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2004

 

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Sistémica y Comunicología. Explorando la Complejidad del Mundo Social Contemporáneo
 

Por Jesús Galindo
Número 40

Presentación
Han pasado sólo un par de décadas, el mundo de los setenta parece aún presente, de hecho lo está, buena parte de sus habitantes aún vive, y desde la matriz de su percepción y visión actúan el día de hoy sintiendo la continuidad de un tiempo y espacio que sigue ahí, en ellos, mirando, sintiendo, imaginando. Pero otros han nacido sin esos referentes directos, no tan directos. Estas nuevas generaciones oyen la música de los primeros, miran las películas que aquellos vieron, leen sus historias, los observan e imitan, desde cierta perspectiva son muy semejantes, se parecen a su padres y hermanos mayores. Pero algo ha cambiado, con una tolerancia que asombra a la gente se ha ido acostumbrando a las computadoras, a los videojuegos, a la internet, a sus mayores les sucedió casi lo mismo con la televisión, con la radio, con el cine, la fotografía. Todo parece tan cotidiano, tan común. Sólo cuando salimos de ciertos círculos sociales, ciudades, regiones, nos damos cuenta que no vivimos en el mismo mundo, que somos contemporáneos de algo que parece de un poco hasta un mucho diferente. Y entonces la reflexión aparece, y tal vez el asombro. Y notamos que es impresionante que algo tan diverso, múltiple, heterogéneo, al mismo tiempo este unido con algo que les es común, compartido, omnipresente. El mundo hoy es más complejo que nunca, tal vez. ¿Cómo entenderlo?, ¿cómo participar en su movimiento?, ¿hacia dónde?

La respuesta está en la exploración y evaluación de nuestros sistemas de conocimiento actuales. Entre todos el que ha mostrado tener mayor competencia en la organización de la percepción de lo complejo es el que representa a la perspectiva epistemológica Sistémica. Y este es un asunto aún en emergencia. Podríamos afirmar que la propuesta Sistémica empieza a estabilizarse hasta los años noventa, en un camino constructivo que inicia en forma oficial con la Cibernética en los finales de los cuarenta y principios de los cincuenta, pero que tiene antecedentes en la revolución de la Física de principios del siglo veinte, y en otras áreas del conocimiento como la Biología, la Química y las Matemáticas. Como sea la Sistémica está aquí, y es nuestro recurso más importante para construir conocimiento en este momento. Y lo interesante es que aún dentro de su estabilidad relativa no es aún un paradigma que tenga todas las respuestas, ni las guías para responderlas, pero si algunos principios y operaciones que pueden enfrentar asuntos y problemas que años antes era imposible visualizar ni estructurar con pretensión de claridad.

En el caso de las Ciencias Sociales es asunto es muy, pero muy interesante. Este nombre acuñado en una epistemología decimonónica, hoy pasa por un reajuste muy grande. Hoy, no hay separación clara ni necesaria entre lo que antes se denominaba como lo social y lo no social, la naturaleza. Hoy, el pensamiento complejo es ambicioso y poderoso, mira en forma integral lo que antes sólo aparecía en forma fragmentada. Lo social tiene nuevos rostros, y uno de ellos, el más dinámico, el menos estático, es el de la comunicación. Y esto se debe a que la complejidad y la Sistémica son parte ya de la mirada con la cual observar e intentar entender lo que antes se nombraba como hechos sociales. El ensayo que a continuación se presenta es parte de este movimiento general y particular, general en la constitución de una nueva epistemología, la Sistémica, y particular en la conformación de una nueva guía de percepción científica, la Comunicología. El proyecto de una Comunicología posible se monta en una trayectoria, la que viene de diversas fuentes de todo tipo, con énfasis en las sistémicas, como las de Palo Alto, o las de Luhmann, pero también en una configuración, la que asume que el pensamiento sistémico puede ser desarrollado integrando elementos diversos en una nueva presentación. Todo esto es parte de un ensayo de sentido, de trabajo técnico, y de vocación de intersubjetividad.

