Por Jon Murelaga
Número 40
Situación socio-político-económica
mundial dentro del contexto de la Globalización y el entorno
multimediático. Colores, personas, sueños e intereses.
“Yo le diría
que la globalización es un proceso que le permite viajar
y saber que el mundo no se acaba en las fronteras en las que está
acostumbrado a moverse. Que existe otro mapa mucho más extenso,
habitado por seres igual que él. La globalización
es, en definitiva, la interdependencia de las personas y las cosas:
la posibilidad de comunicarlos entre todos”.
JOAQUÍN ESTEFANÍA
El comienzo del siglo
XXI ha abierto un nuevo contexto socio-político-económico
internacional. Por un lado, y a nivel político, los atentados
terroristas perpetrados el 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York
contra dos símbolos financiero el primero y militar el segundo,
como eran y sigue siendo el World Trade Center y el Pentágono
que arrojaron un saldo de miles de muertos y heridos desembocaron
primero en la guerra de Afganistán (2001) y en la de Irak
(2003) años más tarde. Estas dos contiendas bélicas
y los sucesivos ataques terroristas radicales a nivel mundial de
Al-Qaeda y grupos afines como el cometido el 11 de Marzo de 2004
en Madrid donde murieron casi 200 personas y se produjeron cientos
de heridos, y la delicada situación política de Oriente
Medio han configurado un nuevo contexto social de incertidumbre
mundial. Se puede decir, por tanto, que, tras la endeble calma vivida
desde el fín de la guerra fría tras el simbólico
desmantelamiento del muro de Berlín, la situación
actual no difiere mucho de aquellos tiempos de incertidumbre de
épocas ya enterradas tras verse alteradas las relaciones
supranacionales entre Europa, Estados Unidos y los países
árabes.
Por otro lado y en el ámbito
social, el capitalismo agresivo, la hegemonía de las multinacionales
y los nuevos imperios económico-neo-liberales han parido
un movimiento antiglobalización de dimensiones considerables
que bajo el lema “Otro mundo es posible” surgió
en torno a 1996 en Seattle (EE.UU). Los objetivos y las preteniones
de los grupos antiglobalización se podrían resumir
de la siguiente forma: “Los activistas antiglobalización
exigen una sociedad más justa, el control del poder ilimitado
de las multinacionales, la democratización de las instituciones
económicas mundiales y la distribución más
equitativa de la riqueza. Sus enemigos principales son las multinacionales
y las grandes organizaciones económicas y políticas
internacionales, fundamentalmente el Banco Mundial (BM) y el Fondo
Monetario Internacional (FMI)”1.
Para el sociólogo francés
Alain Touraine la sociedad mundial debe exigir la democracia para
los individuos y el movimiento antiglobalización se sustenta
en conseguir el control social de los recursos de la sociedad para
beneficio de la misma:
La idea triunfante de ‘globalización’
significa antes de todo la ideología según la cual
ningún poder político, social, moral, etc., puede
tener una influencia real sobre una vida económica organizada
a nivel mundial. Esta visión antes de ser antiética
es falsa. No es cierto que los factores sociales y políticos
no intervengan en la vida económica. Al contrario, la mayor
parte de los economistas piensa que en las economías más
adelantadas los factores no económicos del crecimiento
económico tienen una importancia cada vez mayor a la línea.
Junto a los movimientos antiglobalización
otro de los aspectos característicos del nuevo contexto social
internacional es la inmigración. El sueño de una nueva
vida hace que día a día miles y miles de personas
arriesguen su vida de manera legal e ilegal abandonando los países
subdesarrollados en busca de prosperidad. Ante esta abalancha de
inmigrantes los gobiernos de turno han desarrollado diferentes estrategias
sobre todo de control y choque y han cerrado y fortificado fronteras
para regular la entrada de los/las inmigrantes.
Por último, y en lo referente
al plano económico indicar que las empresas y multinacionales
han adquirido la tendencia de deslocalizar su trabajo y desviar
su producción a países en vías de desarrollo
donde la mano de obra es más barata y en muchos casos los
compradores potenciales se cuentan por millones abriendo así
un espectro de ventas potencialmente descomunal como es el caso
de China con más de mil millones de personas. “China
está llamada a ser una superpotencia económica en
los próximos años, que junto a la india van a liderar
el crecimiento del continente asiático y es que todas las
miradas estan puestas en esta zona del globo; las características
de la economía china son francamente apetecibles para las
grandes economias globales y es que en pocos lugares se puede obtener
mano de obra barata (por unos 150 euros cada mes se puede contratador
un trabajador), ayudas fiscales (durante los primeros años
no se pagan impuestos), baja conflictividad laboral, bajo coste
de la vida (se puede comer por 1 euro)... todo esto ha provocado
que se hayan instalado grandes empresas intensivas en mano de obra
que se aprovechan de los bajos costes laborales para producir grandes
volumenes de productos a un coste extremadamente bajo”2.
