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MEDIOS INFORMÁTICOS EN LA FORMACIÓN DOCENTE: HACIA LA DEFINICIÓN DE UN NUEVO ROL

Por Georgina González Gartland
Número 63

Resumen

El artículo presenta algunos de los resultados parciales obtenidos a partir de una investigación realizada en el área de Comunicación de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS)1, ubicada en la Provincia de Buenos Aires, en Argentina. 

Se trata de producir aportes significativos para el diseño de políticas públicas de incorporación de los medios informáticos en la formación de docentes en el nivel medio en la Región 9na. del Área Metropolitana de Buenos Aires. 

Entre sus objetivos se cuenta el de analizar la relación entre la disponibilidad de equipamiento informático y las características de la oferta de formación docente para la introducción de medios informáticos por un lado, y las representaciones y prácticas de apropiación y usos de esos medios por parte de los futuros profesores, por el otro. 

El interés se centra en avanzar hacia una caracterización del nuevo tipo de rol del educador que puede configurarse cuando se incorporan los medios informáticos en la formación docente. Buscamos que esa caracterización forme parte de las orientaciones que en etapas posteriores de la investigación, permitan indagar los usos que realizan y las representaciones de los futuros profesores de nivel medio del área de referencia de nuestro estudio.

Introducción

La inserción de las tecnologías de la información y la comunicación  en el ámbito educativo ha producido importantes transformaciones que plantean una profunda reflexión en el espacio de la formación docente y por ende, particularmente en la cuestión relacionada con el papel desempeñado por el educador. 

En este contexto aparecen distintas voces que plantean que los medios informáticos originan un nuevo desafío en el sistema educativo, tanto en la transformación de un modelo llamado “tradicional” (cuya principal característica es la unidireccionalidad del proceso de enseñanza y aprendizaje que abarca tanto la formación docente como la práctica efectiva en el aula) como en modificaciones en la infraestructura escolar (dotación de equipamiento informático, conexión a internet, etc.).  La caracterización de esta situación genera algunos acuerdos en la comunidad académica aunque las posturas que se interesan por estudiar estos temas difieren en el abordaje del problema. 

Existen quienes plantean que vienen a poner orden y a mejorar la calidad de enseñanza y otros cuya propuesta considera necesario incluir una reforma educativa integral para llevar a cabo la incorporación de los mismos.   De este modo la cuestión docente se constituye en un tema clave.

Este artículo presenta algunos de los resultados parciales obtenidos a partir de una investigación realizada en el área de Comunicación de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), ubicada en la Provincia de Buenos Aires, en Argentina. 

Se trata de producir aportes que puedan resultar significativos para el diseño de políticas públicas de incorporación de los medios informáticos en la formación de docentes en el nivel medio en la denominada Región 9na. del Área Metropolitana de Buenos Aires.  Entre sus principales objetivos se cuenta el de analizar la relación existente entre la disponibilidad de equipamiento informático y las características actuales de la oferta de formación docente para la introducción de medios informáticos en los procesos de enseñanza y aprendizaje por un lado, y las representaciones y prácticas de apropiación y usos de esos medios por parte de los futuros profesores, por el otro.   La hipótesis de trabajo sostiene que dicha relación está condicionada por el modo como se plantean las condiciones de acceso y apropiación de las tecnologías como por las representaciones que se construyen respecto de esas condiciones.  Con el propósito de llevar adelante dicha indagación se ha aplicado un diseño descriptivo transversal que combina diferentes estrategias para el tratamiento de los datos y que “implica la puesta en práctica de una estrategia de convergencia intermetodológica, sin que se constituya en un caso de triangulación teórica (Vasilachis de Gialdino, 1992)”2. (Cabello, 2007,p.10)

Una de las dimensiones analíticas en torno de las cuales se articula el proyecto se relaciona con el rol que se atribuye al educador en el ámbito de la formación docente de nivel medio, tal como se presenta tanto en los contenidos curriculares como en los usos y representaciones de los futuros profesores. 

En un trabajo anterior (González Gartland, 2006) habíamos abordado la cuestión del rol del docente y los aspectos de la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de enseñanza y aprendizaje3.

Allí nos interesaba conocer las representaciones y usos vigentes entre los maestros del nivel de EGB 1 y 2, es decir, la educación primaria básica, acerca de las tecnologías de información y comunicación y particularmente con relación al rol del educador.  Dado que el abordaje en esta materia implicaba adentrarnos en un largo y profundo debate planteando en el ámbito educativo y que básicamente se ha ido constituyendo como un espacio de complejas discusiones, preferimos producir una definición operativa que nos brindara la posibilidad de rastrear las representaciones construidas por los docentes sin eludir, en la medida de nuestras posibilidades, las controversias y dilemas presentes en dicha problemática.4

El objetivo principal ha sido el de producir conocimiento para el diseño de planes de capacitación docente en torno a la introducción de tecnologías.

