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Por Miguel Lara Otaola
Número
54
Hoy
en día las tecnologías se modifican
y actualizan constantemente transformando nuestros
paradigmas de comunicación. Hoy los medios
de comunicación tradicionales están
perdiendo terreno contra nuevas formas de expresión,
más libres, más abiertas, más
democráticas; la llegada de los teléfonos
móviles, el Internet, los SMS, los blogs,
eBay, Google y el P2P nos ha acercado más
a la tecnología y así estos medios
han venido a transformar y ampliar nuestras formas
de comunicación y participación.
Por un lado, estas nuevas tecnologías
pueden ayudar a tener una sociedad más
democrática donde exista una mayor participación,
una ampliada capacidad de acción frente
al poder, mayor y mejor debate y deliberación
y finalmente más transparencia y rendición
de cuentas. Sin embargo estas tecnologías
también conllevan ciertos riesgos ya que
pueden traer desinformación y subinformación1,
una nueva y más efectiva propaganda y
manipulación, desorientación ante
informaciones frívolas y vacías
de contenidos útiles para la democracia,
y una nueva sociedad orwellizada compuesta de
multitudes virtuales. Las tecnologías
pueden ser vistas ya sea como un complemento
para la deliberación, base de la democracia,
o como un sustituto de la misma que inhibe la
razón, la crítica y la participación
política.
Una característica
clave de los nuevos medios tecnológicos
de comunicación es la posibilidad de una
interacción antes negada por la televisión
que distanciaba más a los gobernantes
de los gobernados haciendo a estos últimos
espectadores pasivos de la realidad nacional.
Ahora con los nuevos mecanismos de comunicación
existe la posibilidad de que esta barrera se
derribe y se permitan una interacción
y participación nunca antes vistas. Si
bien el acceso a estas nuevas tecnologías
no es democrático, ya que gran parte de
la población no cuenta con Internet o
un teléfono móvil, su uso si lo
es ya que permite a sus usuarios generar una
nueva lógica colectiva de acción
social y participación, que va desde el
voto electrónico a distancia hasta la
formación de smartmobs para alcanzar ciertos
objetivos políticos.
El 19 de Abril
de 1775 en Lexington, Massachussets empezó
la Independencia Americana. En esa fecha Paul
Revere, un patriota americano, montó su
caballo llevando la noticia y dando la alarma
de pueblo en pueblo de que los británicos
marchaban desde Boston para atacar Concord, así
preparando a miles de campesinos y comerciantes
para estar listos “al minuto”2
para responder a la amenaza británica3.
Esta fue una de las primeras comunicaciones en
red que permitió el logro de un objetivo
político y nos demuestra las posibilidades
que hoy tenemos con las nuevas tecnologías.
Si un caballo y su jinete viajando de pueblo
en pueblo iniciaron una efectiva resistencia,
imaginemos hoy lo que se podría lograr
en campañas políticas o en actos
en contra de decisiones injustas por parte de
un gobierno. La Red acerca las posibilidades
de colaboración social4,
y al ser este un nuevo medio democrático
cualquier persona puede tener acceso y participar,
tanto pasivamente como lector de contenidos,
como activamente organizando mítines,
reuniones, protestas e influyendo en la intención
de voto por determinado candidato.
En primer lugar
tenemos al Internet como Red de Redes y primer
facilitador de contactos más cercanos,
en tiempo real, entre toda clase de individuos
a lo largo y ancho del planeta. Ahora la comunicación
de la nueva sociedad de la información
abre caminos diferentes, más activos,
dinámicos, globales y eficaces que permiten
nuevas formas de organización y nuevas
estrategias de acción colectiva. Es hoy
imposible entender las protestas en contra del
modelo neoliberal que se hacen en las reuniones
del G8, el FMI y la OMC sin el apoyo del Internet.
El tener a grupos de personas organizadas casi
instantáneamente y provenientes de todos
los rincones del planeta instalados fuera de
las cumbres de estos organismos en Washington,
Seattle o Cancún para protestar, hace
veinte años era impensable. “En
el campo de la comunicación, Internet
no representa sólo un complemento a los
medios tradicionales sino que ofrece oportunidades
innovadoras para informar, movilizar, organizar
a los movimientos y a hacer pública y
relevante la protesta”5.
Los ejemplos del “encuentro intergaláctico”
del EZLN en 1996, los movimientos globalifóbicos
y la organización del Foro Social Mundial
serían inexistentes sin esta herramienta.
