Por Gian
Carlo Delgado Ramos - Al Filo
Mayo 28 de 2004
Como ha sido ampliamente difundido
en la prensa internacional, Fidel Castro denunció nuevos
planes, del gobierno de los Estados Unidos de América (EUA),
para asesinarlo, y con esto "acelerar la transición
de régimen". Con tal objetivo, el presidente Bush conformó
en octubre de 2003 la Comisión de Ayuda a una Cuba Libre,
la cual es presidida por Colin Powell.
Según el Departamento de
Estado (DdE), esa Comisión "(...) acoge con beneplácito
(.) ideas y sugerencias del público para ayudar a identificar
y alentar medidas para (.) desarrollar un plan de asistencia ágil
y decisiva a una Cuba posterior a la dictadura."
Se trata de una estrategia en la
que participan varias instituciones del establishment, como lo expresan
las palabras de Andrew Natsios, la Agencia de Cooperación
Internacional de EUA (Usaid): "(...) debemos prepararnos con
gran cuidado para la transición (final) de Cuba a la democracia."
En este contexto el DdE, ha venido
indicando que son de gran importancia "las horas, y los días
después de la transición". Tal declaración
sugiere que están contemplando una transición forzada,
rápida y probablemente violenta.
Según una nota del Nuevo
Herald que discute sobre las "recetas" que se le sugieren
al presidente Bush ante escenarios poco alentadores para las próximas
elecciones presidenciales, se suscribe que, "(.)el presidente
debe emprender decisivas acciones (.)[entre las que está]
el súbito derrocamiento -sin anuncios previos y sin apelaciones
al Consejo de Seguridad de la ONU- de un tirano local, digamos Fidel
Castro, un par de meses antes de las elecciones, [para] propulsar
notablemente la imagen de invencibilidad que ya Bush ha proyectado
antes (...)"
La receta habla por sí misma
y de llevarse a cabo seguramente se justificaría diciendo
que consistió en una intervención para "llevar
la democracia" al pueblo cubano que "sufre de un sistema
dictatorial", "violador de derechos humanos" y "con
un arsenal de armas biológicas letales", igual que se
justificó la masacre a Irak con su hasta ahora inexistente
arsenal de armas de destrucción masiva.
Contrasta que sea EUA el que haga
tales señalamientos y busque el apoyo de otros países
"amigos", cuando se coloca a la cabeza en actividades
de terrorismo de Estado y violaciones a los derechos humanos dentro
de sus fronteras y durante sus constantes intervenciones militares
en el exterior, al tiempo que rechaza a la Corte Penal Internacional.
De igual modo, Estados Unidos se
coloca a la vanguardia en la producción y uso de armas convencionales
y no convencionales, incluyendo las químicas y biológicas
de las que hace uso constante contra Cuba, en una guerra no declarada
que incluye el embargo comercial. Por eso ha boicoteado la ratificación
del tratado internacional sobre armas biológicas.
A pesar de los esfuerzos de EUA,
nadie ha demostrado que Cuba posea armas biológicas pero
son continuas las acusaciones sin pruebas, por parte de funcionarios
como Powell; Frank Taylor (coordinador de antiterrorismo del Departamento
de Estado); y Otto Reich (responsable de América Latina en
el Gobierno de EUA).
En contraste, el expresidente Jimmy
Carter, después de su visita a Cuba rechazó tales
acusaciones, y Gary Speer, comandante del Comando Sur, ha declarado
que "no hay evidencia de que Cuba esté produciendo armas
biológicas". En el mismo sentido, el Center for Defense
Information también llevó a cabo una investigación
con científicos de la ONU que tuvieron acceso sin restricción
alguna a las instalaciones cubanas y concluyeron de modo similar.
A pesar de lo anterior, una acción
militar de EUA contra Cuba bien podría ser una carta ante
un escenario electoral dramático y las señales de
su probabilidad estarán en el informe sobre "países
terroristas", que EUA dará a conocer en este mes de
mayo y que seguramente se incluirán de nuevo a Cuba. De ahí
que Fidel Castro considere que, "(...) estamos en un momento
de gran peligro".