Sistémica y ecología
Imágenes del Desarrollo del Pensamiento Sistémico y la Emergencia de la Sistémica Ecológica
El primer punto es la percepción de la vida social como una configuración sistémica. Esto implica que todos los elementos por observar se encuentran integrados dentro de una forma sistémica, son parte de un sistema de relaciones que los ubica y los relaciona dentro de una matriz de orden y organización. No hay elemento aislado, todos los elementos individuales forman parte de un nivel de configuración superior, y a su vez pueden ser el universo de una multitud de componentes en un nivel inferior. Todo esto desde cierto punto de observación, el cual alterado abriría otras posibilidades de composición e integración. Así el cuerpo de un individuo humano forma parte de un campo de relaciones en el cual interactúa con otros cuerpos y con otras especies, y al mismo tiempo es un campo de relaciones de una multitud de componentes celulares y microscópicos integrados en su forma cuerpo. Esta es la primera imagen.

En un mismo nivel de interacción, lo que llamamos por ejemplo el mundo de los seres pluricelulares del que forma parte el ser humano, hay varios sistemas que interactúan como un cuerpo con otros. Por ejemplo el sistema de los seres humanos interactúa con el de otros mamíferos. De esta manera podemos dividir el espacio conceptual de lo único y particular en generalidades, y ubicarlas a su vez en un mismo tiempo y espacio. Así hasta tener un censo de la totalidad de grupos de particulares posibles en nuestro nivel de interacción. En este programa la ciencia biológica lleva ya algunos cientos de años. Segunda imagen.

Hay subsistemas dentro de un cuerpo sistémico general. Hay tipos de seres humanos, y esos diversos tipos conviven unos con otros. Y son al mismo tiempo un sistema menos general, y parte de un sistema general. Y al mismo tiempo interactúan con otros sistemas generales y con otros subsistemas de su propio cuerpo sistémico y de otros cuerpos sistémicos. Este es un ejercicio de clasificación, de taxonomía, que la ciencia lleva tiempo realizando, y con resultados a veces de una gran economía de percepción. Tercera imagen.

Después de este ejercicio de organización conceptual lo que tenemos ante nosotros es un catálogo de sistemas y subsistemas construido a partir de diversos criterios de cualidades observables casi siempre ligadas a la apariencia, a la forma exterior. Algo así como clasificar a los seres humanos por su altura, por el color de su piel, por el rizado de su cabello, y cualidades semejantes. O desde una perspectiva más social cultural observar sus oficios, el lugar del mundo donde viven, sus comportamientos expresivos. Algo que la Antropología ha hecho siguiendo el ejemplo de la Botánica y la Geología. Pero que sucede cuando lo observado es interrogado desde su principio de construcción y su patrón de interacción. Ahí aparece otra dimensión de la observación, y otra dimensión de la objetivación de los cuerpos sistémicos y subsistémicos. Por una parte aparece lo invisible, lo no evidente, lo que está detrás de lo visible, y por otra parte aparece el patrón de relación entre las figuras sistémicas y entre los particulares de cada sistema. Y la ciencia da un paso adelante y el conocimiento aparece en formas menos estáticas y cada vez más dinámicas, el mundo empieza a verse como un entramado de interacciones entre todos los particulares con los particulares, y de cuerpos sistémicos con particulares y entre sí. Cuarta imagen.

