Razón y Palabra Bienvenidos a Razón y Palabra.
Primera Revista Electrónica especializada en Comunicación
Sobre la Revista Contribuciones Directorio Buzón Motor de búsqueda


Julio
2005

 

Número del mes
 
Números anteriores
 
Editorial
 
Sitios de Interés
 
Novedades Editoriales
 
Ediciones especiales



Proyecto Internet


Carr. Lago de Guadalupe Km. 3.5,
Atizapán de Zaragoza
Estado de México.

Tels. (52) 58 64 56 13
Fax. (52) 58 64 56 13

Filosofía, Cultura y Sociedad

Bolivia, Caminando en Círculo

 

Por Martha García y Alejandro Díaz
Número 45

Los últimos hechos de violencia política e inestabilidad social que culminaron con la renuncia del presidente Carlos Mesa en Bolivia no hacen sino prolongar la constante situación de indefinición política y precariedad económica en que vive este país desde hace mucho tiempo. Desde 1952 la nación andina ha tenido 26 jefes de gobierno que incluyen exponentes de la extrema derecha hasta populistas al viejo estilo latinoamericano1, no obstante y a pesar de ello, las raíces profundas de las crisis en el país se han mantenido constantes en el tiempo.

La profunda desigualdad económica, política y social a nivel estadísticas la podemos observar en el Índice de Desarrollo Humano que da el PNUD en el 2004, quien ubica a Bolivia en el lugar 114, considerado junto con Haití y Guatemala como países de menor desarrollo y pocas posibilidades de llegar a cumplir las Metas del Milenio. En cuanto a la desigualdad por ingreso y activos, es la más alta de la región (mayor al 0.60 Coeficiente de Gini), incluso se dice que necesitaría crecer al 6% para neutralizar el efecto de la desigualdad, obviamente esta situación junto con la inestabilidad política son el caldo de cultivo en vastos sectores de la población que carecen de elementos básicos de bienestar y que conlleva la permanente inestabilidad que repercute no solo en los estratos más bajos de la población.

Desde el siglo XIX, Bolivia ha transitado por un difícil camino en su historia, fue primero la Guerra del Pacífico, le quito su salida al mar y enclaustró para siempre en los Andes al país, ya en el siglo XX en la década de los treinta un sangriento conflicto con el Paraguay se tradujo en la pérdida de enormes extensiones de territorio aptos para la agricultura, en los setenta, el presidente Bánzer formó parte de las más despiadadas dictaduras de la región junto a Pinochet en Chile y Videla en la Argentina, luego Siles Suazo2 quiso resarcir a la población y con medidas totalmente irresponsables pulverizó el poder adquisitivo de la mayoría de los bolivianos. En suma, sus jefes de gobierno van desde civiles sin una amplia base social hasta militares que nunca ganaron una guerra exterior y sólo contribuyeron al incremento del odio en el país.

En términos económicos, el país puso en práctica un experimento estabilizador que comenzó en 1985 luego del estrepitoso fracaso populista del presidente Siles Suazo2, las nuevas medidas económicas se adelantaron a la puesta en marcha del Consenso de Washington que posteriormente se aplicarían en casi toda la región, sin embargo, la carencia de medidas efectivas de distribución del ingreso sólo estabilizaba la economía pero el moderado crecimiento no propiciaba ninguna esperanza de desarrollo, la apertura indiscriminada de la economía pulverizó a la débil estructura productiva de la nación, en consecuencia se presentaba un país en donde en el mercado se podían ver productos mundiales pero los salarios eran muy bolivianos.

La histórica marginación de la población indígena que constituye la mayoría en el país siempre está presente en las reivindicaciones de los movimientos sociales de Bolivia. La nación aymará y quechua que habitan el altiplano son mayoría frente a las zonas bajas de menor densidad poblacional pero de mayor riqueza económica y con recursos que hoy son eje de la disputa nacional, por ejemplo, el departamento de Santa Cruz resulta ser el más importante del país en términos de su aportación económica e irónicamente ha propuesto realizar un referéndum sobre su autonomía respecto a la capital.

