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THINK TANK, NOW WHAT?

Por Diego Juárez
Número 62

 

A Carmen Aristegui, por la dignidad de
su modelo editorial y de su proyecto de comunicación,
y por su postura imprescindible a favor de
un país más justo y equitativo.

A Óscar Alvarado Nieves, ser humano intachable,
persona de una sola pieza
y hombre de lealtad y sensibilidad probada.

A Ernesto Quiroz Chávez, Javier Rebollo,
y a Alejandro y Daniel González Franco:
sus cumpledías son parte del misterio
de nuestro cumplevidas, lo cual por cierto
suscita en mí una gratitud cósmica.

Infeliz remedio contra el olvido: las
imágenes borrosas de lo que uno ha sido
le guiñan a veces el ojo a la autocomplacencia.

 

¿Será? En la pared de un barrio de traficantes de estupefacientes y de putas baratas de Estambul apareció escrita la siguiente sentencia justo el primero de enero:

En tiempos de vorágine, con un año que nació muerto, hacernos un relato de alegrías es una traicionera puñalada mortal contra el pesimismo natural... yo prefiero no asesinar lo único que me mantiene vivo: las ganas de morir.

Supongo que el autor anónimo de esta frase se indignaría ante discursos edulcorados como los de los secretarios de Estado y funcionarios públicos mexicanos y del mismo Felipe Calderón, quienes se niegan a admitir los signos adversos sobre el bienestar de la población de los costos de sostener con camisa de fuerza un modelo económico productor de pobreza; una política autoritaria, arbitraria y defensora de los intereses de los grupos de poder fáctico; y una cultura intolerante, conservadora y excluyente de los valores profunda y radicalmente democráticos. 

El relato de la parte alta de la nomenclatura política mexicana es un cuento excedido de ficción adornado con cuentas irreales respecto de las consecuencias en la existencia de un ser humano de vivir con diez pesos diarios. En el colmo del cinismo nos pasan la factura por la actitud derrotista de no interpretar correctamente el FODA del destino: las debilidades y amenazas siempre son oportunidades.

Los indicios de una recesión en Estados Unidos y los de una inflación sin crecimiento en México están dejando de ser una proyección para convertirse en la pesadilla de enero y febrero de 2008 (¿y del resto de nuestros días?). Habremos de sumar la negativa a revisar y corregir las desaseadas cláusulas del TLC en materia agrícola. Las autoridades federales no vieron ni escucharon a los 200 mil manifestantes del Zócalo de la Ciudad de México el día 31 de enero. Al parecer nada cambiará la inercia a convertirnos en un país sin autosuficiencia alimentaria (y sin soberanía para tomar decisiones dignas y firmes pensando en el bien común de su población). Los costos sociales y económicos previstos  son los conocidos ya pero muy probablemente exacerbados: pobreza, migración, deterioro del tejido social.

Los sectores afines y beneficiados con la producción y difusión de un relato tan ominoso cierran filas y embisten clavando sus cuchillos sobre las espaldas de quienes sostienen discursos críticos, opuestos o apenas diferentes. La reedición de un pensamiento único se deja sentir cuando uno escucha en la radio a Eduardo Ruiz Healy, Pedro Ferriz de Con o a Ezra Shabot; o ve programas de televisión donde opinan Carlos Marín, Sergio Sarmiento, Pablo Hiriart o Jaime Sánchez Susarrey. Las claves apuntan a construir una realidad a partir de admitir nada más la monosemia del optimismo: tendremos empleos bien remunerados, una economía estable y en expansión, un gobierno democrático y con rumbo, y una sociedad bien alimentada, educada con calidad y empoderada para definir su destino con pertinencia, solidaridad y autonomía... mientras, mientras debemos apretarnos como siempre el cinturón y dar nuestro voto de confianza a Calderón, a Juan Camilo Mouriño, a César Nava, a Germán Martínez y toda la pléyade de políticos inteligentes, con sensibilidad social y perfil de estadistas que conducirá el país al primer mundo

Mi trabajo es el de extrapolar todo hasta su más absurdo extremo1.