Al aparecer el horizonte de lo complejo, y sólo en su forma de extensión y diversidad de composición, la mirada sistémica necesita nuevos recursos para observar y entender. El más importante es el tiempo, el movimiento. En todo el ejercicio anterior el tiempo se reduce a espacio y el resultado en sistema de información y conocimiento son tablas de nombres que ponen en forma lo visible en un mundo que parece estable y estático, la imagen del mundo como una pizarra con renglones y columnas. Cuando la interacción y la comunicación son introducidas como dimensiones de composición y organización, el movimiento y el tiempo aparecen. Todo cambia, y sin embargo el mundo parece continuar ahí. Aquí es donde surge la imagen de contexto ecológico, y de la ecología en general. Los sistemas ecológicos están compuestos por todos los componentes sistémicos antes mencionados, más uno, la dimensión de la vida y muerte sistémica. Todo sistema en cuatro dimensiones vive y muere, y lucha por vivir y por no morir. Aquí empieza otra mirada. Y por otra parte las relaciones sistémicas son relaciones de vida y muerte, por lo tanto construidas en el tiempo termodinámico de la entropía, todo se gasta, todo se consume, todo se enfría. Así que la lucha por no morir es tan dura como la lucha por vivir, a veces ambas se confunden en la misma frase, a veces no. Quinta imagen

Sistémica, Ecología y Mundos Sociales
Parece que las figuras sistémicas no son infinitas, incluso sus formas parecen formar un catálogo no tan extenso. Hay un esfuerzo para sistematizar en forma positiva lo que se ha descubierto en sus fronteras, el movimiento, el cambio, la creación. En este esfuerzo las figuras sistémicas parecen implicar en un nivel de abstracción mayor la semejanza entre un juego infantil y el movimiento del sistema solar o la galaxia, entre el fluido de la sangre en el cuerpo y el comercio en la vida social, entre la formación de una idea y el objeto que parece derivar de su aplicación. Y de esta manera la sistémica está en un proceso de complejización también en sí misma, dividiéndose entre una sistémica general y otras particulares, entre una sistémica teórica y una sistémica aplicada. Los patrones de composición y organización del conocimiento anterior toman forma en las nuevas propuestas de método para comprender el mundo. Pero la Sistémica es nueva y poderosa aún dentro de los límites de su emergencia, por parecer muy semejante a lo anterior o incomprensible desde lo anterior.

En el caso de lo social-cultural la historia ha sido muy interesante. El mundo social puede representarse en forma estática con taxonomías y clasificaciones. Pero también puede representarse como un sistema que se mueve, que desarrolla patrones de actividad, que cambia. Y en esa guía de observación, lo aparentemente diverso y único empieza a configurarse como una organización matricial que tiene ciertas formas implicadas y otras excluidas, y que se estabiliza en unas y se reordena y cambia en otras. Mirado así el mundo socio-cultural el problema consiste en identificar esos cuerpos de formas, ponerles nombre y probar su potencial comprensivo o explicativo aplicado a diversos contextos ecológico-sociales concretos. Lo cual no es tarea simple ni rápida.

El tema del paralelismo entre formas de vida o de movimiento es una constante en el pensamiento contemporáneo, calibrado en algo que tiende a la construcción formal de modelos y esquemas, en la guía de la ecuación matemática. En ese camino aparecen los conceptos de información y energía como universales para entender lo que se mueve, lo que cambia, lo que se complejiza o no. La imagen sería, un sistema necesita energía para vivir, muere cuando no la tiene, desaparece como forma sistémica. Lo que le permite buscar, obtener y procesar la energía es la información. Por lo tanto la información es clave para la para la vida o la muerte de un sistema. Pero el punto es que hay formas ecológicas que viven de la muerte, promueven la muerte para que haya vida. Todo esto es un territorio con imágenes simples y complejas. La información es la representación del exterior del sistema para el movimiento necesario y pertinente del sistema. Pero también es la representación del contacto del sistema con el exterior, y del efecto de ese contacto en el interior. Y todo está conectado, el espacio tiempo de la afectación es universal, todo está relacionado. Y la manera de identificar los patrones de ese movimiento es el flujo y configuración de la información.

Es claro que para la vida social la información también es clave en tanto configurada en forma sistémica. El punto es que los sistemas sociales percibidos como entidades empíricas parecen moverse con sus propios intereses de información. Pero no sólo sucede eso, también el movimiento hacia la complejidad de lo social crea estructuras especializadas en información para la supervivencia del todo social, y esas estructuras se configuran en un tipo de sistema social también con su autonomía y su propia lucha por la vida y contra la muerte. Y ahí empieza otra película.