El objetivo de un ataque militar
estadounidense, es el de montar un cogobierno en la isla, lidereado
por los disidentes cubanos que EUA abiertamente viene apoyando y
financiando, por ejemplo desde la Usaid. Una señal de que
este ataque podría ser pronto, son las declaraciones de Roger
Noriega, quien señaló que la transición "puede
ocurrir en cualquier momento" y, debe ser cuidada para que
"durante la transición política en Cuba los compinches
del régimen no tomen control de los aparatos de seguridad".
Si EUA ataca, la masacre de civiles
y militares cubanos sería muy grande. Si se hiciera un ataque
terrestre, también habría que contar las bajas estadounidenses
que, según cálculos del Departamento de la Defensa,
hechos durante la crisis de los misiles en 1962, podrían
llegar hasta unos 100 mil. Si es "sólo" un ataque
aéreo, esto significaría para el resto de América
Latina, en vísperas de la firma del ALCA, que el imperio
está dispuesto a imponer su dominio militar a cualquier costo.
Por otra parte, Cuba cuenta ya con
tecnología de perforación profunda para la extracción
de petróleo y las reservas de la zona norte de Cuba -a más
mil metros de profundidad- podrían ser, en parte, del tipo
ligero y ya comienzan a perfilarse como las principales reservas
en explotación de ese país. Además, el área
económica exclusiva cubana, de unos 112 mil km2 , seguramente
incluye parte de una gran reserva de petróleo marino conocida
como "hoyo de dona" (ubicada en el noreste del Golfo de
México y que "comparten" México y EUA.).
El bloqueo comercial prohíbe
a multinacionales estadounidenses celebrar contratos con Cuba, por
lo que para apoderarse de su petróleo tendrían que
levantar el bloqueo o derrocar al régimen.
La intervención militar no
sólo sería para tratar de lograr la reelección
de Bush, también serviría para reestructurar las reglas
del juego, al mismo tiempo que permitiría, en este caso,
apropiarse del negocio de esas potenciales reservas en zona marina
cubana. En otras palabras, la geopolítica del caribe desde
la confirmación de nuevas reservas de petróleo, viene
adquiriendo nuevos tintes, donde las posibilidades de una intervención
militar para derrocar al gobierno cubano no es improbable y en este
contexto, los grupos de poder anticastristas de EUA han pedido a
Bush que "resuelva de una vez por todas" lo que consideran
"el problema cubano", ofreciendo a cambio su total apoyo
electoral al presidente.
Esto es preocupante, sobre todo
por el carácter radicalmente militarista de la administración
Bush. Por ello es esencial que la comunidad internacional se informe
y dé cuenta de la Cuba de la que poco se habla. Me refiero,
por ejemplo, a que en general se desconoce que ese país caribeño
se coloca por encima de México y Brasil en cuanto a índices
de desarrollo humano (según datos de ONU en la posición
52 a nivel mundial) ya que ahí el salario no se mide por
su volumen, sino por el poder de compra adquisitivo local. Tampoco
se difunde el importante nivel educativo y de servicios médico-sanitarios
y de sus programas de ayuda humanitaria a muchos países del
Sur y del Norte, incluso ofreció ayuda a EUA después
de los atentados del 11 de septiembre. Tampoco se difunde que la
industria biotecnológica que Cuba ha desarrollado es de las
más importantes a nivel mundial y es reconocida por sus investigaciones
y vacunas contra la meningitis B y C, sida, cáncer, hepatitis
B y dengue, entre otras.
Esto último explica que como
parte de los "ajustes" al bloqueo, se haya recientemente
añadido la prohibición de editar e incluso publicar
textos científicos de procedencia cubana y de otros "países
terroristas".
Los
textos vertidos en este espacio se reproducen de manera textual, son
únicamente de referencia y no necesariamente reflejan la opinión
de los editores, ni de la institución a la que pertenece esta
publicación. |