El margen de maniobra de la sociedad civil se acota y actúa en un esquema de calculadas opciones restringidas por el sistema de poder para evitar el estallido social, se endurecen los mecanismos para quienes osan sobrepasar los cauces marcados. Es oportuno denunciar esto y su implicación: el país está secuestrado por intereses nacionales y trasnacionales empeñados en hacer de la política un instrumento para sostener (¿a toda costa?) un diseño institucional favorable a los grupos económicos más fuertes. La versión dominante de la democracia, el mercado, el Estado y la libertad de expresión, subyacente a este arreglo de privilegios presenta los siguientes rasgos:

  • La democracia es una fachada de símbolos y discursos desprovista de condiciones estructurales para hacerla efectiva desde las instancias macro sociales a las de la cotidianidad en los diferentes espacios públicos y privados. La vida en democracia no sólo no existe en México, se engaña a la gente cuando se afirma que hemos alcanzado este estatuto; los signos apuntan a hacer pasar por democracia aspectos que no lo son: la posibilidad de llevar a cabo elecciones y de que de éstas emerja el gobierno o se escojan a los representantes de la sociedad para definir un destino realmente distinto del país. La desconfianza es inevitable: ¿El sufragio es realmente efectivo para elegir un gobierno que abandere las causas de la justicia, la equidad y el bienestar? ¿Y que enfrente de manera firme las causas y los intereses coludidos que impiden una sociedad más igualitaria? ¿Es en efecto un medio para hacernos un futuro más digno? ¿Puede haber democracia cuando cerca de 50 millones de mexicanos viven en la pobreza y con niveles tan bajos en la calidad educativa? Sin una perspectiva orgánica, fáctica, crítica y sustentable respecto del desarrollo material y simbólico será difícil alcanzar la democracia sustantiva en México. A lo más que se llegará es a la elección de consejeros sin autoridad moral ni independencia respecto de los partidos como fuimos testigos el 7 de enero cuando Emilio Gamboa Patrón del PRI, Héctor Larios del PAN y Javier González Garza del PRD dieron a conocer los nombres de Leonardo Valdés Zurita, Marco Antonio Baños y Benito Nacif como los relevos de los consejeros del IFE; la ciudadanía queda otra vez marginada.

 

  • El comportamiento del mercado no contempla a los consumidores como un contrapeso de los monopolios, oligopolios, productores e intermediarios, ni finca en su poder adquisitivo la definición del bien común por sobre las voraces inercias de la maximización de ganancias y de ofertas sobrevaluadas de las mercancías. El Estado tiene una posición débil frente a un mercado proactivo en materia de fijar sus condiciones (reglas de juego que entre otras cosas sirven para fingir que opera en un marco de libre competencia autorregulada), pero pasivo en cuanto a asumir riesgos y apostar por la innovación, la competencia y la competitividad. Con los salarios bajos, con una población deteriorada en su poder adquisitivo y en proceso creciente de endeudamiento vía el crédito a altas tasas de interés, el mercado interno en México es una ficción o, por lo menos, no es un elemento dinamizador catapulta del desarrollo.
  • El Estado está sujeto desde el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado a un proceso sistemático de debilitamiento. El quiebre institucional es resultado de una costosa reingeniería de ajuste de las atribuciones y funciones de la entidad fundamental en la definición de un proyecto de país de leyes, de igualdad de oportunidades, de bienestar y de equilibrios; y en la ejecución de las políticas sociales, económicas, educativas, culturales, de salud, que lo hagan posible. Esto implica, por ejemplo, hacer efectiva la capacidad del Estado para: acabar con los privilegios y compensar los desequilibrios del capitalismo; garantizar la educación de calidad, gratuita y laica; hacer justicia y consolidar un marco jurídico que proteja a los ciudadanos; mejorar las capacidades individuales y grupales, tangibles e intangibles de la población para hacerse una vida digna en convivencia pacífica. ¿Qué avances y logros significativos se han alcanzado en estas materias? En la actualidad el escenario es una especie de naufragio de un país sin proyecto, debido a que perdió la brújula de sus compromisos esenciales con la sociedad.  

