciones laborales, ambientales y sociales. Así, si en la actualidad existen organismos internacionales fuertes, me pregunto por qué no podemos pensar en organizaciones y redes sociales y ciudadanas de carácter mundial convertidos en grupos de presión importantes.

Ciudad rizomática: de parejas hundidas en el fango de acusaciones mutuas de infidelidades; de edificios convertidos en cascajo de corrupción por terremotos indolentes; de seres errantes amnésicos sin propiedad, amor y porvenir. Ciudad reumática: de grietas en el suelo, en los parques, en las casas y en los vínculos íntimos; de dolores silenciosos que se llevan sin recato ni dignidad, previos al estallido del cáncer en las costras de smog; de sirenas de patrullas y ambulancias que anuncian muertes por violencia antropoética. Ciudad autopoiética: fábrica del desamparo, vientre de neonatos pútridos, tumba de esperanzas mal paridas abortadas por comadronas drogadictas; mixtura de vicio y vacío, heteropoiesis del olvido, laberinto de signos vitales siempre a punto de la muerte sin alcanzarla, inscritos en heces fecales; cara llena de cicatrices sin sanar, de navajas incrustadas en los ojos; cabeza a la que se ofrendan coronas de espinas de rufianes hijos de dioses que blasfeman por la falta de ice. Ciudad profética: de destinos sin trazo, objeto o proyecto, de eterno final infeliz; de sudores sin recompensa, sin placer ni sol; de voluntades compradas por el poder, vendidas por no poder dejar el crack, dilapidadas en el basurero donde se tira todo lo que termina por no servir. Ciudad traumática: donde el sótano está en las nubes y el cielo es subterráneo5.

No queremos terminar nuestra discusión sin aportar dos cosas al tema de la opinión pública, la política y la democracia. La primera tiene que ver con una idea de Ramón Máiz, profesor de Teoría del Derecho de la Universidad de Santiago de Compostela, España: repensar la democracia como radicalización de la política. La segunda consiste en un planteamiento para evaluar la calidad de la democracia, de la socióloga Mónica Duhem6 que presenta en su artículo La importancia de definir un concepto de calidad de la democracia.

Máiz se pregunta: si el ingreso, la riqueza de los ciudadanos son también recursos políticos, y no están distribuidos equitativamente, ¿cómo podrían los ciudadanos ser iguales en el plano político? Y si no lo son, ¿cómo puede existir la democracia?

Para él no existe disociación entre democracia y economía: en un país democrático avanzado el sistema económico debe entenderse como un instrumento no sólo de la producción y distribución de bienes y servicios, sino de una gama mucho más amplia de valores democráticos.

Su postura se completa con un razonamiento que hemos sostenido sistemáticamente casi desde el inicio de los afiches, que la democracia sea un medio para poner límites a los excesos del mercado y, en sentido inverso, que se lleven a cabo cambios en el modelo económico con la finalidad de revertir las condiciones materiales de vida que impiden alcanzar una democracia sustantiva o hacer de la opinión pública una institución de deliberación real:

La deliberación lleva consigo exigencias procesuales de libertad de los participantes, acceso a la información e igualdad de los participantes, que erosionan y remueven los propios límites de la esfera política para proyectarse sobre el entero orden social de la economía de mercado, induciendo profundas transformaciones del mismo, urgiendo la revisión de la perspectiva liberal clásica, de la política al servicio de la economía competitiva.
 
En México, la democracia en el sentido planteado por Ramón Máiz no parece ser un objetivo incorporado a la definición del proyecto de país. Quizás la idea misma de un proyecto que nos ayude a establecer un rumbo sea improbable a estas alturas, porque no existe como tal en los programas políticos ni es un tema claro en la discusión de los diversos actores (mucho menos de la amplias capas de población), está fuera de agenda, marginado de la opinión pública. Por eso no deja de ser hasta cierto punto radical apostar por una democracia adjetivada donde uno de los sentidos es potenciar las oportunidades de autogobierno y autodeterminación de los ciudadanos7.

La propuesta de la maestra Duhem contempla 10 aspectos a partir de los cuales uno puede construir el mapa de la calidad de democracia que tenemos en las escalas federal, estatal y municipal.

 

Calidad democrática

Descripción

De la competencia electoral

Grado en el que el proceso electoral de cargos públicos resulta en un voto libre, informado y respetuoso de los derechos civiles y políticos.

De la vida interna de los partidos

Grado en el que el funcionamiento interno de los partidos políticos se basa en una gestión sujeta al control democrático de sus afiliados.

De la administración de justicia

Grado en el que el acceso y el funcionamiento de la administración de justicia protegen los derechos ciudadanos equitativamente.