El Internet, en un primer momento, permitió
la articulación de lo local con lo global,
hizo visibles movimientos sociales, facilitó
la movilización, la participación
y permitió articular acciones nunca antes
vistas frente al poder. Ahora derivada de esta
y otras tecnologías primigenias tenemos
otros ejemplos como el correo electrónico,
los smartmobs, los blogs, los sms, y el YouTube
que son parte del nuevo arsenal de una red de
interacción y colaboración. Estas
herramientas, por sí solas o en combinación,
abren nuevas puertas de participación,
debate, colaboración y acción políticas
nunca antes vistas.
Los smartmobs
surgen cuando las nuevas tecnologías acercan
más a la gente y los hacen parte de una
red de comunicación que les facilita la
cooperación, la participación y
la organización y esto permite interactuar
más con el entorno político y avanzar
ciertos objetivos de grupo y sociales. “Los
manifestantes en contra de la reunión
de la OMC en 1999 usaron portales en internet,
teléfonos móviles y tácticas
similares en la batalla de Seattle. Un millón
de filipinos derrumbaron al Presidente Estrada
a través de demostraciones públicas
organizadas a través de miles de mensajes
de texto”6.
Los mensajes
de texto dos vías o SMS ya han sido parte
clave de procesos políticos. En EEUU existe
POLITXT7, un
servicio enfocado a políticos y grupos
de interés que explota las ventajas del
SMS para llegar al electorado y a la ciudadanía.
Las ventajas de esta expresión de comunicación
son indudables, en cuanto a POLITXT, “While
15-25 percent of solicited political e-mails
are opened, the open rate for text messages is
nearly 95 percent”8,
y por otro lado, “25-30 percent of people
asked to call their congressman via text message
responded, as compared to the 2-3 percent success
rate they had been getting with e-mail requests”9.
Los SMS también han sido usados para monitorear
elecciones en lugares como África y Montenegro
en los Balcanes. En este último país
el Centro de la Transición Democrática
de Montenegro monitoreo el referéndum
de independencia usando los SMS como la primera
herramienta de observación en campo10,
lo que permitió la coordinación
instantánea de reportes dispersos en el
país.
Los smartmobs
también ya han probado su efectividad
en el terreno de la libertad de expresión,
cualidad intrínseca de la democracia.
En Bielorrusia mucha gente joven recurrió
a la organización via flashmob (grupo
organizado a través de la red para un
propósito específico que se genera
y termina instantáneamente) para protestar
contra el autoritarismo prevaleciente en su país.
Al organizarse vía Internet para reunirse
en una plaza pública de Minsk a comer
helado, los jóvenes sondearon las fronteras
de lo permitido por su gobierno. Esta acción
colectiva organizada a través de la red
no convocó a protestas, plantones, discursos
o a un mitin en dicha plaza pública, simplemente
se llamó a comer helado como forma de
protesta. “If this were almost any other
country in the world, standing around eating
ice cream wouldn't even cause the local authorities
to bat an eyelash. In Belarus, though, it was
treated as an organized public assembly, so plainclothes
government agents broke up the event, arresting
some of the young participants”11.
El YouTube fue
una herramienta importante para las elecciones
celebradas recientemente en México. A
través del “uploading” de
videos acerca de los principales candidatos,
la ciudadanía, y principalmente la gente
jóven, tuvo acceso a facetas de los mismos
no reveladas por los medios tradicionales. Estos
videos sirvieron tanto como brazo adicional a
las campañas oficiales de los candidatos
como para la expresión de la ciudadanía
que no tiene acceso a los periódicos,
la televisión u otros medios convencionales
para expresarse. Así quienes vieron estos
videos no sólo fueron tocados por la propaganda
partidista sino también afectados por
las ideas y críticas de ciudadanos comunes
y corrientes buscando una forma de expresión.
De manera general
a través de estos ejemplos podemos ver
las contribuciones de la tecnología a
la formación de la opinión pública
(YouTube y el caso mexicano), al ejercicio de
la libertad de expresión (flashmob en
Bielorrusia), al monitoreo para lograr elecciones
limpias (SMS en Montenegro), a la participación
(POLITXT en EEUU) y a la movilización
social (Seattle). De esta manera vemos como la
tecnología avanza los intereses de la
ciudadanía al prestarles canales verdaderamente
democráticos y abiertos a todo el mundo.
Sin estas tecnologías, un evento como
el de Bielorrusia sería impensable. “Hoy
es posible que unas elecciones den un vuelco
como consecuencia de una organización
social espontánea vía SMS”12.