 

  • La libertad de expresión es un valor enarbolado a conveniencia de los intereses más prepotentes y autoritarios. Si no cómo interpretar entonces la actitud de Salinas Pliego y del grupo de mercenarios de la información y el entretenimiento a su servicio cuando protestaron de una manera grotesca y mentirosa por el supuesto atentado contra el sustento de su ejercicio profesional debido a la decisión del Senado de impulsar las reformas electorales. Este grupo de comunicadores junto con los de Televisa y los de las 11 familias dueñas de las concesiones de radio en el país, usaron los espacios correspondientes en sus cadenas para defender sus intereses sin la menor consideración a sus públicos. Los poderosos dueños de los medios de comunicación en complicidad y sociedad con grupos políticos y empresariales tienen como rehén a la libertad de expresión. Son estos mismos intereses los que callaron y dieron su espaldarazo al gobierno durante las represiones del 68 o de la guerra sucia, durante los golpes desestabilizadores en contra de proyectos periodísticos como El Excélsior de Julio Scherer, o  la salida de Federico Arreola de Milenio diario, o los atentados contra la empresa Monitor de Gutiérrez Vivó y, recientemente, el despido de Carmen Aristegui del noticiario Hoy por Hoy.

Un paréntesis necesario: parte de lo que me permite también no morir es lo que detesto2.

En los espacios de comunicación masiva no todos tienen libertad de expresión, se expresan puntos de vista diferentes pero no opuestos ni contrapuestos en los diagnósticos y alternativas de solución a los problemas del país. Las posturas críticas respecto de los elementos políticos, económicos, sociales y culturales que sostienen el status quo están prácticamente proscritas, las diferencias existentes y aceptadas como legítimas no son alternativas; las más peligrosas (y que no aparecen u ocupan espacios reducidos o de poco alcance) son las que plantean el fracaso de la versión de democracia y del modelo económico adoptado en México por los grupos enfebrecidos con las recetas modernizadoras de corte neoliberal. Los espacios plurales constituidos por puntos de vista razonados, científicos, de izquierdas, progresistas, profundamente renovadores, ubicados más allá de las recomendaciones Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, de Davos o del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, no forman parte de las posiciones defendidas por Azcárraga Jean, Pedro Ferriz de Con, Eduardo Ruiz Healy u Olegario Vázquez Raña cuando demandan libertad de expresión.

¿Se imaginan ustedes un debate entre Pablo González Casanova y Sergio Sarmiento respecto de la situación de la democracia en México transmitido en el canal 13, en horario triple A? ¿Es posible ver en cadena nacional una discusión entre Jaime Sánchez Susarrey y Julio Boltvinik a propósito del modelo de financiamiento a los pobres de Banco Azteca? ¿Qué les parece un panel respecto de la ética periodística entre Pedro Ferriz de Con, Lili Téllez, Adela Micha, Carmen Aristegui, Rafael Rodríguez Castañeda y Julio Hernández López producido por Televisa? ¿Podremos ver a Pablo Hiriart discutir con Denise Dresser las reformas electorales y las implicaciones de éstas para los medios de comunicación y los ciudadanos? No, no ocurrirá nada de esto y cuando Carmen Aristegui en su programa radiofónico planteaba contrastes y matices de tal naturaleza para que la gente sacara sus propias conclusiones a propósito de los casos de Lydia Cacho y el gobernador de Puebla Mario Marín; Ernestina Ascencio y la actuación del ejército mexicano; Norberto Rivera y los pederastas; Felipe Calderón y la limpieza de las elecciones; de la Ley Televisa, los monopolios mediáticos y el bien común; fue despedida (eufemísticamente: no se renovó su contrato), bajo el pretexto de la incompatibilidad de modelos editoriales: ¡sutilezas de la libertad de expresión, del mercado, de la democracia y del Estado!

¡Quién esté libre de piedras que tire la primera culpa!3

Los modelos editoriales son, entre otros aspectos, materializaciones de políticas institucionales a propósito del manejo de información; de posiciones respecto del peso del mercado de anunciantes en el esquema financiero de la empresa de comunicación; del lugar de ésta y sus relaciones en el entramado de intereses de los grupos de comunicación, económicos y políticos; del papel del proyecto de comunicación en la democracia del espacio social en el que se inserta; de la relación de ese proyecto con los usuarios de sus servicios informativos; de las responsabilidades sociales de la empresa con su entorno; de su concepción y grado de activismo en la formación de ciudadanía; etc.