Para muchos teóricos y estudiosos
de la sociedad caso de Ignacio Ramonet, la globalización
es entre muchas otras cosas un liberalismo económico salvaje
que beneficia a unos pocos y perjudica a muchos otros:
Estamos ante una dinámica
que hace que cada día un mayor número de países
intercambian comercialmente un mayor número de productos,
servicios y actividades. Se han abierto las fronteras a productos
extranjeros que se han integrado en el mercado local, lo que convierte
a la globalización en un movimiento que intensifica el
librecambio. Pero esto ocurre sólo en teoría, porque
el motor real de la globalización es el hecho de que cada
día lo que más se intensifica son los mercados financieros.
Estamos más ante una globalización financiera que
ante una globalización económica, en el centro se
encuentran los mercados financieros, y por ende, los agentes financieros:
las grandes multinacionales, la Bolsa, el Banco Mundial, el Grupo
de los 7 países más poderosos, la Organización
Mundial del Comercio”. (Ramonet, 2001).
Dentro de la globalización en la que vivimos y como consecuencia
de esta, se ha desarrollado un importante campo biotecnológico
y una estructuración de redes virtuales. Así, uno
de los valores más seguro a día de hoy y el engranage
que hace girar el círculo virtuoso de la economía
moderna es el conocimiento científico y los mecanismos e
iniciativas para la creación de riqueza. Los mencionados
adelantos tecnológicos han creado instrumentos generadores
de productividad y cada vez tienen más importancia los conocimientos
y métodos que no se ven. La gestión y los trabajos
de investigación, desarrollo e Innovación (I+D+I)
adquieren un papel tan fundamental como la propia elaboración
de los productos (sea cual sea su origen y carácter), siendo
las tres cuartas partes del precio de estos productos el pago por
este nuevo sistema de trabajo.
Las sociedades industrializadas
han visto alterada la situación del individuo dentro del
mapa productivo como indica Manuel Castells y ha surgido así
un nuevo espacio industrial:
La fabricación de alta
tecnología presenta una composición ocupacional
muy diferente de la fabricación tradicional: se organiza
en una estructura bipolar en torno a dos grupos predominantes
de tamaño más o menos similar: De un lado, una mano
de obra altamente cualificada, basada en la ciencia y la tecnología;
de otro, una masa de obreros no cualificados que participan en
el montaje rutinario y las operaciones secundarias. Aunque la
automatización ha permitido cada vez más a las compañías
eliminar los niveles más bajos de trabajadores, el aumento
asombroso del volumen de producción sigue haciendo que
se emplee –y así seguirá durante algún
tiempo- un número considerable de tabajadores no cualificados
y semicualificados, cuya localización en las mismas zonas
que los científicos e ingenieros no es viable desde el
punto de vista económico, ni apropiado desde la perspectiva
dominante en el actual contexto social. En medio, los obreros
cualificados también representan un grupo particular que
cabe separar de los niveles elevados de la producción de
alta tecnología (Castells, 1997).
La sociedad red o la tela
de haraña comunicativa. Tras crear la máquina comprendamos
para que la queremos
En
el nuevo sistema, debido a la diversidad potencial de contenidos,
el mensaje es el mensaje: es la capacidad de diferenciar un producto
que produzca el mayor potencial competitivo
MANUEL CASTELLS
Durante muchos años el concepto
multimedia ha sido utilizado como comodín de lo que era el
futuro. Se entendía como un término abstracto y que
englobaba lo que no conocíamos pero queríamos utilizar.
Así, cuando los nuevos soportes digitales y multimediáticos
han aterrizado en la sociedad, el individuo ha reconocido el avance
que supondrían y ha adecuado la tecnología a sus necesidades.
Hoy en día es habitual que en el seno de cada familia encontremos
un ordenador y varios teléfonos móviles y eso, no
nos olvidemos, es tecnología. La red de redes altera los
conceptos de espacio y tiempo pero también el de objeto.
