Razón y Palabra Bienvenidos a Razón y Palabra.
Primera Revista Electrónica especializada en Comunicación
Sobre la Revista Contribuciones Directorio Buzón Motor de búsqueda


Agosto - Septiembre 2003

 

Número actual
 
Números anteriores
 
Editorial
 
Sitios de Interés
 
Novedades Editoriales
 
Ediciones especiales



Proyecto Internet


Carr. Lago de Guadalupe Km. 3.5,
Atizapán de Zaragoza
Estado de México.

Tels. (52)(55) 58645613
Fax. (52)(55) 58645613

Lógica y Mística en la Bula Sublimis Dei
 

Por Armando Barrañón
Número 34

I Introducción
La bula Sublimis Dei fue escrita por el Papa Paulo III en 1537, con el fin de resolver el asunto candente de la humanidad de los indios novohispanos. Debido a las diferencias entre las partes contendientes en este tema, era necesario tomar en cuenta el parecer papal sobre este asunto, pues el descubrimiento de los nuevos dominios españoles y sus habitantes exigía su definición legal. Por eso el Papa Paulo III recurre a la sublimidad divina para sustentar la humanidad de los indígenas novohispanos, en el mismo grado de perfección posible que la de los demás hombres.

Esta Bula es un antecedente de las Nuevas Leyes, promovidas por fray Bartolomé de Las Casas en la Junta de Valladolid de 1541, para remediar los abusos cometidos en contra de los indios por los encomenderos. Estas leyes prohibían la esclavitud de los indígenas y los liberaban en caso de sufrir abusos de sus propietarios. Provocaron el descontento entre los colonizadores españoles, quienes amenazaron con regresar a España al ser despojados de sus privilegios pues no admitían la incorporación de los indios encomendados a la herencia. Debido a la gran inconformidad que suscitó, Carlos V emitió una cédula en 1545 en que ordenaba encomendar los indios a los hijos después de la muerte de sus padres y después a las mujeres, suspendiendo la provisión contraria establecida en las Leyes de 1542 y pidiendo que se volviera a la costumbre anterior1. La fundación militar de la Nueva España, había dado lugar a una segunda etapa de colonización, en la que se había dotado de propiedades en la forma de tierras y hombres a los españoles recién llegados. Como lo expresaron en su momento, algunos matrimonios se arreglaban en base a estos privilegios, así que al desaparecer estas prerrogativas corrían el peligro las señoras españolas de ser abandonadas y quedar desiertas las haciendas. Podemos ver entonces la dificultad inherente a la solución papal a este dilema y la extrema cautela con que debía proceder el Sumo Pontífice.

En seguida examinaremos el contenido de esta Bula, desde un punto de vista formal, en lo que se refiere a los recursos silogísticos que utiliza y al trasfondo religioso, en lo que se refiere a la concepción paulina del hombre. En la segunda sección tratamos la forma de argumentación aristotélica que usó el Papa Paulo III y explicamos porqué debió recurrir a un procedimiento deductivo en el que subyace la idea del proceso de Antropogénesis, con el fin de salvar los obstáculos de las informaciones recibidas sobre los indígenas novohispanos. En la tercera sección se considera el papel de la importación existencial en los últimos avances en la aritmetización de la lógica à la Leibniz. En la cuarta sección describimos el proceso de Antropogénesis en relación con el mundo espiritual incorpóreo que postula el cristianismo y las dificultades que tiene el usar términos que no pueden materializarse, con la lógica aristotélica. En la sección quinta consideramos el desarrollo particular que tuvo la concepción de la Antropogénesis cristiana en el proceso de formación del Otro dando como resultado la satanización, por parte de los cronistas, de las costumbres y creencias indígenas. En la sexta sección analizamos el problema de basar la dignidad humana sobre un proceso incorpóreo, como es el de la Antropogénesis y la forma en que esto vuelve problemático el tratamiento de la humanidad de los indios mediante la lógica aristotélica. Damos algunos ejemplos de términos que no pueden materializarse y que son usados hoy en día, para comprender la actualidad de esta problemática. En la séptima sección finalizamos con una crítica de los fundamentos ideológicos cristianos que subyacen a esta argumentación y mediante dos ejemplos mostramos que el proceso de Antropogénesis ha pasado actualmente a un segundo plano en un mundo desacralizado, en el que se imponen las fuerzas del mercado, derrumbándose el sustento de este silogismo y abriendo la puerta para políticas profundamente segregacionistas en un mundo caracterizado por desequilibrios regionales provocados por la globalización.