De la formación de leyes

Grado en el que la formación de las políticas públicas está basada en el respeto de las garantías constitucionales.

Del trato institucional

Grado en el que el funcionamiento de las instituciones públicas está abierto al escrutinio público.

De los gobiernos locales

Grado en el que los gobiernos locales gobiernan democráticamente.

De la participación ciudadana

Grado en el que la libre participación ciudadana modifica la ejecución de políticas públicas.

De la sociedad civil

Grado en el que el funcionamiento de la sociedad civil es independiente del Estado y sujeto a control democrático.

De la opinión pública

Grado en el que la formación de opinión pública se ejercita mediante una libre, oportuna, informada y equitativa expresión de las preferencias ciudadanas.

De la cultura cívica

Grado en el que la cultura cívica de las personas está basada en valores democráticos de pertenencia a una comunidad política nacional.

 

Sugerimos a nuestros amables lectores un ejercicio elemental. Con base en el cuadro evalúen cómo está su municipio, su estado y/o el país. Trabajen con una escala del 0 al 4 donde: 4) se cumple al 100%, 3) se cumple en un 75%, 2) se cumple en un 50%, 1) se cumple en un 25%. 0) no se cumple. Ahora califique con base en esa escala la situación de cada una de los aspectos propuestos. Cuando termine sume todos los puntos acumulados. El resultado lo puede ubicar de esta manera:

 

Rango

Grado de calidad

40 – 35

La democracia es excelente

34 - 27

La democracia buena

26 – 18

La democracia es mediocre

17 – 9

La democracia es mala

8 – 1

La democracia es pésima

0

No hay democracia

 

En efecto se trata de una evaluación subjetiva, como todas. Es más interesante si este ejercicio lo puede compartir con otros y comentar sus impresiones con ellos, habrán hecho entre todos un ejercicio estimable de evaluación de la democracia mexicana teniendo como pretexto todo lo anterior. La pregunta que seguiría es: ¿qué debemos hacer como ciudadanos para mejorar la calidad de nuestra democracia?

Al margen de este ejercicio sencillo. Si observamos el cuadro con cierto detenimiento encontraremos que trata aspectos generales y básicos, pese a lo cual un ejercicio más profundo de constatación permitiría refutar las ideas dominantes a propósito de que México está implementando una democracia de calidad y que por lo tanto, el paso siguiente es demostrar su eficacia para llevar bienestar a la gente sin modificar las variables macroeconómicas ni el modelo neoliberal elegido para responder a los retos de la globalización.

No desestimamos esta última pretensión mas no puede proceder si antes no somos realmente un país democrático en todos los espacios y alcanzamos una calidad óptima en las formas de autogobierno y autodeterminación de los ciudadanos.

No quiero morir de sueños,
pero tampoco quiero morirme sin haber soñado
No quiero morir de sueños,
pero tampoco quiero morirme sin haber soñado

Cielo subterráneo
Cielo subterráneo
Sueños enterrados
Sueños enterrados8.
 
Sin ceder en la perspectiva escéptica, sí es importante recoger algunos de los brotes de dignidad (al menos todavía existen personas que dicen con autoridad moral, como en la canción de Fito Páez: no todo está perdido… yo vengo a ofrecer mi corazón), que serían algo así como el lado oscuro de la luna de la opinión pública. En este lacónico afán de aportar, con el que estamos culminando este afiche, y en abono a un optimismo lánguido que no hace concesiones a la patraña de un presidente sin méritos, aprobado por una opinión pública que emplea el mismo rigor para calificar como el ejercido por los profesores del SNTE cuando evalúan el liderazgo moral de la maestra Elba Esther Gordillo; transcribimos dos casos.

El primero es una parte de un texto donde habitantes de varias colonias de bajos recursos del municipio de Naucalpan de Juárez, Estado de México, se dirigían a Felipe Calderón Hinojosa, justo cuando los medios se movilizaban para expresarnos con desmesura la aprobación a su gobierno por parte de la ciudadanía:

Lic. Felipe Calderón Hinojosa,
Presidente de nuestra República Mexicana,
pero no reconocido por la mayoría de los mexicanos.
PRESENTE.

Por medio de la presente, los que suscribimos este manifiesto señalamos lo siguiente:

Somos gente organizada de algunas colonias populares del municipio de Naulcalpan de Juárez, y pedimos que se respeten nuestros derechos como ciudadanos mexicanos, en virtud de lo cual solicitamos cumpla usted las promesas de su campaña electoral.