El espacio desaparece para abstraerse y globalizarse y el tiempo
se detiene hasta que el usuario quiera. El objeto o el mensaje,
no obstante, permanecen en la mente digital de la red en lo que
es la mayor biblioteca interactiva, virtual y multimediática
jamas conocida.
No obstante es normal que una preocupación
nos invada cuando hablamos de Internet. ¿Para que utilizamos
la red? Estudiosos del tema y del análisis de la sociedad
red como Castells apuntan que de no producirse un giro en el uso
de las nuevas tecnologías, estas, pueden verse infravaloradas
por la sociedad: “
A pesar de toda la ideología
sobre el potencial de las nuevas tecnologías para mejorar
la educación, la salud y la cultura, la estrategia prevaleciente
apunta hacia un desarrollo de un gigantesco sistema de entretenimiento
electrónico, considerado la inversión más
segura desde una perspectiva empresarial. Sólo indico que
el uso real en los primeros estadios del nuevo sistema determinará
considerablemente los usos, las percepciones y, en útlima
instancia, las consecuencias sociales de los multimedia (Castells,
1997).
Es por este motivo que la educación
o multialfabetización es todavía una asignatura pendiente
que tiene la tecnología sobre el individuo. Richard W. Budd
(1997) se basa en esta necesidad para diferenciar las necesidades
del sujeto ante la tecnologización de las sociedades e indica
que el aprendizaje se debe realizar. De sus diferentes tipos de
alfabetización destacamos los siguientes:
Alfabetización tecnológica
La habilidad para buscar, encontrar, ordenar, categorizar y organizar
información para el uso personal y profesional. Cómo
conseguir el acceso y el uso de Internet y otros bancos de datos
en línea relevantes”.Dentro de esta alfabetización
podríamos englobar la pregunta de para qué queremos
la tecnología. Es evidente que es el primer punto de partida
para la adecuada utilización de los soportes digitales. Una
vez delimitado el campo (personal o profesional) para el que usamos
las fuentes digitales debemos manipular los mensajes deacuerdo a
valores éticos y personales que marquen nuestra persona.
Es decir, si en la vida cotidiana somos unos depravados seguramente
seguiremos siéndolo en la red y viceversa. Aún asi,
debemos tener en cuenta que la conducta del individuo pude verse
alterada por la pasividad del medio y del control que se desarrolle
sobre este.
La diferenciación en el carácter
del mensaje es fundamental para delimitar el campo para el que utilizamos
los nuevos soportes. Esto es: el uso personal se entendería
por ocio y el profesional como trabajo. La interferencia entre los
dos extremos sería perjudicial para el individuo ya que el
objeto de búsqueda sería afectaría el sentido
de la misma utilización. Es recomendable actuar en función
de las necesidades del momento y aplicar cierto grado de raciocinio
para que los campos personal y profesional no se enfrenten. Internet
y las nuevas tecnologías pueden ser las mejores aliadas jamás
conocidas para desarrollar nuestro trabajo pero también pueden
ser el mayor entretenimiento jamás conocido. Un periódico
también puede ser el mejor medio para informarse pero también
para entretenerse si somos asiduos de horóscopos, crucigramas,
sopas de letras…
La tecnología nos ofrece
sobre todo (parafraseando a Mauro Wolf), y esta es tal vez la parte
la importante de la alfabetización tecnológica, libertad
de elección respecto a los contenidos, posibilidad de interactuar
entre diferentes puntos con diversos mensajes, una mayor especialización
de las propuestas y una descentralización de los emisores.
Somos libres para decidir cuánto y qué queremos saber.
Tenemos la posibilidad de interactuar, de ser protagonistas directos
sin intermediarios, para elaborar y desarrollar un conocimiento.
Tenemos la posibilidad de ajustar nuestros gustos y diseñar
los mecanismos necesarios para saciar nuestras necesidades con los
instrumentos y propuestas que nos propongan las nuevas tecnologías.
Y, por último, podemos crear centros de emisión de
mensajes desde cualquier punto del planeta inutilizando el factor
espacio.
Alfabetización mediática
La habilidad para comprender cómo la presentación
de las ideas e informaciónes por los "medios" forma
nuestra comprensión del mundo en el cual vivimos; cómo
ellos reunen, editan y empaquetan mensajes y cómo estas elecciones
forman la agenda de nuestras interacciones personales, crean nuestros
intereses sociales y llenan los vacios analfabetos en nuestro conocimiento”.
