|
Por Octavio Islas y Fernando
Gutiérrez
Número 29
"Detrás
de cada tecnología existe una filosofía."
Neil Postman
Bajo la óptica de Neil Postman,
estudioso de la ecología de los medios de comunicación,
detrás de un reloj se encuentra una nueva forma de medir
el tiempo, detrás de un periódico o revista se encuentra
una nueva forma de informar, detrás de una computadora se
encuentra una nueva forma de trabajar
Cada tecnología
lleva inherente un nuevo concepto del entorno. Internet, probablemente
en mayor medida que otros medios convencionales de comunicación,
ha cambiado la concepción del trabajo, entretenimiento, educación,
política, comercio, mercadeo
manifestando una forma
particular de operación. Esta redefinición en
diferentes ámbitos, también debe involucrar, indiscutiblemente,
el desarrollo de una regulación específica y la creación
de diversos mecanismos que aseguren las nuevas actividades en un
entorno naciente. Sobre este aspecto se ha realizado un análisis
general, enfocado exclusivamente en el caso del crimen en Internet
y la responsabilidad de los diversos gobiernos.
Como el cambio tecnológico
es ecológico y no aditivo, todo se redefine, incluyendo también
viejas prácticas indebidas que adquieren una nueva dimensión
con la introducción de nuevas tecnologías de información
y comunicaciones, como es el caso de Internet. Por ejemplo, en el
ámbito internacional, un nuevo término denominado
"Cibercrimen"1, que
representa una oscura amenaza para la economía digital, se
está convirtiendo en el tema más debatido en política
de seguridad. Según Jürgen Storbeck, director de la
Europol, la criminalidad informática en los países
europeos va en aumento.
En el continente americano, el Computer
Security Institute de San Francisco asegura que, durante el
año pasado, las pérdidas ocasionadas por la "ciberdelincuencia"
en 186 empresas norteamericanas fueron de 376 millones de dólares
aproximadamente (casi el doble de lo que se registró en el
año 2000). Por otra parte, en cuanto a la pornografía
infantil, los informes del Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF) señalan que, tan sólo en Estados
Unidos, este negocio ilegal genera una cifra anual de entre 2,000
y 3,000 millones de dólares
Dadas estas cifras, y como consecuencia
del crecimiento descontrolado de este fenómeno, en noviembre
del año pasado, un total de 30 países firmaron en
Budapest la Convención Internacional contra el "Cibercrimen",
incluyendo a Estados Unidos, Japón, Canadá, Sudáfrica,
y 26 de los 43 países miembros del Consejo de Europa.
Esta convención pretende
coordinar la lucha para erradicar el crimen y terrorismo del ciberespacio,
pero desafortunadamente a cambio de algunas garantías significativas
para el hombre. Por ejemplo, las medidas que requerirán
que los proveedores de accesos y servicios en Internet tengan que
mantener registros de las actividades de sus clientes (artículos
17, 18, 24, 25). Bajo la visión de algunos analistas, estas
medidas suponen un riesgo considerable en la privacidad y otros
derechos humanos de los usuarios de Internet, y son contrarios a
principios bien establecidos en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos2.
Casi de forma paralela a la Convención
Internacional contra el "Cibercrimen" el gobierno estadounidense
promueve la polémica USA Patriot Act3,
que incluye el propósito de "rediseñar Internet"
para su mejor control, conduciendo el tráfico hacia unos
servidores centrales donde agencias como la Federal Bureau of
Investigation FBI puede instalar sus equipos para fiscalizar
la navegación y el correo electrónico.
También en algunos países
de Latinoamérica ya se comienza a ver este tipo de acciones
en contra del crimen en el ciberespacio. Por ejemplo, en Chile existe
ya la Brigada Investigadora del "Cibercrimen" (BRICIB),
que está adscrita a la Policía de Investigaciones
de ese país. Y en México se encuentra la Policía
Cibernética4, área
de la Policía Federal Preventiva, adscrita a la Secretaría
de Seguridad Pública.
