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BALANCE FINAL DE LA ELECCIÓN EN EL ESTADO DE MÉXICO

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Por Fernando Licona

 


Como versa la popular frase: “No hay tiempo que no se cumpla ni plazo que no se venza” y finalmente llegó el 3 de julio, día de la jornada electoral, que nos ubicó en un escenario particular en el cual el Partido Revolucionario Institucional ganó las elecciones para gobernador en el Estado de México así como en Nayarit y Coahuila. Los márgenes con los cuales los candidatos en el Estado de México y Coahuila ganaron no se veía desde los años 80´s, tiempo en el que  no existía otro partido  que no fuera el PRI, difícilmente se puede decir que gana una democracia con números tan disparejos entre el primer y segundo lugar.

En las siguientes líneas haremos una revisión de los resultados que se produjeron en la entidad gobernada por el puntero en las encuestas presidenciales. En el Estado de México, según los datos oficiales  y tras concluir el conteo de los 45 consejos distritales, se confirmó el triunfo del candidato de la coalición “Unidos por Ti”, Eruviel Ávila Villegas, con 3 millones 045 mil 555 votos, lo cual representa el 62.50 por ciento, seguido del candidato de la coalición PRD-PT-Convergencia, Alejandro Encinas Rodríguez, con un millón 030 mil 997 votos, que corresponde a 21.16 por ciento, mientras que Luis Felipe Bravo Mena, del PAN, obtuvo el 12.38 por ciento, con 603 mil 141 sufragios.

A partir del 7 de julio, día en el que terminó el cómputo distrital, se abrió un periodo de 4 días para que los partidos o coaliciones impugnasen lo que ellos valoraran pertinente, sin embargo ante tal diferencia,  ni PAN ni PRD obtendrían alguna modificación sustancial que cambie el resultado de la contienda. Será hasta el próximo 16 de agosto cuando el Tribunal Electoral del Estado de México valide los resultados registrados en el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) y otorgue la constancia de mayoría a Eruviel Ávila, quien por un mes tendrá el cargo de Gobernador Electo hasta ser el 16 de septiembre oficialmente el Constitucional,  sucediendo así a Enrique Peña Nieto quien dicho sea de paso anunció (por medio de Humberto Moreira) que definirá o más bien dirá por primera vez que quiere ser Presidente de México y por tanto “competirá” en la elección interna de su partido.

Pero al margen de los números y los hechos políticos que los días  subsecuentes trajeron a la elección de la entidad con el mayor padrón electoral del país con más de 10 millones de electores, el balance final es poco  promisorio para un escenario en donde las democracias ejercen el poder, de ello da cuenta el índice abrumador de abstencionismo en la entidad. Una vez más ganó la indiferencia, ni  las campañas ni los candidatos pudieron mover a la gente a votar. El corte oficial de abstencionismo fue del 57% por ciento., al terminar esta columna el IEEM anunció que crearía una comisión que investigue sobre las causas de tal apatía por votar.

Es un hecho que la decisión o la preocupación del árbitro  de la elección local es una salida política para con la sociedad, ya que no fue capaz  de producir  campañas  de difusión efectivas que comunicaran la necesidad que una democracia tiene de votantes activos. Pero no podemos echarle toda la culpa al organizador del proceso, sino a los participantes, ya que por un lado la falta de empeño que tanto Luis Felipe Bravo Mena como Alejandro Encinas demostraron de querer  realmente conquistar el voto de aquellos  habitantes que  finalmente no acudieron a  las urnas, con lo cual sin duda habría sido una elección más competida.

Por el otro lado, y más grave aún, fue el exceso del PRI mexiquense por acaparar cuanta esquina, camión, paradero de autobús, barda o espectacular  tuviera a su paso. Es evidente que el partido ganador debe explicar y clarificar las erogaciones que tuvo durante todo el proceso, ya que no sólo fue la abrumadora publicidad sino el uso  (digno de revisar bajo parámetros éticos)  que hizo de las encuestas generando  una percepción diaria durante 45 días de que no había otro ganador más que el ex alcalde de Ecatepec.  La estrategia del PRI en temas de opinión pública se orientó a que el votante pensará: Ya para qué votar si todo está escrito, lastimado la elección e hiriendo gravemente la participación ciudadana.

A todo lo anterior descrito no le sumamos las estructuras corporativas, sindicatos, funcionarios estatales y municipales así como una gran masa que se movió, muchos por necesidad económica y otros por querer agarrar un “hueso” en las venideras administraciones locales (que por cierto se renuevan en un año) u otros simplemente por quedar bien. No cabe duda que la maquinaria de hacer votos del PRI tiene jóvenes y carismáticos  pilotos pero el mismo motor y engranes del partido al que los mexicanos le dijeron Ya Basta en el 2000.

En otros temas,  quienes ya iniciaron precampañas fueron los blanquiazules, al cierre de esta columna el presidente del partido se habría reunido con los 7 suspirantes del PAN. Los dichos y entredichos de ese encuentro estarán exhibidos en nuestra próxima Vitrina Política.

 

 

Fernando Licona fernandolicona@hotmail.com
@Fer_Licona
Director Editorial del portal www.vitrinapolitica.com
@VitrinaPolitica
Analista político de Frecuencia-Cem, estación de radio del ITESM


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