Sin duda los medios de comunicación
de masas han realizado una brillante labor de entretenimiento, información
y educación mediática. Si esta lógica la aplicamos
a los nuevos contenidos digitales nos encontramos dentro de un contenendor
de mensajes tan amplio que es difícil valorar el resultado
que de estos mensajes hagamos. El individuo no solo cuenta con los
medios que más o menos podía tener localizados y clasificados
hasta el momento sino que multiplica los mensajes y se hace creador
de los mismos.
El individuo debe ser consciente
que la era digital arrancó hace años y que la hidiosincrasia
digital es un hecho que nos cubre. La digitalización de los
mensajes lleva implicita la digitalización de receptores
y la diferencia entre emisor y receptor de antaño se rompe
con las nuevas tecnologías ya que el individuo (aunque sea
a título personal) puede formar parte de la elaboración
y emisión del mensaje. Todos somos lectores pero también
escritores. Todos somos compradores pero también vendedores.
La organización de la estructura tradicional de la elaboración
y distribución de la información desaparece con las
nuevas tecnologías democratizando la emisión de mensajes
y el nacimiento de nuevos mensajeros digitales. De esta manera los
contenidos se multiplican por infinito y el volumen de información
se convierte en descomunal. Decía Mauro Wolf que “Un
aspecto que matiza la diferencia entre los nuevos media y los medios
de comunicación de masas es el de que las nuevas tecnologías
facilitan la adquisición de una variedad más amplia
de contenidos de manera menos vinculada a la lógica de los
aparatos de distribución y más orientada a la subjetividad
del consumidor”. Nunca antes el individuo había gozado
de tantas facilidades y tan a mano como en la actualidad. Nunca
antes la subjetividad del individuo había tenido tanta repercusión
de ser mostrada como con las tecnologías digitales existentes.
(Wolf, 1992)
Alfabetización cultural
Nuestra comprensión de los símbolos compartidos que
nos dan una identidad individual y colectiva. E, igualmente importante,
nuestra apreciación de la diversidad -los símbolos
e identidades que no compartimos”.
Con las nuevas tecnologías
el individuo y el colectivo toman un nuevo giro en sus formas y
sentidos. Estamos asistiendo a una individualización de la
sociedad. Los nuevos recursos digitales favorecen este hecho ya
que su utilización es principalmente individual. Así,
los grupos de trabajo se pueden ver reducidos por la automatización
de los procesos y el conomiento del otro se convierte en una mera
anegdota virtual.
Por otra parte, el individuo ha
encontrado una salida de la pequeña hurna de cristal en la
que vivía y tras examinar el terreno ha constatado que ahí
fuera vive gente y que puede comunicarse con ellos. Las nuevas tecnologías
no entienden ni de culturas ni de colectivos, sino de individuos.
No es de extrañar, por tanto, que la red sea el máximo
exponente de la globalización y miscelania de culturas y
modos de pensar diferentes que encierra este mundo.
Globalización e Internet.
El matrimonio perfecto
Podemos decir que
con Internet llegó uno de los mayores cambios en todos los
frentes que ha conocido cualquier sociedad en los últimos
decenios. Así, su importancia es comparable con el desarrollo
de la máquina a vapor o la creación de la imprenta.
Se puede decir sin ningún empacho que nunca antes el ser
humano ha tenido más instrumentos para democratizar (compartir)
sus ideas y proyectos. Según Mariano Cebrián
Internet revoluciona lo grande
y lo pequeño. El tamaño no está en el número
de metros cuadrados ocupados por una empresa, ni en el número
de oficinas que posea en un país o en el mundo. El tamaño
está determinado por las redes. Internet conecta todo y
en todas las direcciones. La empresa de una persona particular
adquiere el don de ubicuidad, está en todos los puntos
donde haya alguien que quiera conectarse a la misma. Una persona,
una empresa, un país pobre o rico, pueden competir en todo
el mundo con otras personas, empresas o países, asimismo
pobres o ricos. Nunca, como con Internet, había sido posible
que alguien desde un lugar reducido de Chiapas (México)
pudiera dar tanta información, desde el interior, de sus
problemas y que reclamará la atención mundial, o
que una pequeña empresa comparta con las grandes toda la
información existente en la red. Internet rompe fronteras,
modifica los esquemas de análisis anteriores y trae un
nuevo mundo con sus espacios sin fronteras y sus tiempos modificados
(Cebrián, 2001).
