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2004

 

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El Abuso de los Medios Audiovisuales e Informáticos como Herramientas Didácticas
 

Por Ixchel Castro
Número 39

Si repasamos la historia de los medios audiovisuales en México, podemos observar los diversos métodos creados por los misioneros para salvar el problema de la comunicación, intentaron evangelizar mediante señas y gestos, después mediante ideogramas y pictogramas hasta llegar a la pintura en grandes lienzos. Esta praxis pedagógica fue determinante como una herramienta que transmitía conocimiento, sin embargo, los misioneros franciscanos algunas ocasiones la utilizaban de manera excesiva, una ilustración al respecto, es el caso de fray Luis Caldera, quien iba de pueblo en pueblo con grandes lienzos de los sacramentos, el catecismo, el cielo y el infierno, en cuanto al purgatorio, creaba una especie de horno, en el cual arrojaba perros, gatos y otros animales a los cuales prendía fuego; el dolor de las bestias creaba el impacto deseado en los indígenas mexicanos, (Ávila , 2000).

El momento por el que pasamos hoy en México en muchas instituciones educativas es de alguna manera similar a la representación de fray Luis de Caldera: Existe un exceso/abuso de la utilización de los medios no sólo audiovisuales sino también informáticos, y del análisis de este punto trata este texto. Aunque para hacerlo, es necesario retomar algunas ideas.

Es obvio que en la actualidad no sólo contamos con la pintura y la representación escénica como recursos pedagógicos visuales, como en 1524, el avance técnico en este sentido ha resultado significativo porque herramientas como proyector de acetatos, proyector de diapositivas, vídeo, DVD, CD, televisión y “Power point” se hacen presentes en el quehacer docente cada vez de manera más habitual, sobre todo en instituciones educativas particulares. Tal vez por ello, la tecnología educativa desde su perspectiva micro -medios tecnológicos audiovisuales e informáticos-, ha tomado gran auge en diversos países.

Para algunos analistas como Ferrés (1999), la tecnología –específicamente la televisión-, es un elemento que debe ser incorporado de manera integral en el proceso de aprendizaje “Debemos educar en la televisión (es decir convertir a este medio en objeto de estudio) y con la televisión (incorporar este artefacto al aula, en todas las áreas y niveles de la enseñanza). Porque si una escuela no enseña a ver televisión, ¿para qué mundo educa?, ¿qué símbolos ayuda a interpretar hoy?, ¿los de qué cultura? Si educar exige preparar a los ciudadanos para integrarse de una manera reflexiva y crítica en la sociedad, ¿cómo se integrarán unos ciudadanos que no están preparados para realizar de manera crítica aquella actividad a la que más horas dedican?”.

Muy probablemente la postura de Ferrés con respecto a los medios restantes (dependiendo de la popularidad de uso), sería la misma. Esta premisa, la recrea, considerando que en los países industrializados, los estudiantes dedican más tiempo a ver televisión que el que dedican a sus clases. Aunque cabe mencionar que hoy no es sólo la televisión quien tiene la atención de los estudiantes, también existen otros estímulos visuales como el del cine, los videojuegos, las páginas de entretenimiento en internet (música, juegos, vídeos), entonces podemos percatarnos del sobre estímulo visual de las nuevas generaciones, un sobre estímulo que de acuerdo a McLuhan (1996), tiene consecuencias concretas.

McLuhan asevera que los seres humanos contamos con dos hemisferios cerebrales: Izquierdo (encargado de lo visual y relacionado con la razón, el intelecto, el autocontrol, el razonamiento cuantitativo) y el Derecho (encargado de lo acústico y relacionado con la emoción, lo creativo, lo intuitivo, la percepción simultánea, lo simbólico). Ambos cumplen –asociados-, una función determinada; el procesamiento y análisis de la información considerando el contexto en el que ésta se desarrolla, es decir explorando forma y contenido del mensaje. Sin embargo el problema principal planteado por este autor en el marco del estudio de los efectos televisivos, toma como eje central el hecho de que la cultura occidental se ha desarrollado en un modelo cuyo aprendizaje es concebido a través del hemisferio izquierdo (un enfoque visual) y mientras esto tiene lugar en nuestro propio entorno, el resultado es la separación del procesamiento emoción-razón.

Giovanni Sartori (2000), por otra parte, expresa que el niño de hoy, pasa muchas horas frente al televisor (es decir, frente a las imágenes), incluso antes de aprender a escribir, hecho que lo hace perder una de sus capacidades primordiales: La simbólica. Nos encontramos pues, con un niño cuyo aprendizaje es en su mayoría visual. Llaman y retienen su atención las imágenes más que las palabras, porque en las imágenes no hay que recrear, no hay que adivinar, ni siquiera tiene que pensar para comprender, la interpretación es un elemento que en su mayoría ya viene incluido.