Desde esa perspectiva y en el marco de ese análisis particular afirmamos que al momento de producir estrategias y herramientas de capacitación que resulten efectivas y coherentes con las expectativas de los destinatarios es necesario tener en cuenta una serie de cuestiones.  Podemos resumirlas de la siguiente manera:

a) En general, los docentes reconocen el rol del educador en relación con los medios informáticos atribuyéndole las mismas características que reviste la noción del desempeño docente y además lo vinculan estrictamente con las prácticas y actividades que planifican y desarrollan en el aula cotidianamente.  Aquí aparecen las contradicciones entre “el deber ser” (lo que suponen que se espera de su trabajo profesional) y entre “lo que se hace efectivamente” (el tipo de tareas y funciones que se llevan a cabo en una institución educativa que no genera políticas de capacitación docente y que tampoco actúa como espacio de contención profesional);   

b) por otro lado, observamos que no es posible pensar en un tipo diferente de rol docente si aún en la mayoría de las instituciones ni siquiera se han introducido consistentemente otras tecnologías educativas como los medios de comunicación fuera de la tiza, el pizarrón, el libro y el manual en el ámbito educativo;

c) Ahora bien, estas consideraciones en torno al rol docente y la incorporación de los medios informáticos presentan cierto carácter negativo sin embargo, se ha observado una buena predisposición ante las tecnologías y sus posibilidades efectivas en las instancias de enseñanza y aprendizaje. 

Estas presunciones tienen la pretensión de oficiar como punto de partida desde el que nos proponemos abordar el rol del educador en el ámbito de la formación docente en relación con la incorporación de los medios informáticos.  El propósito de este trabajo es el de establecer algunos supuestos generales que se traduzcan en orientaciones en el marco de los procesos de formación de profesores tanto en  el nivel de los contenidos curriculares como en el de la práctica docente.

En los parágrafos siguientes presentamos las observaciones producidas sobre algunos de los aspectos señalados. El interés se centra particularmente en avanzar hacia una caracterización del nuevo tipo de rol del educador que puede configurarse cuando se incorporan los medios informáticos en la formación docente. Buscamos que esa caracterización forme parte de las orientaciones que en etapas posteriores de la investigación, permitan indagar los usos que realizan y las representaciones de los futuros profesores de nivel medio del área de referencia de nuestro estudio.

Los docentes y su rol: convergencias y divergencias.

La formulación de la problemática docente implica atender a diversos aspectos de la cuestión tales como la caracterización de las prácticas de la enseñanza y aprendizaje en vinculación con diferentes modalidades de diseño e implementación de políticas de incorporación de tecnologías y capacitación docente, entre otros. 

En general, entre los estudios y tipos de abordajes que se realizan en torno a la noción de rol docente con relación con los medios informáticos, podemos identificar ciertas posturas predominantes que caracterizan no sólo el “rol del educador” sino también el escenario en el que se despliega el sistema escolar.

Entre estas perspectivas surgen dos posiciones: por un lado, se ubica un tipo de análisis que presenta un importante reduccionismo tecnológico, despoja a la problemática de la complejidad que le es inherente en relación con  los sujetos y las instituciones. Y por otro, una mirada crítica que intenta reflexionar sobre el modelo de sociedad y de educación que interviene y condiciona tanto la construcción del sujeto de enseñanza como en el sujeto de aprendizaje.

Con relación al primer tipo de perspectivas señaladas, es posible encontrar una especie de exaltado optimismo acerca del éxito que significa la inserción de las tecnologías en el espacio económico, social, cultural, educativo y político. Es lo que se denomina  “tecnocentrismo”, cuyo análisis se centra en la información y la tecnología.  En este caso, se pregonan las ventajas que de por sí solas conllevan las tecnologías estimando que producen mejoras sustanciales en toda la estructura social.  Con relación a esto, Fonseca Quesada (2002) plantea que resulta llamativo que este tipo de discurso se instale y predomine en ámbitos profesionales especializados que consideran que las tecnologías de información y comunicación poseen el poder de producir modificaciones ventajosas y beneficiosas en los procesos de desarrollo económicos y sociales.  Por lo que llegan a asegurar que hasta los problemas vinculados a la pobreza pueden ser susceptibles de ser mejorados a través de la incorporación de las tecnologías.