Pero el resentimiento de la población indígena, no es exclusivo de Bolivia3, en la región latinoamericana México y Guatemala también tienen las mayores poblaciones de indígenas. No obstante, si bien es cierto que en México existe el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, su postura es distinta a la que podemos observar en la comunidad indígena de Guatemala y dista mucho de los movimientos globales de Bolivia encabezados por Evo Morales.

Los riesgos que conllevan los movimientos indígenas (económicos o por reivindicación) son muchos y profundos, incluso la Agencia Central de Inteligencia4 señala como peligro potencial en la región el incremento de un indigenismo militante asociado a un creciente antiamericanismo.

Los principales actores de la reciente crisis en Bolivia son de todos los colores políticos, tenemos en primer lugar a Evo Morales, activo dirigente de los cocaleros de la región del Chaparé, ex candidato presidencial que estuvo muy cerca de ganar la presidencia el año 2002, de formación académica a nivel de estudios secundarios, dirige el movimiento al socialismo (MAS) e ideológicamente muy cercano al nacionalismo de Chávez en Venezuela. Su discurso comienza y parece que termina en “acabar con el neoliberalismo”, busca la nacionalización de los hidrocarburos y se opone a la conformación del ALCA.

También se encuentra Felipe Quispe, dirigente aymara , ideológicamente se ubica a la izquierda de Morales a quien acusa de “vendido por votos”, su discurso es más racista y más violento, quizás la explicación se pueda encontrar en su pasado guerrillero y su paso por las difíciles cárceles en Bolivia, entiende el futuro de Bolivia proponiendo un retorno a su pasado, hasta pide el cambio de nombre de país por el originario Qoyasullo.

Por el lado de centro y derecha podemos ubicar a Carlos Mesa y a la clase dirigente del departamento de Santa Cruz, los más occidentales aunque se ubiquen en la región oriente del país, los más conectados al mundo globalizado actual, los que realizan los exiguos negocios con el exterior de esta nación (2 mil millones de dólares, es decir lo que México vende en cuatro o cinco días al año).

También ubicamos un vasto espectro social, situado en comunidades, municipios, regiones, es de resaltar el caso del municipio El Alto5, situado muy cerca de La Paz y que ha sido eje fundamental de las sucesivas “guerras”, primero fue la del agua contra las multinacionales francesas, luego la del gas y su venta por puertos chilenos y ahora la de los hidrocarburos.

Como señala Luis Verdesoto6, en este país es una constante el desborde de la sociedad civil sobre el orden estatal y político, es el país de las soluciones a corto plazo, porque no puede existir un tiempo mayor ante tantas demandas de la población.

Al igual que el resto de la región latinoamericana, Bolivia es un país de contrastes, situado en el corazón del continente, sus latidos hoy nos señalan que el país nuevamente se puso de pie, camina, luego retrocede y así sucesivamente, es cuestión de tiempo para saber que Bolivia se movió pero no avanzó se quedó en el círculo que parece ser su destino.


Notas:

1 Incluimos los regímenes, las dictaduras sanguinarias, otras aliadas del narcotráfico, presidentes de izquierda apoyando medidas de la derecha, en fin, ningún país de América Latina presenta esta gestión de gobierno.
2 Durante su gestión se llegó a tener una hiperinflación anual de 50 mil por ciento.
3 En Ecuador, el movimiento indígena también depuso a un presidente y contribuyó a la victoria electoral de Gutierrez, en Perú, un movimiento situado en el corazón de los Andes en el año 2004 puso en jaque a las fuerzas armadas de dicho país.
4 Ver, reporte : Tendencias mundiales , oficina de inteligencia de los Estados Unidos
5 Municipio en el que se dio una sangrienta revuelta social que concluyó con la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2003.
6 Luis Verdesoto, ¿ Hacia dónde va Bolivia?, Nueva Sociedad, mayo junio 2004, pg 38-49.


Mtra. Martha García Damián
Profesora del Departamento de Estudios Sociales y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, México.

Mtro. Alejandro Díaz
Economista, profesor del Tecnológico de Monterrey, Campus Toluca, Estado de México, México.

Columnas anteriores