Sistema social, sistema de información y sistema de conocimiento
La Figura del Sistema como Posibilidad de Percepción
Nuestro mundo social puede ser visto desde una perspectiva sistémica. Este ejercicio requiere de una perspectiva que lo construya en la percepción de esa forma. Mirar lo social como sistema es observarlo como una totalidad, como una unidad en movimiento que actúa como un solo ser, buscando su sobrevivencia, su desarrollo, impidiendo su desaparición y muerte. En la calificación de social está implicado lo humano, la creación y producción de vida por la relación entre esos individuos que juntos, sólo unidos, forman algo que les da contenido a todos en lo particular y a todos como un todo en lo general. Lo social es la forma que conjunta, que reúne, que promueve la vida de los individuos particulares por su esfera de inclusión. Los individuos interactúan, son incluidos en esa esfera por el lenguaje, por la participación cotidiana en el ámbito de las normas de una familia, un grupo, o una corporación aún mayor, como una colectividad, un pueblo, una nación, una cultura, una civilización. Aquí lo que importa es la mirada que implica a los individuos en algo mayor, llegando a niveles de implicación tales que todo lo humano les es propio. Y sólo se puede concebir lo humano y sus rasgos grupales desde lo general, aunque en lo particular sea percibido.

La mirada sistémica requiere cierto entrenamiento, pero es parte de la forma general del lenguaje, acostumbrado a operar con categorías que miran lo particular desde rasgos que incluyen muchos particulares semejantes. Pero aquí, como se había mencionado ya, de la apariencia, del afán clasificador, se pasa a otra dimensión, la de la acción, la de la función, la del aparato, la del dispositivo. Ahora se trata de mirar cuerpos en movimiento que buscan sobrevivir como un todo integrado en una unidad. Al percibir esta cualidad estamos distinguiendo algo que puede ser considerado una forma sistema, aunque no tenga un cuerpo visible, y una unidad orgánica clara, pero si la función, la operación, la alianza, el vínculo, la articulación, eso que posibilita percibir que algo es parte de algo mayor, y que ese algo mayor tiene la figura de una unidad en operación, cuyo primer objetivo es mantenerse como tal, sobrevivir, no morir.

En esta forma pueden encontrarse figuras sistema por todas parte, algunas más desarrollada, otras menos, algunas más evidentes, otras poco claras. Y así una familia es un pequeño sistema, un todo, una unidad. Pero también un grupo de amigos es un sistema. Y puede percibirse como sistema una fábrica, con máquinas y gente, o una ciudad, con edificios, personas y aparatos varios. El punto clave es hasta dónde operan estos sistemas como tales, y hasta dónde se dan cuenta de que lo son y luchan por seguir siendo. Y después, cómo es que se reconocen entre sí, y luchan por el espacio y el tiempo sociales, por la subjetividad y la objetividad de la vida humana, social, común y extraordinaria. Dos familias conviven como sistemas distintos, autónomos, hasta que empiezan a disputar por el prestigio, por la riqueza. Entonces sólo puede quedar uno. Pero hay una alianza, se forma una pareja con un miembro de las dos familias, las dos familias son ahora un sistema mayor a ambas por separado, y más poderosas que otra familia aislada. La mirada sistémica permite ver estos y otros fenómenos. La guerra, la formación de un imperio, la paz, el comercio. Y también la religión, el sentido étnico, el racismo, el sexismo. Todo lo social puede mirarse desde la Sistémica, y toda acción particular o grupal puede calificarse desde ese punto de vista. Siempre mirando a los individuos humanos agrupándose, luchando, haciendo alianzas, negociando. Pero hay más, mucho más, detrás de todos estos fenómenos.