La Policía Cibernética
vigila la red mediante sistemas convencionales para rastreo. Su
patrullaje se centra sobre hackers, sitios de Internet, comunidades
y chat rooms en los que promueven la pornografía y
el turismo sexual infantil. Según este mismo organismo, se
utiliza Internet como un instrumento para detectar a delincuentes
que organizan sus actividades en algún lugar del ciberespacio.
Además se realiza análisis sobre actividades de organizaciones
locales e internacionales de pedofilia así como de redes
de prostitución infantil y redes de tráfico de menores
que los explotan en otros países.
Entre algunos de los ciberdelitos
más comunes que persiguen las policías cibernéticas
se encuentran: el acceso ilegal a sistemas propietarios, la intercepción
ilegal, la interferencia y pérdida de datos, la interferencia
de sistemas, la pornografía infantil, los delitos contra
la propiedad intelectual, y el fraude electrónico. Sin embargo,
por diversas insuficiencias en materia de legislación, esta
persecución tiene ciertas limitaciones.
En el caso de México, este
tipo de actividades, como la que desempeña la Policía
Cibernética, resulta muy delicada, pues en cierta medida
puede atentar contra las garantías individuales plasmadas
en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
... Las comunicaciones privadas
son inviolables. La ley sancionará penalmente cualquier
acto que atente contra la libertad y privacía de las mismas.
Exclusivamente la autoridad judicial federal, a petición
de la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio
Público de la entidad federativa correspondiente, podrá
autorizar la intervención de cualquier comunicación
privada. Para ello, la autoridad competente, por escrito, deberá
fundar y motivar las causas legales de la solicitud, expresando
además el tipo de intervención, los sujetos de la
misma y su duración. La autoridad judicial federal no podrá
otorgar estas autorizaciones cuando se trate de materias de carácter
electoral, fiscal, mercantil, civil, laboral o administrativo
ni en el caso de las comunicaciones del detenido con su defensor...
(Artículo 16, Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos)
El gobierno mexicano, así
como otros gobiernos del mundo, enfrentan actualmente el desafío
de combatir enérgicamente el crimen en el ciberespacio, considerando
aspectos de gran importancia como lo son la territorialidad, la
privacidad de los ciudadanos, la seguridad nacional, el derecho
a la información, la libertad de expresión, el desarrollo
de nuevos mecanismos de seguridad, el adiestramiento constante de
los órganos vigilantes, la legislación vigente, y
la colaboración de la iniciativa privada, y la sociedad.
Combatir el crimen en el ciberespacio
sin atentar contra garantías individuales significativas
de los ciudadanos es un gran reto para el gobierno.
Notas:
1
El concepto de cibercrimen abarca un conjunto de actividades ilegales
asociadas con el uso de Tecnologías de la Información,
especialmente en Internet. Pueden ir desde el fraude financiero
hasta la entrada no autorizada a sitios web, y en ámbitos
como el espionaje industrial, la pornografía o los juegos
de azar, entre otros.
2 La Declaración Universal
de los Derechos Humanos señala directamente las obligaciones
de los gobiernos de proteger la privacidad de la comunicación
y preservar la libertad de expresión en los nuevos medios.
"Nadie será sujeto a una interferencia arbitraria en
su privacidad, familia, hogar o correspondencia" (Artículo
12).
"todo el mundo tiene derecho a la libertad de opinión
y expresión; este derecho incluye el derecho a defender las
propias opiniones sin interferencias y a buscar, recibir e impartir
información e ideas a través de cualquier medio sin
importar las fronteras".
(Artículo 19).
3 Ley aprobada por el Congreso
de Estados Unidos (356 votos a favor, 66 en contra) y el Senado
(98 votos a favor y 1 en contra). Finalmente rubricada por el presidente
George W. Bush el 26 de octubre de 2001.
4 Para mayor información
sobre la Policía Cibernética de México véase:
<http://www.ssp.gob.mx/_c_programas/p_cibernetica/INDEX.htm>
Dr.
Octavio Islas
Mtro.
Fernando Gutiérrez
Investigadores del Departamento de Comunicación
del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado
de México, México |