Las nuevas tecnologías
abonan también a la democracia al permitir
una mayor rendición de cuentas y transparencia.
Newt Gingrich, un político americano de
derecha, “afirma que mediante la puesta
la apertura de un servidor llamado THOMAS (The
House Open Multimedia Access System), que llevará
a Internet toda la actividad del Congreso, será
más difícil hacer pasar proyectos
de ley que beneficien solamente los intereses
particulares y que la difusión de informaciones
en tiempo real dará a toda la gente y
no sólo a los lobbyistas bien pagos, el
acceso a las mismas fuentes”13.
Por otro lado,
la nueva tecnología de un mundo googleizado
permite a sus usuarios contar con información
exhaustiva de cualquier tema imaginable lo que
además de permitir una mayor participación,
acción colectiva, rendición de
cuentas y transparencia facilita el tener una
opinión pública mejor informada
y por tanto con mayores herramientas para actuar
tanto dentro del poder (concepción democrática)
como frente al mismo (concepción liberal).
La existencia de información sobre cualquier
tema lógicamente lleva implícita
la existencia de información relevante
e interesante para la participación en
política. Para que una democracia funcione
es preciso que sus ciudadanos cuenten con información
relevante para la toma de decisiones, tanto para
emitir un voto como para criticar o apoyar cierta
iniciativa de ley. La democracia es el gobierno
de la opinión, opinión que tiene
como origen el debate entre los individuos, debate
que se facilita mientras exista una mayor cantidad
y calidad de información. La googleización
permite este excedente de información
que hace razonar a los ciudadanos. Hoy, además
del aumento cuantitativo en información
disponible, contamos con otras herramientas que
brindan diversidad y debate a la esfera pública,
los blogs, por ejemplo son portales con capacidades
infinitas para discutir a profundidad sobre cualquier
tema. Así en la actualidad, tanto la cantidad
como la diversidad de información disponible
abonan al proceso democrático.
Las nuevas tecnologías
y las oportunidades que estas brindan en el terreno
de la comunicación y de la democracia
también tienen un lado negativo. En primer
lugar el acceso a la información celebrado
anteriormente, aunque condición necesaria
para el funcionamiento de la democracia, puede
llevar a una sociedad desinformada, al menos
de los temas relevantes para el proceso democrático
y para la participación en política,
el “overnewsed” but “underinformed”14,
la falta de compresión y la superficialidad
de contenidos son algunos de estos riesgos. Por
otro lado los nuevos medios de comunicación
si bien son interactivos podrían convertirse
en televisiones de tercera generación
ya que podrían volverse simples emisores
con informaciones vanas para un público
pasivo y bien podrían representar una
nueva forma de “pan y circo” como
hoy lo hacen ciertas emisoras de televisión
en nuestro país. En tercer lugar, la información
que, entre otras cosas, hace funcionar mínimamente
a una democracia debe ser libre, independiente,
autónoma e imparcial y en este sentido
las nuevas tecnologías abren caminos peligrosos
ya que podrían servir como nuevas herramientas
para una propaganda, manipulación y desinformación
más eficaces. Finalmente y aunado a esto
último podríamos llegar a una era
de las multitudes de cuño virtual que
por su fuerza desinformativa y sesgada (trivial
o no) podrían sacudir los cimientos democráticos
de manera orwelliana.
El primer riesgo
que presentan estas tecnologías, el de
subinformación, desinformación
y falta de comprensión, no necesariamente
es intrínseco a la tecnología ya
que puede derivarse tanto de la responsabilidad
de los actores como de la responsabilidad del
Estado. En primer lugar vemos como la ciudadanía
muchas veces prefiere la información relativa
a la farándula o al chisme en lugar de
informaciones estadísticas, científicas,
históricas o políticas que podrían
alimentar el cauce democrático a través
del debate y la crítica. Estas tecnologías,
que bien podrían ser usadas como en el
caso Bielorrusia, al agregar el componente antes
citado, se convierten en medios eficaces con
fines reprobables, y el origen mismo de los flashmobs
parece indicarnos que la dirección que
se tomará será la de superficialidad.
Este origen se remonta a junio de 2003, “cuando
alguien citó a la gente en cuatro bares
de Manhattan, en los que se les dio unas instrucciones
muy concretas: acudir a la planta 9ª de
los almacenes Macy’s y reunirse alrededor
de una determinada alfombra, para adorarla”15.