Sistemas de Información, Sistemas de Comunicación, Sistemas de Conocimiento
La ciencia en su afán de penetrar lo evidente para entender su composición y transformación, fue encontrando que lo evidente corresponde a un sistema de información, a un orden de relaciones que permanece estable sin contacto con el exterior, y que es alterado cuando algo del exterior lo afecta, o cuando algo de su propio interior así lo determina. Existe un margen de determinación que depende de las relaciones ecológicas del sistema entre su interior y el exterior. Lo que en un nivel percibimos como un fenómeno, en otro es sólo información, que indica, que prescribe, que cambia, que desaparece. La mano que agarra un objeto, es una manifestación de un sistema de información que hace posible la acción porque la estructura. Una parte de esa información se hereda en silencio social, en lo biológico, pero otra parte se adquiere en el mundo social, en lo semiótico. Ambos mundos tienen sus propios sistemas de información actuando, en ocasiones se contradicen, en otras colaboran, y en algunas mueven a la entidad actuante a otra dimensión, la dimensión de la complejidad, integran un mayor número de elementos en la acción, implican un horizonte mayor de posibilidades. La cultura es parte de este fenómeno, la vida social en su totalidad puede ser percibida de esta manera.

La información es una abstracción, y al mismo tiempo un dispositivo de operación real y sencillo. En Biología se ha ido desentrañando este sistema de prescripción de operaciones que permite entender porque unas personas son altas y otras bajas, unas rubias y otras morenas, unas propensas al alcoholismo y otras no. En la vida social parece operar algo semejante, en algunos lugares les gustan las enchiladas, en otros el pan blanco, en algunos grupos las mujeres no hablan y son propiedad de los hombres, en otros no sucede así. Y en otra dimensión ambiental, en algunas familias los hijos deciden lo que hacen, en otras hacen lo que dictan los padres. Hay normas, formas, comportamientos, que se reproducen, que se repiten, o cambian y desaparecen. La figura que se va construyendo con estas observaciones es que el gusto, la costumbre, la cultura, también son formas sistémicas, y buscan sobrevivir, no morir, desarrollarse. Y la imagen es de personas que son un territorio en el cual ciertos sistemas de información biológicos buscan sobrevivir, reproducirse, y al tiempo territorios donde ciertos sistemas de información cultural y social buscan lo mismo, permanecer, continuar vivos en la siguiente generación. Todo aparece entonces como una matriz de información organizada en sistemas que se desarrollan, que sobreviven, que mutan, que permanecen, encarnados en personas, en cuerpos, en instituciones, en normas morales, en costumbres y tradiciones.

La primera fase de vida de los sistemas de información se mueve en una sola dirección, la de su sobrevivencia, operan para continuar, para seguir. Y en el encuentro ecológico con otros sistemas mueren en la lucha por la energía y recursos que requieren y que no es suficiente en ocasiones para todos. Pero también sucede que se van complejizando, aprenden y heredan lo que han asimilado. Esto sucede en los sistemas biológicos y en los sistemas sociales. La complejidad los dota de más recursos internos y externos para sobrevivir en la lucha, pero también para convivir, para colaborar, para compartir. Los sistemas de información se transforman en sistemas de comunicación. Lo que se movía en un vector en sólo una dirección, ahora reacciona y comprende al otro, recibe al otro en sus necesidades sistémicas y colabora, comparte, convive. Esto sucede en la naturaleza, en la vida biológica, desde el principio, y un poco después de la primera configuración sistémica. Y desde entonces los sistemas de información y comunicación comparten el mismo espacio y tiempo, tienen distintas finalidades, en ocasiones unos constituyen el ejercicio hegemónico de la información, y en otras se presenta el ejercicio hegemónico de la comunicación. Y no sólo sucede eso, sino que se enriquecen mutuamente, un buen sistema de comunicación puede traer muchos recursos de información a un sistema de información. Y un sistema de información puede asimilar muchos elementos útiles para un sistema de comunicación. Y de nuevo todo esto toma cuerpo en personas, en formas de vida social y cultural.

