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Enero 2002

 

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Filosofía, Cultura y Sociedad

Migración: notas sobre Identidad comunitaria

 
Por Martha García Damián
Número 24

Hablar de migración es también hablar de cultura e identidad comunitaria, de tradiciones, de cultura religiosa y no solo de divisas y economía nacional. Es tan importante el factor cultural que quizás a través de él podríamos entender la política migratoria en México y los programas realizados al respecto durante los últimos años, programas como ¡Bienvenido! Paisano y en general las políticas diaspóricas como estrategia de Estado.

La migración hacia Estados Unidos se ha caracterizado por un alto nivel de desplazamientos de ida y vuelta y de repatriación, indiscutiblemente los 3,300 kilómetros de frontera que comparte México con este país, el aumento de los medios de comunicación (que facilitan la conservación de los vínculos entre el terruño y la sociedad donde se migra, así como el constante ir y venir a la comunidad de origen) y el programa "¡Bienvenido! Paisano", han favorecido que se incremente el intercambio cultural y las aportaciones monetarias entre mexicanos en Estados Unidos y México. Aportaciones monetarias que no sólo han permitido la sobrevivencia de las unidades domésticas campesinas (situación que no se puede decir de las políticas agrarias en México), también comunidades enteras se han visto beneficiadas por el envío de dinero, baste mencionar al pueblo de Ticuani, en el estado de Puebla, en donde el Comité para el Progreso de Ticuani (representado por personas del mismo pueblo que viven en Brooklyn) han recolectado fondos para proyectos de obras públicas como es la instalación de agua potable y han hecho posible una relación política y no sólo económica entre la población que vive en Estados Unidos y el poblado de origen.

En México el Programa para las Comunidades Mexicanas en el Extranjero formó parte de una estrategia de integración más estrecha con los Estados Unidos, cuando se creó el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), esto requirió la redefinición de la ciudadanía y una revisión de las políticas exteriores de México. En su aspecto formal el Programa incluía una relación más estrecha con los estadounidenses de origen mexicano, en la práctica fomentó el intercambio entre los mexicanos en los Estados Unidos y en México, incluyendo el tipo y cantidad de "donaciones" y aportaciones que se envían a México.

Uno de los usos más frecuentes del envío de dinero o "donaciones" es el destinado al culto del santo patrono, éste es tan fuerte que incluso entre las comunidades de migrantes regresar para la fiesta se convierte en un ritual y uno de los vínculo hacia la comunidad de procedencia, un vínculo que permite el reforzamiento de la identidad comunitaria, y que el propio programa "¡Bienvenido! Paisano" a ayudado a consolidar.

Sin embargo, ¿qué es identidad comunitaria o grupal? La identidad comunitaria puede entenderse como un proceso de contraste con otros que implica a su vez un proceso de identificación y reconocimiento, "la identidad de un grupo social se teje en la vida cotidiana, en su quehacer diario, en todas las prácticas individuales cuyo sentido social se actualiza cíclicamente"1 Se teje en el actuar que los individuos realizan cotidianamente, sin necesidad de cuestionar el porqué del significado de ellas. Ese actuar cotidiano, ese hacer y quehacer diario, nos dice Portal, es quien mantiene, consolida y cambia la identidad de un grupo. Es el actuar cotidiano, es el asistir al Club X de Oro del este de los Ángeles, es la "quebradita"2 , es la incorporación de tecnologías productivas y aparatos domésticos en la vida diaria y estilos de vida tradicional en las comunidades oaxaqueñas tanto en México como las que se encuentran en el sur de Los Ángeles.

La identidad se teje en la cotidianidad o en palabras de Bourdieu, en esos pequeños mundos donde se generan cambios en la significación de las acciones pero siempre en movimiento. Al respecto Rodríguez, M. nos dice, que el fenómeno de la tradición debe entenderse como aspectos de la cultura vivos y no como expresiones muertas, de esta manera nos dice la misma autora, "es posible dar cuenta de las diversas conexiones del pasado con hechos culturales contemporáneos, a través de los cuales algunas áreas de significación son borradas, otras son acentuadas y otras resignificadas"3 pero siempre en movimiento. En este sentido, para el migrante mexicano las fiestas patronales, la navidad y las fiestas de fin de año, no solo son reductos de su cultura autónoma o tradicional, sino el vínculo entre el país anfitrión y el de procedencia, esto ante la nostalgia y el estado diaspórico en que se encuentran. Michael Kearney nos habla del "políbio", término que nos remite a la posibilidad de vivir en dos mundos, diseñando estrategias adaptativas y creativas para continuar siendo el mismo, también nos habla de la resistencia vista como forma de vida cotidiana, del acentuar el vestido tradicional, el compadrazgo y la comida, entendidas no como reminiscencia del pasado sino como formas de resistencia en el intento de permanencia étnica, es morar en forma distinta en el país adoptivo.

Sin embargo, no solo es decisión del migrante como individuo, ni de su comunidad de origen, podemos observar que en cuanto a las características culturales y la identidad comunitaria, son descartadas, visiones del pasado que no tienen significación para la cultura hegemónica, "por lo tanto sólo se seleccionan aquellas tradiciones que cumplen alguna función en la reproducción del orden social contemporáneo". De aquí la importancia de que perdure y se mantenga en el tiempo la fiesta del santo patrono, y las celebraciones decembrínas, habría que preguntarse ¿cuántos dólares ingresan a México como resultado de la identidad comunitaria y "el apego al santo patrono" por parte de los migrantes"? quizás la respuesta a esta pregunta nos explique el porqué de la políticas diaspóricas como estrategias de Estado.


Notas:

1 Portal, . 1997. Ciudadanos desde el pueblo. P. 35
2 Rodríguez, M. Op. Cit.
3 Idem. Pag. 225


Mtra. Martha García Damián
Catedrática del Departamento de Humanidades del ITESM Campus Estado de México

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