Por Dafne García Lucero*
Número 22
Introducción
al concepto de periodismo de investigación
De la modernidad se desprenden proyectos y productos culturales
que era posible catalogar dentro de las categorías de lo culto,
lo popular y lo masivo. Dentro de este esquema, el periodismo fue
y sigue siendo esencialmente masivo, ya que desde la aparición de
la imprenta en 1448 posibilitó la difusión masiva de textos antes
sólo destinados a una elite.
Este rótulo de masivo encerraba un
cierto menosprecio hacia el periodista, pues participaba de las
condiciones de producción propias del mercantilismo, de las que
el escritor literario parecía mantenerse al margen. De ahí, entonces
que quien se nutría de los hechos reales y no tanto de la ficción
o de lo verosímil no fuera escritor, sino mero periodista.
Asimismo, la actividad periodística
estaba ubicada en un lugar secundario, por ser efímera en una época
donde lo realmente importante era lo duradero. El ámbito del periodismo
se definía por la noticia, que a su vez se caracterizaba por la
actualidad, la novedad, lo verdadero y lo objetivo.
Pero esta idea de objetividad entró
en crisis. (la noción de objetividad sufre cambios que repercuten
en las convenciones estilísticas y por ende, en el ordenamiento
según los géneros).
En los inicios del periodismo se
evidenció un alto grado de subjetividad porque los MCM fueron usados
como instrumentos de propaganda, de opinión. Luego, la función periodística
se transformó paulatinamente para quedar limitada al aspecto informativo.
A mediados del siglo XX, se incluyó el análisis y en consecuencia,
los aspectos subjetivos. Es el caso del periodismo interpretativo,
donde los valores se concentran en la honestidad a partir de la
verosimilitud y el compromiso político y social,
Cuando se comprendió que la objetividad
no sólo era inalcanzable, inacible, se empezó a buscar nuevos caminos
o quizás, nuevos abordajes e interpretaciones de caminos ya recorridos.
Frente a la limitación de la objetividad
como alternativa para exponer la verdad completa y total se emprendió
la senda del nuevo periodismo: un acercamiento a la literatura como
forma y recurso pero sin olvidar el acontecimiento real como materia
prima.
De la otra alternativa, el periodismo
interpretativo, surgido a mediados de siglo, derivó -de manera actualizada
y complejizada- la modalidad periodística conocida como periodismo
de investigación (PI).
El periodismo de investigación recibe
múltiples definiciones. Por ejemplo, The Missouri Group lo entiende
como "una peculiar particularidad periodística determinada
por la metodología que el profesional emplea para la obtención de
los datos; una especial relación con determinadas fuentes de información
y la búsqueda de objetivos concretos relacionados con el papel de
crítica social que deben jugar los medios de comunicación en una
sociedad democrática con una prensa auténticamente libre" (citado
por Caminos Marcet, 1998: 18)
Petra Secanella agrega que la auténtica
dimensión del PI viene dada por el hecho de que "el periodista
encuentra una firme oposición a la marcha de sus investigaciones.
Las personas investigadas siempre intentan esconder al público unos
datos que les implican en actividades irregulares" (Secanella,
PI, 1986: 34)
Esta modalidad, el PI, ha encontrado
gran aceptación por el público, principalmente en los 90.¿Por
qué?
Obviamente, la explicación no es
abarcativa ni universal. Cada contexto socio-político-cultural buscará
y encontrará rasgos particulares que señalen el auge del PI durante
estos años recientes.
El
periodismo de investigación en Argentina
En Argentina, es explicable desde
las implicancias que trajo aparejado un gobierno dictatorial (1976-1983),
lo cual generó y -lamentablemente- propició una prensa de la dictadura.
Esto entendido en dos sentidos en franca oposición: aquella prensa
que apoyó el régimen y aquellos otros medios que desde sus páginas
(no siempre publicadas) la cuestionaron y enfrentaron.