II Lo Universal en la Bula Sublimis Dei
Ya que las informaciones aportadas al Papa Paulo eran de naturaleza diversa, en algunos casos elogiando las habilidades de los indios y en otras sustentando la brutalidad y animalidad de ellos, el pontífice escoge una perspectiva universal, realizando un razonamiento deductivo que gira en torno a la sublimidad del creador y su creación. De esta forma supera la conflictividad de los casos particulares examinados y define no sólo a favor de los indios novohispanos, sino de cualquier hombre en general. Esto convierte a la bula Sublimis Dei en una pieza importante como reflexión sobre la dignidad humana y de actualidad en el tema de la discriminación racial2.

Porque Dios es óptimamente sublime, sus creaciones han sido constituidas de manera tal que puedan alcanzar la máxima sublimidad, que es la del mismo Dios. Y por esta razón los indígenas novohispanos son capaces de alcanzar el supremo Bien, inaccesible e invisible, que es el Bien celestial. Porque para alcanzar este bien es necesario disponer de los medios necesarios, prohíbe que sean despojados de sus pertenencias y esclavizados. Este es el argumento central de la Bula Sublimis Dei y con él supera los alegatos sobre las faltas y vicios que han observado los españoles en los indios, estableciendo en su conclusión final un llamado a los españoles para que establezcan comunicación cristiana con los indígenas. Se ponía en duda incluso la capacidad de discernimiento de los indígenas, en materia de asuntos religiosos como el de la Transubstanciación del pan material en Pan Sacramental3.

No es raro observar que el silogismo usado por el Papa Paulo III, que corresponde a la forma Barbara pues está compuesto por dos premisas universales afirmativas y una conclusión universal afirmativa, sea el primer ejemplo dado por los tratados de lógica aristotélica para explicar la naturaleza del argumento4: Todo hombre es mortal, Sócrates es hombre, por lo tanto, Sócrates es mortal. En el caso considerado por el Papa Paulo, tendríamos la siguiente instancia: Todo hombre es capaz de alcanzar el Bien Celestial, los indígenas novohispanos son hombres, por lo tanto los indígenas novohispanos son capaces de alcanzar el Bien Celestial.

Esta forma de silogismo ha sido usado por Karl Engisch, en su obra Logische Studien zu Gesetsezanwendung5, para dar forma al proceso donde se aplican normas generales a casos especiales, otorgando derechos y obligaciones. La premisa mayor corresponde a un juicio normativo derivado de las leyes, lo que se encuentra más allá de la simple forma lógica. Mientras que en la premisa menor se subsume una clase de casos a las "notas constitutivas" del supuesto del que parte el juicio normativo. Siguiendo la forma Barbara, la conclusión resultaría en la aplicación del juicio normativo especial a la clase en cuestión6.
Pero el problema de establecer la premisa menor implica una labor hermenéutica, pues debe demostrarse que el caso en cuestión pertenece a la clase del supuesto de la norma jurídica en cuestión, lo que exige aceptar una serie de supuestos sobre la naturaleza del caso en cuestión y de la clase en la que deseamos subsumirlo. Claramente, esto último depende de la concepción del mundo que se tenga en el momento en que se elaboran y aplican las leyes.

En nuestro caso, ya que el silogismo es válido en su forma, bastaría considerar verdaderas las premisas, para concluir la verdad de la conclusión. Sin embargo, la verdad de la primera premisa, que es la capacidad de todos los hombres para alcanzar el Bien más celestial, sólo puede aceptarse si tenemos en cuenta la convicción de que el cristiano sufre la acción transformadora del Espíritu Santo, es decir cuando aceptamos la concepción paulina del hombre. Por eso es que al interior de este razonamiento se encuentra la concepción cristiana de la vida humana, que se inscribe dentro de un proceso de transformación constante, a través de la acción del Espíritu Santo, llamado Antropogénesis.