Y todo esto así percibido constituye otra forma sistema, una tercera, que implica a las dos y le da curso en nuestra vida humana social-cultural, los sistemas de conocimiento. La pregunta aquí es cómo podemos mejor percibir todo lo anterior, cómo lo podemos mejor cifrar, construir, para compartirlo, para difundirlo, para complejizar a todo el sistema social con sus efectos cognitivos de mejor comprender, entender, sentir, al mundo. Este es un problema para los seres sociales humanos viviendo en esa peculiar comunidad de la información y la comunicación que es el conocimiento, información sintetizada en beneficio de la comunicación, de la convivencia, de la colaboración, de la solidaridad. Pero también información sintetizada para mejor operar, actuar, ser eficiente, económico, eficaz. Dos tipos de sistema de conocimiento, dos proyectos que pueden ir juntos, o separados, que pueden colaborar o luchar entre si, que pueden configurar horizontes alternativos de complejidad en las relaciones humanas, y en las relaciones humanas con la naturaleza.

De la sociedad de información a la comunidad de comunicación
De la Sociedad de Comunicación y la Democracia.
El nombre de comunicación tiene una presencia muy extendida hoy día, se aplica a una gran variedad de fenómenos y situaciones. La palabra es parte del lenguaje cotidiano y por tanto está cargada de usos y costumbres. Pero el tiempo contemporáneo exige mayor precisión y poder a lo que tenemos en las manos como una noción con cierta polisemia que lleva incluso a la ambigüedad y a la sólo determinación de algún hábito. La reorganización del espacio conceptual de la comunicación no es un asunto sencillo, depende del encuentro entre un campo de principios constructivos con parámetros de ciencia, y un campo de repeticiones casi ciegas de las formas del lenguaje en la vida cotidiana. Y en este territorio en movimiento sólo hay suposiciones, apuestas, algún dogma, cierta necedad, y por cierto una intención de mejor entender, sentir y actuar. Y todo parte de los discursos con los cuales hacemos referencia al mundo que vivimos, y la percepción con la cual pretendemos darle sentido. Complicado, si, complejo, mejor.

Suponiendo que el elemento constructivo básico de la comunicación es la puesta en común, siguiendo etimologías y nociones bibliográficas, el siguiente punto es comprender cómo sucede eso, qué es lo que está en juego. Desde una perspectiva sistémica la comunicación se presenta cuando dos sistemas colaboran, comparten, dejando su impronta de sólo ver por ellos mismos. El hecho también implica conveniencia, pero sobre todo una configuración de posibilidad no sólo de convivencia, sino de ventaja en esa convivencia sobre la situación de lucha o competencia. La observación es estricta en este punto, la comunicación es una ventaja para la sobrevivencia de los sistemas en acuerdo, de lo contrario no se presentaría. Aparece aquí la pregunta sobre las condiciones que hacen posible su emergencia, su aparición.

En el mundo social tenemos sobre todos sistemas organizados por el desarrollo y evolución de su vector de información. Pero hay momentos en que la complejidad interior llega a un punto en que es necesaria la organización en sentido horizontal, de interacción, de colaboración. Esto sucede en grupos pequeños y en grandes sociedades estado. Lo que mueve al sistema es su dirección en un sentido, pero su interior necesita un equilibrio vertical perfecto, porque si falla, el sistema está en peligro, y es entonces que la comunicación aparece, son momentos de necesario acuerdo, puesta en común de información, para continuar con la guía general del orden del sistema, su configuración de información básica. Esta imagen es una visión general necesaria para esta argumentación, pero requiere muchos matices y casos concretos.

El tipo social general de la sociedad de información es centralizado, vertical, muy ordenado, una figura de lo social guiada por un sistema de información que lo prescribe y lo determina. Este tipo es el que ha guiado la historia humana, figura construida por la información codificada y perfeccionada en sus métodos de reproducción. Aparece desde los imperios antiguos hasta las formas estado actuales. En todas estas figuras la información, y el control que permite, han sido el centro de la organización y la voluntad política. La fuerza es una figura ordenada por ese operador vertical casi inflexible, que sólo persiste bajo la forma de la identidad, y sólo cambia lo necesario para continuar y ser el mismo. Una imagen poderosa y sintética que también supone matices.