Por otro lado las fallas del Estado para lograr
una cobertura completa y de calidad en la educación
de toda la ciudadanía hacen que muchas
de las personas con acceso a las nuevas tecnologías
no las utilicen con fines político-intelectuales
debido a su falta de comprensión y se
avoquen a la farándula y a otras informaciones
irrelevantes mencionadas anteriormente. En lo
que si es intrínseco a esta tecnología
podemos mencionar que el exceso de información
que se nos presenta puede crear el fenómeno
de “overnewsed but underinformed”,
nuestra sociedad se ha googlelizado y “hoy
estamos anclados en el paradigma de lo exhaustivo
(encontrar todo sobre), mientras que lo que realmente
nos interesa es la relevancia (encontrar lo que
nos es de utilidad, sin el ruido añadido
de información que en ese momento no me
interesa)”16.
Por otro lado tenemos el fenómeno del
mercado que no deja escapar a los nuevos medios
tecnológicos. La ley de la oferta y la
demanda permea los contenidos de las páginas
en Internet, de los blogs y de otras redes, haciendo
que la información “pura”
que contienen se contamine, guiada por criterios
de venta y de mercadotecnia que muchas veces
hacen que esta información sea superficial.
La incapacidad del Estado de dar herramientas
de comprensión a sus ciudadanos, la falta
de orden en la información googlelizada
en la red, las preferencias personales de la
sociedad y la lógica del dinero (mercado
y economía de consumo) que invade la razón
de la esfera pública son riesgos que podrían
convertir estas herramientas democráticas
en medios que desinforman, subinforman y venden
en lugar de informar y generar una opinión
pública tan necesaria para el proceso
democrático.
Las nuevas tecnologías
podrían convertirse en una televisión
de tercera generación. Aunque parece difícil
que los blogs, los portales y los sms se vuelvan
partes institucionales de compañías
que editan contenidos hay ya varias señales
en esta dirección. Los spams, la venta
de listas de correos electrónicos para
enviar publicidad, el uso de listados de números
telefónicos para hacer propaganda vía
SMS y la inclusión de publicidad pagada
en algunos portales nos indica que, como mencioné
antes, la esfera pública es susceptible
de contaminación por parte de la esfera
del mercado y la esfera de la política.
¿Qué pasara cuando una empresa
o una organización política “compre”
a un buscador de páginas en Internet para
que los resultados a determinada búsqueda
se filtren mostrando únicamente lo que
la empresa o partido político desea mostrar?
Si estas dos esferas logran empalmarse con la
esfera de la opinión pública, que
debe ser independiente, podemos estar frente
a este fenómeno de televisión de
tercera generación. Cuando la esfera de
la política es la que influye estamos
ante el riesgo de la propaganda y la manipulación,
cuando es la esfera del mercado estamos ante
el ya famoso pan y circo (más circo que
pan) al estilo Televisa.
La opinión
debe surgir de la sociedad civil y de la libertad
y no de la imposición, debe surgir del
debate y no de las órdenes, es horizontal
y no vertical. En la democracia, también
horizontal, la participación surge de
la ciudadanía y no de un ente ajeno a
ésta. La televisión es una opinión
publicada, más no una opinión pública,
es un ente ajeno que impone sus voluntades y
como tal puede desviarnos de la libertad e independencia
de la información al fijar su propia agenda,
intereses y por lo tanto contenidos. La fijación
y filtración de contenidos inhibe la capacidad
del espectador a debatir y a disentir y genera
estados de opinión colectivos. La escasez
de información libre y soberana sobre
cierto tema hace que el input de la sociedad
sea único, monopólico y en el mejor
de los casos oligopólico, cosa que atenta
directamente contra una de las raíces
de la democracia que es la libertad de expresión.
La democracia no es un sistema de mayorías,
sino un sistema que permite el disenso y sin
esta deliberación, no puede funcionar.
El que en la actualidad ya exista la captología
para cambiar nuestros hábitos es algo
preocupante, si bien un programa para ayudar
a dejar de fumar o bajar de peso parece inofensivo
y hasta beneficioso, el uso que puede tener esta
tecnología al servicio del poder y del
dinero es estremecedor, ¿Qué pasa
si a través del correo electrónico,
los SMS, la mensajería instantánea
o en ciertos portales se envían estímulos
para detonar ciertos comportamientos en nosotros?