Pero el problema que se presenta aquí es el de utilizar un término que no se pueda materializar, como lo es el de la acción transformadora del Espíritu Santo en el hombre, es decir, el riesgo de incurrir en la falacia de la importación existencial. Esta falacia puede darse cuando tratamos con términos que no pueden materializarse, pues en ellos no se cumplen siempre las inferencias inmediatas del cuadro de oposición aristotélico. Por eso había discutido la lógica escolástica sobre los seres de razón, que la mente considera capaces de existir y a los que no se puede conocer materialmente, como es el caso de la divinidad, cuya existencia consideraba la escolástica que puede inferirse a partir de sus obras7. Sin embargo, en un mundo desacralizado, esta presunción se vuelve problemática, por lo que es importante considerar la actualidad de este problema, lo que haremos enseguida .

III La Falacia de la Importación Existencial
El problema de la falacia de la importación existencial ha sido tratado desde un punto de vista algebraico, siguiendo la idea leibniziana de aritmetizar la lógica8. Se establece una correspondencia entre los términos y una clase adecuada de números enteros, de tal manera que la verdad lógica de una proposición corresponda con la verdad aritmética de un cálculo. Al introducir el término vacío como elemento extremo que cumple: x*e=x para todo x, entonces pueden definirse cuatro relaciones silogísticas que corresponden a las proposiciones categóricas tradicionales: sAp es s(-p)=Ø, sOp es s(-p)¹Ø, sEp es s(p)=Ø, y sIp es s(p)¹Ø9. Tal como lo postuló Leibniz, la igualdad en las cuatro ecuaciones anteriores corresponde al "Est ens"(¹e) y la desigualdad corresponde a "Non est ens" (=e)10. Estas cuatro ecuaciones fueron propuestas por C.G. Boole ciento sesenta años después de Leibniz11.

Si S y P son conjuntos no vacíos arbitrarios, sAp (Todo s es un p) es traducido como SÍP,sIp (Algún s es un p) es traducido como SÇP¹q(brevemente SqP) y los conectivos
proposicionales formales son reemplazados por los informales. De la misma manera, sOp correspondería a (Algún s no es un p)12.

Como demostró Slupecki, los silogismos que no tienen términos vacíos pueden aximatirse con los siguientes cuatro axiomas de Lucasiewicz: sAs, sIs,(mAp)Ù(sAm)ÞsAp (Barbara), y: (mAp)Ù(mIs)ÞsIp (Datisi)13. Así, cualquier silogismo es traducido como una proposición sobre conjuntos no vacíos. Si esta proposición es verdadera, i.e., si la expresión así obtenida es una tautología en la teoría de conjuntos, se dicen que el silogismo es verdadero. Es verdadero en un conjunto no vacío dado, cuando cualquier reemplazo de sus términos con cualquier subconjunto no vacío de U resulta en una proposición verdadera. Esta es la llamada semántica escolástica por Leibniz y está denotada por (Í, Ç¹Æ ).

Otra semántica es la llamada Leibniziana, en la que para un conjunto no vacío U dado, las variables de término son valuadas por subconjuntos de U diferentes de U. Si S y P son tales conjuntos, sAp es interpretado como SÊP, sIp como SÈP¹U y los conectivos formales son reemplazados por los informales. Esta semántica está caracterizada por (Ê, ȹU). Se dice que un silogismo es verdadero en U cuando la proposición obtenida después de cualquier reemplazo de todas las variables de término con subconjuntos de U resulta en una proposición verdadera. El silogismo es verdadero cuando es verdadero
en cualquier conjunto U.

Como demostró Sotirov, un silogismo con n letras de término es verdadero sí y solo si en cualquier conjunto con no más de 2n elementos. Además, un silogismo es verdadero si y sólo sí es verdadero en el sentido escolástico14. Cuando se incluye el conjunto vacío Æ para evaluar los términos en la semántica escolástica, se obtiene una nueva silogística que diferirá de la tradicional. Por ejemplo, algunos de los silogismos como Bramatip dejan de ser verdaderos. Tampoco será verdadera la ley sIs, introducida por Leibiniz. La interpretación aritmética puede ampliarse para incluir términos vacíos al considerar 1 como su valor numérico, y modificando ligeramente las pruebas de las dos proposiciones anteriores. Esta interpretación Leibniziana es caracterizada de la siguiente manera (/,m.c.m.< u). Se dice que el silogismo es aritméticamente verdadero con respecto a u si la proposición obtenida es aritméticamente verdadera. Y el silogismo es aritméticamente verdadero (en el sentido de Leibniz) si es aritméticamente verdadero, en el mismo sentido, con respecto a cualquier u > 1. Como puede verse se condiciona siempre a que se cumpla: u > 1, es decir que se trate de conjuntos no vacíos, es decir, que no se cumpla la falacia de la importación existencial.