En esta serie de consideraciones predomina una idea mágica que le atribuye a los medios informáticos que por sí solos tienen la capacidad de almacenar y proporcionar información, generar conocimiento y aprendizaje, educación, incrementar el desarrollo económico y productivo, etc.  Las afirmaciones que sostienen el análisis son del tipo: “la Red ha reducido el costo económico del acceso a la educación, la capacitación y el bienestar de los pobres; “lo que los países subdesarrollados requieren es conectividad”; “el impacto de las tecnologías de información y comunicación es central para el alivio de la pobreza”; “el problema del acceso a la tecnología es lo que impide que los aprendices del mundo en desarrollo tengan acceso a la educación”; etc.  Estas declaraciones muestran  la importancia que se le asigna a la cuestión de la información y la conectividad.  Tal es así que representantes de los gobiernos (tanto de países centrales como en desarrollo) adhieren a este discurso convencidos de que la salida del “subdesarrollo” está en la información y en las diversas formas de distribución hacia los sectores más pobres y marginados por intermedio de la Red de redes.

Ahora bien, en lo que respecta particularmente al ámbito educativo también podemos encontrar  posturas similares.  Por ejemplo, en la Conferencia Internacional de Educación de UNESCO (Ginebra, Septiembre de 2001) se planteó la necesidad de concluir con la brecha entre los “info-ricos” y los “info-pobres”.  Se instala la noción de que el problema central es la cuestión del “acceso a la información”, eludiendo que la dificultad radica en el modelo económico y político mismo.

Por ello, el acceso a la información y el equipamiento informático adquieren un lugar predominante y se despreocupan por “el sujeto que debe construir el conocimiento” (tanto en el caso del educador como el educando).  Fonseca Quesada destaca que:

Estas propuestas sorprenden por la carencia de un análisis de la dimensión     epistemológica de todos los aspectos teóricos y prácticos asociados a la   articulación de las condiciones que permitan ejercer las funciones de procesamiento simbólico necesariamente asociadas al aprovechamiento cognoscitivo y formativo de las experiencias que nos aportan las propuestas pedagógicas asociadas a la Red o a otras dimensiones del ámbito digital. (2002)

Se omite no sólo la dimensión epistemológica sino también la pedagógica.  Lo importante no es sólo manejar los instrumentos tecnológicos sino también el desarrollo de las capacidades intelectuales, del procesamiento simbólico, mayores niveles de abstracción, creatividad, flexibilidad y autonomía.  Agregando a esto, la consideración de otro modelo de sociedad y por ende, de educación.

Las consecuencias de este tipo de análisis es que la mayoría de las proposiciones en el ámbito educativo persisten en un enfoque instruccionista y tecnocrático de emisión y recepción de contenidos.  Desde esta mirada, son los sujetos de enseñanza y aprendizaje los que quedan excluidos.  Se supone que con la sola existencia de un ambiente informatizado y con la expansión de Internet tanto educadores como educandos modificarán su rol y su forma de acceso a un conocimiento global que les permitirá “conectarse” e insertarse en la “sociedad de la información”. 

Particularmente en cuanto al rol del docente, podemos hallar propuestas que apuntan a la necesidad de incorporar los medios informáticos como mediadores en el proceso de enseñanza y aprendizaje desatendiendo el papel que desempeña el sujeto educador que aún se encuentra atrapado en un modelo tradicional de educación. Se analiza la cuestión desde la concepción de que resulta imperioso “una nueva forma de concebir la enseñanza y aprendizaje” pues es indiscutible que es una demanda para acceder al mundo globalizado y desarrollado.  Sin embargo no aparece la preocupación por lo que sucede con los sujetos que se encuentran en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por ejemplo, este tipo de omisión en cuanto a la participación e interacción de los actores en el espacio educativo, es posible encontrarla en afirmaciones que ponen la atención en las computadoras como herramientas fundamentales para el proceso de construcción del aprendizaje y desarrollo de habilidades descartando a los sujetos de la acción que en este caso son los alumnos y los docentes.

A partir del presupuesto de que con los medios informáticos se crea un nuevo contexto didáctico se plantea casi la “automática” modificación del papel que desempeña el docente.  En la medida en que se transforma la situación educativa, el educador que era simplemente un “transmisor de conocimientos” deja de ser el centro del proceso.  Se sostiene que los medios informáticos favorecen la recepción de la información y por ende, el aprendizaje por medio de la computadora admite mayor actividad en la tarea del que aprende y un nuevo rol “directivo” en relación al que enseña.  En definitiva, es la “mediación u orientación” la noción que se manifiesta en este tipo de posturas.  Lo que descuida, como se viene diciendo, es que más allá de caracterizar y estudiar este “nuevo” rol se debería dar cuenta de todos los factores que se ponen en juego cuando la introducción de los medios informáticos se analiza acríticamente.