La sociedad de comunicación aparece cuando la conveniencia del acuerdo y la negociación adquieren un valor mayor que la conquista y la dominación. La energía necesaria para mantener un sistema puede ser demasiada cuando se invierte en combatir, en conquistar, y además en ese movimiento el riesgo de perder lo ganado aumenta. El sistema debe buscar otras opciones. Averiguar cómo ha sucedido es un programa de estudio en sí mismo, porque ha sucedido, y si la Biología nos habla de la colaboración para sobrevivir, la historia social también nos habla de la colaboración para progresar, para mejor vivir. Los imperios son muestra de la eficiencia de los sistemas de información y comunicación para conquistar y después convivir con los vencidos, pero también son muestra de que el equilibrio es frágil, el desorden es un enemigo poderoso y siempre está presente cuando sólo se vive en la búsqueda de un orden por reproducir. La comunicación es el antídoto contra el desorden, cuando las situaciones cambian, cuando las reglas no aplican ni son eficientes, es posible reconsiderar, explorar opciones, conversar visiones y referentes, y adaptarse a las nuevas circunstancias. En la sociedad de comunicación el cambio no es una excepción, no es un mal que pude o no ser vencido, es parte de la vida social misma, se promueve, porque permite avanzar, mejorar, incrementar la complejidad. Y la forma de institucionalizar al movimiento, al cambio, tiene un nombre en nuestra cultura occidental, democracia.

Democracia, Comunicación y Comunidad de Comunicación
La sociedad de la información y la sociedad de la comunicación conviven en nuestro mundo actual, la primera sigue siendo la principal, pero algo ha pasado en el movimiento de los últimos dos siglos. Para dominar hay que cambiar, para controlar hay que mantener una corriente de transformación constante. Este es un fenómeno inédito hasta esta época, los medios de difusión de información han sido claves, la revolución industrial aparece ahora sólo como un antecedente de la revolución de la difusión de información, con sus maravillosas tecnologías y milagros. La guerra ha perdido terreno frente al comercio, y hoy no hay comercio sin enormes y sofisticados sistemas de información, y la guerra depende cada vez más de ellos. Esto aparece como una continuación clara de la sociedad de información, evolucionada, desarrollada hacia otros horizontes ecológicos. Pero el cambio ha sido la palanca del desarrollo del capitalismo, y en él apareció como una necesidad en aumento la comunicación. La sociedad de información no planeaba que así sucediera, pero ha pasado. Son los cambios promovidos, provocados por los sistemas de información-economía, los que han impactado los sistemas de información-política y cultura. Y el resultado es que unos no se mueven sin los otros, y el costo es que el control ya no es como antes, y no puede ser como antes. Las libertades han aparecido y se han posicionado dentro del sistema de información emergente general de este movimiento, y ese sistema supone los sistemas de comunicación complementarios. El resultado es una nueva configuración ecológico social en la cual muchos entienden que las reglas han cambiado y hay que convivir para progresar en lo particular, y otros no han cambiado lo suficiente. Y quedan las inmensas mayorías que se mueven en forma espontánea al cambio y terminarán por transformarlo todo. Y este escenario se presenta junto con muchos otros que habría que visualizar e interconectar. Pero todo se detona, desde este punto de vista, con los movimientos en la interacción entre sistemas de información y sistemas de comunicación.