IV La Doctrina Paulina de laAntropogénesis
Para el cristianismo, el futuro del hombre no es otro que esta existencia mística, pues se considera a si mismo como una Antropogénesis que se da a través de la comunicación de la sabiduría divina a los cristianos, según lo exponía San Pablo, reduciendo la existencia humana a un mero tránsito hacia la vida sobrenatural. La esencia de esta vida mística consiste en la intervención del Espíritu Santo que los aparta de la dimensión material del mundo (Rom 12, 12). Aunque en potencia todos podemos alcanzar por esta vía a la máxima sublimidad, sólo algunos pueden llegar a ella, según San Agustín15. Este es el secreto que se ha revelado en el cristianismo, lo que en griego se expresa mediante el término mysterion, del arameo raz, y que denota al secreto (Dan 2, 18s)16.

La doctrina de la sublimidad para tratar lo divino, fue expresada por los Padres de la Iglesia. El Sermón para el Festival de la Navidad, nos habla sobre la igualdad que existe en el hijo y el Padre, siendo el Hijo igual al Padre en Sublimidad con lo que demuestra su naturaleza humana y divina17. Ignacio de Tralles, otro Padre de la Iglesia, también se refiere a los seres incorpóreos y confiesa el entendimiento que tiene sobre misterios tales como la sublimidad del Espíritu y los órdenes angélicos, las potencias, dominios, tronos y autoridades, Eones, querubines y serafines18. Esta concepción de la sublimidad llega hasta Santo Tomás de Aquino, quien considera que el Hijo del Hombre se eleva hasta la Sublimidad de la vida eterna, aunque es el mismo que desciende como Hijo Dios (St. Thomas, Comm. in Ep. ad Eph. c iv. lect. iii circa finem).

En palabras de San Agustín, esta metamorfosis está cifrada en el sentido místico de la creación del hombre, que se resume en el "hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra" para que demuestre lo perfecta, buena y agradable que es la voluntad de Dios pues el alma renovada deja de morir viviendo mal y empieza a vivir bien: "Así es renovado el hombre en el conocimiento de Dios, según la imagen de aquel que lo ha creado, y, convertido en espiritual, juzga todas las cosas, las que deben ser juzgadas, por supuesto, más él por nadie es juzgado"19. Esta postura Cristocéntrica de San Agustín con respecto al conocimiento intelectual se remite al prólogo del Evangelio según san Juan, según el cual el Logos da luz a cada uno de los hombres (Jn 1,9)20. Pero el de Hipona elabora esta posición hasta llegar al concepto del Maestro Interior que se ha encarnado para convertirse en Maestro Exterior y enseñar la Verdad incorruptible21, lo que implica un salto cualitativo conceptual de San Agustín, ya que rebasa la doctrina neoplatónica con la cual había sido irradiado en el círculo filosófico del sacerdote Simpliciano en Milán y que negaba la Encarnación22. En la cima de la escolástica, Santo Tomás elabora filosóficamente esta concepción incluyendo al desarrollo de las facultades intelectivas. Considera que la gracia permite crecer a la inteligencia, de manera que pueda ver la esencia divina (ex divina gratia superaccrescat ei virtus intelligendi), lo que se traduce en una iluminación de la inteligencia (hoc augmentum virtutis intellectivae)23.

V La Globalización de la Antropogénesis
Según la concepción paulina el hombre no nace sino se hace, bajo la acción modeladora del Espíritu Santo, en un proceso que el cristianismo denomina Antropogénesis. De esta perspectiva surge la posición del Papa Paulo III sobre la potencial perfección sublime del hombre, que en caso de no ser cumplida por los indios, disminuiría la sublimidad del Dios creador. Esta concepción es exportada mundialmente en los dominios españoles, globalizando la concepción cristiana de la dignidad humana y es expresada en el conjunto de Leyes de Indias.