Esta situación hizo que se ahondara
aún más el descreimiento de la gente en los discursos, sean estos
de la índole que sean, incluyendo los periodísticos.
A su vez, parte de la prensa de la
dictadura originó la denuncia y el claro posicionamiento ideológico
por las empresas periodísticas y de los trabajadores de los medios,
los periodistas.
A esto se acostumbró el público:
a leer denuncias y a buscar en los medios lo que desde el poder
se intentaba mantener oculto. Esto coincide con la definición sobre
PI.
La apertura democrática en 1983 significó
una revisión de la historia argentina, donde se intentó aclarar
y conocer los hechos, pero también llegar a las pruebas de los mismos.
Cito por caso, el juicio a la Junta Militar, la difusión masiva
a través del Informe "Nunca más."
¿Cómo incorporó la población argentina
el hecho de haber estado expuesta durante años a mentiras? Es un
interrogante que excede este trabajo, pero indudablemente esto tuvo
hondas repercusiones en el concepto de lo verdadero y de lo que
se define como noticia.
Aquí, se podría afirmar que la única
respuesta para la prensa era un descrédito cada vez mayor.
Pero, en el marco de instituciones
jurídicas y políticas corruptas que no parecen haber llevado a cabo
una revisión y superación de sus errores y omisiones, el periodismo
argentino se erigió como el discurso social más creíble, en un marco
claro de discursos no creíbles.
¿Es que, acaso, el periodismo hizo
una revisión de sus actitudes y posicionamientos durante la dictadura?
Creo que no. Entonces, ¿cómo fue posible que el periodismo fuera
y siga siendo el discurso más creíble?
Tal vez porque se rescató y mostró
aquella parte de la prensa que enfrentó a la dictadura, la línea
periodística de la denuncia, o tal vez, porque la gente nunca dejó
de creer en lo que decían los medios: ni en los 70 ni en los
80 ni en los '90. Puede ser, pero sinceramente, la teoría
de un receptor pasivo es muy difícil de sostener.
Es más probable sostener que a pesar
de no haber revisado sus responsabilidades y exponerlas públicamente,
el periodismo se abocó a la tarea de superarse y de adaptarse a
nuevos tiempos.
Por eso, surgió con la democracia
el nuevo periodismo: el caso más emblemático fue 'Página/12'. Luego
lo siguieron otros medios nuevos y otros ya existentes tomaron algunos
de sus rasgos de ruptura con el periodismo tradicional.
'Página/12' se caracterizó por formas,
estilos y recursos novedosos, pero fundamentalmente se lo asoció
con la denuncia. Denunciar lo oculto (otra vez aparece la primera
definición del PI). Pero, ahora la denuncia es en un marco democrático:
se denuncia el abuso de poder -en todas sus variantes- de un gobierno
elegido a través del sufragio.
Con el tiempo, ya a fines de los
90, se relativizó la acción denunciativa como rasgo esencial
del PI. Es en ese momento cuando el PI suma a su definición otras
características:
Por un lado, las particularidades
del proceso investigativo. Existe un modo de 'saber hacer' el PI.
Eso involucra su relación con la investigación científica y con
la policial. Hay pasos y métodos ineludibles.
El punto de partida sigue siendo
la convicción de que la verdad es limitada y la objetividad inalcanzable,
pero recurre a la exposición del recorrido noticioso.
En la difusión del PI no se cuenta
el proceso, las etapas desarrolladas, pero sí es posible rastrear
el trabajo realizado pues se añade la documentación. Esta sirve
como prueba y como pista, indicio del proceso realizado, que aparece
así, de manera indirecta y posibilita la reconstrucción en la instancia
de la recepción por el público. Allí termina de tomar forma en una
especie de metarrelato, pues de alguna manera da cuenta sobre lo
narrado.
De esta manera, el uso y manejo de
las fuentes de la información es otro elemento que toma importancia.
Por último, se suma la atención en
torno a la calidad temática. Esto implica que se deja de lado la
actualidad, la novedad del hecho publicado, dando lugar a nuevas
interpretaciones de hechos pasados o al menos no recientes y que
al público le interesan por sus repercusiones.
