Hay personas que ven en mis pupilas la
ausencia de un nuevo espejo en el futuro, un
vacío en cada rincón de abrazos, en cada
encuentro de lágrimas, en cada brote de
sonrisas... Un vacío que la humanidad se
acobarda en enfrentar, se resiste a
contemplar...
Otras personas no pueden dejar de
interrogar a mis ojos, de inquirirles con
violencia como a criminales confesos, de
acusarles y exigirles un castigo... con sus
propios ojos de hueca e inhumana voz, con sus
propios ojos de irritación constante, de
pensamiento engreido, de incomprensión
profunda de la vida... Personas que han
sorteado el naufragio a bordo del bote
salvavidas de la existencia mediocre e
intolerante.
Algunas encuentran la mirada hermana,
pero guardan un prudente silencio repleto de
sabiduría. Son como un lecho de paz donde mis
ojos encuentran ese bastón, aunque sencillo y
de aspecto frágil, fiel acompañante en el
camino...
Pocas han dejado de ignorar, al ver la
tiniebla entre mis ojos, que en los tuyos se
descubre el Misterio, el Ser, lo más
querido... a Dios mismo; porque no existe el
Cielo si no es en el interior de tu mirada,
porque no puede haber salvación del alma si no
es a tu lado...
Muy pocas personas reconocen en mi
mirada el resto de mi vida convertido en
claustro, en rosario de renuncias, dolores y
consciencias, en cilicio de puas de certeza
puntiaguda... Un resto de vida inmaculado en
sudario blanco, tan blanco como esa nube que
en el Cielo nos aguarda...
¡¡¡¡ Pero solo tu sabes que mi mirada
encierra todo este sufrimiento por la
tuya...!!!!