Sin embargo, nos llama la atención el uso de la argumentación aristotélica para definir el problema de los indígenas novohispanos, cuando sabemos que en el sistema aristotélico se descarta el uso de términos que no pueden materializarse. En el caso de la Bula Sublimis Dei tenemos un Sorites, pues se considera a la acción del Espíritu Santo en el proceso de Antropogénesis como una premisa tácita que garantiza la posibilidad de alcanzar el Bien Celestial. Se cometería entonces la falacia de la importación existencial, en caso de que este dogma de fe no se cumpliera, si es que ideológicamente consideramos imposible tal proceso de transformación espiritual del hombre a través del Espíritu Santo. Así que la conclusión de este razonamiento que propone el Papa Paulo III, sólo se cumplirá cuando sea real esta acción de un ente espiritual en el hombre, lo que sólo es aceptable desde la cosmovisión cristiana.

La existencia de cosas incorpóreas, que tanto llamó la atención de los griegos al difundirse la religión cristiana en la zona de influencia helénica, y su relación con el cosmos, es el trasfondo de la argumentación papal. Esta relación problemática entre lo incorpóreo y el mundo real, daría lugar a la reflexión neoplatónica, que desarrolló la filosofía de lo incorpóreo propuesta por el filósofo Ammonio Sacas, y que impregna a la mentalidad occidental, constituida por conceptos que tal vez nunca lleguen a materializarse. Para ver que esta problemática de lo incorpóreo es aún de actualidad, podemos fácilmente dar ejemplos de estos términos que no se pueden materializar y con los que es posible cometer esta falacia de la importación existencial. Son términos que inundan la literatura occidental y que sirven como elementos orientadores para la racionalidad: igualdad, libertad, liberalización, democracia, globalización, previsión perfecta del comportamiento de los mercados. En virtud de ellos se toman decisiones que afectan a millones de personas, a pesar de que se entiende perfectamente que son de naturaleza utópica.

VI Antropogénesis y Formación del Otro
De manera paralela al conocimiento de los indígenas novohispanos, concebidos como lo Otro, en la medida en que no participan del universo simbólico europeo, surge la cuestión de cuál será el lugar que ocupan dentro de este proceso universal de la Antropogénesis. Esta verdad revelada universalmente, según los manuscritos cristianos, es descifrada por los cronistas en las costumbres y textos mesoamericanos. Se extrae un grupo de ceremonias y creencias que los indígenas tienen en común con los españoles y que son concebidas como deformaciones diabólicas del original cristiano. De este proceso resulta la formación del Otro como ente de naturaleza diabólica y la convicción de que es necesario extirpar esa idolatría24. Es la misma ruta conceptual que recorrió San Agustín al considerar lo pagano como sinónimo de diabólico, resultado de sus antecedentes neoplatónicos y maniqueístas. Esta vena alimentaría las ambiciones de aquellos españoles que desvirtuaron la naturaleza indígena, apoyando la esclavitud ilimitada de los indígenas, con fines de lucro.

La polémica Sepúlveda-Las Casas refleja estos dos puntos de vista encontrados. Para Sepúlveda, las prácticas imperiales de la antigüedad clásica y su filosofía justificaban absolutamente la conquista y esclavitud de los naturales novohispanos. Para las Casas, el aspecto vertebral de la querella es probar que los indígenas son meramente hombres cuya vida tiene un sentido trascendental y demostrar la obligación de incluirlos con plenos derechos en la cristiandad. De premisas tan encontradas partían diferentes concepciones del gobierno a que deberían sujetarse los naturales, y esto representaba elaborar una nueva legalidad, en la que se reconociera la existencia de seres ajenos a la oikumene y se definiera su status25.

