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Por Diego Juárez
Número 62

Arthur Schopenhauer en El mundo como voluntad y representación II, al hacer el análisis de los cultos encontraba dos tipos de necesidades del hombre: necesidad de ayuda y protección; y necesidad de ocupación y entretenimiento. Las creaciones fantásticas o irreales son una manera de expresar y simbolizar esas necesidades. Éstas tienen tal importancia que, como señala el filósofo alemán, se confunden con la realidad y terminan por eclipsarla1.

La expresión de las necesidades se lleva a cabo también en los actos de la vida cotidiana, en las redes sociales que tejemos donde buscamos la complementación a partir de los otros: el yo se completa en el nosotros.
No siempre se encuentra en un grupo de personas la satisfacción de la ayuda, protección, ocupación y entretenimiento. Es poco probable que ocurra dado que con frecuencia vivimos escindiendo nuestros afectos del trabajo, la solidaridad de la responsabilidad, el goce de la eficacia.
Pero en algunas ocasiones ocurre el milagro y uno logra con voluntad y circunstancia, que las piezas del rompecabezas existencial coincidan, se junten y constelen esfuerzos, compromisos, limitaciones individuales, ánimos y utopías. Los insumos personales se convierten en aprendizaje, patrimonio colectivo para toda la vida… para todos, para cada uno2.

Después de rodar un rato por los suburbios de la esencias y presencias, a veces por las cloacas del ser y del estar, y en otras, ingiriendo los licores agridulces de las alegrías escépticas; ante la convocatoria generosa e interesada nos reencontramos en un tiempo, en un espacio y con personas buenas por conocer y con sujetos desconocidos por buenos.

Algo así fue provocado por el clarividente Dr. Rafael Serrano Partida, quien ejerciendo un liderazgo intelectual, moral y emocional nos invitó a trabajar en un proyecto cuya identidad se ha constituido a partir de discusiones apasionadas, no exentas de diferencias y coincidencias, y con base en hacer el ejercicio de arrastrar el lápiz (en realidad tecleando y saltando del Word al PowerPoint). Sobra decir que Rafael, además de excelente amigo, es un alma sabia, de allí que su convocatoria tenga un efecto inspirador.

Paulatinamente va cobrando rostro el ahora denominado Centro de Calidad y Competitividad de la Universidad de la Comunicación (CCC de la UC). Recinto que intenta adaptarse a la implosión y explosión de un grupo que en su propia inercia egocéntrica hace sinergias inesperadas, caóticas y complicadas. Recinto al que intentamos adaptarnos cumpliendo en principio con sus requerimientos que son condición inevitable para la permanencia del proyecto… para que encuentre su lugar.
La oportunidad de escribir con libertad para la revista Razón y Palabra, atendiendo a la invitación generosa del siempre entusiasta, sensible e irreverente Dr. Octavio Islas Carmona (aunque joven física y espiritualmente, viejo amigo y maestro), nos permite proyectar parte de las inquietudes y motivaciones latentes y manifiestas en las sesiones ordinarias del grupo de trabajo. Si algo caracteriza de manera implícita a éstas, es justamente la ansiedad. Me parece que en nuestros textos, hay urgencias, incertidumbres, búsquedas, preocupaciones… miradas.

Jéssica Arizmendi Cruz, mujer bujía que opera generalmente a contracorriente para que lo imposible sea siempre altamente probable; fiel a su espíritu libre y directo pone los dedos en algunas de las llagas de nuestra maltrecha sensibilidad: la comunicación, el fútbol y la dirección técnica de la Selección Mexicana. En el centro de esta triada, Hugo Sánchez, ave de las tempestades. Tomándolo a él como pretexto, la autora hace un retrato audaz de las limitaciones de periodismo mexicano, de la manera en la que los medios de comunicación tratan los acontecimientos públicos: banalización, maniqueísmo, sobredimensión, omisión, doble moral, inconsistencia y ausencia de veracidad. Hay un trasfondo en lo que nos dice: no se habla de lo significativo, en las referencias estrambóticas se diluyen el sentido, la ética, la estética y la sabiduría, respecto del fútbol… a propósito de la vida. Con permiso del psicoanálisis social: aquí hay una forma de ilustrar el Malestar de la Cultura y, si nos apuramos un poco más, nuestro Tótem y tabú.

Rafael Serrano Partida, provocador lúdico incluso inconsciente, una especie de David Bowie + Frank Zappa + Brian Eno del pensamiento (siempre un paso adelante, cambiante, sugerente y en los atisbos y el vislumbre de lo inasible para las mentes comunes), revisita la docencia en La dramaturgia del docente en el aula y pasa revista a algunos de los secretos a voces que dan a esta práctica su misticismo, plasticidad y riesgo. La escritura de su texto alcanza elegancia y sofisticación, con estilo minimalista comparte cosas significativas, de manera simple y didáctica, a propósito de las artes que el propio autor ejerció en su legendario y controvertido (como todo vanguardismo) periplo por las aulas de diversas instituciones educativas. Este documento es un adelanto de lo que será el libro De Pigmalión a Jasón (las artes de la docencia), de próxima aparición.