Sobre esto, Montserrat Quesada establece
tres grandes grupos temáticos del periodismo de investigación:
- las investigaciones históricas
que hacen referencia a temas pasados y que no tienen una incidencia
directa en los intereses actuales del público lector.
- Las investigaciones sobre temas
actuales que reúnen los trabajos periodísticos sobre hechos recientes.
- Las investigaciones sobre temas
históricos con repercusiones actuales. Es decir, aquellos trabajos
que profundizan sobre hechos pasados cuyo conocimiento público
puede repercutir directamente en una situación actual. (Quesada,
citada por Caminos Marcet, 1998: 23)
Esto hace pensar que el periodismo
de investigación se ubica más allá de los criterios tradicionales
que definen una noticia. Aquí, no sólo interesan cuestiones tales
como la actualidad y la novedad, sino que el interés se centra en
el descubrimiento y en la posible exposición de aspectos no conocidos
por el público, aunque no se trate de temas actuales. El periodismo
de investigación va más allá de lo contingente. Esto crea la posibilidad
de investigar hechos pasados históricos- o determinados aspectos
de dichos sucesos, que por su importancia social, la opinión pública
merecer conocer y que en su momento de actualidad periodística no
fueron divulgados.
Consideraciones
finales
El periodismo es una consecuencia
de la modernidad: tanto por su apego a la verdad, como por su creencia
en la objetividad. Pero, sobre todo, lo es, por presentar la realidad
bajo la forma de noticia, descontextualizada, aunque con una apariencia
de totalidad.
Ahora bien, "el dogma que en
el pasado regulaba la selección de las lecturas y brindaba una continuidad
ideológica ha perdido su poder". (Pinque, G. 1998: 61).
En la actualidad, en el marco del
desencanto y el fragmento, dentro del campo de los medios de comunicación,
aparece el periodismo de investigación como un intento y una necesidad
de reconstrucción de un discurso completo. Esto, se intenta con
el aporte de un elemento fundamental: las fuentes de la documentación.
A partir de aquí se busca completar el discurso periodístico y suplir
las limitaciones de la objetividad. Gracias a la exposición de las
fuentes se incluye al lector en el proceso de comprensión de los
hechos, mostrándole los indicios y pruebas que el periodista investigador
fue recogiendo y relacionando para descubrir lo oculto. De esta
manera, se toma al proceso de investigación periodística como vía
hacia la comprensión, tal como ocurre con el discurso moderno por
excelencia, el científico.
A su vez, con la exposición de los
hechos y fundamentalmente con las pruebas, se mantiene la idea moderna
de la verdad como meta.
Es decir, que el periodismo de investigación
puede entenderse como un intento de recuperación de los discursos
completos, de los metarrelatos.
En tiempos de la postmodernidad,
se erige como una posibilidad discursiva moderna y al dar algunas
seguridades, se torna confiable.
Esta confianza se ahonda mucho más
en un contexto sociopolítico como el argentino, cargado de engaños,
desencantos y ávido de certezas y explicaciones.
Bibliografía
general:
CAMINOS MARCET, J.M. (1998) "Periodismo
de investigación. Teoría y práctica". Editorial Síntesis. Madrid.
SECANELLA, P. (1986) "Periodismo
de investigación" Colección Status Quaestions. Ed.Tecnos. Madrid.
PINQUE, G (1998) "Ficción y
realidad: los relatos desencantados", en revista "Tramas
para leer la literatura argentina. Vol. V, Nro. 9 Córdoba, Argentina.
Area de Publicaciones del Centro de Investigaciones Literarias y
Sociales.
* Dafne García Lucero
es profesora de la Universidad
Nacional de Córdoba (Argentina). Este texto fue publicado en
Sala de Prensa. (http://www.saladeprensa.org
No. 27, enero de 2001, Año III, Vol. 2). |