Y más aún, ya existen tecnologías
como la neurociencia y el FMRI17
que son capaces tanto de medir nuestra respuesta
a determinados inputs como de “determinar
cual es la respuesta “exacta” de
una persona a un estímulo comercial”18
a través del escaneado cerebral. Con estas
nuevas tecnologías puestas al servicio
de la esfera del mercado y de la político
tenemos razones de sobra para dudar del componente
verdaderamente autónomo y democrático
de los nuevos medios, en este sentido avanzaríamos
más hacia una sociedad teledirigida como
indicaba Sartori. La esfera pública, en
cualquiera de sus versiones, sea un mitin, una
charla en un café, una manifestación
contra cierta política pública,
una columna en un periódico o en la Red
de Redes, debe de mantenerse al margen de las
otras dos esferas, de lo contrario nos veremos
invadidos de miles de telenovelas y propaganda
en detrimento de nuestra libertad personal y
por lo tanto de nuestra democracia compartida.
“McLuhan
tenía razón, estamos frente a una
nueva revolución brindada por un nuevo
medio…más comunicación personal,
más elección, pero también
más incertidumbre. Y mas posibilidades
de manipular y ser manipulado”19.
Como indiqué anteriormente, el riesgo
de la intromisión de la esfera política
en la esfera pública es patente. Si bien
las nuevas tecnologías y las redes que
éstas generan permiten un mayor grado
de debate y deliberación en abono a la
libertad de expresión y la democracia,
por otro lado existe el riesgo de generar multitudes
manipuladas por intereses no ciudadanos.
Para que una
multitud funcione en el juego democrático
es necesario que sea inteligente (más
inteligente que el individuo por si mismo), y
de acuerdo con James Surowiecki20
, para lograr esto hace falta que cumpla con
cuatro requisitos;
1. la multitud
debe de estar formada por un grupo de personas
suficientemente diverso para que todo el espectro
de posibles opiniones esté representado;
2. debe de ser independiente, al grado de que
cada persona decida basándose en la información
individual que tiene y no en el comportamiento
de los demás; 3. debe estar descentralizada
donde las personas del grupo tienen un cierto
grado de especialización en su área
de conocimiento y 4. debe ser agregada de tal
forma que exista un mecanismo para recabar la
opinión de los individuos con el fin
de derivar una decisión colectiva”21
.
De esta manera
podríamos pensar que las nuevas tecnologías
de la información, por sí solas,
brindan estos cuatro requisitos ya que el Internet
o los blogs, por ejemplo, permiten reunir a personas
de variadas disciplinas del conocimiento con
opiniones independientes y no inducidas por nadie
más en un espacio que permite agregar
sus opiniones. Sin embargo si a la ecuación
le agregamos una influencia importante de la
esfera política que censura ciertas informaciones
y manipula los contenidos, empezamos a ver como
la inteligencia de las multitudes y su propósito
democrático comienza a flaquear. Con una
opinión publicada (más no pública)
y teledirigida es imposible cumplir el segundo
requisito de independencia y por tanto la idea
de tener una comunidad mundial de debate y critica
al poder. Con una teledirección desde
la arena política podríamos tener
flashmobs que en lugar de protestar al comer
helado, busquen avanzar intereses de grupo o
más dramático aún, podríamos
tener una sociedad ciega a los problemas y a
la falta de libertades en su país. Una
sociedad manipulada y hecha a partir de multitudes
ciegas podría traernos imágenes
del 1984 de Orwell mejoradas, mientras en la
obra clásica se requería de todo
un aparato estatal para controlar a la sociedad
ahora esto se podría hacer a través
de un simple clic….clic.
Las nuevas tecnologías
de la información y la comunicación
nos permiten tejer una nueva red de relaciones
sociales que expande la democracia a través
de una mayor participación ciudadana y
libertad de expresión, pero por otro lado
estas mismas herramientas con sus mismas posibilidades
pueden traer trampas que nos conduzcan a un futuro
más cerrado, autocrático e ideologizado.
Siempre todas las tecnologías nuevas tendrán
una segunda derivada, es decir un lado negativo
a ellas, ya sea desde el punto ecológico,
económico o político y es nuestro
deber prever estas posibles consecuencias para
evitar lo negativo y escoger las oportunidades
positivas que se nos ofrecen. Afortunadamente
hoy en día todavía contamos con
una opción y con la decisión que
se tome podremos elegir entre la ceguera, el
adorar una alfombra o el comer helado.
Notas:
1
SARTORI, Giovanni. “Homo Videns”.