Por otro lado, entre las posturas que abordan la cuestión del “rol del educador” a partir de sus diversas complejidades estructurales, se encuentra la de Gabelas Barroso (2002) de la UOC (Universidad Virtual) que considera primordial “desmitificar” el discurso tecnocrático acerca de los entornos de aprendizaje promovidos por las tecnologías informáticas.  El autor plantea que es necesario dar cuenta de un modelo político neoliberal imperante que demanda resultados en la tecnología cuando el problema es de carácter estrictamente económico y social, donde se buscan soluciones en las tecnologías cuando no las hay.

La incorporación de los medios informáticos en el ámbito de la educación produce necesariamente contradicciones que no se resuelven dotando a las instituciones escolares de dispositivos tecnológicos o capacitando a los docentes con unas nociones de informática. Sin embargo desde las instituciones gubernamentales se insiste en generar grandes proyectos que consisten en la provisión de equipos informáticos, programas de conexión a Internet y diversos cursos informáticos, en tanto en las escuelas la tiza, el pizarrón y el libro aún constituyen los recursos didácticos habituales.  Y si existen salones de informática son utilizados para reiterar el tradicional esquema de enseñanza basados en la transmisión de conocimientos donde lo que importa son los contenidos y el docente.

Es decir, la propuesta consiste en dar cuenta del establecimiento de un “nuevo tipo de rol del docente” sin menospreciar las dificultades que éste manifiesta a la hora de ponerlo a funcionar en un orden educativo que acarrea trayectorias prácticas, tradiciones estratégicas, tensiones y representaciones muy complejas vinculadas con el modelo económico y político dominante.

En la misma línea de reflexión, Torres (2000) considera que la modificación del rol del educador puede darse en el marco de una amplia transformación de la institución escolar que precisamente requiere el cambio en el modelo de la reforma educativa que ha demostrado la imposibilidad de generar otro tipo de escuela.  Por lo que modificar el rol y el profesionalismo docente implica realizar un cambio sistémico que abarque el orden escolar, el modo de pensar y hacer política educativa tanto en el ámbito nacional como internacional.

El advenimiento de los medios informáticos enfrenta tanto al sistema educativo como a los docentes con rupturas y discontinuidades pero también se encuentra sistemáticamente con la persistencia de un modelo que muestra ciertos rasgos de obsolescencia. 

Este punto de partida para el análisis propone una mirada crítica que formula un tipo de educador con amplia inserción en el contexto de transformación económica y cultural, valorado socialmente y consciente de las modificaciones que constituye la construcción de un incipiente modelo educativo.

Roles y funciones del facilitador en medios informáticos

Desde perspectivas que hemos denominado críticas, específicamente el rol que se propone para el educador en medios informáticos es el de “mediador” o “facilitador” de aprendizaje (Dibur Toledo, 2001).  Cabero Almenara (2002) señala que el educador se transformará en un “diseñador de situaciones de aprendizaje” y de situaciones que plantearán al alumno como centro del proceso de enseñanza y aprendizaje y que colaborarán para que éste alcance los conocimientos previamente planificados.

De allí que presenta a un tipo de educador “más facilitador” del aprendizaje cuyo rol radique en “mediar” el encuentro del educando con la tecnología a partir de la orientación y el asesoramiento.  Esto supone un docente más autónomo y con un creciente desarrollo profesional. Todo esto debe producirse en torno a  transformaciones integrales.  Por lo que, como afirma Torres:

El nuevo perfil y el nuevo rol docente que requiere el nuevo sistema escolar deben articular viejas y nuevas necesidades de aprendizaje docente, entre estas últimas, el propio manejo de las tecnologías de información y comunicación para fines de enseñanza y aprendizaje.  De hecho, el propio aprovechamiento y buen uso de las tecnologías de información y comunicación en el medio escolar depende de la calidad y  la idoneidad docente para asumir los nuevos desafíos pedagógicos que plantean su  introducción en la escuela y el aula. (2000, 20)

El rol docente se compone de distintos atributos que lo describen como “mediador”, “facilitador”, “orientador” y “diseñador del entorno de enseñanza y aprendizaje”.  Es importante destacar que ambos posicionamientos formulan rasgos similares pero, como ya indicamos, con distintas implicaciones a la hora de pensar el marco social, cultural e institucional en el que el rol docente es desempeñado.

