Por Octavio Islas y Fernando
Gutiérrez
Número 37
Las
tecnologías de información y comunicaciones (TIC)
efectivamente pueden realizar útiles contribuciones culturales
en ambientes ecológicos tan opuestos como las sociedades
de la información o las sociedades de la vigilancia y el
castigo. Las mismas TIC que realizan útiles contribuciones
a la edificación de la sociedad de la información,
en sociedades autoritarias que limitan el derecho a la información
simultáneamente realizan funciones de “panoptismo digital”
–vigilancia y castigo-.
A partir del 11 de
septiembre de 2001, y al amparo de la cruzada emprendida contra
el terrorismo internacional, el gobierno del presidente Goerge Bush
ha impulsado un amplio número de restricciones al derecho
a la información. El inventario es el siguiente:“Wiretap
Statute, Electronic Communications Privacy Act”, “Computer
Fraud and Abuse Act”, “Foreign Intelligence Surveillance
Act”, “Family Education Rights and Privacy Act”,
“Pen Register and Trap and Trace Statute”, “Money
Laundering Act”, “Immigration and Nationality Act”,
“Money Laundering Control Act”, “Bank Secrecy
Act”, “Right to Financial Privacy Act”, “Fair
Credit Reporting Act”, “USA Patriotic Act, Anti-Terrorism
Act 2001 (ATA).
La administración
Bush además creó la Oficina de Seguridad Nacional,
instancia responsable de la detección, preparación,
prevención, protección, respuesta y recuperación
de ataques terroristas en el territorio estadounidense.
Una de las iniciativas
impulsadas por la Oficina de Seguridad, es el Sistema “CAPPS
II” (Computer Assisted Passenger Pre-Screening o Preinspección
de Pasajeros Asistida por Computadora).
El Sistema “CAPPS” empezó a operar en 1998, a
partir de los atentados terroristas registrados en los Juegos Olímpicos
de Atlanta, en 1996, y del trágico accidente del vuelo 800
de TWA, que el 17 de julio de 1996 misteriosamente se estrelló
en el Océano Pacífico después de haber despegado.
De acuerdo con las nuevas evidencias que ha consignado la “Associated
Retired Aviation Professionals” en su sitio WWW, es posible
suponer que el avión pudo haber sido derribado por un misil
antiaéreo.
En CAPPS I se empleaba la información que almacenaban las
aerolíneas al registrar a los pasajeros, la cual comprendía
datos sobre viajes realizados e información relativa a los
antecedentes delictivos de los pasajeros.
Hasta la fecha no se sabe cuántas
personas han sido detenidas gracias a ese sistema, pero es seguro
que éste no precisamente representó un impedimento
insalvable para quienes perpetraron los ataques terroristas del
11 de septiembre de 2001.
En el sistema CAPPS II se han incorporado un mayor número
de variables. Además a través de CAPPS II es posible
tener acceso a bases de datos comerciales, en las cuales es posible
consultar los estados financieros de los pasajeros, información
que fue proporcionada a las autoridades electorales, historiales
médicos, información que han almacenado compañías
aseguradoras.
Tal situación evidentemente
representa graves violaciones a los derechos de privacidad de las
personas, pues los estadounidenses proporcionaron esa información
a empresas e instituciones gubernamentales para otros propósitos.
CAPPS II funciona de manera relativamente
similar a CAPPS I. A cada pasajero le es asignado un código
de seguridad durante su registro en la aerolínea: verde para
aquella persona que sea considerada como un pasajero susceptible
de representar un riesgo mínimo; amarillo (alerta) para quien
se considere capaz de generar algún problema abordo; y rojo
para aquella persona que sea considerada como peligrosa.
Dependiendo de la asignación de cada
código puede variar sensiblemente el proceso de revisión.
La primera aerolínea que empezó a utilizar el sistema
CAPPS II fue Delta Airlines.
El gobierno del presidente Bush ha decidido
extender el alcance de su panóptico digital más allá
de las fronteras de Estados Unidos, almacenando fotografías
y acumulando toda aquella información de aquellos extranjeros
que con relativa frecuencia viajan a Estados Unidos.
Dr.
Octavio Islas
Mtro. Fernando
Gutiérrez
Investigadores del Tecnológico
de Monterrey, Campus Estado de México, México.
Coordinadores de la Cátedra de Comunicaciones Estratégicas
y Cibercultura. |