Taurus, México, D.F, 1997. pg. 80
2 Por eso la
expresión “Minutemen”
3 (http://www.smartmobs.com/archive/2006/04/19/mobile_minuteme.html)
4 CORNELLA,
Alfons, RUCABADO, Sergi. “Futuro Presente:101
Ideas-Fuerza para entender las próximas
décadas”. Deusto, España,
2005. pg. 14
5 LAGO MARTINEZ,
Silvia. “La intervención política
de los movimientos sociales en la sociedad de
la información”. Instituto de Investigación
Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Buenos Aires, 2006.
6 RHEINGOLD,
Howard. “Smartmobs: the next social revolution”.
Perseus Publishing, EEUU, 2002.
7 (http://www.personaldemocracy.com)
8 (http://www.smartmobs.com/archive/2006/08/03/joe_trippi_on_h....html)
9 (http://www.smartmobs.com/archive/2006/08/03/joe_trippi_on_h....html)
10 (http://www.smartmobs.com/archive/2006/07/02/sms_used_to_mon....html)
11 (http://www.smartmobs.com/archive/2006/10/03/ice_cream_polit....html)
12 CORNELLA,
Alfons, RUCABADO, Sergi. “Futuro Presente:101
Ideas-Fuerza para entender las próximas
décadas”. Deusto, España,
2005. pg. 14
13 MARTINO,
Bettina. Posmodernidad, crisis de representación
y democracia electrónica. En Razón
y Palabra, número 22, Mayo-Julio 2001.
(http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n22/22_bmartino.html)
14 MARTINO,
Bettina. Posmodernidad, crisis de representación
y democracia electrónica. En Razón
y Palabra, número 22, Mayo-Julio 2001.
(http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n22/22_bmartino.html)
15
CORNELLA, Alfons, RUCABADO, Sergi. “Futuro
Presente:101 Ideas-Fuerza para entender las próximas
décadas”. Deusto, España,
2005. pg. 14
16 Ibidem,
pg. 31
17 Functional
Magnetic Resonante Imaging, en CORNELLA, pg.
34
18 CORNELLA,
Alfons, RUCABADO, Sergi. “Futuro Presente:101
Ideas-Fuerza para entender las próximas
décadas”. Deusto, España,
2005. pg. 34
19 CORNELLA,
Alfons, RUCABADO, Sergi. “Futuro Presente:101
Ideas-Fuerza para entender las próximas
décadas”. Deusto, España,
2005. pg. 110.
20 SUROWIECKI,
James. “The Wisdom of Crowds: Why the many
are smarter than the few and how collective wisdom
shapes business, economies, societies, and nations”.
Random House, EEUU, 2004.
21CORNELLA,
Alfons, RUCABADO, Sergi. “Futuro Presente:101
Ideas-Fuerza para entender las próximas
décadas”. Deusto, España,
2005. pg. 85.
Referencias:
BRECK, Judy.
“Mobile Minutemen Smart Mobbers”
en
(http://www.smartmobs.com/archive/2006/04/19/mobile_minuteme.html)
CORNELLA,
Alfons, RUCABADO, Sergi. “Futuro Presente:101
Ideas-Fuerza para entender las próximas
décadas”. Deusto, España,
2005. pg. 14
LAGO MARTINEZ,
Silvia. “La intervención política
de los movimientos sociales en la sociedad de
la información”. Instituto de Investigación
Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Buenos Aires, 2006.
MARTINO,
Bettina. Posmodernidad, crisis de representación
y democracia electrónica. En Razón
y Palabra, número 22, Mayo-Julio 2001.
(http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n22/22_bmartino.html)
RHEINGOLD,
Howard. “Smartmobs: the next social revolution”.
Perseus Publishing, EEUU, 2002.
RHEINGOLD,
Howard. ”Ice cream politics: flash mob
in Belarus” en
(http://www.smartmobs.com/archive/2006/10/03/ice_cream_polit....html)
RHEINGOLD,
Howard. ”Joe Trippi on how texting could
change US politics” en
(http://www.smartmobs.com/archive/2006/08/03/joe_trippi_on_h....html)
RHEINGOLD,
Howard. ”SMS used to monitor Montenegro
elections” en
(http://www.smartmobs.com/archive/2006/07/02/sms_used_to_mon....html)
SUROWIECKI,
James. “The Wisdom of Crowds: Why the many
are smarter than the few and how collective wisdom
shapes business, economies, societies, and nations”.
Random House, EEUU, 2004.
“Personal
Democracy Forum: Technology is changing politics”
en (http://www.personaldemocracy.com)
“Trichotomic”
en SPW, Vol. I, 1992b, pág. 283.
Miguel
Angel Lara Otaola |