Entonces cuando se hace referencia particular al proceso de enseñanza y aprendizaje, se destaca una especificidad que se centra ya no en el educador solamente sino que se desplaza también al estudiante y pone en escena la necesidad de alentar la autonomía en ambos actores del proceso.  Además, se considera el desarrollo del trabajo colaborativo y cooperativo tanto del lado de los estudiantes como del lado de los docentes.  Al respecto Cabero Almenara (2002) señala que el docente va a adoptar un papel fundamental en cuanto al “diseño de medios, materiales y recursos” ajustados a las particularidades identificadas en sus alumnos.  Estos materiales y medios no solamente serán confeccionados por el docente sino además en colaboración con otros educadores de su institución y otra cantidad de expertos tanto informáticos como especializados en educación y tecnologías.

De este modo, considerando los rasgos constitutivos mencionados anteriormente, es posible indicar que el rol del educador en relación con los medios informáticos se puede definir como: “las funciones que desempeña el docente, en el marco de un modelo educativo que permita y promueva el desarrollo profesional del mismo, que se caracterizan por mediar entre las tecnologías informáticas y los estudiantes, orientar y tutorear la investigación, facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje y diseñar situaciones y contextos propicios de aprendizajes con el objetivo de proponer el trabajo colaborativo y cooperativo tanto entre los estudiantes como con otros profesionales,”.

Esta noción revela y nos permite señalar una serie de dimensiones tales como: mediación, orientación, facilitación y diseño de situación de aprendizajes.  Estas dimensiones presentan rasgos concretos al momento de analizar el rol docente y la incorporación de tecnología informática.

Ahora bien cuando nos referimos a la idea del rol del educador en relación con los medios informáticos consideramos tanto las funciones y expectativas de rol, el tipo de posicionamiento como también la trama institucional en la cual se desarrolla.  Es decir, no sólo tomamos en consideración los rasgos fundamentales, el desempeño del rol docente y  el modo de posicionamiento sino que también centramos nuestra atención en el contexto de inserción institucional en el que se ejerce. 

Estimamos que esta noción manifiesta una serie de dimensiones que permiten explorar, desde una mirada crítica, la cuestión del rol del educador debido a que en ésta se contemplan los diferentes aspectos que lo componen sin desatender las complejidades que se presentan a la hora de pensar funciones y desempeños cuando se propone la incorporación de los medios informáticos al proceso de enseñanza y aprendizaje.

Formación del docente en medios informáticos

La integración de medios informáticos operada en la educación promueve modificaciones de distinto modo e intensidad en el posicionamiento de todos los miembros que pertenecen a este ámbito.  Específicamente, los docentes constituyen uno de los actores del sistema educativo que se reconocen y autoevalúan como más vulnerables tanto en la práctica pedagógica como en la capacitación profesional que detentan.  Diversas investigaciones han puesto de manifiesto estas consideraciones por parte de los educadores. (Cabello, 2006; Cabero Almenara, 2000; Henríquez, 2002; etc.)  En este sentido, uno de los niveles que requiere particular atención es el de la formación de docentes.

Se trata de establecer cuáles son los principales aspectos que delimitan y definen el desempeño del educador a la hora de incorporar tecnología informática en los procesos de enseñanza y aprendizaje desde la formación de docentes. 

La necesidad de formar a futuros profesores que incorporen medios informáticos se ha convertido en uno de los temas prioritarios tanto en la agenda pública educativa nacional como provincial.  La preocupación por la difusión de la tecnología informática en educación se hace visible, en primer lugar, en la propuesta de la Ley Federal de Educación de 1993 en Argentina.  En este contexto, tanto el currículum como la incorporación efectiva de estas tecnologías en las instituciones educativas de formación docente merecen una reflexión acerca del uso y los efectos en el aprendizaje, de las potencialidades y limitaciones. 

En segundo lugar, la nueva Ley de Educación Nacional promulgada en 2006 dispone que el acceso y el dominio de las tecnologías de información y comunicación deben formar parte de los contenidos curriculares como además, la capacitación y actualización permanente de los docentes en estos temas, entre otros puntos (Artículos 88, 100 a 111).

En tercer lugar, la nueva Ley de Educación de la Provincia de Buenos Aires de 2007 también fundamenta la inclusión en el currículo de contenidos referidos a las tecnologías informáticas y la formación continua para la introducción, uso y apropiación de los lenguajes de esas tecnologías por parte de los docentes (Artículos 107, 122).

