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Acontecimientos relevantes de la comunicación política en elecciones estatales
 
Por Patricia Andrade del Cid
Número 17

 Después del 2 de agosto de 1998, día de las Elecciones Federales para gobernador en el estado de Oaxaca, se me pidió publicar un artículo que señalara el papel de los medios de comunicación locales en el juego electoral. Dada la vigencia de los acontecimientos, la cobertura y la incidencia cada vez más importante de los medios, me parece oportuno dar a conocer estos comentarios.

Uno de los aspectos más importantes en sociedades modernas con procesos democráticos ascendentes es la actuación de los medios de comunicación para representar las realidades de grupos sociales, regiones, países.

El liberalismo sostiene que la mejor manera de hacer contrapeso a las desiciones sociales es a través de la fuerza de la opinión pública, la cual como depositaria del juicio moral de la sociedad, no puede sino optar por defender las libertades de juicio, información y expresión de los gobernados. Para los teóricos funcionalistas los "nacientes" medios de comunicación de su época, promoverían la posibilidad de, mediante la autorregulación, satisfacer las necesidades de información de las sociedades modernas, y si estos fallaran, en todo caso el sistema natural de contrapeso iba aestar representado por una opinión pública fortalecida por una información "veraz y oportuna". Nada más alejado de nuestra realidad.

Una vez apareció en escena la posibilidad de extender las redes del capital y la exportación de los productos comunicativos a nivel global, ni los medios de comunicación se responsabilizaron de su actuar, ni las sociedades a las cuales servían tuvieron oportunidad de organizarse para exigírselos.

Esto sin embargo no es nada nuevo, los Estados a lo largo de la historia, han sabido reproducirse y ejercer el control a través de sus instituciones, llámense orden de creencias, Iglesia, Sistema Político, educación. Y la comunicación, es decir, la instancia de intercambio de pensamientos, de ideas, de razonamientos, o sea de la realidad, de lo que sucede, de lo que percibimos y mediante el razonamiento es precisamente el medio que reproduce las representaciones de la realidad que el Estado se encarga de "promover".

La comuicación manifiesta representaciones de esa realidad, y esas representaciones - difícilmente cercada y nombrable - las llevan a efecto las instituciones, los medios de comunicación y los propios miembros de la comunidad. Para Martín Serrano (1986) "la comunicación pública provee a los miembros de la comunidad relatos (orales, escritos, mediante imágenes) en los que propone una interpretación del entorno (material, social, ideal) de lo que en él acontece... desde su posible influencia cognitiva, la comunicación pública es una de las actividades enculturizadoras que intervienen en la socialización de las gentes".

El objeto del "relato" es dar a conocer hechos o sucesos que son elevados a rango de acontecimiento, y que suceden en el amplio escenario de la sociedad, mundo conocido, organizado; al mismo tiempo "obvian" otros hechos que por no ser considerados relevantes no son seleccionados y por tanto, no llegan a ser acontecimiento, es decir no generan información. Además, esos relatos sociales promueven a través de sus contenidos y de las formas de expresión que se emplean para ellos, o bien expectativas entre aspiraciones y deseos, o bien, reafirmación de valores, creencias y opiniones.

Es así como en la comunicación pública, o de medios institucionales, el proceso de la creación de información está relacionado tanto con lo que acontece, como con la forma de contarlo; ambos darán como resultado "hábitos de pensamiento" para los consumidores.

En particular los fenómenos de representación política a través de la televisión, fundamentalmente, son cada vez más comunes en países democráticos; en este ámbito, decidir qué es acontecimiento y qué no lo es, cuál es el mundo organizado – y no caótico- que nos pertenece, de qué manera se va a construir esa información y cómo va a ser contada, es función de ese actor social llamado medio de comunicación.

Temas relevantes en los estados donde los medios ejercen su autoridad de pensamiento en la función de una agenda informativa (agenda setting) desde una perspectiva social y por supuesto política.

Si lo que significa elevar los sucesos a acontecimientos y estos a noticias no es un mero trabajo de traducción, ni tan siquiera se puede denominar manipulación, sino un acto de poder, entendiendo que es un poder consensual entre actores sociales de la comunicación y actores sociales responsables del orden institucional, ¿cuál función manifiesta esta elaboración y construcción de la realidad política en acontecimientos electorales?

En nuestro país los fenómenos de la Comunicación Política como producto social y cultural, son todavía un asunto novedoso por el proceso democrático que estamos viviendo, y me atrevo a decir que muy rápido en el marco de la historia. Sin embargo el cambio evidente que la sociedad ha demostrado a través de las urnas, también se manifiesta en el cambio de los contenidos de la programación televisiva, de los discursos políticos - que se ajustan a los contextos y valores culturales-, en la utilización de los medios para la representación política de las instituciones, y por ello son base del esquema de agenda informativa antes descrito.