Comparando la propuesta de Ferrés con la teoría de Sartori, podríamos fácilmente anexar una sugerencia a la primera, porque si bien se entrena al niño en la escuela para ver televisión, entonces podríamos caer en el exceso de adiestrarlo únicamente para crear un abismo cada vez más grande entre el análisis forma-contenido (generado por sus dos hemisferios), para que sus interpretaciones exclusivamente se avoquen a las imágenes y para que continúe pensando, que procesos de aprendizaje como el de la lectura no sólo son obsoletos, sino también aburridos y cansados.

Muchas instituciones educativas, en su preocupación de parecer “vanguardistas” han implementado en su infraestructura aparatos de televisión, videocaseteras, computadoras y cañones entre otros instrumentos tecnológicos, sin embargo no debemos perder de vista lo siguiente:

1. Los medios no representan por sí solos una educación vanguardista, para ello, se necesita saber utilizarlos – no sólo en el aspecto operativo sino en el de manejo de contenido (preparación y elaboración del mensaje de acuerdo al receptor)-.
2. Cada vez que alguien intenta vender la idea de vanguardia a través de la tecnología, habría que preguntarse qué pasa con la habilitación del hemisferio derecho cerebral, es decir el desarrollo acústico del educando, ¿lo desarrollan en la misma medida que el hemisferio izquierdo?, ¿cómo?
3. La tecnología nunca debe utilizarse como pretexto para sustituir la riqueza de la comunicación interpersonal. Es decir, en algunas instituciones educativas, se tiene la creencia de que se habilita al alumno en sistemas de comunicación complejos – donde intervienen el internet por ejemplo-. La base de toda buena comunicación, es la práctica de la comunicación interpersonal. No se debe apoyar al alumno a que se evada de la realidad por medio de un mundo virtual cuando no es necesario.
4. ¿Cuál es la función del docente actual?, ¿apoyar al alumno en el aprendizaje que sabemos está entrenado desde su infancia (visual), o habilitarlo para desarrollar sus aptitud (acústica) dormida por tanta imagen?
5. Si a los estudiantes les es difícil comprender determinada información, el hecho de que el docente adquiera el Disco Compacto, el Video o sintetice en acetatos un contenido, tal vez libere al estudiante de la “carga interpretativa”, pero a la vez resta su capacidad simbólica. En este sentido, es mejor buscar la manera de acercarlo a nuevas opciones de aprendizaje diferentes a las visuales.

En cierta ocasión escuché a un profesor aseverar que el vídeo era bueno para filmar a los alumnos de preescolar en sus actividades artísticas, de esta manera, los pequeños no se cohibían frente al público el día del evento y los papás verían la filmación y no a su hijo en vivo. Este me parece un excelente contraejemplo de lo que debemos hacer con los medios, porque se le capacita al infante para ocultarse a través de los ellos, se le ayuda a desarrollar su timidez, a no fortalecerse en la práctica de situaciones cotidianas que lo ayudarán a enfrentarse mejor a la vida.

El objetivo de este análisis no se centra en eliminar la propuesta de Ferrés (educar en y con la televisión), sino en lograr un equilibrio en la utilización de los dos hemisferios cerebrales del discente, y en este sentido, la cultura de las imágenes ya lleva un buen avance a diferencia de la de los sonidos.

Resumiendo, es necesario que el profesor se tome un tiempo para analizar cuáles son sus estrategias pedagógicas y detecte aquéllas que tienen mayor peso en su programa; las de tipo visual o las de tipo acústico, sólo así, logrará compensar al educando en la habilitación de sus dos hemisferios cerebrales.

Hay que reconocer que la solución más fácil podría ser educar a los estudiantes mediante el proceso en el cual ellos ya recibieron entrenamiento – el proceso visual-, pero aquí queda a juicio personal el compromiso de modificar el perfil de egresados que estamos creando, como diría McLuhan “Generaciones sordas de por vida a los estímulos de la lectura y del saber transmitidos por la cultura escrita y acústica”.


Referencias:

Ávila, Salvador (Coordinador). (2000). Los medios audiovisuales educativos en México. México: Sep-Televisión Educativa.
Ferrés, Joan. (1999). Televisión y Educación. España: Paidós.
McLuhan Marshall y Powers B.R. (1996). La Aldea Global. España: Gedisa.
Sartori, Giovanni. (2000). Homo Videns – La sociedad teledirigida-. México: Taurus.


Mtra. Ixchel Castro Lerma
Catedrática de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, Universidad Latina de América, México.