De ahí que la formación de profesores en medios informáticos requiere y exige la definición de estrategias docentes diferentes y de modelos pedagógicos acordes a los nuevos escenarios y formas de educar. 

Uno de los supuestos que sostenemos cuando nos referimos a la formación de docentes en general es que se trata de un proceso que puede comprender un conjunto de estrategias orientadas a desarrollar habilidades, experiencias concretas que permiten tomar contacto con situaciones de la tarea cotidiana y un espacio en el que los destinatarios se encuentren con una gama de posibilidades para trasponer en su práctica docente cotidiana.   Esta caracterización se puede emplear para cualquier tipo de capacitación docente sin embargo no es posible eludir y por ende se requiere la incorporación de un aspecto, que en nuestro punto de interés no resulta precisamente secundario; un elemento que la atraviesa y constituye.

Podemos decir que conforma uno de los objetivos que es necesario proponer para cualquier capacitación para educadores en relación con los medios informáticos: instalar la idea de que tanto los dispositivos tecnológicos como la tecnología ya forman parte de nuestra vida cotidiana y por lo tanto, el ámbito educativo no puede quedar rezagado y sujeto a modelos pedagógicos y didácticos tradicionales.

Por lo tanto, en el caso particular de las tecnologías digitales se requieren esfuerzos sustantivos en la formación de educadores. Por lo pronto, es necesario realizar diagnósticos precisos de los diferentes contextos de acción y producir conocimientos susceptibles de ser aplicables, tener capacidad propositiva y sobre todo, destreza en la implementación.

Creemos que estos requisitos son indispensables para comenzar a plantear unas estrategias que permitan diseñar proyectos que se traduzcan en planes de formación beneficiosos no sólo para los educadores a quienes estén destinados sino también para sus alumnos y en última instancia para el sistema educativo en general.

Hacia la definición de nuevo rol docente en medios informáticos

Teniendo en cuenta las condiciones generales mencionadas con anterioridad podemos señalar ciertas cuestiones a tener en cuenta en la formación de futuros profesores.  Pero en este caso, específicamente aquellas relativas con el papel o función que cumple el educador cuando se introducen medios informáticos en el espacio del aula.  Para ello, recuperaremos algunas hipótesis dominantes que caracterizan al rol del educador en relación con las tecnologías informáticas. 

Decíamos anteriormente que los atributos que deberían constituir la idea de rol docente en relación con los medios informáticos son los siguientes: mediador, facilitador, orientador  y diseñador del entorno de enseñanza y aprendizaje.

De las dimensiones que mencionábamos anteriormente la mediación es la que reside en la ruptura efectiva de actitudes negativas y de rechazo hacia las tecnologías informáticas y la comprensión que ellas permiten en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Otro de los aspectos que constituyen la noción de rol es el de orientación que tiene en cuenta la función de conducción y soporte del aprendizaje del alumno, asistiéndolo en todo el proceso de aprendizaje con los medios informáticos e introduciéndolo en la “alfabetización multimediática”5

La dimensión de facilitación significa la promoción del desarrollo de prácticas de reflexión, de manera tal, que las tareas de aprendizaje y análisis de contenidos, se centren en identificaciones y principios únicos por parte de los estudiantes en pos de una actitud investigativa.  En este sentido, el aprendizaje debe estar centrado en el estudiante donde todos los elementos del sistema formal y no formal giren en torno al mismo y a sus estilos individuales de aprendizaje.  Se impone entonces, la necesidad de facilitar la interacción del estudiante con los medios informáticos para que adquiera las habilidades, conocimientos y destrezas necesarias para resolver sus déficits formativos específicos y los problemas que se le plantean.    

El diseño de situación de aprendizajes implica la capacidad del docente de diseñar medios, materiales y los recursos necesarios para garantizar una adecuada situación de aprendizaje.  Pero también debe aprender a trabajar en equipo y en colaboración con otros profesionales, lo que supone generar constantemente propuestas de trabajo colaborativo. 

Todos estos aspectos sirven como puntos de partida para plantear, en sentido amplio, las principales estrategias orientadoras de la formación de profesores vinculadas con la cuestión del rol del educador cuando los medios informáticos son introducidos en el aula.