Lo que se denomina la brecha digital
es decir el punto de inflexión entre el pasado y el futuro
más cercano comenzó a gestarse con la entrada en el
vocabulario cotidiano del concepto “autopistas de la información”.
La brecha digital y la tecnologización de las sociedades
modernas e industrializadas no obstante puede tener su punto criticable
ya que el tener más instrumentos al alcance de nuestras manos
no nos asegura ni más conocimientos ni más más
fuerza real para ejecutar proyectos sino una potencialidad que debemos
gestionar y manipular de acuerdo a nuestras necesidades y conocimientos.
No se trata de negar la evidencia tecnológica ni de desarrollar
propuestas inquisitivas de las potencialidades tecnológicas
sino de sino de gestionar el conocimiento y los instrumentos en
pro de los infinitos provechos que de la tecnología pueda
beneficiarse el usuario como dice Joaquín Estefanía:
"En si mismo, la brecha digital: el uso de ordenadores avanza
de manera imparable por casi todo el mundo. El problema es de qué
sirve un ordenador con Internet a una persona, si ésta es
analfabeta; o si no tiene una línea de teléfono a
la que engancharse. ¿De qué sirve Internet a una persona
que no tiene agua corriente?”. (Estefanía, 2003)
La globalización, por otra
parte, también ha influido en el mundo de las telecomunicaciones,
así, la comunicación y emisión de mensajes
es más rápida, democrática y relevante con
Internet ya que los límites de espacio, tiempo y emisor desaparecen.
Internet no solo ha globalizado el mensaje sino que lo ha tranformado
y ha transformado también al receptor. El mensaje no lo encorseta
el emisor en función de las posibilidades espaciales o temporales
sino que vuela de punto a punto del planeta disfrazado por un código
binario.
Conclusiones
Internet se ha convertido
en el aliado perfecto para globalizar la sociedad mundial, para
desarrollar mensajes pro-integradores de sentimientos pan-mundiales
e integradores de sentimientos colectivos de pertenencia a un todo
espacial. El individuo, sin tener en cuenta ni su raza, ni su identidad
de pertenencia a un colectivo (llamemosle nacional) comienza a descubrir
por si mismo que es posible comunicarse con sus iguales de manera
personal. No tiene porque haber intermediarios entre individuos.
Las relaciones, la comunicación es entre sujetos que inetentan
buscar afinidades e intereses comunes estén donde estén.
La sociedad se encuentra en un proceso
de homogeneización identitaria. Las viejas fronteras físicas,
políticas y económicas están desapareciendo
y la tecnología es, no solo, el paso más novedoso
sino el más eficaz para conseguir esa creación de
identidad mundial y colectiva propia.
Notas:
1
Este fragmento ha sido extraido de uno de los especial de el periódico
El País.
2
Este fragmento está extraído
de la publicación bolsaone.
Referencias:
1. Budd, R. W., Información,
interacción, intercomunicación: Tejiendo la red global.
El impacto de Internet en el futuro de la educación (traducido
del inlgés por el prof. José María Legarda)
publicado por la Revista de Estudios de Comunicación ZER
de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Disponible en:
<http://www.ehu.es/zer/zer2/2artbudd.html>
2. Castells, M., La era de
la información: Economía, sociedad y cultura. Vol.
1. La sociedad red. Alianza editorial, Madrid, 1997. Págs.
402; 401; 399;
3. Cebrián, M., La
radio en la convergencia multimedia, Gedisa editorial, Barcelona,
2001. Pág. 138
4. Estefanía, J., CampusRed.
Jueves 23 de octubre de 2.003. Nº886. Accesible en: <http://www.campusred.net/campusdiario/20031023/entrev.htm>
5.Touraine, A. Diario El País.
Entrevista del 13-07-2.001. Accesible en: <http://www.elpais.es/edigitales/todas_pasadas.html
?i_encuentro=162&i_grupo=par.>
6. Ramonet, I. Revista CONSUMER,
Nº 46 julio-agosto. Disponible en: <http://www.revista.consumer.com/web/es20010701/entrevista/>
7. Wolf, M., Los efectos sociales
de los media, Ediciones Paídós, Barcelona, 1992. Pág,
182.
Jon
Murelaga Ibarra
Profesor de Tecnología de los Medios Audiovisuales en la Universidad
del
País Vasco, España |