En general, y aunque los modelos editoriales expresan la conjugación de estos factores, esa manifestación no es explícita y transparente. Es más, muchas veces es ambigua o contraria a lo que dice de manera oficial y formal la institución, por ejemplo: plantear motivaciones en torno a una línea editorial a favor de la democracia y la ciudadanía, y dar mayor relevancia a las posturas que defienden y legitiman las decisiones arbitrarias, prepotentes y egoístas de los sectores poderosos económica y políticamente

Los esquemas editoriales de las empresas de comunicación suelen poner a sus lectores, audiencias o públicos como su razón de ser; no es claro si porque velan por los intereses de mayor equidad, justicia y participación de la población, o por la sencilla de razón de que un rating alto legitima y facilita la obtención de apoyos e influencias ante otros poderes fácticos.

Es válido que en una sociedad coexistan ambas razones, no obstante es cuestionable e inaceptable la falta de transparencia, el engaño o la represión de los intentos legítimos de hacer (de a de veras) de la información y la comunicación un patrimonio de los ciudadanos para comprender el mundo, asumir posturas críticas y tomar decisiones en relación con el bien común.

Me tapo
Me oculto

Me largo

Desaparezco
Me escribo cartas
No para encontrarme
Para olvidarme4

En medio del panorama pesimista perspectivas sugerentes que no están en los medios vienen haciéndose escuchar en otros espacios, en ocasiones son apenas audibles, son casi susurros lejanos:
 
“Viene un mundo distinto, aparecen en el espacio social síntomas de una  configuración desconocida. Los visionarios apuntan paisajes y situaciones nunca vistos y que son comprensibles. Nuestras categorías no son suficientes, nuestros esquemas conceptuales construyen claridades dudosas, algo no está siendo nombrado. Mientras una parte de la vida refuerza la certidumbre de que algo cambia pero en general todo sigue ahí, otra parte nos produce escalofríos, el mundo ya no es reconocible. Este es el plano base de la paradoja, aunque entendemos y soportamos una relativa incertidumbre, hay algo más, algo que inquieta y seduce, el futuro está abierto y todo es posible, y queremos saber, queremos vincularnos con lo que viene”5.

Son parte de los ecos (exógenos y endógenos) que nos llaman a cambiar-nos, a no sucumbir-nos, el futuro estará abierto si nos hacemos un lugar en él y esto ya no puede ser de manera pasiva, reactiva, dependiente o subordinada. Requerimos hacer oír nuestra voz; que los otros sepan que existen más percepciones respecto de los problemas del país y sus soluciones. Debemos enterarnos y conocer que en otros lugares personas de orígenes varios y de diversas características psicológicas, económicas, y socioculturales piensan distinto y, quizás, distante.

La monosemia dominante se impone amputando la pluralidad de visiones y la relatividad de las verdades. Sólo asumiendo, respetando y aprovechando el universo infinito de miradas finitas, el futuro estará abierto y será posible casi todo, incluso un mundo distinto. Nuestra vinculación inmediata con lo que viene necesita ser, de alguna manera, con todo aquello que nos permita vislumbrar la diversidad de colores, sabores, aromas, sonidos y silencios, calores y fríos, e imaginarios, sin los cuales nuestra improbabilidad no tiene cabida en este universo de posibilidades múltiples al que debe arrancársele contra todo pronóstico un destino mejor.

Notas:

1 La frase es de Frank Zappa. Músico iconoclasta de rock. Tomada de: http://www.uaem.mx/ufm/especiales04/img_2003/2003/zappa/index.html

2 Frase tomada de la balada Canción sin era, canción sincera del músico húngaro Thiers Ugnezz de su álbum Empty Mind de la editora independiente Gitanos sedentarios.

3 Frase de Carlos Monsiváis publicada en el espacio Por Mi Madre Bohemios de la revista Proceso.

4 Estrofa de la canción Think Tank, ¿Now What? de Wild Lennox del disco Broken Soul editado por Cage blues records en 1979. El título lo tomamos prestado para el afiche.

5 Jesús Galindo Cáceres. Comunidad virtual y cibercultura. El caso del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) en México. http://www.geocities.com/arewara/arewara.htm


Diego Juárez Chávez

D.F., enero-febrero 2008.

 

 

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