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Julio 2002

 

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In-mediata

Los medios contra la pared

 
Por Leonardo Peralta
Número 27

Los últimos meses no han sido buenos, hablando en términos económicos. Los índicadores económicos en Estados Unidos hablan de una recuperación muy lenta y difícil. Los escándalos contables protagonizados por empresas como Enron, Andersen, WorldComm y Xerox han dañado las perspectivas de crecimiento, lo que aunado al entorno de incertidumbre creada por la guerra contra el terrorismo declarada por George W. Bush mantiene a industrias clave como la turística en una situación precaria.

Sin embargo, más allá de las guerras y los escándalos, se asoma poco a poco los efectos de la resaca del boom tecnológico de la seguna mitad de los años 90. De hecho, la crisis actual afecta de manera severa empresas anteriormente admiradas y consideradas base para el desarrollo industrial sel siglo XXI. Lo que comenzó como un reajuste económico causado por el final de la burbuja.com se ha convertido en un drama donde conviven fraudes fiscales, engaños a los accionistas y el surgimiento de un entorno severamente crítico para con el modelo de negocios prevaleciente.

Por otro lado, la crisis en Argentina y la fragilidad de las llamadas "economías emergentes" (naciones con sistemas políticos y económicos recientemente modernizados) han puesto en entredicho el papel de los grandes reguladores de la economía como el Fondo Monetario Internacional o el mismo Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Su incapacidad para preveer esta situación lo ha puesto en una situación muy difícil, contraria a la euforia vivida a mediados de los 90.

Una de las áreas que más han sufrido los efectos de esta crisis es la industria de los medios de comunicación. Después de los procesos de fusión y consolidación de la década pasada, la industria padece de pérdidas económicas recurrentes y la consecuente pérdida de empleos en el sector. Este fenómeno afecta a empresas tan grandes como AOL Time Warner, que en este año reportó pérdidas por más de 50 mil millones de dólares o diarios como el mexicano Excélsior, que vive una situación económica precaria luego de la dirección de Regino Días Redondo, al punto que hoy día se encuentra a la venta.

Por otro lado, muchas empresas de medios hicieron fuertes apuestas en el sector de Internet (Go.com, adquirido por Disney o la adquisición de Time Warner por parte de AOL) y al paso del tiempo se encontraron que habían invertido en enormes bolas de humo que no justificaban la inversión acometida. Otras empresas padecen de una simple mala administración, llevada por personajes más interesados por pertenecer al Jet Set mundial que asegurar la estabilidad de sus empresas. Este puede ser el caso del Jean-Marie Messier, Director General del grupo Vivendi Universal, quien es severamente cuestionado por los accionistas al haber transformado una estable empresa de servicios de tratamiento de agua en una multinacional mediática, glamourosa pero inestable financieramente.

En otro frente, la disminución de los gastos de publicidad en todo el mundo han provocado que las empresas mediáticas encuentren más difícil la comercialización de sus espacios para publicidad. Esto ha dado lugar a la desaparición de medios en todo el mundo, tales como la cadena latinoamericana de televisión deportiva PSN o el periódico mexicano El Nacional, por no mencionar la eliminación de puestos de trabajo en virtud de reacomodos o adquisiciones. Los medios de comunicación viven una hora oscura.

Por este motivo, las buenas ideas en los medios de comunicación se han vuelto oro molido para sus creadores. La idea del reality show se ha convertido en la piedra de toque de las televisoras y a ella se han aferrado, cual Ulises al mástil del barco. La situación en otros medios no es muy diferente y, hasta se podría decir que en muchos casos es desesperada. Hay publicaciones impresas que han dejado de ser diarias para convertirse en semanales (como el colombiano El Espectador),otros han disminuido el tiraje y han cambiado de giro, como la revista latinoamericana Punto-com, que se convirtió en Poder.

El recuento de los daños podría extenderse por más cuartillas, pero es un hecho es que los medios de comunicación se encuentran viviendo una etapa difícil, ahondada por un régimen de propiedad que fomenta una competencia sangrienta y devastadora para quienes trabajamos en el entorno de los medios de comunicación. Los tiempos que vivimos, ciertamente serán duros.


Lic. Leonardo Peralta
Escritor, socio director de Alebrije Comunicación y colaborador del semanario Cambio

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