Jaime Pérez Dávila, representa muchos de nuestros deseos de ser: mente bien ordenada (en el sentido de Edgar Morin), modernidad, espíritu humanista, rebeldía e inconformidad. Personaje entrañable, bien intencionado y con una de las sensibilidades sociales más persistentes, congruente con todos estos rasgos nos regala una propuesta: Posgrados de la República. “Si es educación pública es para todos”. Aquí está contenido parte del pensamiento socialmente correcto y políticamente incorrecto de Jaime, hay una especie de súmmum de su trayectoria como profesor universitario y materializa una de sus utopías (que también es nuestra): ser mejores como comunidad local y planetaria a partir de la educación. En nuestro calendario nacional vivimos días aciagos con intereses empeñados en llevar hasta sus últimas consecuencias un proyecto económico, social y político que no tiene en los hechos a la educación como prioridad. Me parece que aun esta adversidad, y otras más cercanas, no detendrán que la propuesta republicana del Mtro. Pérez Dávila encuentre su legítimo lugar en el mundo.

José Manuel Ramírez Guerra, un tipo con un sentido profundo de la civilidad, nos permite atisbar en El fraude electoral en México: ¿mito o negación? que, en ciertas lecturas a propósito de la elección presidencial de 2006 y en una tendencia académico intelectual (como la del libro que comenta), existe la pretensión de avasallar con racionalidad científica y subterfugios metodológico técnicos, los agravios y dudas de una parte significativa de la sociedad. Su texto es oportuno y pertinente, llama la atención respecto del manejo apresurado del término mito para desalentar las dudas razonables respecto de la actuación del IFE y de sus funcionarios en un evento cívico-político que estuvo lejos de ser una verdadera fiesta de la democracia. El estilo del doctor Ramírez Guerra es quirúrgico, pulcro y contundente. Expresa con nitidez algo que lo caracteriza, rasgo que personalmente reconozco y admiro de él: la inteligencia sensible, crítica y constructiva, su espíritu libre y bon vivant.

Xavier Ávila Guzmán, reconocido difusor desde hace unos 20 años, en sus excelentes cátedras, de la obra del científico de la comunicación Manuel Martín Serrano, en tiempos, por cierto, adversos a un pensamiento tan sólido, sistemático y desmitificador; sintetiza algunas de sus apreciaciones respecto del último libro del alma y materia gris de la denominada, en comunicación, Escuela de Madrid. En el escrito La conquista de las playas vírgenes de la comunicación, convergen dos creadores, el Dr. Manuel, quien es responsable de una obra intelectual comparable con la de pensadores contemporáneos como Luhmann o Habermas; y el Mtro. Xavier, quien desafortunadamente escribe de manera poco frecuente, pero que en su participación activa en diversos proyectos, suele exponer de manera apasionada aspectos teóricos avanzados que demuestran la practicidad y plasticidad de los conceptos para hacer un mundo más habitable. El documento de Ávila Guzmán es lectura imprescindible para quien necesite valorar la importancia del autor de la teoría de la comunicación que sin duda aportará, cuando se comprenda y aplique, una revolución en nuestra interpretación del significado cósmico del intercambio de información.

Iñaki Acarregui, un humanista irredento, expone en Prospectiva, geopolítica y globalización su seguimiento y lectura sistemática de las tendencias estratégicas. En función de una serie de datos duros calcula, en un sentido líquido o cuántico del término, el lugar que podrían ocupar dentro de 30 años en el escenario internacional las potencias políticas, económicas y militares. Este texto es una muestra en verdad leve del arsenal informativo y del bagaje histórico del periodista y profesor de origen vasco. Nos ofrece una panorámica general y sugerente en donde mezcla capacidad descriptiva e interpretativa, así como la dosis de imaginación necesaria, para acercar y provocar la reflexión a propósito del futuro que, aunque probable, no deja de ser una determinación del sentido y del destino. Fenomenológicamente hablando, el texto parece recordarnos que nuestras imágenes de las cosas son parte de la identidad de ellas. Por eso las previsiones expuestas son serias y es necesario desarrollar las prevenciones posibles, con la finalidad de anticiparnos a un destino donde necesariamente se jugará lo que somos como matria planetaria.