Desde el Consejo de Indias celebrado en 1519, los predicadores se pronunciaron a favor de la calidad humana de los indios, invocando las leyes de Burgos y otras cédulas26. Residiendo la Corte de Carlos V en La Coruña, el cardenal Adriano, quién había de ser Papa, argumentó a favor de la paz, amor y vía evangélica con que habían de ser atraídos los naturales de la Nueva España, de donde se concluyó que los indios debían ser tratados como vasallos libres27. A pesar de que las Nuevas Leyes divulgadas en 1542 prohibían la esclavitud de los indios y las encomiendas, la oposición de los indianos condujo a su modificación. Por esta razón promovieron la obra de Ginés de Sepúlveda, quién había considerado al indígena más parecido al mono que al hombre, en su Democrates Alter28, cuya publicación fue prohibida por las universidades de Alcalá y de Salamanca. El cabildo de la Ciudad de México, acordó en 1554 enviar a Sepúlveda unas joyas y ahorros con un valor de a lo más doscientos pesos de oro29. Considerando a los indígenas como amentes, Vitoria derivaba la conveniencia de tratarlos como si fueran niños, y que por caridad fuesen gobernados por personas más inteligentes, siendo gobernados como siervos30. Sin embargo, en contra de esta opinión, fray Bartolomé de las Casas consideraba que no se había podido descuidar Dios en su creación si hubiese creado tantos indígenas monstruosos por ser insociales31. Y fray Julián Garcés le manifestó a Paulo III estos errores, que consideraba diabólicos, pues las criaturas racionales hechas a imagen de Dios no podían ser tenidas por bestias o jumentos32. Por esto pidió el Consejo de Indias al emperador, en 1549, que se realizase una junta con juristas y teólogos, para definir el modo justo de hacer las conquistas, de lo que resultó la famosa Junta de Valladolid de 1550 y 1551, en la que participaron Sepúlveda y Las Casas33.

Vuelve a apreciarse la importancia de la Bula Sublimis Dei para definir al Ser de los indígenas como un Ser en potencia, que puede alcanzar el Bien Celestial, salvando los obstáculos de su modo de ser real. Pero esta manera de privilegiar el ser potencial al ser real proviene de la constitución filosófica paulina del cristianismo, que establece un proceso invisible que acompaña a la vida cristiana y que constituye el misterio que ha develado el Espíritu Santo a los cristianos.

Esta percepción demoníaca española se transmite a los tlacuilos indígenas, educados en el Imperial Colegio de Tlatelolco, y se expresa en la forma del tameme infernal, que es la imagen de un cargador indígena sometido a los tormentos infernales, tal como está representada en los frescos del Convento de Ixmiquilpan. Surge también la necesidad de perseguir los cultos nativos como una extensión de la Inquisición española, que es ejercida por el Inquisidor Apostólico fray Juán de Zumárraga, quien ya había fungido como juez en la extirpación de brujas en la Vizcaya, después de ser nombrado custodio del monasterio del Abrojo34. Para ejemplo general, se quemó en la hoguera a los caciques de Tezcoco, en 1539 y de Yanhuitlán, en 154535, además se procesó en 1537 a Martín Océlotl y sus dos hermanos por proclamarse Dios y reunir flechas incitando a la sublevación36. De manera bondadosa, el cacique de Matlatlán fue procesado en 1539 por fray Andrés de Olmos.

Se adopta entonces un nuevo punto de partida para el Ser, cuya única virtud queda restringida a su devenir potencial, adquiriendo la convicción de que es substancial romper con el pasado cultural para formar una nueva identidad37. Este es el antecedente del conocido nepantlismo, el estar perennemente a medias, característico de la sociedad virreinal novohispana.

VII Crítica y Actualidad de la Bula Sublimis Dei
Por fundarse sobre el supuesto de la realidad de la acción transformadora de un ente espiritual, que es producto de la mística cristiana, a pesar de apoyarse en un silogismo válido como es el de la forma Barbara, la Bula Sublimis Dei tiene un carácter ideológico. Está restringida a una interpretatio christiana que sufre modificaciones históricas y regionales, por lo que no es difícil entender que su profundo mensaje humanista sea incomprendido por grandes grupos, tanto en su época como en la actualidad.

Aún sufrimos los embates de los movimientos racistas, que incluyen a nuestro país, donde en algunas regiones se sigue viviendo en condiciones de segregación racial. En un mundo desacralizado, donde se ignora o no se comprende el misterio cristiano de la Antropogénesis, se derrumba el argumento papal y nos quedamos en la definición del Ser en términos de las lógica del mercado. El Bien celestial se sustituye por los bienes terrenales y nos resulta difícil entender entonces que cualquier hombre pueda alcanzar el mayor Bien, en este caso, el mayor bien terrenal.