En sus discursos ofreció empleos bien remunerados; se comprometió a bajar el precio de la gasolina, del gas doméstico, de la energía eléctrica, de la canasta básica, del agua potable. Dijo que todo esto lo haría para que los mexicanos de bajos recursos viviéramos mejor. Ahora llegó el tiempo de cumplir todos sus compromisos.

Sr. Felipe Calderón, los mexicanos pobres le solicitamos haga a un lado las mentiras, las calumnias, la persecución, y el autoritarismo represivo y criminal en contra de los luchadores sociales. Un ejemplo de esto es el caso de Oaxaca donde usted continuó lo iniciado por Vicente Fox Quesada, un cínico, farsante, hipócrita, cobarde y traidor a la democracia, a la patria y a los mexicanos.

Sr. Calderón, usted habla de un México de leyes, pero sin justicia verdadera. Usted jamás se ha pronunciado por un derecho humanista para todos los mexicanos, menos para todos los que vivimos en una pobreza extrema. Nosotros nos hemos organizado en las colonias populares donde habitamos y repudiamos a todos los gobiernos y a los grandes empresarios, tanto extranjeros como mexicanos, por explotadores del pueblo trabajador y de los campesinos de nuestro país y del mundo.

Sr. Calderón Hinojosa, con nuestras firmas queremos que usted comprenda nuestro repudio y coraje hacia todo mal gobierno que con obediencia ciega favorece al capitalismo, a las trasnacionales y al imperialismo yanqui; éste último responsable de terrorismo de verdad, de actos criminales en el mundo, de bombardeos a pueblos indefensos,  actos cuya finalidad es apoderarse de las riquezas naturales producidas por la sagrada tierra. Todo esto ocurre con la complicidad de gobiernos traidores a la patria que entregan el patrimonio de sus naciones. Es el caso de México donde no se explica de otra forma por qué tanto poder concedido a los grandes empresarios y a las trasnacionales para que se apoderen de los recursos estratégicos como el petróleo, el gas y la energía eléctrica…
 

El otro texto forma parte del discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, pronunciado hace casi dos meses, durante la asamblea plenaria de la Convención Nacional Democrática, el 25 de marzo en el Zócalo de la Ciudad de México:

Se necesita de una nueva convivencia social, donde prevalezca el interés colectivo y haya justicia, para darle a cada niño, a cada joven, a cada anciano, a cada mujer y a cada hombre, nuevas, importantes y poderosas razones para vivir, para soñar y para triunfar en este país generoso y fraterno.

La transformación que requiere México implica también fortalecer nuestra cultura y nuestros valores comunitarios de solidaridad y de ayuda mutua, para contrarrestar la forma de vida que ha venido imponiéndose donde el dinero triunfa sobre la moral y la dignidad del ser humano.

Estas dos muestras son como una luna en medio de la noche. Una imagen inmejorable a propósito de esto la expresa de manera muy sensible la poeta mexicana Leticia Luna en su texto La luna es un grafitti sobre la ciudad9, con lo que estamos seguros dejamos un sabor de boca menos amargo a nuestros lectores: 

La ciudad es una olla express
que gotea sus vapores sobre sí
mientras la luna es el grafitti
más bello de la noche…


Notas:

1 Los intertextos que presentamos en este afiche forman parte del disco Blues for the underground city del músico y poeta Wild Lennox. Este fragmento pertenece a la canción El blues del silencio.

2 Young, K., y otros. La opinión pública y la propaganda. Ed. Paidós. México, 1993. 236 pp.

3 Noelle-Neumann, E. La espiral del silencio. Ed. Paidós. México, 1996. 354 pp.

4 Fragmento de la canción El blues del espacio del músico y poeta Wild Lennox del álbum citado.

5 El texto forma parte de El blues del cielo subterráneo II, canción compuesta por  Wild Lennox que forma parte del álbum doble Rain, Ice and Crack, editado en diciembre de 1979 por Tears Records.

6 Publicado en El Cotidiano. Revista de la realidad mexicana actual. No. 140, año 21, noviembre-diciembre 2006. Editada por la UAM Azcapotzalco.

7 Los textos citados de Ramón Máiz forman parte del artículo Democracia participativa, publicado en la revista Metapolítica, No. 18, Vol. 5, abril-junio de 2001.

8 Este estribillo forma parte de El blues del cielo subterráneo I, canción compuesta por  Wild Lennox que forma parte del álbum doble Rain, Ice and Crack.

9 Este texto forma parte del libro El amante y la espiga publicado en el año 2005 por la editorial La Cuadrilla de la Langosta.


Diego Juárez Chávez

Tlalnepantla, abril-mayo 2007.

 

 

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