La democracia aparece aquí como una figura de la comunicación, pero también como una figura de la información. En un sentido es la dominación de un sistema de información por otros medios, y en otro sentido es la aparición de la convivencia de la pluralidad de sistemas de información en un escenario de diálogo y puesta en común. Como sea está cargada de la figura de la interacción, no de la difusión. Pero la pregunta es por los contextos donde se presenta, si la democracia como forma aparece en un contexto de difusión, será instrumentalizada por él, si aparece en un contexto de interacción puede colaborar al desarrollo de la convivencia y la colaboración. La democracia como forma comunicación requiere de un contexto donde la forma sistema de comunicación sea el eje de organización social. Y aquí se presentan muchas preguntas sobre si esto puede ser estable, sólo coyuntural, o puede configurarse como algo alterno según las necesidades sociales percibidas y previstas. Y aquí entra la figura de la comunidad de comunicación.

Nuestro mundo contemporáneo ha recibido en las últimas décadas un medio de comunicación, el ciberespacio y la internet. Este es el primer gran medio de comunicación electrónico en la historia, su potencial está siendo explorado aún, sus horizontes potenciales son casi inimaginables, y sus desarrollos y evolución son imágenes de ciencia ficción. Para que la forma comunidad y la forma comunicación se asocien, el sentido de colaboración y solidaridad debe ser enorme. En nuestras actuales sociedades de información y comunicación esas cualidades ya están presentes, pero no son los principios constructivos sistémicos centrales. Imaginar cómo sería una sociedad con forma comunitaria global es hoy una propuesta utópica. Pero el punto es que ese horizonte de lo posible se ha incrementado con la aparición del internet y el ciberespacio. No es posible en nuestros parámetros de autopercepción concebirnos como una gran comunidad salvo en el efecto discursivo de lo religioso, pero ahora eso no es del todo necesario, el ciberespacio es el lugar donde todos podemos ser uno. Y por otra parte la comunicación entre personas alejadas en el espacio parecía una metáfora, el teléfono la empezó a concretizar, pero ahora es real, la internet la ha convertido en algo casi tangible. Estos son algunos de los elementos que están en juego en la construcción de una nueva sociedad.

La democracia pide participación, requiere propiciar el espacio donde sea posible. En agrupaciones masivas como nuestras ciudades el asunto se había convertido en un cuello de botella. Pero ahora, con la internet y el ciberespacio esto es posible, la participación de todos en los diversos asuntos, a través de parámetros de interacción que la tecnología permite. Estamos ante un nuevo escenario que permite una nueva configuración ecológica. Comunicación, democracia y ciberespacio parecen elementos de una nueva composición y organización emergente, una nueva forma de estructuración de la vida social relacionando sistemas de información y de comunicación de manera nunca antes vista. Popper decía que los medios de difusión eran un peligro, un enemigo para la democracia. En ese mismo sentido la internet y el ciberespacio parecen ser dos grandes amigos de la participación, de la interacción, de la desestructuración de los controles y los poderes centralizados y absolutos.

Sistémica y Comunicología
Lo hasta aquí expuesto presenta los perfiles generales de un proceso en construcción. Por una parte el estudio y reconocimiento de fenómenos y situaciones, con nuevas miradas, lo que aquí estamos llamando Sistémica, y en forma complementaria la emergencia de nuevas ciencias como la Comunicología o la Memética, y por otra parte, la aplicación posible de estas nuevas representaciones en la acción directa en nuestro medio. Por una parte la Sistémica y sus postulados, por otra la Comunicología y la posible construcción de una ciencia de la comunicación desde la perspectiva Sistémica. Y en este contexto la relación entre sistemas de información, sistemas de comunicación y sistemas de conocimiento, tanto en el estudio como en la acción. Y este es el centro del proyecto aquí presentado con algunos apuntes e hipótesis, la reflexividad de segundo orden que permite la promoción de una cibercultura y una cibercosmología, permitirán que al tiempo que se forman las comunidades de estudio, se formen las asociaciones de acción, y en la interacción de todos los participantes, la construcción y creación de un nuevo parámetro de lo que la democracia nos ha enseñando. Es posible progresar, interactuando, conviviendo, participando, y hacerlo en orden, con sentido de organización y con objetivos. Una relación armónica entre información y comunicación.


Dr. Jesús Galindo Cáceres
Universidad Veracruzana, Ver, México