En este sentido cabe resaltar dos acontecimientos de la Comunicación Política que trasciendieron el hecho informativo en las votaciones federales que se llevaron a cabo el año pasado en el municipio de Oaxaca. Ambos acontecimento trascienden el hecho informativo en hecho cultural: el primero, la transmisión televisiva en directo de la instalación del Colegio Electoral el 2 de agosto, día de las votaciones para Gobernador y Diputados; y el segundo, la publicación de cuatro monitoreos realizados por el Instituo Estatal Electoral a los medios de comunicación locales, que ofrecieron a la sociedad la información agendada por el medio y los partidos políticos.

Comencemos por la edición de los monitoreos. Su publicación es producto del interés público por promover transparencia y credibilidad del proceso electoral, hechos fundamentales de la democracia. Significan también la respuesta institucional hacia los grupos sociales que, preocupados por la acción de los medios de comunicación –en el esquema de actos de poder consensuales-, procuran mayor información sobre las representaciones de la realidad política a través de las emisiones de la radio y la televisión.

Los monitoreos que realizó el Instituto Estatal Electoral en el estado de Oaxaca, nos ofrecen información de cómo se otorga sentido a la acción comunicativa desde este marco enculturizador, analizando no sólo los tiempos que utilizaron los partidos al aire sino también los rituales que otorgan ese sentido a la comunicación, entre ellos las categorías señaladas como "objetividad de la noticia", y las que corresponden al "tratamiento de la información en televisión y radio" (voz e imagen, texto e imagen, sólo voz, sólo imagen, sólo texto.) Cito de nuevo a Martín Serrano: "a través de sus profesionales, los medios de comunicación realizan una producción de la realidad, jerarquizada y sintética, que contribuye a la construcción y reconstrucción de la realidad... esta actividad dará paso a la construcción de la memoria colectiva, y al mismo tiempo al establecimiento, reconocimiento y refuerzo de valores, creencias y opiniones entre los miembros de la sociedad que consume ese discurso realizado".

Analizar la información que nos ofrece el IIE desde este contexto no ayuda a entender a los medios como "productores" de discursos sobre la realidad, y a repensar su actividad en procesos de enculturización, y más cuando de cultura política se trata.

En este marco, una acción trascendente por su protagonismo directo, lo fue la transmisión en vivo que realizó la Televisión de Oaxaca (organismo público descentralizado) de la instalación del Colegio Electoral el 2 de agosto del año 98.

La actividad mediadora del acontecer se impone de mayor manera cuando los acontecimientos son transmitidos en directo. La vicariedad de la imagen "desarma" la posibilidad de acción de las audiencias; la sensación de comunión, participación y en cierto modo de enajenación, es mayor al sentirnos "acompañados" de mucha gente en la acción de lo que acontece, en ese mismo instante en algún sitio del mundo. Ejemplos reconocidos son las transmisiones en directo de "espectáculos" masivos como eventos deportivos, sociales, y hasta las guerras. Los estudios realizados de transmisiones en directo por Eliuh Katz, nos aportan mayor información al respecto.

La transmisión en directo de este evento significa, desde luego, un verdadero logro tanto en el desempeño de las instituciones como de la sociedad en la búsqueda de la transparencia electoral hacia una cultura democrática. En él hemos podido observar, "desde la comodidad de nuestro hogar", los acontecimientos que definieron el escenario durante el acto electoral: suministro de información, la acción de los partidos, sus principales representantes, el funcionamiento de la tecnología. Para muchos oaxaqueños que observamos la pantalla con los resultados preliminares seguramente era la primera vez que teníamos contacto con ese lenguaje y esa tecnología. La transmisión tuvo tintes de espectáculo, donde evidentemente los avances tecnológicos también tuvieron su efecto mediatizador. Además observamos los actos y actuaciones de los representantes de los partidos, escuchamos sus denuncias, y me atrevo a decir, que, en gran medida, gracias a nuestra participación en vivo y en directo, le otorgamos validez a los resultados electorales.

Estos - al menos- dos acontecimientos relevantes del papel de los medios de comunicación durante las elecciones federales de 1998 en Oaxaca, nos llevan a suponer que su protagonismo es un tema que está presente cada vez más en la construcción del espacio público que nos represente.


Patricia Andrade del Cid
Ccandidato a Doctor en Comunicación Pública por la Universidad Complutense de Madrid.

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