Las grandes diferencias en el poder de consumo, las limitaciones en los recursos bélicos, fueron entonces y son ahora los determinantes de la realización individual y nacional, en tanto que surge actualmente una ideología imperial en un mundo unipolar. Los grandes sueños de las ideologías se han derrumbado y sólo nos queda la realidad del mercado, que evoluciona en un proceso de desequilibrios regionales agudos detonados por el acceso selectivo a los capitales y la tecnología, conocido como globalización. Por eso deberíamos de ocuparnos por definir la nueva concepción de la dignidad humana en este nuevo entorno que suprime gradualmente cualquier ideología extraña a la acción de las poderosas fuerzas del mercado.

Un caso importante para valorar nuestro nuevo entorno, es la preocupación actual por limitar los abusos de los sacerdotes pederastas en los Estados Unidos. Hay una preocupación por la carne, en un mundo donde el espíritu se ha olvidado, por lo que nos quedamos con el cuerpo como última posesión. Lo real es más importante que lo incorpóreo, y eso nos aleja de la posición cristiana mistérica, de la dimensión espiritual de la vida que el cristianismo aportó. Se vuelve fundamental vigilar el castigo corporal a estos ministros religiosos, pues resulta ser más importante que el castigo que pudieran recibir en el más allá. Se traspone entonces la relación que existía entre el Más Allá y el Más Acá, pues preferimos quedarnos en el ser real ya que no nos preocupamos por el ser potencial.

Otro aspecto que inunda los medios, cuando se trata de la Iglesia Católica, es la constante preocupación por la salud papal y su capacidad corporal para soportar las responsabilidades de su oficio. Nuevamente aparece la referencia al cuerpo en los temas sagrados, hay una especie de sacralización del cuerpo, que refleja este alejamiento de las fuentes cristianas originales. Es más importante informar sobre el estado de salud del Papa, que informar sobre la espiritualidad cristiana. El Ser real sustituye al Ser en potencia, porque ha quedado oculto el proceso de Antropogénesis, mediante el cual los hombres alcanzan la igualdad en el plano más celestial.

Son dos puntos que, en mi opinión, nos deberían poner a reflexionar sobre la necesidad de ponderar más cuidadosamente nuestro concepto del hombre, en un mundo dominado por la realidad del mercado y estimar cuál es el impacto que esta ideología de mercado puede tener en el tratamiento que demos a los Otros, es decir, a los grande grupos que se encuentran excluidos del nuevo ciclo de negocios mundial al que llamamos globalización.


Notas:

1 PUGA, Vasco de. Provisiones, Cédulas, Instrucciones para el gobierno de la Nueva España. México: Ediciones de Cultura Hispánica, Vol. III, 1945 fol. 101.
2
[ ] ACUÑA, René. Fray Julián de Garcés. Su alegato en pro de los naturales de la Nueva España. México: UNAM, 1995, Apéndice XLVII.
3 MENDIETA, fray Gerónimo. Historia eclesiástica Indiana. México: Porrúa, 1993, pp. 458-459.
4 HISPANO, Pedro. Tractatus. Summule Logicales. México: UNAM, 1986, p.41.
5 ENGISCH, Karl. Logische Studien zur Gesetzesanwendung, Zweite Auflage, Carl Winter-Universitätsverlag, Heidelberg, 1960.
6 ENGISCH, Karl. Logische Studien zur Gesetzesanwendung, Zweite Auflage, Carl Winter-Universitätsverlag, Heidelberg, 1960, p. 15.
7 SANTO TOMAS, Juan de. Sobre la naturaleza de la lógica. México: UNAM, 1994, p. 93.
8Couturat, L. Opuscules et fragments inédits de Leibniz, éxtraits des manuscrits de la Bibliothèque royale de Hanovre. Paris, Presses Universitaires de France, 1903.
9 Sotirov, V."Various Syllogistics from the Algebraic Point of View", Memorias del 2nd Panhellenic Logic Symposium,(Delphi, Grecia), Julio 13 - 17, (1999).
10 LEIBNIZ, G.W. Die Philosophischen Schriften von Gottfried Wilhelm, Berlin, Gerhardt, Bd. VII, 1890, p. 212.
11 BOOLE, G., The mathematical Analysis of Logic, Being an Essay towards a Calculus of Deductive Reasoning, Cambridge, Macmillan, 1847.
12 LUKASIEWICZ, J., Aristotle's Syllogistic from the Santdpoint of Modern Formal Logic, Oxford , Clarendon Press, 2nd ed. 1957.
13 Slupecki., J., "On Aristotellian syllogistic", Studia Philosophica, (Poznan), 4, (1949), pp. 275-300.
14 SOTIROV, V., "Arithmetizations of syllogistic à la Leibniz", J, Appl. Non Class. Logic, v. 9, no. 2-3, (1999), pp. 386-405.
15 AGUSTÍN, San. Confesiones. México: Porrúa, 1995, p. 84.
16 TRESMONTANT, Claude. La mística cristiana y el porvenir del hombre. Barcelona: Herder, 1980, p. 12.
17 SERMON XXVIII. ON THE FESTIVAL OF THE NATIVITY, VIII. I. cf. SCHAFF, P. Post-Nicene Fathers of the Christian Church. Edinburgh: T&T Clark.
18 "Epístola de Ignacio a los Tralianos", en: ROBERTS, A. y J. DONALDSON. The Ante-Nicene Fathers. Vol. I, Ed. New Advent., 1995.
19 AGUSTÍN, San. Confesiones. México: Porrúa, 1995, p. 241.
20 Madec, Christus, col. 857, en Augustinus-Lexikon I, col. 845-908.
21Del Maestro, en: AGUSTIN, San. Tratados. México: SEP, 1986, p. 184.
22 AGUSTIN, San. Confesiones. México: Porrúa, 1995, p. 106.
23 TRESMONTANT, Claude. La mística cristiana y el porvenir del hombre. Barcelona: Herder, 1980, p. 178-179.
24"..la dicha noche tres frailes, desde las diez de la noche hasta que amanecía, espantaron y ahuyentaron todos los que estaban en las casas y salas de los demonios", en: MOTOLINÍA, fr. Toribio. Historia de los indios de la Nueva España. México: Porrúa, 1990. p. 22.
25 HERREJÓN PEREDO, Carlos. Textos Políticos en la Nueva España. México, FCE, 1984
26 LAS CASAS, fray Bartolomé de. Historia de las Indias, D.I.E., lib. III, cap. CXLVIII al CII.
27LAS CASAS, fray Bartolomé de. Historia de las Indias, D.I.E., lib. III, cap. CXXXV.
28 SEPÚLVEDA, Ginés de. Democrates Alter, sive de justis belli causis apud indos, trad. de Menéndez y Pelayo, Madrid, Boletín de la Academia de la Historia, XXI, 319.
29 Actas de cabildo de la Ciudad de México. México, 1889-1916. cf. HANKE, L. Cuerpo de documentos inéditos del siglo XVI, p. XXV.
30 GETINO, Luis. Las reelecciones teológicas del maestro Francisco de Vitoria. Madrid: Edición crítica, 1933. Primera Reelección de los indios, octavo título legítimo.
31 LAS CASAS, fray Bartolomé de. Historia de las Indias, D.I.E., LXVI, 237-238.
32Cit. Por G. Méndez Plancarte. Humanismo mexicano del siglo XVI. México: UNAM, 1946, pp. 8-9.
33 HANKE, L. Cuerpo de documentos inéditos del siglo XVI, p. 151.
34 ICAZBALCETA, Biografía de D. Fray Juan de Zumárraga. México, 1897 .
35VARIOS. Proceso inquisitorial del cacique de Tezcoco, México, A.G.N., 1910, p.2.
36LAFAYE, J. Quetzalcóatl y Guadalupe. México: FCE, 1993. p. 63.
37 " En este tiempo sucedió en Tlaxcala, que saliendo de la plaza un Zátrapa en figura del Dios Ometochtli salieron los niños de la escuela y con ánimo varonil predicando que era aquella figura del demonio fueron tantas las piedras que tiraron, que lo dejaron muerto y entre piedras sepultado". en: "De los Sucesos Religiosos", tomado de: VETANCOURT, fr. Agustín de. Teatro Mexicano. México: Porrúa, 1982. p. 4.


Armando Barrañón Cedillo
Deepartamento de Ciencias Básicas, UAM-Azcapotzalco, D.F., México.