De este modo, la mediación es uno de los elementos que debería jugar una función primordial ya que es necesario tenerla en cuenta desde el momento mismo de la elaboración de una estrategia de capacitación de esta índole.   Esta premisa se caracteriza por hacer hincapié en la construcción de un vínculo entre los sujetos y las tecnologías informáticas.  Esto se traduce en la práctica en un esfuerzo permanente por parte del educador para transmitir la idea de que se requiere sostener una actitud proactiva hacia  el uso y  manejo de las tecnologías pero también hacia el establecimiento de una relación fluida y confiada con las mismas.

La facilitación es otro de los aspectos que deben constituir la base de unas estrategias para la formación de docentes en esta materia.  En este sentido, es aquella acción que tiende constantemente a promover diferentes prácticas de parte de los profesores tales como el desarrollo de habilidades, conocimientos y destrezas necesarias para resolver problemas que se les presenten tanto en el uso de las tecnologías como en cuanto a la aplicación pedagógica y didáctica de las mismas.  Por lo tanto, es otra premisa que se traslada a la labor del docente que debe o debería derivar la atención hacia la recuperación de todos los saberes adquiridos tanto formales como no formales de los destinatarios para que puedan construir su propia experiencia de aprendizaje con las tecnologías.

En cuanto a la orientación, la estrategia deberá estar basada en la transferencia permanente del desempeño docente como conductor y soporte del aprendizaje.  Es decir, tratar de transmitir en todo momento que es necesario propender a conducir y sostener al estudiante en todo el proceso de aprendizaje, asistiéndolo e introduciéndolo en una capacitación eficaz para el uso adecuado y pertinente de las tecnologías informáticas.

Por último, el diseño de la situación de aprendizajes es otro de los aspectos que de alguna manera completa y complementa los supuestos que pueden orientar tanto los contenidos curriculares como la práctica pedagógica en la formación docente.  Este eje plantea la posibilidad por parte del educador de diseñar medios y materiales utilizando las tecnologías informáticas.  De ahí que se supone que el docente adquiera y ejerza la capacidad de realizar e implementar un diseño de clase con el uso de tecnologías,  promueva el trabajo en equipo y básicamente en colaboración con otros educadores. 

Estas son algunos de los supuestos iniciales que permiten formular orientaciones generales sobre el rol docente al momento de proponer su labor en el espacio aúlico utilizando los medios informáticos. 

A esta altura estamos en condiciones de afirmar que en el rol de educador con medios informáticos se despliegan múltiples funciones en el desempeño docente.  Es este nuevo tipo de rol que desplaza la idea del docente como “transmisor de información” hacia la noción del educador como “evaluador” o “diseñador de situaciones mediadas de aprendizaje”.  Estos rasgos requieren que el docente se convierta en el “facilitador y proveedor de recursos” (Cabero Almenara, 2004, 3). 

Bajo esta perspectiva la formación de profesores debe abordar la cuestión del rol docente teniendo en cuenta las nuevas características o atributos que le imprime la incorporación de medios informáticos a su labor pedagógica y didáctica. 

Básicamente, y como hemos señalado en otros trabajos (González Gartland, 2004, 2003, 2002), cualquier capacitación o formación docente en tecnologías informáticas debe superar la mera instrumentalidad de enfatizar el manejo técnico de las máquinas por sobre los principios pedagógicos y didácticos.  Este es uno de los mayores desafíos en este nivel ya que requiere hacer confluir desde el inicio la dimensión tecnológica junto a la pedagógica.

Entonces el abordaje de la labor del educador en medios informáticos implica centrar el proceso de formación docente en dimensiones que se traducen en distintos roles.  Algunos de ellos se pueden sintetizar del siguiente modo:

  1. Consultores de información: buscadores de materiales y recursos para la información ….usuarios experimentados de las herramientas tecnológicas para la búsqueda y recuperación de la información.
  2. Colaboradores en grupo: favorecedores de planteamientos y resolución de problemas mediante el trabajo colaborativo, tanto en espacios formales como no formales e informales ….
  3. Trabajadores solitarios: la tecnología tiene más implicaciones individuales que grupales …. pueden llevar asociados procesos de soledad y de aislamiento si no es capaz de aprovechar los espacios virtuales de comunicación ….
  4. Facilitadotes: facilitadotes del aprendizaje ….
  5. Desarrolladores de cursos y materiales: poseedores de una visión constructivista del desarrollo curricular, diseñadores y desarrolladores de materiales ….
  6. Supervisores académicos: diagnosticar las necesidades académicas de los alumnos, tanto para su formación como para la superación de los diferentes niveles educativos …. (Cabero Almenara ,2004, 4)

Según el conjunto de propuestas que se han desarrollado en este apartado podemos afirmar que por un lado, uno de los requisitos que atraviesa todos estos ejes detallados anteriormente es la centralidad del sujeto de aprendizaje tanto en la formación como cuando estos contenidos son traspuestos en el trabajo cotidiano.  