Enrique Arellano Aguilar, consecuente con su consecuencia y generoso como es, en La estrategia de comunicación orientada al desarrollo de la cultura organizacional, expone de una manera didáctica sus ideas  respecto de la forma de aprovechar la comunicación a favor de aspectos como: alcanzar una visión comunitaria con disposición al cambio, que logre construir objetivos comunes, que se apliquen y se reflejen, en las actividades cotidianas de las personas dentro y fuera de la organización. Esta postura es una convocatoria entusiasta, moderada y comprometida con la finalidad de utilizar la comunicación más allá de una racionalidad técnico instrumental para hacer asequible un estilo de vida donde se encarne un proyecto de modernidad que nos saque como especie de la abyección, de la insipidez y de la bulimia presente en nuestros vínculos antropo-bio-cósmicos. El maestro Arellano contagia su confianza en las posibilidades del saber y del hacer comunicativo, sobre todo su convicción de que la cooperación y el encuentro son el mejor antídoto contra la soledad. Al fin sabinista, poeta y siempre, hombre solidario.

Gerardo Juárez Chávez, quien en realidad no es miembro del Centro de Calidad y Competitividad, pero sí ha alentado con sus conocimientos, afecto y crítica constructiva algunos de los productos que personalmente presento al grupo de trabajo, atendiendo de manera diligente a una invitación especial, aceptó escribir La notificación de las emergencias químicas para compartir su preocupación por la actitud de uno de los sectores que institucionalmente suele defender el Estado de Derecho y es proclive a poner como bandera de la propia imagen el de la responsabilidad social, y que, no informa a las autoridades locales y federales respecto de las emergencias químicas que se presentan en sus establecimientos. Lo que pone en riesgo a sus propios trabajadores y a las comunidades que forman parte del entorno de estos espacios. Es importante el énfasis que plantea a trabajar en el ámbito de la conciencia, el convencimiento, el aprendizaje para lograr una actuación cooperativa de la sociedad en materia de medio ambiente y ecología; y en esto es estratégica, como bien dice el ingeniero Juárez Chávez, la inversión social en comunicación, educación e investigación.

Miguel Ángel Maciel González, hombre de altura de miras y de ejemplar actitud autodesmitificadora, nos aporta cuatro miradas. Fiel a sus preocupaciones filosóficas escribe Tres relatos posmodernos contra la trascendencia; recordando sus inicios en la teoría de la comunicación incursiona en las densidades filo-ontogénticas en Interacción informativa y comunicativa como procesos y resultados de formas de vida colaborativa y superior en la naturaleza biológica y simbólica; en la línea de la comprensión de la complejidad de las organizaciones elabora planteamientos a favor del cambio proactivo en su texto  Redes y eticidad como pensamiento estratégico de la comunicación organizacional frente a los legados de la cultura de la “gran madre”; y en la frontera entre invención, creación y provocación, nos propone un documento impresionante: Complejidad, comunicación e hipermente que, sin exagerar, puede dar lugar a un libro. El común denominador en estos documentos es obviamente la mirada, ésta proyecta por lo menos tres rasgos relevantes: la referencia a aspectos teórico conceptuales avanzados que integra en un entramado de segundo orden el diálogo pluridisciplinar y policonceptual; un conocimiento profundo de los límites y posibilidades de las posturas transontológicas y transmetafísicas; y una confianza en la capacidad del conocimiento para que en un proceso constante de autorreflexividad permita construir las miradas inéditas, preámbulo éstas del reconocimiento de las zonas de innovación desde las cuales es posible y probable generar los cambios que lleven a escenarios personales y colectivos menos psicóticos.

En el escrito que presento hago un homenaje a José Cruz Camargo y al proyecto musical de Real de Catorce. Al parecer ha llegado a su fin una propuesta que alimentó con poesía y blues la cultura de postrimerías de siglo y del incipiente inicio de otro más bien incierto. La calidad permanecerá como un legado, no nos queda más que esperar a los artistas involucrados, después de un tiempo, seguramente nos volverán a regalar su creatividad y talento en nuevos espacios.

El texto con el cual cerramos es un ejemplo de la información producida cuando se diseña un paisaje de acción comunicativa en el campo del bienestar. Esto sirve para ilustrar y compartir algunas de las actividades que lleva a cabo el área de Inteligencia del Mercado del Centro de Calidad y Competitividad.

Para nosotros es una oportunidad y privilegio escribir en Razón y Palabra. Desearíamos que los puntos de vista expresados en este conjunto de documentos cumplan la tarea de invitar a la discusión, si bien se trata de temas de interés muy personal, en el fondo expresan también preocupaciones generales. Como solemos comentar en el Centro de Calidad y Competitividad, los puntos de vista son debatibles, son puntos de partida, son condiciones necesarias para hacer cosas con los otros, construir proyectos en común… para saber qué siente el otro y compartir con fervor un poco de alegría y de esperanza, sobre todo cuando parece improbable que éstas nos acompañen.

Notas:

1 Arthur Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación II. Ed. RBA Coleccionables, Barcelona, 2006.

2 Frase con la que definimos la finalidad del proyecto del Centro de Calidad y Competitividad de la Universidad de la Comunicación.


Diego Juárez Chávez

Mayo de 2008.

 

 

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