Por otro lado, es necesario centrar la atención en el tipo de aprendizaje que se propone a través de los medios informáticos.  Un tipo de aprendizaje dirigido a vincular el conocimiento con la experiencia para que ésta se materialice en toda la labor del docente y por ende, en la vida cotidiana de los estudiantes que en definitiva son los auténticos destinatarios del sistema educativo en general. 


Referencia:


1“Comunicación y Educación: la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación en la formación docente” dirigida por la Dra. Roxana Cabello.

2  Se trata de la construcción y exploración de un objeto de estudio (representaciones y prácticas en torno de la relación TIC-Educación) a partir de un enfoque que privilegia alguno de los aspectos más relevantes de su producción.  Esto trae aparejado realizar la identificación y el análisis de distintos objetos en los cuales, al manifestarse estos aspectos, se hacen visibles los rasgos más destacados de la relación en estudio. Se impone entonces adoptar desiguales conjuntos de herramientas metodológicas (técnicas de recolección, instrumentos de medición y estrategias de análisis) y al mismo tiempo avanzar sin perder la orientación básica que brinda el paradigma del Desarrollo Humano. 
 
3 El trabajo forma parte del libro de Cabello, R. (2006). Yo con la computadora no tengo nada que ver. Bs.As., Argentina, Ed. Prometeo-UNGS.

4El trabajo se enmarcó en la investigación: Usos y Representaciones sobre las Tecnologías de la Información y de la Comunicación en el ámbito educativo. Aportes para el diseño de Planes de Capacitación Docente. 2001-2003). Directora: Roxana Cabello. Instituto Del Desarrollo Humano. Universidad Nacional de General Sarmiento, Provincia de Bs. As., Argentina. La indagación sobre la cuestión del rol del educador en relación con las tecnologías de información y comunicación como en el caso de las demás dimensiones abordadas en dicha investigación (información y conocimiento, brecha digital, medios, competencias tecnológicas, etc.) se ha realizado a partir de un estudio cualitativo que comprendió entrevistas en profundidad en una escuela seleccionada como caso.  El propósito ha sido el de explorar las representaciones vigentes entre los docentes de EGB 1 y EGB 2 que se desempeñan en el área de referencia del estudio en relación con el rol del educador y de la posibilidad de incorporar TIC a su labor cotidiana.  A efectos del análisis, y como mencionamos anteriormente, se ha requerido producir definiciones nominales de categorías teóricas como en el caso del rol docente frente a las tecnologías de información y comunicación con el objeto de rastrear las representaciones construidas por los maestros. 

5 Entendemos por “alfabetización multimediática” a aquella que tiene por objetivo capacitar a los estudiantes para la utilización, eficaz y racional de los instrumentos tecnológicos con los que interaccionarán y en las posibildades técnicas; y fomentando la búsqueda efectiva de la información pertinente para el aprendizaje.


Bibliografía

Cabello, R. (2007)  Comunicación y Educación: la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación en la formación docente. Bs. As.. Argentina. Instituto del Desarrollo Humano.Universidad Nacional de General Sarmiento.

Cabello, R. (2006). Yo con la computadora no tengo nada que ver. Un estudio sobre la relación entre los docentes y las tecnologías informáticas. Bs. As. Prometeo-UNGS.

Cabello, R., Aprea, G., Abeledo, J. G. Vargas, J. y G. Gartland, G. (2003). Usos y representaciones sobre las tecnologías de la información y la comunicación y sus posibilidades en el ámbito educativo. Contribuciones para el diseño de planes de capacitación docente. Bs. As. Argentina. Instituto del Desarrollo Humano.Universidad Nacional de General Sarmiento.

Cabero Almenara, J. (2002). La aplicación de las TIC: ¿esnobismo o necesidad educativa?. Red digital (en línea). Recuperado el 11 de noviembre de 2005. Disponible en www.reddigital.enice.mecd.es

Cabero Almenara, J. (2004). Formación del profesorado en TIC. El gran caballo de batalla. Comunicación y Pedagogía. Revista de Nuevas Tecnologías y Recursos Didácticos. Madrid. España. (ISSN 1136-7733).195, 27-37.

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Lic. Georgina González Gartland

Licenciada en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Investigadora Docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Miembro del PROMINED (Programa de Medios Informáticos en Educación) de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Autora de capítulos de libros referidos a tecnologías de información y comunicación en educación y videojuegos.

 

 

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